Partida Rol por web

Hypnos se sentía revitalizado. Hasta donde podía ver, Padre se estaba debilitando y el resto de dioses, cada uno a su manera estaban consiguiendo hacer daño o molestar al padre de todos.

Sentía, en su interior, que esta batalla podría ser ganada y derrotar a Zeus. Sin embargo padre era poderoso y cuando Hypnos se disponía a atacar de nuevo notó una corriente eléctrica por su cuerpo. Padre le había impactado con un rayo a pesar de su invisibilidad, ¿cómo?

Selene actuó con velocidad y proyectó un poderoso escudo que cubrió el campo en el que batallaban, evitando los rayos poderosos de Zeus. Helios aprovechó para intentar cortar la mano de su padre, pero, además de fallar, se llevó un poderoso guantazo que le envió lejos.

¡No oses levantar tu hacha contra el Señor de los Dioses! gritó enfurecido.

Tanatos abrió sus alas y levitó. Se concentró y, lanzando una ligera plegaria, empezó a absorber la vida de Zeus, pero éste apenas lo notaba.

Esto va a dejar de ser divertido para vosotros gruñó. Levantó su mano libre y proyectó una bola eléctrica hacia arriba que destruyó por completo el escudo de Selene. No descendió hacia vosotros. De hecho, empezó a transformarse y dejó su forma esférica para convertirse en un cubo. El cubo eléctrico empezó a descender hasta llegar a vuestra altura.

Como si Zeus lo hubiera ordenador, el cubo se convirtió en una jaula. Y allí, en su interior, se encontraba Atenea, derribada y malherida.

Hecate se había mantenido distante de la pelea, no porque no quisiera ayudar a sus compañeros de travesía, ella estaba plenamente convencida de la causa pero no desconocía el pasado que le había unido a Zeus y por un momento flaqueo, los golpes iban de un lado a otro, algunas de esas heridas jamas sanarían, no en el alma por lo menos.

A punto de llorar se encontraba cuando vio a la pobre Atena de su corazón en semejante estado, así que Hecate se levanto como si fuera una leona defendiendo a sus cachorros, la furia la lleno en todo su cuerpo, una energía la invadía y se podía ver en ella un aura que se concentraba en sus manos y sin pensarlo dos veces la lanzo en contra de Zeus.

No puedo permitir que sigas ebrio de poder y seas insensato Zeus, deja a tu hija libre. Grito mientras descargaba toda su furia contra el soberano de los dioses.

El golpe hizo volar a Helios haciéndolo estamparse contra la pares, durante unos instantes se quedó con la vista borrosa mirando el combate y pensando... -Maldición sabía que no iba a ser fácil, pero esto ha dolido...-, en ese instante se aparece la jaula donde Zeus encierra y tortura a Atenea, -Maldito bastardo... tengo que salvarla-, un aura de fuego comienza a manifestarse al rededor de Helios mientras se incorpora aun con un poco de tambaleo en sus rodillas, ahora su hacha cuelga del cinturón y entre la palma de sus dos manos comienza a formarse una estrella incandescentes en miniatura... -"Te vas a arrepentir de esto Zeus..."-, masculló entre dientres mientras el poder brotaba de él.

Zeus no contento con estar atacando a los humanos ahora encerraba en una prisión a la más valiente de sus hijas. ¿Acaso te has vuelto loco, Zeus? Entiendo que estés dispuesto a sacrificar a los humanos por tu causa. ¿Pero hacerle esto a tu propia hija? ¡Algo te ha corrompido! No sé si el poder, o es que tú ya estabas mal desde hace tiempo.

Selene alzó sus brazos y concentró todos los cristales afilados que se había creado producto de la rotura del escudo de hielo. Y cuando todos estaban levitando en torno a ella, los lanzó contra el Padre de todos los dioses.

Oh, hermano, eso no es propio de ti. Todo el mundo pensaría que es un acto de maldad propio del dios del Inframundo... Qué mala es la reputación que uno arrastra.

Hypnos reunió las pocas fuerzas que le quedaban para unirse a la lucha con sus hermanos.

Al ver a Atenea tan indefensa y sometida a Padre descargó toda su ira en un ataque contra aquella mano que había osado atacar a Atenea...

Hécate, eres la única capaz de teletransportarte, quizá sea arriesgado, pero intenta meterte en la jaula. Helios deslumbra a Zeus y quizá seamos capaces de rescatarla antes de que muera. Los demás y yo nos encargaremos de acabar con nuestro padre.

Dijo mientras conjuraba un proyectil de hielo y lo lanzaba contra su padre.

Los ojos de Helios no pueden creer lo que ven y su mente no termina de asimilarlo, la crueldad de Zeus no era digna para el que se hacía llamar padre de todos... -Nunca imagine tanta crueldad junta, quizás soñara algún día con una batalla como esta, pero no con Zeus, sino con el que hoy lucha a nuestro lado, por interés propio, pero a nuestro lado...-, pesó mirando de reojo a Hades.

