Partida Rol por web

Por fin partís, cada uno de vosotros lleva un poni cargado de comida y bebida aparte de vuestros pertrechos. Teniendo en cuenta que os encontráis en las colinas de hierro decidís atravesar el bosque negro por el camino viejo del bosque. En unos diez días llegáis a la entrada del bosque.

El camino hasta allí pasa sin incidentes, el clima es agradable pues la primavera termina en pocas semanas. 

Justo a la entrada del bosque os espera una figura que por la descripción que os dio Farin debe ser el mago Radagast.

Es alto, con barba gris, lleva un sobretodo marrón con un sombrero del mismo color, un bastón más alto que él, a su hombro hay un ave negra y grande y en los alrededores un oso pardo está paseando por allí. 

Es mediodía y os espera paciente en la entrada al camino. Os acercáis y le entregáis la bolsa con el mithril que os entregó Farin en nombre del rey de las colinas de hierro. Abre la bolsa y mira en su interior Buenas sean queridos enanos, mi nombre es Radagast como ya sabréis, Farin me ha hablado de vosotros y vuestra gesta. No os voy a acompañar, bueno sólo os acompañaré, si os place, por el camino viejo del bosque . Me dijo que a cambio de una de las cosas que más valoráis vosotros que es el mithril, os diera una de las cosas que más valoro yo que son las hierbas. Pero lo que os voy a entregar no son hierbas cualquiera, tienen propiedades curativas. Y no sólo eso, también os daré una caja para que se preserven frescas hasta el día en que las necesitéis. ¿Quien de vosotros es Dalbur? Ante el mudo asentimiento de este, el mago le entrega una caja la cual abre y empieza a explicaros qué hace cada una de ellas y como se prepara.

Gramj sólo había oído los cuchicheos que corren por todas partes, sombre aquel hombre. Hombre que no era normal, ya que con el tiempo que había vivido, ya muchos hermanos, habrían perecido por su avanzada edad. Incluso algunas ... generaciones.

Igual él era amigo de animales, como pájaros, pero ... aquel oso ... Le hacía estar atento y presto, por si ... acaso.

Inocente, y preocupado, ignoró la pregunta. Jamás delataría a un compañero, pero en esta ocasión entendía que sería el más adecuado para hacerse cargo de aquellas medicinas. Aún así, no dijo nada que permaneció atento al oso, el cual no le daba buena espina.

-Dalbur, a vuestro servicio, dijo el enano y dio un paso al frente. Seguía desconfiando de la hechicería, pero sus negros ojos brillaron al ver el contenido de la caja. -Hierbas... Nos pueden salvar la vida en nuestra misión, compañeros.

Era una ayuda mucho más valiosa que las joyas y el mithril. -Gratitud, maese Radagast. ¿Qué nuevas hay del Paso Alto? ¿Podemos cruzar las Montañas Nubladas?

Siempre se puede cruzar el Paso Alto respondió aunque hay veces que es más fácil, ahora no es difícil. Terminó el invierno hace casi cuatro meses y en breve comenzará el verano.

Si os place os acompañaré por el camino viejo del bosque hasta que lo atraveséis. 

Después de las hierbas que os ha dado decidís que no es mala idea que os acompañe. Conoce bien el bosque y os va guiando. El oso y el ave van viajando con vosotros también. A veces durante el camino, Radagast se acerca al oso y parece hablarle. 

Tras unos diez días de viaje sin problemas, atravesáis el bosque negro. Por el camino Radagast os consigue comida y bebida para el viaje. 

Al llegar a la linde del bosque el mago se despide de vosotros y continuáis los cuatro.

Al ver al mago no pudo evitar aquella sensación.... nostalgia.

No pudo evitar esbozar una sonrisa propia de quien ve a un viejo amigo.... y no por el propio mago, sino por lo que representaba. Su figura le recordaba a un viejo amigo de aventuras. ¿cuántos años habrán pasado? - se preguntó... 

Por un momento se lo imaginó como en otras tantas aventuras, rodeado de decenas de libros mientras sus ojos vivaces devoraban constante y pacientemente cada uno de los párrafos que los formaban. Aquellas noches de guardia en situaciones extremas, aquellas luchas contra un mal que ya nadie recuerda y que pocos quedan vivos para siquiera vislumbrar tales imágenes....

Nostalgia... 

Así fue su viaje durante el mago los acompañó, alguna vez mirando al mago como quien observa a un viejo y estimado amigo y otras veces, aquellas que paraban para descansar, sus ojos parecían perderse ente los recuerdos preguntándose que estarían haciendo aquellos a los que antaño aprendió a llamar, hermanos.

Fue al final del viaje, cuando Radagast se marchaba, cuando comprendió que vivía más en el pasado que en el presente y que para su tristeza, sentía que había perdido más de lo que sentía antes de reunirse con el actual grupo.

Según iban pasando los días la tensión y desconfianza que sentía Thudim fueron desapareciendo, y dejaron paso a sensación de paz y tranquilidad que en pocas ocasiones había tenido. Y mucho menos atravesando el bosque negro. La suerte les sonrió o quizás el mal que allí habitaba era mantenido a ralla por el mago. En cualquier caso los días pasaron volando y antes de querer darse cuenta ya estaban al otro lado del bosque despidiéndose. -Aunque no estaba en nuestro planes, quizás deberíamos explorar la puerta este. No creo que nos demore demasiado y nunca esta de más toda la información que podamos reunir. ¿Qué opináis?.

