Partida Rol por web

La quema de Barrientos

Una historia en mitad de la Península - Escena de juego

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30/12/2022, 12:06
Xelasio Medeiros

Su Ilustrísima... -Xelasio se acercó, pasando entre los escritorios y se agachó un poco, besando el anillo de don Lope de Barrientos, obispo de Cuenca, una vez éste le tendió la mano para ello-. Ésta es mi hermana, Estrela, llegada del vecino reino nuestro. Una mujer impecable, y leída e instruida, como usted pidió. Es médico, para más señas, y creo que le servirá. Y también el suyo siervo.

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30/12/2022, 12:07
Lope de Barrientos

El obispo, que aún estaba lejos de tí y viceversa, alzó la mano y la movió, para que te acercaras, como así hicísteis.

Buen día, señora -te saludó el obispo-. Me alegra saber que Xelasio me ha traído a un familiar suyo. No puedo estar, entonces, en mejor compañía. ¿Estrela, de Portugal, y doctora? ¿Y qué hacéis en la villa de Madrid? -te preguntó sonriendo,  pero también ojeando a Odón, que no dejaba de mirar la gran estantería de libros que casi llegaba hasta los arcos abovedados de los techos-.

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30/12/2022, 23:33
Estrela Medeiros

Me acerco al obispo tras mi hermano y, como él, beso la mano que me ofrece haciendo una reverencia. No le miró directamente a los ojos, y mantengo la cabeza gacha.

Es un honor, Ilustrísima. Portuguesa y doctora... sé que soy rara avis en Madrid, en la que me hallo para visitar a mi hermano, tras tantos años separados. Decidme, si se me permite preguntar, ¿en qué puedo serviros a vos, a Dios y a tanto libro? Después añado, habiendo notado la mirada del religioso al extremeño. Es Otón, mi criado. Hice un gesto al rapaz para que se inclinase ante el obispo.

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31/12/2022, 11:23
Lope de Barrientos

El obispo sonrió un poco, agradeciendo las buenas costumbres a las que, al parecer, estabas acostumbrada. El caso es que, cuando te incorporaste, miró a la estantería de libros, que parecía cada vez más grande, como si creciera a cada segundo...

Le he encargado a vuestro hermano Xelasio que encontrara a alguien que pudiera ayudarme en una tarea, y no es sino encontrar un volumen entre estos libros. Yo mismo estoy haciendo la búsqueda con mis propios siervos - y "con mis propias manos y mis propios ojos", quiso decir-. No sólo tenemos estos libros, sino que hay más ejemplares, de todo tipo, en dos celdas de este convento. Las monjas jerónimas, en su día, se lo cedieron al dueño de la gran colección, pues hubo de morar aquí temporalmente. Ahora que el dueño ya no está, busco el llamado Tratado de Astrología. Y os seré sincero, Estrela. Hay que encontrarlo hoy mismo.

Aquella última sentencia te extrañó un poco, pues el tono de voz era totalmente inquisitivo.

Si queréis, vuestro siervo, que también nos servirá bien, puede ir trayendo en una carretilla de madera los libros que estamos sacando de las celdas, y que hemos apilados en carretas, pues estas monjas no tienen baúles ni arcones para ello... -añadió-. Como digo, señora, es asunto para hoy mismo.

Notas de juego

Con tu próximo post, haz estas tiradas de 1d100:

- Una de CULx2.
- Una para Descubrir (o PER) y otra para  Leer y Escribir (o CUL).
- Además, si quieres preguntar al obispo alguna cosa, añade una tirada 1d100 de Elocuencia o PER (bonus del 25%), la cual la tendré en cuenta es por si le preguntas ciertas cosas delicadas (no así si son cosas usuales). 

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01/01/2023, 04:04
Estrela Medeiros

Por supuesto su Excelencia, cuente conmigo para encontrar el manuscrito. Asiento al encargo del obispo, que es claro: encontrar un libro concreto entre todos aquellos. Están descolocados, pero soy una persona metódica, y podré resolverlo. Y como ni Otón ni yo tenemos otra cosa que hacer, le podemos dedicar el día. El problema es otro. 

No tengo ni la más remota idea de qué manuscrito se trata.

Antes de comenzar, me gustaría conocer... ¿qué pilas de libros se han revisado ya? ¿cuántos manuscritos quedan? ¿están ya separados de algún modo? Quizás el dueño tenía su biblioteca clasificada de algún modo que las monjas desconocen.

