Partida Rol por web

Tras acabarse el cordero y la pinta de cerveza, se limpia con un "pañuelo" que tenia, y depues lo vuelve a guardar. levanta la mirada a todos los presentes, y resopla de resignacion...

Buff... Chicos tened paciencia no queremos ninguno convertir esta taberna en una competicion de bravucadas, el alcalde no creo que tarde demasiado, mas aun pensando en la acuciante necesidad de ayuda... como bien dice Tom, este pueblo esta pasando por un periodo de pobreza y enfermedad que no es natural, como bien puede confirmar nuestro querido Gnomo naturista. algo o alguien es el responsable de esta situacion y por lo tanto es nuestro deber solucionarlo, puesto que solo el destino augurado y controlado por nuestros dioses nos ha traido a tal variopinto grupo al mismo momento a la respuesta de este grito de socorro...

dirigiendose a Sorac: SORAC, SERIA ACONSEJABLE QUE HICIERAS ALGO PARA ACELERAR LA LLEGADA DEL ALCALDE, SINO QUIERES TENER QUE LIMPIAR ESTA NOCHE DE SANGRE Y DESTROZOS TODA TU TABERNA...

De nuevo os pido que os calmeis, algo en este lugar esta acentuando nuestros nervios y exaltando hasta la mas minima mania, y por su puesto seria aconsejable que cuanto antes solucionemos este problema porque si algo esta enfermando y marchitando este pueblo, nada nos asegura que no nos contagiemos, por lo que lo aconsejable si no viene ya el alcalde, sera que vayamos nosotros para acelerar la llegada de informacion, y nos preparemos y salgamos a la aventura....

Ya han pasado unas horas de que el primer hombre del grupo llegue a Duvik y algo más de 30 minutos, de que el último en llegar, el enano se siente a la mesa, pero fue tiempo más que suficiente para que el variopinto grupo esté a punto de matarse en plena taberna, por la diferencia de razas y estilos de vida de los presentes, han surgidos lógicos contrapuntos entre ellos sumado a las ofensas sin intención y el carácter  algo irrespetuoso  de algunos, el ambiente está algo caldeado, si no pasaba algo rápido el grupo terminaría antes de empezar, tan tenso se puso el ambiente, que los pocos pobladores que estaban en la taberna, al ver levantarse al hombre encapuchado y echar mano al pomo de su espada aunque no la haya desenvainado fue suficiente para que disimuladamente huyan despavoridos del lugar.

Pasados unos minutos y el grupo, quizás bajo la influencia de las palabras pacificadoras del paladín, quizás por otra razón, el grupo lentamente se calma, aunque la tención se mantiene en el aire, tanto así que el elfo sin mediar palabra se levanta y se sienta en una mesa cercana, sólo, a terminar en paz su cerveza y su comida mientras esperan.

Sorac alarmado ante la situación, rápidamente se acerca a la mesa con nuevas pintas de cerveza para todos diciendo:

Por favor señores, por favor, no es necesaria la violencia, aquí tiene, cortesía de la casa, para que refresquen sus gargantas mientras esperan, tengan paciencia amigos, el alcalde es un hombre muy ocupado, y con todo lo que sucede por aquí, siempre va de un lado a otro intentando ayudar a todos, no debe tardar, por favor mantengan la calma, se los ruego.

Mientras Sorac les pide que se calmen, la puerta de la taberna, ahora ocupada sólo por los ustedes, se abre, todos giran a ver quien es, con la esperanza de que esta vez se trate del señor alcalde, pero para su desilusión no es así, en su lugar, ingresan dos hombre de similar vestimenta. El primero, es un hombre con unos rasgos faciales algo mas finos y delicados que un hombre común; esta vestido con una especie de sotana marrón atada con un cordón en la cintura, lleva la cabeza rapada, a pasar de su apariencia humilde y gentil pueden ver que el robusto cuerpo bajo la túnica no siempre estuvo encerrado en una iglesia orando y leyendo.
El segundo hombre, que viene detrás, lleva una amplia túnica sacerdotal, similar a la del otro, sólo que ésta está gastada y algo sucia, con la apariencia que tendría una túnica como esa después de un largo viaje; si bien la túnica cubre casi todo su cuerpo, no consigue disimular demasiado su evidente sobrepeso. El que preste un poco más de atención podría ver parte de una sencilla cota de malla debajo de la túnica, también lleva que una enorme soga colocada bajo su barriga le sirve de cinturón, su rostro es redondo y una imponente papada aparece justo sobre su cuello. Aunque es joven, se nota que ha perdido bastante cabello.

