Partida Rol por web

La quema de Barrientos

Una historia en mitad de la Península - Escena de juego

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10/03/2023, 23:38
Estrela Medeiros

No... no te... no te vayas... Intenté salvarle pera era mucha la sangre que perdía. Y su avanzada edad no era ayuda. La guardia y los curiosos llegaron a mí, encontrándome de rodillas junto a Don Ramiro, ambos manchados de abundante sangre. Yo tenía su zurrón en mis brazos.

Yo estoy bien , gracias... he intentado... No fui capaz de terminar la frase sin romper a llorar. Antes de ir con Odón, me dirigí a los guardias, respirando hondo para lograr tener algo de compostura, y hablar como galena. El corte es limpio y certero. Quién lo ha hecho, no es un cualquiera. Hay un asesino en el castillo. Silencio tenso. Será alguien que haya llegado hoy, como nosotros. Seguramente después. Volviéndome hacia Odón, añadí: Ya comprendo mejor las prisas de Don Ramiro por salir de Magerit. Y porqué vigilaba tanto si alguien nos seguía o no.

Busqué el apoyo de mi criado, para andar mejor. ¡Oh, Odón! ¡Qué tragedia! No... no he podido... Por favor... ven conmigo a buscar al capellán del castillo... Don Ramiro necesita descansar en paz...

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12/03/2023, 11:54
Odón

¡Estrela! -suspiró Odón-. El muchacho no reaccionaba. Estiró el brazo hacia tí, pero no hizo fuerza para que te apoyaras en él; tan grande era la impresión de ver el ahora cuerpo inerte de Ramiro que había quedado anonadado, fuera de toda razón.

Los guardias había salido corriendo, y escuchaste un "cerrad el portón" a lo lejos, en mitad del patio de armas. A los pocos minutos llegó don Rosauro, caminando a todo trapo (porque eso de correr, para un noble, no era menester)

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12/03/2023, 11:55
Rosauro de Trigalejo

¡Apartad! -le oíste llegar, a tus espaldas, instando a sus criados a que se hicieran a un lado-. Entonces se detuvo delante de tí, de Odón y del malogrado Ramiro. ¡¿Qué... ha pasado?! ¡¡GUARDIASS!! -gritó, pero uno de los criados le dijo que "ya estaban avisados". Entonces, el de Trigalejo, miró la herida de don Ramiro.

¿Quién ha sido? ¿Aquí, a traición, en las cuadras? -masculló-. Levante, Estrela -Odón se apartó un poco, y fue el noble quien te levantó al verte desfallecida-. Tu insistías en el capellán. No hay capellán esta noche, señora -respondió-. Mas buscaremos a quien ha podido ser. ¡Que nadie salga del castillo! -ordenó a sus criados-. Id a registrarlo, ¡aprisa!

Mientras los criados desaparecían a la carrera, Odón fue entonces a recoger el fardo que se hallaba cerca del cuerpo, con el libro asomando. Don Rosaurlo le miró.

¿A dónde viajábais, Estrela? -te preguntó, intrigado el anfitrión-.

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13/03/2023, 22:20
Estrela Medeiros

Me dejé ayudar por el noble. No es que Don Ramiro fuese mi amigo, pero le había cogido estima, y que le hubiesen asesinado así, como a un perro... Me había pedido ayuda, y no se la había podido dar.

Gra-gracias mi Señor. Me dirigí a Don Rosauro sin mirarle a la cara. A Villaseñor... allí resid...día, Don Ramiro... nos pidió compañía en su viaje. Mi criado y yo, después seguiríamos para Toledo.

Ojalá que la guardia encontrase algo. ¿Podría yo ayudar en algo más? Un... un hombre nos seguía, a gran distancia y a pié, esta mañana. Le vimos en estos campos tan abiertos. Cuando se percató de que nos percatamos, se escondió de nuestra vista. Tomé aire. Sospecho de él. No sé cómo ayudar más. 

