Partida Rol por web

¿Acaso lo dudas, Lord Kalthorin?

Le pregunto con seriedad.

He hecho sacrificios por el pueblo y sus gentes...desconfiaban de mi creyendo que seria una traidora como mi padre, incluso peor...No, ellos se equivocan y yo lo demostrare. ¡Sere una gran reina!,¡les demostrare que soy mucho mejor que mi padre!,¡yo no soy el!

Le digo en un tono seguro.

Kalthorin hizo un gesto de circunstancias.

-Sí, Natalia, lo siento pero lo dudo. Hablas como si quieras convencerte a ti misma diciéndolo en voz alta. Y aunque tuvieras convicción, hacen falta muchas más cosas que buenas intenciones para administrar bien un estado. Hay que tener conocimientos tanto de paz como de guerra, hay que saber como comportarse con la nobleza, en quien puedes confiar y en quién no. Debes conocer el país, su historia, su costumbre y sus gentes. Debes saber de justicia y ser consciente de que un auténtico rey sirve al pueblo, no el pueblo a él. ¿Sabes tú todas esas cosas? ¿Crees que tienes la formación necesaria?

Algo se, no estuve perdiendo el tiempo en estos cinco años...

Le dije mientras le guiñaba un ojo y le mostraba la cantidad de libros y pergaminos que tenia en mi bolsa.

Como se dice: Donde hay un libro...hay sabiduria...

-¿Y crees que aceptarán a una desconocida? No sé lo que habrás hecho estos cinco años, pero yo he estado cerca de la corte y allí nadie me ha hablado de ti. ¿Piensas que te van a aceptar así, sin más? ¿Que puedes llegar y proclamarte reina sin tener el apoyo de los señores de esta tierra?

La verdad es que...no.

Le contesto seriamente.

Tambien he tenido algun que otro contacto en la corte, ¿por que crees que se lo que planea mi tio?,¿por que crees que en la corte no se habla de mi?, porque...quien me nombre o sepa mi existencia en la corte, sera ejecutado. Nadie me nombra por temor a perder su cabeza, el rey no te habra dicho nada de mi situacion porque sabe con quien esta tratando...con una de las personas mas cercanas a mi...si no te ha dicho nada, es porque quizas te tema, Kalthorin. Si el te ordenase que me mataras...¿lo harias...?

Durante estas duras palabras, mire al paladin con seriedad dandole a comprender la gravedad de la situacion en la corte y la amenaza con la que vivian los plebeyos del lugar, que no deseaban saber nada de mi y menos nombrarme por el aprecio que tienen a sus vidas.

-No importa tanto que no se la conozca aún... si ella es capáz... si sómos capaces de ayudarla a que la conozcan como una salvadora, como quién realmente guiará al pueblo hacia lo mejor... la gente estará de su lado. Porque ahora el pueblo no está bien, es fácil verlo. Sólo hay que encenderlos y encaminarlos.- No me gustaba hablar de guiar a la gente como si fuese un rebaño, siempre valoré la libertad individual, pero en este caso, había que aprovechar los medios disponibles para que Nat llegara a ser reina, pues la política que llevaba su tío era tan nociva, aunque de otro modo, como la de su padre. -Nat, debes estar segura de que podrás gobernar. ¿Realmente lo estás?-

Me levanto y me acerco a Kal hablandole en un susurro.

- Kal, Luc me a dicho que puedo llebar a la niña a su casa, me parece mas seguro que este con el que devolverla a la habitacion. Aqui no puede dormir y la pequeña se cae de sueño. No tardare en volver y lo que tiene que ser hecho se hara.- le prometo.

Me gustaria ayudar a la gente siendo reina pero...no estoy segura si debo serlo, aun desconfian de mi por la reputacion de mi padre...

Me pongo a pensar de nuevo si debo gobernar o no este reino. Por una parte me gustaria convertirme en reina para sacar al pueblo de este problema, pero...por otra...aunque me haya preparado para gobernar, no me veia preparada. Ademas...no esta muy bien visto que una reina gobierne sola sin un rey, ahi esta uno de los problemas y otro era...que soy muy exigente en cuanto a elegir marido...era normal que no estuviera casada desde hace cinco años...Sin matrimonio y sin rey, no puedo gobernar.