Al verlos Sorac respira aliviado y mientras dice: “Padre Samuel que bueno que está aquí!” va rápidamente al encuentro de los dos clérigos.

Al llegar a ellos habla con el primero en entrar, se dicen algo que no llegan a oir y el hombre que saludara Sorac, le presenta al regordete clérigo, éste lo saluda y como respuesta Sorac señala su mesa, acto seguido el Padre Samuel los mira les hace una seña con la cabeza en señal de saludo, se da media vuelta y sale del lugar. Sorac en cambio se dirige a ustedes guiando tras de si al nuevo personaje, al llegar a la mesa dice:

Queridos señores, permítanme presentarles al Padre Palomeque, es un clérigo que ha venido a petición de nuestros amado padre Samuel, el clérigo del pueblo, para ayudarnos a terminar con la plaga que azota la zona, el irá con ustedes a las minas, padre Palomeque, ellos son los valientes voluntarios que se han convocado hoy aquí espontáneamente para ayudar a nuestros pueblo en éste predicamento, ellos y el señor elfo de aquella mesa, a me olvidaba, y éste chico, también al parecer.

Sorac hace una mueca cuando señala a Lázaro como menospreciando un poco la utilidad de alguien tan joven para el serio trabajo que harán.

En éste momento los señores se encuengran aguardando al Mayor Cristofer Sendars, el alcalde de Duvik para informarles sobre cual es el trabajo que deberan realizar, si es tan amable le ruego que se siente y espere con ellos, aunque seguramente Samuel ya le habrá explicado algunos detalles.

Caballeros los dejo, iré a pedirle a mi ayudante que vaya a avisarle al alcalde que el enviado de templo ya está aqui y a cdecirle que se apresure que el grupo ya está formado, les ruego que mientras tanto mantangan la calma por favor.

Dicho ésto Sorac vuelve a la barra, habla con el crio que le ayuda en la taberna y éste sale corriendo del lugar, el tabernero se queda con cara preocupada mirándolos debes en cuando, con temor a que los ánimos vuelvan a caldearse, mientras espera el regreso de su ayudante con noticias del alcalde o mejor del alcalde mismo.

Tras escuchas las palabras del gnomo su temblor apago pero aun no dice nada. Poco a poco se da la vuelta, recoge la silla del suelo y vuelve a sentarse. Posando ambas manos sobre la mesa toma una amplia bocanada de aire y lo suelta poco a poco.

- Gracias señor Girasauce, yo también me disculpo por mi explosiva reacción, he sido educado en el respeto al prójimo y no tolero a los irrespetuosos aunque reconozco que en varias ocasiones me he excedido con las represalias, como es el caso. - Dice tras lo que, ya relajado, vuelve a su respiración normal. - Debo daros las gracias por proporcionarnos este buen bocado y aunque donde me siento más comodo es en batalla y no comparto de todo vuestra devoción si reconozco que en la naturaleza es donde me siento en paz. - Añade con una expresión de tranquilidad casi sonriente, su temperamento explota a la misma velocidad que vuelve a su estado anterior. 

- Pues teneis razón señor Morkhur, me vendría muy bien otro trago. Os lo agradezco. - Responde ante el ofrecimiento del enano. - Pero lo que mejor me vendría es algo de descanso aunque no antes de hablar con el alcalde, ciertamente el mozo esta tardando demasiado. Quizá si deberíamos ir nosotros mismos como dice el señor Argith. - Añade cogiendo su jarra y apurando el último trago que quedaba. - Esta tierra está enferma y solo un loco o un ingenuo lo ignoraría. - Dice posando ya la jarra vacía. - Quizá deberíais dejar de vivir en vuestro mundo, ojear lo que os rodea para ver lo que ocurre a vuestro alrededor pequeño Lázaro y dejar de mirar a vuestra entrepierna que tantas ganas tenéis de mostrar al mundo. - Dice soltando una pequeña carcajada.

"Todavía no soy consciente de donde me he metido pero cuanto más difícil sea el reto más resonará mi nombre."

Tras ver llegar al erudito, me levanto de la mesa, me acicalo la ropa y me estiro y coloco la capa y me acerco a el.

Saludos Padre, haciendo una reverencia, es un placer recibir y disponer de la ayuda de un hombre de la Fe en nuestra "pequeña" empresa, por favor sientese con nosotros y coma un poco de cordero y beba algo de cerveza si su religion lo permite.