Y, sobre el libro en cuestión, ¿conoce usted o alguno de sus servidores algún detalle de éste? Tamaño, tipo de encuadernación, color de las tapas, portada, filigranas... cualquier detalle que le haga especial. Porque es una obra singular, ¿cierto? Añado, inquisitiva. Y con la mirada busco a mi hermano, pues parece que él también está al tanto de lo que ocurre.

Una vez me responda Lope de Barrientos, iré a revisar los tomos junto a Otón.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Declaro que uso Suerte para la tirada de Descubrir, y la de Leer y Escribir. Y creo que gasto casi toda mi suerte en 1 turno (1 punto en la de Descubrir, y 40 en la de Leer y Escribir, de un total de 55 que tengo, ¿no?)

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04/01/2023, 19:42
Lope de Barrientos

Poco a poco, os pusísteis manos a la obra. Don Lope, sus dos siervos, Xelasio y tú continuásteis desgranando aquella gran estantería que había allí, así como los enormes montones de libros que Odón comenzó a traer en carretilla, ubicado en las celdas de las jerónimas.

¿qué pilas de libros se han revisado ya?

Ésta, y ésta... y ésta también -señaló tres montones el propio obispo-.

¿cuántos manuscritos quedan?

Según la estimación de mis siervos, pues yo no he mirado ni siquiera en la celda, unos trescientos volúmenes, algo menos, tal vez. Desde luego, el marqués era un hombre provechoso, y debió esforzar la vista más de lo necesario...

¿están ya separados de algún modo? Quizás el dueño tenía su biblioteca clasificada de algún modo que las monjas desconocen.

Como os digo, a la muerte del dueño las jerónimas hubieron de colocar los libros como pudieron. Ésta estantería que veis aquí se ha colocado en el día de hoy -viste una escalera por allí, junto a un arco pétreo de la ventana, pero no está organizada de ningún modo, sólo revisada parcialmente-.

Y, sobre el libro en cuestión, ¿conoce usted o alguno de sus servidores algún detalle de éste? Tamaño, tipo de encuadernación, color de las tapas, portada, filigranas... cualquier detalle que le haga especial. Porque es una obra singular, ¿cierto? 

Nada conocemos de su forma, excepto que creemos que está firmado con las siglas HC, correspondiente al nombre de Hasdai Crescas, un pensador judío de Zaragoza. Tal vez así el Marqués querría adquirir discreción con ese nombre. Leemos título a título, aquellos que llevan.

Lope de Barrientos miró entonces a otra parte.

Mirad: esa otra pila de allí -señaló el obispo un lugar junto al más grande escritorio de la sala- amontona tomos sin grafías algunas en la portada, a la espera -te miró-, de ser inspeccionados... Como ve, señora Estrela, es harto trabajo el que Dios nos da -Xelasio respondió a tu mirada con su propia mirada, levantando las cejas. Tiempo hacía que no lo veías, pero sabías que aquel gesto de alguien de tu misma sangre quería decir que él tampoco sabía nada, ni del tomo ni de las ansias de Su Ilustrísima por encontrarlo-. Eso sí -continuó diciendo-, el contenido del volumen trata de “conciliar” la ortodoxa cristiana con la... magia talismánica hebrea y la astrología.

El Obispo de Cuenca hablaba de todo aquello sin acritud, y ante esas palabras Xelasio levantó la cabeza, extrañado ¿Estaría Lope de Barrientos, cabeza visible de la Iglesia, de acuerdo en encontrar aquel tomo que aunaba posturas distintas?

Con estas primeras dudas resueltas, continuastes buscando entre las pilas de libros que allí había, y que Odón traía en la carretilla*. El muchacho se afanaba por traer montones de libros con el mayor cuidado posible.Llegó un momento en que en el scriptorium era difícil pasar, por lo que los escritorios fueron sacados de allí por los siervos del Obispo, tu siervo y algunas monjas jerónimas.

Notas de juego

*Odón no sabe leer, sólo se dedica a transportar libros.

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04/01/2023, 19:48
Director

Dos horas después.

