-Gracias Hécate-dije cuando vi que nos habia transportado.
Pero cuando me volvi para ver como estaban los demas vi que solo nos habiamos movido nosotras. Me mordi el labio mientras los observaba.
"Venga no os quedeis alli"
-Hmm maldición, este cuerpo mortal no puede moverlos desde tan lejos -comentó. Estaba relativamente tranquila contand que los demas sabían cuidarse bastante bien. El que hacer dependería de ellos.
Motivo: Teletransporte a distancia
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 12 (Fracaso)
Y lo cerca que estuve, lol.
Gracias a Hécate al fin podíamos estar libres de aquella muchedumbre vociferante que nos rodeaba, pero el poder de la diosa en su forma mortal no había podido teletransportarnos a todos.
- Ahora que no hay mortales cerca os diré que no hace falta que busquemos ningún camino para acceder al inframundo. –Me volví hacia mi madre porque sabía cuánto le desagradaba la idea de verme en mi reino.- Yo os abriré un portal que nos llevará directamente hacia los dominios de mi esposo. Pero ¿esperamos por Hypno y Helios o nos vamos sin ellos?
Hypnos parece emitir una especie de ondas desde sus manos golpeando de lleno a los humanos. Los guardias llegaron en ese momento y el poder del dios también les afectó. Todos se quedaron detenidos y sus ojos comenzaron a cerrarse, al tiempo que se movían tambaleándose.
Bien , podemos irnos tranquilos , mientras siga usando mi poder estarán bien tranquilos y perezosos .
Comentó con calma el Dios de los sueños mientras seguía manteniendo el poder por si las moscas .
-Vamos- dijo Helios a Hypnos mientras observaba como los humanos se dormían. -Interesante truco, y muy útil por lo que se puede ver- elogió el dios
Por norma general es mejor dormir a tu objetivo de forma indefinida a avisarlos de que estamos aquí , por mucho que se quedaran ciegos momentaneamente .
Bromeó el Dios con el señor del sol .
-Esperaba que entedieran que era un dios quien les hablaba. Además. ¿Por qué no actuaste antes si es tan indispensable?- le dió un pequeño golpe en el hombro a Hypnos y agregó -Vamos, mejor no perdamos el tiempo y encontremos a esas miedosas diosas que nos han abandonado a nuestra suerte-
Cada uno tiene su estilo propio .
Alegó el Dios ante las palabras de Helios antes de continuar caminando .
Hypnos y Helios se mueven mientras los humanos están medio dormidos buscando a sus compañeras diosas. Al final, en lo alto de una calle ven cómo se asoman por un callejón, haciendo señas de que están allí. Suben a buen ritmo, sin llamar la atención de nadie más. Al llegar al callejón, parece que el efecto de Hypnos desaparece, pues comienzan gritos y movimientos, como si os estuvieran buscando
¿Tengo que hacer algún tipo de tirada para abrir un paso hacia el inframundo?
Ninguna. Una descripción de cómo quieres abrirlo. Sólo te indico que en el agujero que abras en el suelo se formarán unos escalones. El resto ya es cosa tuya
Una vez que los dos dioses estuvieron con nosotras y antes de que los humanos nos encontraran, convoqué a las sombras para formar un muro de oscuridad a nuestro alrededor. Empecé a entonar un suave canto mientras mi guadaña golpeaba por tres veces el suelo, el cual se abrió con fuerza formando un remolino que arrastraba a su interior todo lo que había cerca.
En el centro se empezaron a formar unos escalones que se perdían en el interior de la tierra. Encabezando la marcha comencé a descender hacia las profundidades de mi reino.
- Vamos -fue lo único que dije a mis acompañantes antes de perderme en las profundidades.
Mientras esperaba que los otros nos alcanzasen pense en cuanto detestaba tener que ir alli. Y mucho mas teniendo en cuanta aquella horrible experiencia de perder a mi hija.
"Bueno estaba vez bajo personalmente que ya es diferente"
-Deacuerdo-dije siguiendo a mi hija por esas escaleras.
Aun en aquel cuerpo mortal, sabia que un viaje a las profundidades no me sentaria bien pues era lo contrario a mi ser. Pero no tenia muchas opciones.
Hécate sintió que la piel se le erizaba. La cáscara mortal se sentía repelida por la idea de bajar a la tierra de los muertos, de forma natural. Sacudiendo levemente la cabeza para poner razón sobre el instinto mortal, también comenzó a bajar los escalones.
-Esta será una empresa complicada.... -comentó con aire meditativo antes de que las sombras consumieran su figura descendente.
Perséfone había abierto una puerta al inframundo. Las tres diosas se encontraban ya descendiendo por ella sin siquiera preguntarle a él o a Hypnos por su bienestar luego de que los hubieran abandonado. Se encogió de hombros y las siguió esperando que el dios Dormilón les siguiese.
Perséfone abre una puerta al Inframundo. Los escalones se van formando según los vais necesitando, descendiendo en espiral. Descendéis durante un tiempo que se os hace eterno, hasta llegar el suelo.
Esa superficie es de tierra oscura. Al mirar a los lados y hacia atrás no veis nada. De frente, tenéis el rio Aqueronte y, esperándoos, Caronte con su barca.
Al acercaros, el barquero hace una pequeña reverencia a Perséfone
Mi señora... ¿qué hace en estos lugares? Viene en su forma humana. ¿Deseáis que os lleve por el río?
Cuando llegamos al final de la escalera nos encontramos con Caronte que, como siempre, esperaba nuevas almas para llevar en su barca.
- Sí, deseo ir junto a mi esposo. Ellos vienen conmigo.
Me imagino que yo no pago ¿verdad? y mis colegas tampoco ¿no? Supongo que de algo servirá ser vip... y la mujer del dueño del local :P
No necesitan presentación. Los dioses son dioses en cualquier lado añadió con otra pequeña inclinación.
Espero que el señor Hades esté informado de esta visita tan numerosa. No hace falta que me paguen nada, este es su hogar.
Caronte movió la mano haciendo gesto de invitación a la barca
Suban, rápido. Y recuerden no tocar el agua. No creo que les guste
Tras subir, Caronte empujó la barca y comenzó a remar. El viaje fue lento y silencioso. El rio no se veía en su totalidad, pues la niebla le cubría. Aún así parecía haber sombras extrañas.
Caronte cumplió su cometido y os cruzó el rio. Al desembarcar, os señaló el camino
Mi señora, ya sabe por dónde se debe ir. La puerta de su hogar estará abierta para usted.
Y allí os despedís de Caronte. El camino desde su barca hasta el hogar de Hades era sencillo. El camino era un tanto siniestro. Sombras por todos lados, árboles secos y con sus ramas que os señalaban amenazantes. El castillo de Hades estaba al final de ese camino. Se levantaba majestuoso. Tres torres lo componían, pero sin ningún tipo de adorno en su fachada. Era totalmente liso.
Y en la puerta, allí estaba, esperándoos