Sorac por favor trae viandas al Padre Palomeque y una silla para que se pueda sentar con nosotros.

tras la conversacion le acompaño hasta la mesa y en el trascurso, me fijo si posee algun colgante o simbolo de su religion.

El elfo hechicero se queda mirando de manera poco expresiva a los gordos religiosos que dicen ser clerigos, entre ellos un tal Padre Palomeque, el unico que le dio una atención fue el guerrero de Heironeus algo asi y el otro guerrero se calmó de un minuto al otro.

"Si no pasa nada, creo que yo mismo me ire freneticamente a la busca del tal alcalde Sendars y que nos diga que hay que hacer. Cuanta gente poco e incomprensible de la hechiceria, no Nigrum?" hablando en voz baja mientras acaricia un poco a su gato negro, mirando algo indiferente al bullicio y charlataneria grotezca.

"Los humanos y sus pasiones religiosas....."

EL paladín, disimuladamente estudia el cuerpo de Palomeque en busca de algun símbolo o imagen que revele cual es la deidad que venera el clérigo, y no le cuesta mucho encontrarlo ya que el rechoncho devoto lleva colgando de su cuello de un cordón de cuero un símbolo de madera con la forma de un sol.

¿Dónde coño me he metido? - piensa Lázaro al oir a sus compañeros. Mira a Armando cuando hace su comentario sobre su entrepierna - Le dais demasiada importancia a todo señores. Al final del día, podéis acabar muertos en una cuneta y todo se relativizará bastante ¿no creéis?. Es mejor darle importancia a lo que en realidad la tiene, vivir al día y disfrutar de cada momento.

Levanta su tercera jarra sin signo alguno de embriaguez y saluda al recién llegado. 

- Saludos Padre. He tenido ciertas experiencias con los de su especie, no muy placenteras. Espero que nuestra relación sea mejor. Soy muy respetuoso cuando me respetan - sonríe - que se lo que valen sus votos a veces... Pero brindo por Olidammara porque nuestra empresa sea satisfactoria y, qué diantres, pasemos un buen rato en ella. 

Pega un largo trago de la cerveza y continua. 

- Soy consciente de que os he ofendido con mi aparente falta de tacto ante la situación que nos rodea, pero habéis de disculparme. Soy un poco despistado además de daltónico y por donde vine el paraje no era tan desolador como lo pintáis. Permitidme que siga el consejo que me dio uno de mis pocos maestros cabales y haga voto de silencio hasta que me entere bien de la situación. Líbrenme los sabios de sonar prepotente, quiero aprender así que no esperéis de mí palabra hasta que en mi atolondrada cabeza quede todo claro. Os seguiré pero eso sí, daos por enterados de que quiero mi parte correspondiente de toda recompensa, sea económica, alimenticia o carnal aunque no la requiera. 

Y acto seguido, Lázaro se acaba la jarra de un trago, calla y observa. 

Observa la mesa con el grupo en cuanto atraviesa la puerta. La taberna no parece estar pasando su mejor momento, y sólo hay un cliente solitario más en otra mesa. Teniendo en cuenta la situación actual del pueblo, ni siquiera le extraña. Se limita a seguir al padre Samuel y esperar a que le presente. Primero al tabernero, que responde al nombre de Sorac, y parece bastante emocionado. Cuando por fin le llevan hasta los demás, espera a que Sorac termine para comenzar a hablar. - Bendito sea el Padre Sol por haberme traido hasta aquí - comenta con los brazos alzados, como lanzando una bendición sobre los presentes. De reojo, no quita ojo a la comida que hay sobre la mesa. - Anoche hablé con Él y le pedí que me ayudara en esta misión, así que podremos contar con su omnipresente luz incluso en la más terrible oscuridad Tras la presentación formal, algo típica y pomposa, acepta sin rechistar el ofrecimiento del paladín. Acaba de comer en el templo, pero nunca deja pasar la oportunidad de repetir si se le plantea la ocasión. Comienza a comer mientras rellena su jarra, sin demasiado énfasis en parecer educado. - Seguro que nos llevaremos bien - comenta en general, aunque en realidad está respondiendo al comentario de Lázaro - He examinado a uno de los enfermos - Da un trago a la jarra para que le ayude a tragar lo que tiene en la boca - y me temo que se trata de algo contagioso y que se extiende demasiado rápido. El padre Samuel me ha dado un plano de la mina, pero es prácticamente inservible. Aún así, creo que debemos partir cuanto antes, o muchos más morirán.- Observa a todos uno a uno y limpia los restos de comida con la manga de la túnica