Aún no habíais encontrado nada. Hicísteis un receso para comer, y el refectorio de las monjas fue el lugar donde probásteis manajares delicioso, vino, quesos varios (fabricados por las monjas) y algúna que otra obra culinaria propia de un obispo. Después, tras un pequeño descanso, continúasteis la búsqueda.

* * *

Otras tres horas después

El obispo Lope y un ayudante estaban en el escritorio principal, sentados y rodeados de volúmenes. Tú también, junto a varios libros de medicina que realmente podrían interesante, aunque no era momento de empaparse de ellos. El otro criado de Su Ilustrísima andaba subido en la escalera y Xelasio entonces habló.

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04/01/2023, 19:49
Xelasio Medeiros

Odón... traed algo para iluminar. Candiles, velas, lo que sea. Pedidlo de mi parte a la abadesa o a las monjas... O mejor, a la hermana portera -ordenó Xelasio, pues la noche estaba a punto de abrazar la ciudad de Mayrit y ya no entraba apenas luz notable por los ventanales.

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04/01/2023, 19:49
Odón

El muchacho, bien mandado él, salió, y a los cinco minutos llegó con tres candiles entre sus manos, iluminados ya. Las puertas del Convento ya habían cerrado.

Tened, padre -dijo el muchacho-. Luego le acercó otra al obispo, con sumo cuidado, y otra a tí. Con el fuego de los tres candiles fuísteis encendiendo más y más velitas hasta iluminar el scriptorium.

Se... señora Estrela -te dijo en bajito Odón-. No se si es ya cansacio o la oscuridad, pero en el claustro, ahí afuera... hay alguien -todo el convento estaba ya a oscuras, y las monjas debían haberse ido a acostar hacía horas, como mandada era su regla eclesiásticas-. Cuando recogí los candiles de un zaguán, vi a una figura en el claustro, como le digo. Trató de ocultarse tras una columna, pero yo ya lo había visto. Me ha extrañado, señora, pues no debía haber nadie ahi fuera.

En ese preciso momento encontraste* un volumen en piel de carnero negra, tintada, claro, con estrías irregulares, y de gran anchura. Estaba apretado entre varios libros muy desgastados. Poseía letras doradas, muy finas, con relieves de florecillas y figuras geométicas. Tales grafías eran dos: HC.

Notas de juego

*Eso es lo que encuentras debido al éxito en la tirada.

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09/01/2023, 08:04
Estrela Medeiros

El día se pasa laborando. Si bien pocas cosas me agradan más que los libros, la tarea de un bibliotecario es pesada. Y parece que se complican. A la luz del candil, las palabras de Odón me resultan aún más extrañas.

¿Alguien hay fuera? ¿No será un hombre del obispo? ¿O una monja? Mira Odón que, el cansancio se acumula y... A mitad de frase, la llama danzante de la vela alumbra un libro negro que he tomado entre mis manos. Dos letras doradas refulgen como el sol: HC.

¡Creo que lo encontré! Exclamo entusiasmada, oyéndome todos en la estancia. Presta, abro el manuscrito para comprobar su título y tema. Ojalá que sea éste... el obispo quedará en deuda con mi hermano. Se lo merece.

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09/01/2023, 09:48
Lope de Barrientos

Odón levantó las cejas, no sabiendo la respuesta de tu pregunta acerca de la identidad del que había visto fuera. Luego, cuando te interesaste por el volumen y exclamaste en alto su encuentro, el obispo y sus criados, también tu hermano, levantaron sus cabezas hacia tí (que se encontraban enfrascadas en las portadas y páginas de aquella gran colección).

Enseguida el obispo se apresuró, moviendo todas sus sotanas al son de su cuerpo, en llegar hasta tí.

Hija mía... -decía, lleno de alegría, una vez llegó a tu lado y sin dejar de posar los ojos en el volumen negro-. ¡Lo habéis encontrado! -entonces extendió sus manos, y con un falso cuidado te lo arrebató de tus manos. Apenas habías podido apreciar los grabados de oro con las iniciales con aquel detalle del que habías oído hablar-. Es... ¡Es magnif...! -Su Ilustrísima Lope no podía pronunciar palabra-.

Entonces volvió en sí, y te miró.