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14/03/2023, 21:35
Rosauro de Trigalejo

Con esa descripción, doña Estrela, así, tan de repente, no sé qué relación pudiera tener con esto... ni tampoco cómo ayudaros -comentó el anfitrión-. ¿Con que a Villaseñor, no? Hogar de hombres del Temple. De pequeño hube de habitar allí un tiempo... La verdad es que no os queda lejos.

Entonces llegó un soldado de repente, negando con la cabeza. Enseguida comentó que no habían encontrado a nadie, al menos de puerta para dentro.

¡Soldado! -alzó la voz Rosauro-, ayuda al muchacho a llevar este cuerpo a la capilla, y colocadlo sobre el altar, que no es menester que yazca aquí, sobre la paja que pisotean las bestias -se refería por "muchacho" a Odón, allí dispuesto-. Y acto seguido así cumplieron el cometido del noble, llevando en volandas el cuerpo de don Ramiro, y a Odón se le escapaba una lagrimilla casi seca.

Vos Estrela, guardad la noche hoy en este el mío hogar, y vuestro siervo; decidlo a cualquier criado y tendréis cobijo. Mañana si queréis partid por donde hubiera menester el vuestro camino... -te propuso-. Enviaré ahora a dos jinetes a peinar los alrededores del castillo, por si dieran con algo... Ahora he de acompañar la alcoba con mi esposa.  Os doy mi pésame -dijo secamente, pero más cordial y afectuosamente que muchos otros nobles de alta alcurnia, eso desde luego-.

Y luego se marchó, volviendo al edifcio del castillo.

Notas de juego

Tu dirás qué hacer. Aparte de tu post, coméntame tus próximos pasos en la aventura: si te vas del castillo de noche, si pasa allí la noche, si luego vas a Toledo, si vas a Villaseñor, etc. Lo que tengas en mente a nivel general.

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15/03/2023, 08:34
Estrela Medeiros

Me despedí de Don Rosauro con gratitud. Pocos nobles quedaban en Castilla así de nobles. Después, acudí junto a Odón a la capilla. No había podido hablar con él aún. Le consolé como pude. La criatura era un niño aún en muchos aspectos, y era sensible e inocente.

Volvimos juntos al cuerpo del castillo. Allí le dije que Don Rosauro disponía que durmiese con los criados. Y yo en una alcoba. Le pedí que me entregara el zurrón de Don Ramiro (en algún momento se lo había entregado yo a Odón, no recordaba cómo ni cuándo). Le dije que mañana, una vez diésemos sepultura al pobre anciano, seguiríamos hasta Villaseñor, cumpliendo su última voluntad.

Ya en mi alcoba, lo primero que hice fue comprobar que no hubiese nadie escondido dentro. Después, candé o atranqué la puerta. Quería ver inmediatamente qué escondía Don Ramiro en su zurrón, que tanto le importó en su último estertor.

En ningún momento pensé que podría haber más asesinatos en el castillo. Pero sí tenía miedo.

Notas de juego

Paso la noche en el castillo, doy sepultura a Don Ramiro, y seguimos hasta Villaseñor 

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18/03/2023, 10:29
Director

No es que Odón tuviera en gran estima, como un padre o un abuelo, a aquel hombre; pero Ramiro le había proporcionado confianza en el poco tiempo que habíais pasado junto. Así que no tardaste en cosolarlo. El muchacho tenía el zurrón del anciano consigo, y entonces delante de su cuerpo postrado en el altar pequeño de la ermita, te lo entregó.

Allí quedó Ramiro, y vosotros os fuísteis a dormir a una habitacion que habían dispuesto para vosotros. La ermita y el castillo gozaron esa noche de más actividad de lo normal: lo soldados, ordenados por don Rosauro, redoblarían la vigilancia. Regresaron también los dos jinetes marchados al galope, pero sin noticia alguna de quien pudiera haber sido el causante de la maligna cuchillada.