"¡¡¡Ni un paso más santurrón!!! - dice Morkhur sobresaltado - "¿Cómo sabemos que este gordo no está ya apestado con esa extraña enfermedad?" - expresa el enano al resto del grupo refiriéndose al Padre Palomeque. Se acerca hasta él, lo suficiente pero no demasiado como precaución, y lo observa detenidamente - "El larguirucho de Ryld lo dijo hace un momento - Nada nos asegura que no nos contagiemos - No debemos arriesgarnos" - agrega, mirando despectivamente a Palomeque - "Así que quítenle esa bandeja de cordero antes de que la apeste también, ¡JAJAJA! - manifiesta seguido de una pequeña carcajada. 

¿Si fuera una enfermedad infecciosa, por qué iba a afectar a los animales y a las plantas, santurrón? Se tiene que tratar de algún tipo de infección en el agua, algún tipo de veneno, de modo que pueda afectar a todo el medio ¿O es que has visto que la peste mate a los árboles o a los animales salvajes? Eso son supesticiones de pueblerinos, seguidor del padre sol, pero tenemos que tener la mente fresca y recabar toda la información posible.

Lo mejor es que los que podamos, preparemos conjuros para evitar el agua de la zona, conozco que los magos pueden crear agua de forma muy fácil - dice mirando al elfo - y por tu padre, señor, creo que podéis purificar bebida y comida al igual que pueden hacer los druidas.

"A mi solo me importa encontrar curiosidades arcanas que pueda beneficiarnos o perjudicarnos. Lo que nos beneficie, lo usamos y lo que no, lo destruimos o lo usamos contra aquellos que quieran hacerlo. Mucho mas simple, sencillo y claro....!"  comenta Phelcyan tras escuchar siendo nombrado sin mas, con una sonrisa de seguridad e indiferencia sin importar mucho la opinion ajena de como deberia usarse la magia.

Se coloca sobre el plato, protegiéndolo de cualquier mano ajena que intente quitárselo, y mira al enano con extrañeza.

- Lo más probable es que todos nosotros ya estemos contagiados - dice sin darle mucha importancia, y sin perder de vista al enano mal encarado - así que no hay razón para no disfrutar de un manjar como este. Quien sabe, puede ser el último - Vuelve a dar un bocado a su comida y mira al hombre de aspecto desaliñado - Tiene razón, debe tratarse de algún tipo de veneno o enfermedad de origen mágico para que afecte a todos los seres vivos. Yo no he dicho lo contrario - habla con la boca llena, escupiendo algún trozo de comida - Pero sólo me llamaron para echar una mano a los habitantes del pueblo y no a sus cosechas.

Mientras el grupo de la da una no del todo cálida bienvenida a su último integrante, y discuten sobre la etiología de la enfermedad y su forma de contagio y diseminación la puerta de la taberna se abre una vez más y ésta vez para calmar la ansiedad de algunos, es alguien que muy bien pordría ser el esperado alcalde.

Un hombre bien vestido entra en la taberna y se dirige a Sorac, le dice unas palabras y Sorac en respuesta los señala.

El hombre siguiendo el dedo del tabernero los mira, esboza una ssonrisa , le agradece a Sorac y va hacia ustedes. Al llegar a su mesa, con elegancia el hombre se presenta.

Muy buenas tardes, soy el Mayor Cristofer Sendars, el alcalde de Duvik, por lo que me dicen ustedes son los valientes voluntarios para formar parte de la partida de búsqueda a la minas, déjeme decirle señores, que es un honor conocerlos, quiero darle formalmente la bienvenida a nuestro pueblo.

El mayor Sendarrecorrer la mesa ofreciéndole a cada uno su mano en un sincero apretón de bienvenida.

Disculpen por no haber venido antes a darles la bienvenida pero estaba muy ocupado organizando la atención a los pocos enfermos que quedan ya que la mayoría ya ha fallecido y todas las cosas relacionadas con eso, pero bueno ya he podido liberarme unos minutos y si usted me permite me sentare a su mesa, así nos cnocemos y podremos pulir los detalles de la partida de búsqueda. Permiso.

El Mayor aparta una silla y se sienta.

"Mjm, Mayor Cristofer Sendars el esperado alcade de Duvik llegó..." comenta en voz baja a Nigrum y hacia si mismo, tras saludarlo con gestos y la mano haciendo un saludo dentro de todo formal

"Soy Phelcyan Gulmore, amo la hechiceria por sobre muchas cosas mundana y si no le molesta Mayor Sendars.... Cual piensa que es el origen de tales muertes? magia? envenenamiento?"  fue el que primero parecio presentarse, acercandose lentamente casi con una suerte de euforia por saber lo maximo posible e ir hacia las minas de Duvik.