¡Gran trabajo, Estrela! -te felicitó-. Sois digna de mi admiración, ¡sois impecable! -y echó una mirada a Xelasio, tu hermano, que estaba más al fondo, en señal también de agradecimiento por traerte-. ¡Tú! Deja de traer libros -le ordenó a Odón, quien estaba junto a otra carreta llena de libros-. Y vos, Estrela, ahora os pido que descanséis. Os invito mañana al evento que en este claustro se efectuará, muy a la amanecida, en agradecimiento. Y a partir de ahora, seguro que podéis prosperar en esta ciudad, que ya me encargaré yo de ello -dijo, como un pago abierto por tu búsqueda-. Podéis pernoctar en este Convento, y vuestro siervo y hermano también. Romero, Tomén, preparadlo todo para mañana. Yo también me acomodaré en alguna de las celdas de este lugar, pues no merece la pena volver muros adentro de la ciudad para regresar mañana. ¡Vos espero!

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09/01/2023, 09:50
Xelasio Medeiros

Y el obispo Lope de Barrientos, junto con sus dos criados, salieron de allí. No tardó Xelasio en hacerle una reverencia antes de que saliese de ese claustro.

Hermana, ¡qué bien lo habéis hecho! -dijo Xelasio, acercándose a tí-. Tenéis vista de águila y sentidos y olfato de un sabueso. Supongo que estáis cansada... -añadió-. Los candiles estaban cerca de agotarse*.

Notas de juego

*Haremos un cambio de escena. En principio, entiendo que aceptas lo de pernoctar en el convento (a no ser que me digas lo contrario). Por otro lado, haz un último post antes de cambiar de escena al día siguiente.

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09/01/2023, 20:56
Estrela Medeiros

Las palabras del obispo me ruborizan. Está visiblemente contento. Y mi hermano también. ¡Qué dichosa me siento! El monólogo del obispo sigue, sin darme tiempo a réplica, y mi hermano me felicita orgulloso. El religioso casi está a punto de marcharse cuando la advertencia de Odón viene a mi mente.

¡Mi señor! ¡Espere! Me adelanto hasta él en el umbral de la puerta. Dice Odón que una sombra nos vigilaba desde el claustro. ¿Es uno de sus hombres? Hago un gesto de agradecimiento a mi criado. Busco al extraño con la mirada, pero no se ve nada más que oscuridad ahí fuera. No le veo.

Notas de juego

Sí, dormiremos en el convento.

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10/01/2023, 11:32
Lope de Barrientos

El obispo de Cuenca se paró en seco, se giró y te miró. Luego miró a la puerta que salía del Scriptorium.

No he venido con más siervos -respondió-. Id a mirad -les ordenó a sus dos súbditos-. No tardaron éstos en recorrer el claustro, anexo a la sala de copia y escritura donde estábais, más que un par de minutos. Al llegar anunciaron que no había nadie ahí fuera. Odón levantó las cejas y los hombros, en ese típico gesto de "pues no sé qué ha pasado".

Pues nada más que hacer aquí, -decía el obispo con el volumen entre sus brazos-. Hasta mañana -añadió-. Y luego desapareció definitivamente por la puerta, con la intención de, al igual que vosotros pernoctar en el convento.

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10/01/2023, 11:33
Director

No tardásteis en dar aviso a la madre portera, que vigilaba esa noche el convento de monjas, para que os alojaran en algunas celdas. Odón tuvo que guarecerse con tu hermanos Xelasio, ambos dos juntos, y tú en otra sala, pues eso de juntar hombre y mujer, aún siendo madre o hijo, no era lo convenido por aquellas monjas y sus reglas monásticas. Tras despedirse ambos de tí, entraste en tu celda, la cual era pequeña y diáfana: sólo una pequeña abertura al patio exterior (las huertas), así como un finísimo camastro de paja componían el lóbrego lugar. La puerta era de madera y tachones de hierro, muy fría.

Y tal que así pasaste una fría noche en Mayrit, fuera de las comodidades del caserón que habías adquirido en la ciudad días atrás.

* * *

Al día siguiente.

Un gallo cantó desde algún lugar cercano, pero no fue eso lo que te despertó.

El ir y venir de pasos y voces más allá de la puerta de tu celda llegó a tus oídos mientras aún dormitabas. La luz aún muy fina del nuevo día comenzaba a entrar por el estrecho hueco de la pared: estaba a punto de amanecer. Tras vestirte y salir de la celda, no hubo tiempo a pensar en el desayuno, o a preguntar a Odón o a Xelasio por su pernocta; y es que Tomén y Romero ya estaban por allí, entre los pasillos del convento, y te apremiaron a que te dirigieras al claustro.