Ente las manos de Helios se había concentrado una especie de núcleo de sol muy poderoso, cargado con la energía cegadora del sol y con el poder destructivo de su propio fuego... todo concentrado en ese núcleo... unas lagrimas bajaron por su rostro al ver los lamentos de dolor de Atenea -"Nunca te perdonare esto Zeus"-, susurró antes de lanzar la supernova hacia la cara de Zeus, para luego gritarle... -"¡¡¡SUELTALAAAAA O MUEEEREEEEE!!!"-

Con un simple movimiento de cabeza Hecate asintió a las ideas de Selene e inmediatamente las realizo, para ella mas que el problema de entrar a la prisión en donde esta Atena seria el de salir juntas de allí, pero si lograra entrar al menos, en caso de no salir, protegería a la diosa con su escudo de cualquier daño que le tratara su padre de infligir.

Realmente me sorprendía escuchar a los Dioses con los que luchaba -Que esperaban que hiciera? Dejar que nuestra rebelión  lo derrocara? Que se deje patear el trasero sin dar pelea? No se puede llegar a ser el supremo Dios del Olimpo peleando limpió-.

Aunque le hubiera gustado reprenderlos, estaba transformada en serpiente, asi que hice lo único que se me ocurrio: atacar a Zeus y enroscarme en una de sus piernas.

Hécate, siguiendo la recomendación de Selene, quiso teletransportarse al interior de la jaula para rescatar a Atenea de esa prisión. Al segundo de desaparecer, un poderoso chispazo sonó en la jaula. Hécate salió varios metros disparada del lugar, con pequeñas descargas recorriendo su cuerpo. Por suerte no la había matado, aunque se había quedado un poco confusa.

Hypnos, enfurecido, con un gran salto llegó hasta donde estaba Zeus, bajando con poderosa fuerza su espada contra la mano que atacaba a la indefensa Atenea. Dos dedos de la mano del Padre de los dioses fueron cercenados, empezando a gotear la sangre con velocidad.

Selene y Hades atacaron juntos. La oscuridad que emanaba de las manos del Dios del Inframundo rodeó el proyectíl de hielo de la diosa, dándole un frío mortal, que atravesó uno de los brazos de Zeus.

El golpe más potente fue el de Helios. Había estado acumulando una pequeña pero destructiva bola de fuego que lanzó a la cara de Zeus con un grito.

Zeus quedó malherido, cayó al suelo y se quedó sentado, con la cabeza dando cabezazos. Parecía que no se iba a volver a levantar. Pero, a pesar de la evidente debilidad de Zeus, la jaula de Atenea no parecía remitir en poder.

Helios reaccionó rápidamente y miró a su amada Selene para comunicarle apresuradamente, -"Rápido amor mio, ahora es el momento de que tus gélidas cadenas aprisionen a este dios que ha perdido la cordura, que tus cadenas sean su prisión, rodea sus extremidades y cuello..."-

Selene alzó sus manos y comenzó a materializar una jaula de hielo sobre Zeus. Hermanos y hermanas, dadme vuestra fuerza para generar la prisión que atrape a nuestro padre.

Libera a Atenea, dijo acercándose a la jaula que estaba creando. Libérala y tendremos misericordia contigo. Ya has visto que no eres rival digno de nosotros. La oposición y el trabajo en equipo nos ha hecho ganar tu falta de justicia. Libera a Atenea e impartiremos justicia contigo, padre.

Sacudida por la descarga tratando de recuperar su ubicación y un poco de su ser, Hecate se levanto miro hacia la jaula y hacia Zeus no pensaba atacarlo, en ningún momento eso era algo que ella quisiera, espero su respuesta, deseo que su respuesta fuera la mejor, de todos los caminos que el dios podía elegir el del dialogo era el mejor.

Zeus, padre, amigo, entiendo tu ira pero te sobrepasaste, no sigamos peleando por favor, es mas sencillo encontrar al verdadero culpable de toda esta confusión que seguir en un baño de sangre en el que los inocentes están pagando, inocentes como tu mas preciada hija. Liberala por favor, llegaremos a un acuerdo, lo juro.

Hypnos probó la sangre de padre y su confianza aumentó. Sus hermanos y hermanas estaban realizando un gran trabajo pero, parecía que cada vez que Padre sufría, la jaula de Atenea se reforzara, casi como si se alimentase del sufrimiento de Zeus.

Manteniendo su gardia en alto, no podía guardar su espada aún. Hypnos trató de entrar en la mente de padre para tratar de adormecer sus sentidos y ver si la jaula se debilitaba.

Viendo el lamentable estado de Zeus, la piedad invade mi corazon -Seguramente si hubiera sido Hades no hubiera dudado de pelear sucio. Pero el no, jamas mancillaría su honor asi, pero su orgullo fue su perdición-

Sabiendo que mis ataque no le hacían el menor efecto y que tampoco necesitabamos mas poder de fuego, busco cambiar de táctica. Mi idea era darle un golpe mas emocional que físico, un gesto que hiciera abandonar esta lucha absurda. 

La jaula de Selene empezó a formarse con rapidez hacia el cuerpo de Zeus. El dios se levantó y los barrotes helados empezaron a formarse a su alrededor. No hizo caso de las palabras de los otros dioses, pero se quedó mirando a Artemisa. Una sonrisa maligna apareció en su rostro.

Yo seré como el fénix dijo mientras sus ojos rojos por la furia quedaron fijos en la jaula de Atenea, donde la diosa seguía inconsciente.