Empezaban a surgir pequeños roces en el grupo pero no es de extrañar pues es un amplio grupo y diversidad de personalidades salen a la mesa. Se dan unos segundos para relajarse y volver todos al cauce.

"Por mis muertos, ¿Cuanto piensa tardar el alcalde?" El pensamiento ronda su cabeza justo cuando se abre la puerta, y un aire de esperanza entra en cuanto se abre para quedar en una brisa de decepción al ver a dos hombres religiosos entrar. El descontento era aun mayor, ya poco soporta la espera pero todo indicaba que uno de ellos les acompañará en esta misión.

"Bueno, ¿Cual será?¿El viejecillo o el rellenito? No se que será peor." Aunque su pensamiento no era en absoluto positivo no era tanto por su apariencia pues sabe que todo miembro puede ser útil pero tenía cierta aversión con los religiosos, muchos solo eran fanáticos que justificaban todos sus actos por que son en nombre de su dios.

- Saludos padre, unase a la fiesta. Como puede ver ya somos multitud. - Expresa una vez realiza su presentación y le dedican unas palabras. Y mientras meditaba sobre la enfermedad con pocos frutos pues es un campo del que no tiene conocimientos la puerta ve vuelve abrir. Mis ojos volvieron a centrarse en el movimiento del umbral. Esta vez una figura bien vestida, de porte aristocrático se dirige hacia la puerta. "Parece que por fin ha aparecido."

El alcalde se ha personado y tras una rápida presentación dio lugar a resolver nuestras dudas. 

- Saludos señor alcalde, me presento, mi nombre es Armando Guerra y tiene en mí una espada a su servicio. Como bien sabe, al igual que aquí todos los presentes, estamos interesados en la partida que se va a realizar y ante nada nos gustaría saber en que consiste y el motivo de dicha partida por favor. - Dice lo más educadamente posible, como sus padres tan fervientemente le intentaron enseñar a pesar de que nunca se le ha dado muy bien es el alcalde y hay que intentarlo.

El alcalde se sienta a la mesa donde están todos reunidos, ya que Phelcyan con la llegada del alcalde ha vuelto a la mesa donde se encontraba el grupo.

Sorac me ha dicho que hace sólo unos momentos el padre Samuel se ha ido de la taberna y ha dejado con nosotros a un enviado de un templo amigo de su orden imagino que será usted señor, (mira a Palomeque) déjeme darse infinitas gracias por su ayuda, si es usted un enviado del padre, el grupo estará en buenas manos. Seguramente Samuel le ha puesto al tanto de toda la situación pero igualmente les ahora que está todo el grupo reunido, responderé cualquier inquietud que tengan respeto del trabajo que se les encomendará.

Phelcyan le hace una pregunta y el alcalde responde:

Encantado Señor Phelcyan, seguramente sus artes serán de mucha ayuda en la misión, en cuanto al origen de la plaga, hemos discutido mucho al respecto y hemos llegado a la conclusión que por la forma en la que comenzó, por como se propagó y por afectar a todo lo vivo por igual sin  discriminar especies de ningún tipo, creemos que tal vez sea un poco de ambas Señor Phelcyan, pero nadie tiene una certeza absoluta al respecto, ni siquiera el sabio padre Samuel ha podido determinar la causa exacta de éste mal que nos aqueja, pero aquí entre nosotros en mi opinión debe haber algo de magia involucrada en todo esto, de que tipo no sabría decirle, es más bien una corazonada.

En ese momento se presente el guerrero a lo que el alcalde responde:

Encantado señor guerra se agradece enormemente su ofrecimiento y es aceptado, su espada será un gran apoyo para el grupo en caso de ser necesaria, con sólo verlo estoy seguro de ello.

Como no señor, para eso estoy aquí, el motivo de la partida es buscar y recatar al anterior grupo de búsqueda que partió hacia la mina, y ver que pasó con ellos, y si es posible traerlos de vuelta, si es que aún están vivos, el anterior grupo partió en búsqueda de los últimos mineros que aún trabajaban en las minas los cuales un buen día ya no regresaron. Y si en el transcurso de su empresa logran descubrir la fuente de la plaga o cualquier información que nos sea útil para lograr combatirla les será eternamente agradecida además de bien recompensada.