El misterioso mago se despidió del grupo, y aunque Dalbur se alegraba de perder de vista al oso y al ave, no pudo evitar sentir pena por la marcha de Radagast.

Ahora tocaba cruzar el río Anduin y después el Paso Alto para cruzar las Montañas Nubladas. Fue entonces cuando Thudim propuso pasar por la Puesta Este. Dalbur meditó unos instantes, sopesando las opciones. -No es mala idea, lo reconozco. Pero no me gusta cambiar de plan una vez tomada la decisión de la Puerta Occidental. Ambas entradas pueden estar protegidas, pero si no fuera el caso... ¿Estaríamos dispuestos a entrar por la Puerta Este?

Negó con la cabeza. -Acataré lo que digáis, pero creo que no debemos desviarnos de nuestro camino salvo si es absolutamente necesario.

La compañía del mago le era un tanto extraña. Incluso, y hasta cierto punto era reticente. La verdad, es que de base, su raza había sufrido mucho por la magia, y por otros seres, pero sobre todo, por la magia, que tanto el lado oscuro como los elfos, habían usado contra ellos. Entendía su utilidad, ya que en si, era un arma más, y por lo menos, esta vez, y durante un tiempo, estaría de su lado ... pero eso no quería decir que le agradase la sensación de que alguien con esas artes, andase cerca de ellos. La mágica siempre había traído desgracias ... y esperaba que no hiciera falta, ya que ... la usasen.

Se notaba una lejana reticencia en su voz: - Cualquier entrada, si nos permite el paso, buena será. Como si hay que entrar por la chimenea. Añadió, un poco, a tono de broma.

Estoy de acuerdo con Dalbur, deberíamos de seguir el plan inicial salvo que las condiciones para nuestra supervivencia sean desfavorables - acentuó el enano.

Perfecto, entonces rumbo al Paso Alto, no creo que un poco de nieve acumulada durante el invierno nos frene. Dijo Thudim mientras reanudaba la marcha. Nos esperan unas cuantas jornadas de marcha, y una vez nos acerquemos a las montañas tendremos que extremar las precauciones, esta parte del camino ha sido extrañamente tranquila, pero no creo que a partir de ahora los orcos nos lo pongan tan fácil. 

Tras las deliberaciones decidís atravesar la colosal masa de las Montañas Nubladas, eternamente cubiertas de nubes. Estas montañas son, sin lugar a dudas, las mayores de toda la Tierra Media. Esta cordillera de 1120 km de longitud alcanza una altura media de 3.300-4000 metros, como atestiguan las nieves eternas presentes en todos sus picos superiores. 

Hay inmensas reservas de agua atrapadas en  capas de nieve y en glaciares, y los arroyos de bravas aguas originados en estas fuentes inundan los valles a cada paso. La escarcha desgasta y quiebra las piedras en las mayores altitudes. Este volumen de piedras sueltas se acumula en los valles, amenazando con derrumbarse en atronadoras avalanchas.

El Paso Alto, en realidad es un corredor doble compuesto por dos ramas, una inferior hacia el sur y otra superior hacia el norte, que se separan varios kilómetros. Decidís tirar por el "camino montañoso" superior que sigue una espectacular ruta que asciende por las rampas de los estrechos desfiladeros, siguiendo un sendero con numerosos recovecos y curvas. Alcanza su cúspide a una altura de 3000 metros.

Y es aquí en su cúspide cuando estando entre dos acantilados, andando por el camino, escucháis que un grupo se acerca hacia vosotros.

Era extraño, que aquel lugar, con las condiciones, fuera transitado.

Le fue tan sospechoso y preocupante, que por un lado, era problemático cruzarse, y por otro ... no podían fiarse de quienes podrían ser.

No aprestó al combate.

Thudim se tensa, y parece buscar con la mirada un sitio donde poder esconderse para ver lo que se acerca. A su vez se lleva las manos a las armas, pero duda si sacarlas. Espera a ver cual es la reacción de sus compañeros, no sabe si esconderse, o prepararse para lo que se acerca.

Dubar se detuvo al escuchar los ruidos. Era difícil ocultarse en un desfiladero, y aún no sabían si el grupo era amistoso o si eran orcos.

Murmuró algunas palabras arcanas para prepararse para lo peor.

Hago dos tiradas, una de exteriores entorno para visualizar el terreno y localizar una zona donde entienda que nos podemos esconder o camuflar con el entorno y la otra por si tengo que moverme con sigilo para no ser detectado.

Cada vez escucháis los sonidos del grupo más cerca. Gorkatdhum se esconde por lo que pueda venir mientras los otros quedáis a la expectativa. Al cabo de poco tiempo al doblar un recodo empiezan a aparecer un grupo de quince orcos que os ven y aprestan las armas para ir contra vosotros. Se encuentran a unos 25 metros de distancia el orco más cercano.

Yo soy Taratiel.

Pregunto aquí luego si quieres borra este mensaje, tengo rapidez 0, pero el merito de ataque relampago creo recordar que me da 5.  (No tengo el libro delante). La iniciativa creo que se tiraba 2d10, no 1d100. De todas maneras tiro 1d100 y si es de la otra manera basta con sumar las cifras del d100. 

Al oír el inconfundible idioma orco Thudim termina de desenfundar sus martillos y se prepara para el combate. La adrenalina recorre su cuerpo a la vez que el tiempo a su alrededor parece detenerse. 

Iniciativa: 14