Partida Rol por web

Hypnos poco o nada tenía que hacer ante la súbita furia de su padre...

Sólo se le ocurrío algo muy simple, corrió hacia la jaula de Atenea mientras trataba de unir sus fuerzas a la de Hades para reforzar su sombra.

Si la sombra de Hades fallaba, interpondría su cuerpo entre el rayo y Atena, a costas de sacrificar su vida...

Selene abrió los ojos de par en par al comprobar como Zeus había destrozado su jaula de hielo con un solo gesto. Después comprobó que algo maligno lo había poseído. Su padre no podía comportarse así, él no era así y nunca lo había sido. Esa venganza y odio no era normal en Padre.

Cuando descargó toda su energía contra Atenea solo pensó en una cosa. Antes lo había hecho y quizá ahora funcionase de nuevo. Si lograse crear el iglú sobre la jaula y sus compañeros le apoyaban en ello, quizá tendría una oportunidad.

Helios se quedó atonito ante tanta maldad e ira que emanaban de padre de todos, tanto así que no le importaba para nada las consecuencias de sus actos... -Por el Olimpo... se ha vuelto loco...-, sin poensarlo dos veces, creo una bola de fuego gigante que abarcaba el ancho de la jaula de atenea y más aun... miró arrba hacia la amenza y disparó la bola hacia ella intentando cubrir el desastre que Zeus intentaba hacer... -"¡¡¡No lo permitireeeeé!!!"

A pesar del golpe Hecate no se habia distanciado mucho de la jaula en la que se encontraba la diosa, por lo que sin pensarlo dos veces arrojo su cuerpo hacia la jaula creando un escudo que quizas con la suerte de su lado podría evitar la tragedia.

Una vez pasado el peligro, Hypnos se agachó junto a Atenea y trató de incorporarla mientras intentaba atisbar las heridas que PADRE le había causado.

Atenea, ¿estás bien?

Selene se acercó hacia Atenea, pero no quería atosigarla, simplemente se limitó a realizar un nuevo escudo protector que ahora los protegiese a todos. Temía que Zeus no hubiese desaparecido de verdad, si no que lo que hubiera hecho era una estrategia para que se confiasen. Debían estar protegidos por si acaso.

Helos quedó algo extenuado tras tal magno esfurzo, pero aun así, saco fuerzas para acercarse a la diosa por la que lucharon y extenderle la mano para ayudarla a incorporarse... -"¡Por el Olimpo, los dioses y todos los mortales, como me alegra verte viva!, pensé que desaparecerias junto a padre... pero e conratula saber que no fue así..."-, una sonrisa ladeada asoma en la cara del dios Sol.

Hades se acercó con paso decidido al cuerpo de su sobrina. Se agachó para contemplarla mejor y se volvió a vosotros.

Está medio muerta aquí tirada y ninguno de vosotros es capaz de hacer nada por ayudarla. Veamos si con un poquito de energía se recupera sola...

El Dios del Inframundo puso los dedos en la frente de Atenea y empezó a transmitirle energía

Poco a poco, las heridas de Atenea fueron cerrándose y cicatrizando. El color volvió a su cara y parecía que su cuerpo brillaba por la divinidad. No tardó en abrir los ojos y, al veros, sonrió.

Se levantó como pudo y cerró los ojos para inspirar lentamente. Al abrirlos, una mezcla de dolor y gratitud se veía en su rostro.

Gracias, familia. Habéis luchado con honor y fuerza. Habéis actuado como teníais que hacerlo... A pesar de que Zeus no se haya dado cuenta y haya... parecía como si una lágrima asomara a su ojo. Sacudió la cabeza y miró a Hades.

Hades, ha sido un detalle que vinieras a ayudarnos. Quizá no son los motivos que me hubieran gustado, pero gracias.

Hades había estado conteniendo la respiración hasta ese momento. Sin duda, la desaparición de su hermano y la posible muerte de Atenea le había afectado, pero al ver cómo ésta se dirigía a él, actuó como si nada.

Vaya, vaya, sobrina, y parecías tonta cuando saliste de la cabeza de Zeus. No me des las gracias, teníamos un trato, y espero que se cumpla. Lo de Zeus es triste, pero oye, él se lo ha buscado.

Y se cumplirá, Hades, tendrás un lugar en el Olimpo.

Hypnos se arrodilló en el suelo exausto por el trabajo realizado.

Habían sido muchas las penurias que él y sus hermanos habían tenido que pasar pero finalmente había final feliz.

Atenea estaba sana y salva, la humanidad había sobrevivido... eso bastaba para reconfortar a Hypnos.