Pero déjeme, contarles rápidamente como comenzó todo y así comprenderán mejor la situación: Casi todos en el pueblo han sufrido la pérdida de algún ser querido, a causa de la plaga, La plaga ardiente como le decimos nosotros. Hace aproximadamente 4 meses los mineros volvían a sus casas después del trabajo, mucho mas cansados que de costumbre y quejandose de abrasadoras heridas y una sed insufrible. Poco despues, el ganado empezó a morir a un ritmo preocupante y fue diezmado rápidamente, luego las cosechas empezaron a pudrirse en los campos. Un grupo de los lideres del pueblo, entre ellos el padre Samuel el señor Tungstan, el minero jefe y quien les habla, investigamos al respecto y llegamos a la conclusión de que el agua había sido envenenada por una enfermedad hasta ahora desconocida. Para ese entonces la plaga ya se había diseminado y empezaba a afectar a jóvenes y  enfermos, muchos murieron, fue algo muy lamentable. Todos tenían una gran fiebre,  ardientes dolores musculares, una inflamación de garganta tan severa que llegaba a casi asfixiar a las victimas, mucha fatiga, y luego de eso casi siempre venia la muerte. Y  para empeorar las cosas como les dije los últimos hombre que permanecían con fueras para trabajar, bajaron a las minas y ya nunca regresaron, nadie sabe que les paso. Fue entonces que se organizo una partida de búsqueda, formada por algunos guerreros del pueblo, bajaron a las minas hace aproximadamente un mes, pero todavía no hemos tenido ninguna noticia de ellos, sinceramente tememos lo peor, por eso ahora se esta organizando la 2da partida de búsqueda, que justamente ustedes conforman mis queridos señores  
En que consiste el trabajo? En lo que les dije antes, deberían ir hasta la mina y una vez dentro comenzar a buscar señas de la anterior partida o de los mineros, explorando la mina.
Les debo pedir disculpas, y me da pena informales que no poseo ningún mapa de la mina, ya que el encargado de guardarlos era el Minero jefe, el señor  Tungstan que también se ha perdido, quizás el padre Samuel posea algún mapa antiguo, no lo se. 

Lamentablemente, los pocos recursos que quedaban fueron utilizados por el anterior grupo de búsqueda, no nos queda mucho para ofrecerles, pero todo lo que éste pueblo posee será compartido con los valientes que se animen a ir en ésta misión, desde ya todos sus gastos de albergue, bebida y comida mientras se preparan para partir son cortesía del pueblo de Duvik , en cuanto los recursos como dije les podremos dar cuerda pero no mucho más, tampoco puedo ofrecerles caballos, pues como verán casi todo el ganado y los animales perecieron a causa de la plaga, sinceramente lamento no poder ser de mas ayuda. Aunque en la mina encontraran picos, palas y todas las herremientas que usanban los mineros, que mas pueden conseguir alli?,realmente lo ignoro, quizas puedan encontra algo de comida, los mineros siempre llevaban carne seca y esas cosas.

Escuchó con atención la palabrería, y las presentaciones que continuaron a la entrada del alcalde, las alabanzas mutuas, y la charlatanería propia de la diplomacia humana que nunca había entendido, igual que los humanos no entendían por qué los perros se huelen el culo los unos a los otros o por qué corren detrás de sus propias colas.

¿Ves? Te dije que era el agua, santurrón - le dice a Palomeque cuando acabó de hablar el Mayor Sendars, luego se gira y habla hacia el alcalde - O sea, que a demás de ser una segunda opción no tenemos recursos disponibles, ni caballos, ni mapa y nos encaminaremos a una misión que seguramente nos conduzca a la muerte... Me apunto - Exclamó finalmente.

Por cierto, yo soy Tom, Tom Girasauce.

"¿Este es el Alcalde? ¡JAJAJA! Orejas de alfiler trae ropajes más elegantes que usted, larguirucho" -dice Morkhur refiriéndose irónicamente a los atuendos de Cristofer y Phelcyan. "No me interesa que clase de enfermedad sea ni a quien afecte o deje de afectar, pero opino igual que Tom. La recompensa merece la pena este esfuerzo. No creas que importa lo que pueda llegar a pasarle a este pueblucho, pero si al oro que pueda darme ¡JAJAJA!" - exclama el enano con tono burlón. "Morkhur es mi nombre, larguirucho. Seguro ha oído hablar de mi ¡¡¡no sea modesto conmigo!!! Contar con mi hacha en esta expedición, creerme que será necesaria" - dice con arrogancia y seguridad.