Tras cerrar la puerta de la alcoba, Odón te ayudó a mirar por doquier. No había mucho donde hacerlo, como mucho dentro de un baúl vacío, para guardar ropa y pertenencias, y poco más. Allí no había nadie, y desde luego, entrar por la ventana enrrejada era harto imposible para cualquiera. Con aquella disposición, ahora más segura, sacaste el libro que había dentro del zurrón, y mientras Odón se tumbaba en su jergón, muy cansado entre el vino y el viaje.

El volumen no tenía nada en su portada marrón, atada con cuerda de lino gruesa y prieta (como recién puesta hacía unos días). Tras desatarlo, viste que el volumen era viejo, muy viejo, pero se conservaba bien. En las primeras páginas, bellamente decoradas con ilustraciones y que chasqueaban al pasar, había caracteres latinos y castellanos, pero también griegos. Estuviste un buen rato ojeándolo, y a la luz de una vela pudísetis ver que hablaba de ciertos elemengos talismánicos, mágicos y esotéricos; también se nombraba a la cristiandad, cómo bien podría encauzarse la magia dentro la fe en Dios, y otras tantas cuestiones de dudosa reputación (para muchos). En cierta página nombraba incluso a algún monarca castellano, y de ciertos flecos relacionados con la cultura hebrea.

El caso es que, tras leer bastantes páginas, supiste que entre tus manos estaba el "Tratado de Astrología", el volumen que el obispo Lope de Barrientos te pidió buscar un par de día atrás en el convento de monjas de  Santo Domingo, en Mayrit. Lo reconociste por las breves explicaciones que el propio Barrientos te dio en la búsqueda. Cuando miraste a Odón, justo después de tu descubrimiento, éste dormía a pierna suelta.

* * *

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18/03/2023, 10:30
Rosauro de Trigalejo

* * *

Al amanecer, el cuerpo de don Ramiro fue colocado en una mortaja y una caja, y ésta fue llevada a las afueras del castillo, donde había una pequeña explanada con dos árboles. Era un buen lugar para Ramiro, al fin y al cabo podía ver toda la explanada y desde allí se divisaba Villamayor. Así podría ver su hogar durante el resto de la eternidad.

Tened buen viaje -os dijo a los dos don Rosauro, quien había asistido con su mujer y su hija-. Aquí tenéis una parada siempre que la necesitéis, doña Estrela, pues siempre es necesario un galeno en cualquier lugar -se despidió, y entonces, con vuestras pertenencias y un acompañante menos, seguísteis camino, descendiendo el montículo en donde se apoyaba aquel gran castillo.

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18/03/2023, 10:31
Odón

Tú ya le habías comunicado a Odón que cumpliríais el destino, llevar el libro a los hermanos templarios de Villaseñor. Debia haber alguna congregación o monasterio allí.

No sé si os acordáis, Estrela, pero Don Ramiro dijo que habíamos de pasar por el puente, ese puente llamado Macerelo que corta al Tajo -explicó el muchacho-. Habríamos de ir por allí. ¿Vos dijo algo más don Rosauro sobre los asaltantes? -preguntó mientras caminábais*-.

Notas de juego

* Vais ya de nuevo por la llanura.

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21/03/2023, 09:55
Estrela Medeiros

Desde la noche, no podía pensar en otra que en aquel libro. Había algo en él que me atraía y fascinaba, a la par que me llenaba de pavor y angustia. La magia. Había una parte en la que hablaba de magia para curar, para sanar. Yo siempre había sido escéptica con charlatanerías pero... ¿acaso mi oficio no era ya magia para muchos? ¿Quizás aquella magia del libro no era sino nuevas artes, u olvidadas tiempo ha? Solo pensaba en volver a leer aquel manuscrito.