Kalthorin asintió suavemente. Al fin y al cabo, si hubiera querido escapar podría haberlo intentado antes. Si hubiera querido rehuir la conversación, no lo habría llamado a su habitación.

No obstante, ella seguía siendo "la hechicera del pueblo bárbaro". Estaba seguro de que habría nobles que no deseaban el tratado de paz, y Hundra podía ser utilizada como arma para ensalzar los ánimos en uno u otro bando.

Kalthorin le había prometido a Hundra que ese tratado se firmaría. Pero era consciente de que si le ofrecía ahora su compañía, ella lo podía interpretar como suspicacia. La preocupación se translució en sus ojos.

-Si... ocurre algo no previsto ¿podrás avisarme de alguna manera para que pueda ir en tu ayuda?

-No te preocupes por la reputación de tu padre. Si llegas al trono, será con tu imagen pura e intacta. Ahí estará la clave para que el pueblo te acepte... Pero si tienes dudas... tal vez no valga la pena intentarlo. Si no confías en tí lo suficiente serás una reina débil, ya lo dijo Kaltorin. Debes meditar acerca de esta cuestón. Parece que el tiempo escasea, así que deberás hacerlo rápido.

¿Que tal con un pajarito de luz?.- pregunto con tono de broma, algo sencillo que para nosotros tiene mucho significado.

Sonrio intentando calmarle. Podria destruir un ejercito con un solo movimiento de mano, no temas por mi Kal, mantengo mi palabra.

Umm...

Segui pensando en mis posibilidades, en mis cosas buenas y malas e intentaba equilibrarlo todo. Hasta que...tome una decision.

Lo hare. Decido...reinar, ¿que me decis?

Les pregunto con curiosidad.

Esa es mi decision, quiera o no la gente.

-Ya sabes como pienso yo al respecto Nat. Pero si necesitas una confirmación formal... yo te apoyo- Parecía que al final, iba a terminar de cabeza en la revolución... siempre que Kaltorin no nos cortara el paso de antemano.

La preocupación no se ausentó de la mirada de Kalthorin.

-Invencibilidad es sólo una palabra -replicó el paladín con pensar-. Todo lo que existe puede morir. Por cada cosa viviente hay un arma para la cual no tiene defensa.

Hizo un gesto con la mano para restar importancia a su comentario.

-Ten cuidado.

Gracias, Gaunt...

Le contesto con una sonrisa mientras cojo su mano y luego dirijo mi mirada al paladin.

¿Y tu, Kalthorin, que haras...?

Dos decisiones han sido ya tomadas, dos caminos comienzan y solo al final se sabra si fueron los correctos. Salve pues reina Natalia, parece que no va entregar su corona ni permitir que su cabeza sea cortada. Puede estar tranquila entonces ¿O no?.- pregunto el anciano.

Jamas pienso entregar mi corona pero...no puedo estar relajada hasta que todo esto acabe...

Le conteste al anciano mientras soltaba la mano de Gaunt para ponerme la capa en condiciones.

Kalthorin escuchaba ceñudo.

-No sé cómo la puedes apoyar en esto, Geoff -parpadeó sorprendido Kalthorin-. ¿Que gobernarás porque así lo has decidido, de un momento a otro? ¿Y que lo harás aunque no quiera la gente? ¿Con qué derecho, con el que te otorga tu nacimiento? ¿Qué te diferencia entonces del supuesto tirano que crees derrocar?

Negó con la cabeza con incredulidad.

-¿Cómo piensas alcanzar el trono? ¿Te presentas en la corte, matas al rey y te sientas? ¿Qué impediría a otra persona hacer lo mismo contigo?

¿Quien dijo que iba a matar al rey, Kalthorin? No, jamas sere como mi padre y mi tio. Pienso ganarme el trono limpiamente, sin necesidad de derramar sangre. Se que tengo las de perder para conseguir el trono sin una guerra pero...asi no conseguire nada con las armas, prefiero hacerlo pacificamente si no la gente desconfiara de mi y yo no deseo que desconfien de mi y menos que haya muertes.

Le respondo con toda la tranquilidad del mundo, con una actitud firme y serena.

El viejo se levanta. No, sola no podria pero un poco de ayuda...- murmura mirando a ambos varones. Uno tiene la picardia y el otro la madured, ella tiene la pasion y las ganas... no veo que fuera a ser mala reina, cuando menos sera mejor que el que pretende la corona.