Odón y Xelasio iban contingo, y tras andar aquellos estrechos pasillos llegásteis al lugar indicado. El cielo ya apareció sobre vuestras cabezas, augurando un día soleado. En mitad del claustro había una gran pira de madera, y sobre ella... decenas y decenas de libros arrojados sobre aquellos maderos. Varias personalidades estaban allí congregados, rodeando la futura hoguera: el obispo Lope, y más criados, aparte de los ya conocidos; la plantilla de monjas jerónimas del convento; la madre Abadesa con varios nobles y una figura masculina con barba recortada y vestido con ricas prendas y varios satélites que le rodeaban. Desde lo lejos, algunos de ellos observaban vuestras llegada. Parecía todo aquello un acontecimiento público, pero de puertas para dentro.

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10/01/2023, 11:33
Xelasio Medeiros

Ese es un camarero real, de Su Majestad Juan -te dijo Xelasio, acercándose a tu oído, refiriéndose al tipo de las ricas prendas-. El Rey quería expurgar la biblioteca del Marqués Enrique, en cuya celda habéis dormido esta noche; y sus obras, como ves, ahora están condenandas al fuego, pues dice Su Majestad atentan contra la verdad cristiana... -Odón levantaba sus cejas otras vez, con cara de sueño, mirando aquí y allá, mientras los Romero y Tomén daban la vuelta a la gran hoguera para colocarse cerca de su señor el Obispo Barrientos-.

Acto seguido, uno de ellos tomó una antorcha y comenzó a prender la hoguera, tras la orden dada por Su Ilustrísima de Cuenca, comenzando así la quema de Barrientos.

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10/01/2023, 11:43
Odón

Mire, señora, que yo no sé leer ni escribir, y que las letras me dan igual, pero... yo sé que esto no está bien... -te decía en bajo tu criado, algo apenado por ver los libros arder entre las lenguas de fuego-.

Notas de juego

Estáis rodeando la hoguera, como el resto de invitados al espectáculo, situados entre las columnas del claustro. Con tu siguiente intervención, haz una dos tiradas d100 de Descubrir (o PER) (ambas con bonus del +25%).

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14/01/2023, 18:17
Estrela Medeiros

Me despierto con ojeras y dolorida. Este catre de las monjas no es nada bueno. Debí haber vuelto a la casona, pero por no andar con el carruaje de una punta de la ciudad a otra ... En fin, hoy es otro día.

Aunque algo no me ha dejado descansar. En mi cabeza. Un pensamiento. Algo no anda bien... siento una especie de angustia... Me digo en voz alta. ¿Qué será? ¿Tendrá que ver con el libro? ¿Con el hombre del claustro? ¿Con el obispo? No sé...

No comprendo, hasta que me veo frente a frente con la pira. ¡Quieren quemar los libros! 

No... esto no está nada bien, Odón... Susurro a mi criado. Xelasio ... ¿sabías tú todo esto?... Ya sabes que padre... No, no es en esto en lo que nos habían educado. ¿Me había manipulado mi hermano? Trago saliva. Estoy rodeada de fanáticos.

¿Qué puedo hacer para detener todo esto... sin que me quemen a mí?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Descubrir 65 + bonus 25 = 90

Cargando editor
15/01/2023, 10:37
Director

Mientras esa angustia te corría por dentro, tus ojos veía el fuego iluminando, al igual que el sol de la mañana, el claustro. Las miradas de las monjas y el resto de presentes se concentraban en la gran hoguera. Los siervos de don Lope Barrientos echaban cada pocos minutos unos cuantos libros, más y más, a la hoguera, como haciendo una especie de teatrillo o farsa. El camarero real y sus satélites miraba con respeto, aunque como con cierta indiferencia, el proceso. Tal vez él daría testimonio del suceso al monarca regente, y por eso del protocolo de la quema.

Odón, entonces, escuchó tu opinión, al igual que la suya.

Cargando editor
15/01/2023, 10:37
Xelasio Medeiros

No, hermana -respondió Xelasio-. Bueno, es sabido en esta ciudad que don Enrique -el dueño de la colección- no era un hombre en sus cabales, o eso dicen; y que sus libros y escritos no eran los más rectos del mundo... pero no sabía de esta tropelía.