¿Eh? Sí... No... No lo sé, Odón. No recuerdo. Pero sí tú sí, vayamos por dicho puente. Por favor, toma una vara por si alguien nos sale en el camino.

Miré, nerviosa, atrás. ¿Vendría alguien por el camino? Aún se veía el castillo del noble noble de Trigalejo. Al frente, ¿venía alguien? ¿Se veía el puente?

Tantos días de viaje de Plasencia a Mayrit, Odón, y no he tenido tanto miedo como en éste hasta Villaseñor.

Instintivamente apreté el libro dentro del zurrón, contra mi cuerpo.

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21/03/2023, 22:05
Odón

¡CLAC! ¡CLAC!
   ¡CLAC! ¡CLAC!

Sí, doña Estrela, no se preocupe. ¡Mire! -entonces el joven Odón extrajo de entre sus ropas algo, un fino cuchillo-. Me lo dio Ramiro, por si hubiéramos de protegernos. No os lo dijo para que no se alertara de la peligrosa situación que podría alcanzarnos, como así ha sido... ¡Yo la protegeré con él! ¡Os lo juro! -sin duda el joven sentía devoción por tu persona-.

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21/03/2023, 22:06
Director

¡CLAC! ¡CLAC!
   ¡CLAC! ¡CLAC!

Notaste el libro contra tu cuerpo, a un lado, en la bolsa del malogrado anciano. El paisaje hacía vaivenes, y el camino que pisábais, polvoriento y lleno de canchos como él solo, ondeaba al son de las pequeñas lomas como olas en una playa.

¡CLAC! ¡CLAC!
   ¡CLAC! ¡CLAC!

El sol arriba, hacía justicia desde hacía pronto, y cuando alcanzásteis la cima de una loma pudísteis ver algo más allá: el terreno descendía en un risco, y entre éste y el siguiente de más allá, también muy precipitado, se acumulaba el rio Tajo:

¡CLAC! ¡CLAC!
   ¡CLAC! ¡CLAC!

Tras andar un poco a paso más rápido, tanto como vuestras piernas os hacían hacerlo, advertísties la figura de piedra en mitad del río: dos ojos (uno principal, y otro auxiliar), y dos tajamares bien ensillados (que hacían que el agua no golpease de lleno a la estructura). Era el puente, el puente del Macerelo.

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21/03/2023, 22:06
Odón

¡CLAC! ¡CLAC!
   ¡CLAC! ¡CLAC!

¡Mirad, señora Estrela! ¡He allí! -señaló el muchacho con el dedo mientras dejábais a un lado un par de encinas. Entonces echó a correr delante unos pasos, como ansioso y contento al mismo tiempo por llegar a aquel paso entre dos tierras.

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21/03/2023, 22:07
Director

¡CLAC! ¡CLAC!
   ¡CLAC! ¡CLAC!

Y ocurrió entonces algo que tu corazón temía, pero tus palabras no se atrevían a decir. De una manta de escobas cercanas, tan voluminosas sus ramas como cuantiosas sus mantas, apareció una figura al galope.

¡CLAC! ¡CLAC!
   ¡CLAC.......................! ¡CLAC!

Los cascos del caballo eran ahora atronadores. El muchacho no lo advirtió, no así tú: un jinete apareció perpendicular al camino, saliendo de las matas de matorral y escoba. Su caballo, espoleado segundos antes, entró en vuestro campo de visión, y enseguida estuvo a la altura de Odón. El jinete portaba un cuchillo largo, tan largo como una espada (casi ella), lo cual no era sino un bracamante (de esos que tanto usaban hombres de buen brazo como bandidos de poca monta). Cuando estuvo justo delante del chicho, el hombre, alargó su brazo y pinchó a Odón en el pecho..

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21/03/2023, 22:25
Odón

¡¡Aaaaaaaaaaahh!! -Odón gritó, pero fue un grito seco, tan seco y ahogado, casi a la par, como el del último estertor de don Ramiro-. Entonces cayó al suelo, y el jinete se te quedó mirando, a pocos pasos de tí.