Helios fue caminando y estrechando sus manos con todos sus compañeros uno a uno terminando en Atenea, -"Lo hecho, hecho está, ahora es momento de cambios... una nueva era se acerca, nuestros actos no quedaran impunes*... pero debemos esforzarnos para que haya valido la pena... Los mortales tienen una nueva oportunidad y nosotros... el Olimpo, también... Me alegro de haber compartido batallas y aventuras con vosotros y no dudéis en volverme a llamar si el destino dependa de nosotros, acudiré con gusto... Pero ahora los cielos me necesitan, el sol tiene que volver a su curso, al igual que la Luna..."-, dice mirando a su amada Selene, a la que se acerca y la besa como un adiós, -"Amada mía... otra vez separados por el día y la noche, por nuestros destinos y responsabilidades... he disfrutado mucho a tu lado durante este breve tiempo... nunca lo olvidar´..."-, entonces se gira y mira al cielo para luego soltar un enorme silbido -"¡¡¡ZJZJZJUUUIIIIUUJZJZUUUIIII!!!"-, y el carruaje dl dios sol se vislumbro en el horizonte, acercándose a gran velocidad, surcando los cielos, para acudir a la llamada de su dueño...

Viendo que el Dios del inframundo no iba a traicionarnos, volví a transformar en mi forma humana -Zeus ha muerto- digo agachando la cabeza apesadumbrada -Solo espero que aprendiésemos a actuar en conjunto y por el bien, porque el Olimpo a perdido parte de su fuerza. Debemos aprender a que subestimar cualquier enemigo sin importar nuestra fuerza es lo peor que podemos hacer y nos puede costar mas que la vida-

Sabía que el día de mañana si volvian los Titanes o si otro peligro azolase a los humanos, Zeus hubiera sido vital para cualquier combate.  

Me acerco hasta Atena, me agacho y pongo una mano sobre su hombr -Ahora, al igual que Helios, debo retornar a mis deberes pero no dudes en llamarme si me vuelves a necesitar-

Hecate, colaboró a Hades a socorrer a la adolorida Atenea, lo miró con recelo, pues esta historia no encajaba, no es que considerara a Hades el ser por naturaleza malvado pero tras sus palabras en el Inframundo tenía series dudas sobre él.

Lloró por Zeus, nunca pensó enfrentarlo de esa manera, para ella el verdadero culpable del robo del fuego sigue sin castigo y todo el desorden ocasionado tardara mucho en ser reparado.

Esto aun no termina, pero nada se puede hacer mas que estar alerta y reparar el daño hecho -mirando a Hades- tendrás tu lugar pero eso no significa que estas exento de culpa, además que falta decidir que haremos con Poseidon, no puede quedarse para siempre confinado, el océano necesita un regente... Confío en tu sabiduría mi pequeña diosa haciendo una venia a Palas.

Con esas y con mas dudas se lleno la cabeza de la Diosa, mientras abandonaba una de sus formas mortales, cambio a la de la esperanza (el camino menos transitado en estas épocas pero el que mas le agradaba) y se dispuso a partir.

Iré en busca de respuestas, mis caminos me esperan. Un sendero se abrió y en el la esperaban tres perras negras gigantescas, de un aspecto fiero (mas que el de un lobo) quienes la saludaron con alegría, la niña diosa dio un último giro y con una mano levantada se despidió de todos, para luego diluirse en la penumbra.

Selene abandonó su forma humanoide. Ya Zeus no podría detectarles por lo que no suponía ningún peligro. Sonrió a sus compañeros y compañeras pero cuando vio como Helios se marchana de allí con un triste pero apasionado beso. Selene se quedó boquiabierta.

Pensaba que llegado el fin de Zeus, era posible crear un nuevo orden, un lugar donde el dios del sol y el de la luna pudieran convivir juntos sin necesidad de pasarse toda la vida persiguiéndose. Al fin y al cabo, Hades regiría el inframundo desde el Olimpo. ¿Por qué ellos no podrían regir el día y la noche desde el mismo lugar?

Fuera cual fuera la respuesta, Helios no estuvo allí para responderla.

Selene lloró y un cristal de hielo brotó de sus ojos. Sin duda no todas las historias terminan con final feliz, al menos no para todos.

Aunque todos sabían que Selene había estado orgullosa de combatir al lado de cada uno de sus compañeros y de salvar a Atenea, ella no dijo nada. Simplemente se marchó de allí entre una nube de escarcha y oscuridad.

Una voz se escuchó cuando ya se había desvanecido.

Ha sido un placer