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21/03/2023, 22:25
Conrado de Burgos

No sabías ahora si Odón estaba muerto o vivo, pero aquel tipo bajó del caballo. Ese rostro ya lo habías visto antes, concretamente la noche anterior. Barba recortada, buenas prendas, perilla y bigote, cabellos oscuros. Su rostro mostraba alguna arruga, pero sus ojos sólo quería una cosa. Algo que tú portabas.

Volvemos a encontrarnos -te dijo entonces, caminando ahora hacia tí y dejando su montura atrás; y en su mano portaba el álgido bracamante, con la puntita un poco ensangrentada-. Dadme el libro, señora... -extendió la mano.

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23/03/2023, 21:52
Estrela Medeiros

No pude reaccionar. No supe reaccionar. Me quedé de piedra. Aquel jinete, que no era otro que el amigo del juglar, se abalanzó sobre Odón como una fiera, hiriéndolo en el pecho. Para justo después apuntar con su bracamante contra mí.

Mi vida y la de Odón estaban en peligro. No tenía alternativa. Sudaba copiosamente. Mi silencio me condenaba. Debía actuar y romper mi mutismo.

Aquí tiene... ya ha corrido demasiada sangre... Entregué el zurrón, cerrado, con el manuscrito dentro.

Si este ruin personaje quería ver qué tenía dentro, debía usar las dos manos para abrirlo. Con suerte envainar el arma. Y seguro agachar la cabeza para ver si era o no el libro, al tener la portada cambiada.

Ahí es cuando me abalanzaría sobre él, empuñando el cuchillo que siempre llevaba conmigo.

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29/03/2023, 19:50
Conrado de Burgos

El tipo levantó las cejas, no creyendo que de buenas a primeras le entregarías el zurrón con el libro. Sin embargo, tras acerarte, el tipo cogió el zurrón con la mano que tenía libre. Demasiadas lides parecidas debía haber tenido, pues no se paró a mirar el contenido (al menos no de momento). Aún estando a su altura, tras la entrega fue cuando te abalanzaste sobre él. No se había llevado sorpresa alguna*, como tú habías tratado de perpetrarle, y por ende que trató de clavarte el bracamante, sosteniendo aún el zurrón con su izquierda.

¡Maldita mujer! -masculló justo al entender que habías tratado de engañarle-.

- Tiradas (3)

Notas de juego

*He lanzado Elocuencia para ver si el tipo se confía de tus palabras y tu treta, pero se ve que no le has logrado engañar o confundir dado el resutlado de la tirada. En caso de haberlo superado, te hubiera dado ventaja directa de iniciativa en la pelea.

Es un combate.

Iniciativas:
Rival: 19 --> Esquiva (en caso de que ataques) y ataque normal con bracamante.
Tú: 15 --> Declara dos acciones normales o una extendida (te dejo la acción de desenvainar tu arma gratuita).

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01/04/2023, 01:50
Estrela Medeiros

Notas de juego

Llevo unos días pensando en esto. Puedo Correr (acción normal) y Montar el caballo (acción normal). ¿Me llevo su ataque primero?

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01/04/2023, 20:03
Director

Notas de juego

Puedes declarar la acción de combate extendida llamada "Huida". Si mal no recuerdo, al declararla te da derecho a una acción defensiva mientras "huyes de combate". Por ejemplo, podrías declarar Huida con una defensa completa o con dos esquivar, o dos paradas con arma. En cualquier caso, el enemigo tratará de atacarte.

La regla dice que si sobrevives al lance, habrás huido de combate.

Ahora bien, si huyes a su caballo, te pediré, tras dicha Huida, una tirada de Cabalgar, puesto que entiendo que te montarlas deprisa que no tienes mucha experiencia a caballo y que no es tu caballo.