Partida Rol por web

Hacía ya un par de horas que habíais abandonado el cómodo camino mercante para seguir a pie por el cenagal. El joven os había acercado según lo acordado la noche anterior con su tío aunque algunos hubierais interpretado mal sus palabras. El mutuo acuerdo había sido acercaros al lugar, no el atravesarlo. Si bien era cierto que el chico sufría muchas penurias y le hacía mucho bien el dinero, al menos estaba vivo  y no iba a arriesgar eso solo por una pieza de plata, muerto no la necesitaría. Con una disculpa os había hecho apearos en la reciente frontera de la ciénaga.

El viaje estaba resultando pesado pero no tanto como algunos imaginaban. El fango solo llegaba un poco por encima de los tobillos, aunque también era cierto que no se habían adentrado aun lo suficiente...

Viendo como el joven sobrino del posadero se marchaba, no dejaba de preguntarse si en algún momento el fue igual. Joven e inocente.

No había ningún motivo sano para retenerlo con ellos. Ya había cumplido su parte del trabajo, los había acercado al cenagal, de la manera más cómoda y rápida. Ahora ellos tenían que seguir adelante, y era mejor no esperar más tiempo.

Bueno compañeros, ha llegado el momento de empezar nuestro camino para convertirnos en Héroes, aunque sea menos bonito de lo que yo imaginaba.

La última parte de su frase la dijo mirándose las botas, que estaban inmersas en fango y lodo. No era alentador, pero al menos no había monstruos o enemigos, así que era un buen comienzo.

Tampoco es que él quisiera ser un héroe, pero imaginaba que aquella idea haría más agradable el camino a sus compañeros, porque si tenían suerte, y el pantano retrocedía, en cierta forma lo serian. Aunque poco importaba eso ahora.

Empezó a andar buscando algún punto de referencia, y pensando en el mapa que había visto la noche anterior. Con las cruces marcando los puntos donde antes había pueblos, era más fácil saber que se movían hacia el centro. Ahora solo tenía que recordar el trayecto hasta donde estaban para hacerse una composición de lugar.

Sin embargo, en cuento empezó a moverse se dio cuenta, de que no tenía muy claros los puntos  de referencia, ni donde quedaba el pueblo que habían pasado aquella noche.

Alguien sabe exactamente desde donde hemos venido. Si recordamos donde están los pueblos, y los usamos como referencia podríamos llegar más rápido hasta el centro de este lugar.

Yo la verdad es que ya estoy perdido- dijo mientras sonreía, puesto que era lo único que podía hacer en ese momento-.

Había sido puntual y ya me encontraba desde primera hora de la mañana esperando a mis compañeros de viaje mientras mordisqueaba una pieza de fruta, ataviada con mis ropas de viaje. Caminé con paso ligero y grácil guiada por el muchacho hasta donde la tierra comenzaba a ser barro y hasta cuando el cieno comenzó a manchar el flexible cuero de mis botas. Y fue entonces cuando el muchacho nos dejó. Había caminado algo callada y taciturna, encontrando apenas unas pocas palabras para agradecer la invitación a los generosos compañeros, Brenus por las viandas y Bork por el guía y la promesa de que esperaba algún día poder devolvérles el favor. Había salido sin dinero, reconoció, empleando el trueque allí por donde caminaba.

El terreno se comenzó a hacer difícil y nos quedamos solos. Yo caminaba sin dificultad alguna entre el pegajoso y nauseabundo cieno, mientras mi vista oteaba el horizonte entre las brumas que surgían del cenagal buscando los edificios y construcciones de los pueblos que otrora estaban llenos de vida y hoy en día habían sido invadidos por el agua y el barro.

No albergaba duda alguna de que sabríamos encontrar el camino. La torre sería visible en la distancia en algún momento. El camino estaba comenzando a ser desagradable, pero no estaba dentro de mis planes el comenzar a quejarme. El hedor de las estancadas aguas ya ni siquiera conseguía que frunciera el ceño. Me había acostumbrado. Pero deseaba que no se nos hiciera de noche sin haber encontrado un lugar seco donde pasar la noche.

La elfa y el enano descubren con rapidez, al estar más acostumbrados a los viajes y gracias a su atenta mirada, unas pisadas claramente visibles en el lodo. Aunque a simple vista no reconocen la naturaleza de la criatura parece tratarse de alguna criatura bípeda por el número de pisadas y la distancia entre unas y otras.

Algo ha llamado mi atención. Miro hacia mis compañeros y veo que Bork también se ha dado cuenta, pero les comento al resto...
mmmm...no somos los únicos que usan este camino...
Me agacho y miro con detenimiento las pisadas.

¿qué opina, maese Bork? digo adelantando mi enguantada mano como si el mero hecho de tocar la huella con las yemas de mis dedos fuera a ayudarme en mi tarea.
Miro al semiorco interrogante. Es su terreno y sabrá localizar mas detalles que yo misma
¿Sark?
 

Nemeïa andaba distraída, mirando hacia todos lados, cuando descubrió que los demás compañeros estaban centrados en algo que estaban mirando, cuando decidió acercarse.

-¿Qué es?- dijo al llegar. -O mejor dicho... ¿Alguién sabe de qué es?- añadió al percatarse de que se trataba de una huella. Ella no sabría distinguir la pisada de un lobo de la de un ogro, sus capacidades de supervivencia estaba más orientadas a la ciudad, no caer de los tejados y cazar pequeñas alimañas en callejones oscuros cuando no había podido robar nada.

Algo despistado y reservado pero expectante andaba por el fango junto a este grupo tan prometedor, cuando algo le llamo la atención a la elfa y el enano.
Sark con gran interés se acercó para ver que habían hallado, gracias a su experiencia podía ser de ayuda en momento como este.
Interesante.- Dijo Sark pensativo mientras se rascaba la barba y miraba la huellas que habían encontrado.

El que ha dejado las pisadas esta claro que no es humano. Descalzo, con tres dedos en cada pie y esto que hay entre ellos, a juzgar por la forma, tiene que tener una membrana, semejante a la de los patos.- Dijo Sark con confianza, mientras pensaba de que raza podría tratarse.
Tiene que estar acostumbrado al nado, criatura bípeda y por la zona en que estamos... no cave duda.
Bullywug.- Afirmó Sark tras pensarlo afondo durante un tiempo.
Son unos hombres sapos, su sociedad es de las más mezquinas y destructivas que hay, son famosos por agotar los recursos y ensuciar con su modo de vida el lugar donde viven.-Añadió

Esta vez era la oportunidad de Sark de demostrar sus dotes como explorador. Las pisadas no eran humanas, eso estaba claro, pero había algo más. El que había dejado las pisadas iba descalzo y tenía tres dedos en cada pie. Entre los dedos, a juzgar por la forma, debía tener una membrana semejante a la de los patos, hallazgo que quería decir que estaría acostumbrado al nado.

Tras mucho pensarlo deduces por el reciente descubrimiento y el lugar en el que estáis a la raza humanoide Bullywug, los hombres sapo. Una sociedad primitiva, de las más mezquinas y destructivas que hay. Son famosos por agotar los recursos y de ensuciar con su modo de vida el lugar donde viven.

Un hombre sapo...

Dijo Bork, tras escuchar las conclusiones del explorador. 

Bien... Sark es un poco silencioso, pero parece saber lo que hace... es bueno que esté con nosotros.

Bien... parece que no somos los únicos que deambulan por estas tierras fangosas... es más... diría que esta criatura ha pasado mucho tiempo aquí, y... problemente incluso se alegra que la ciénaga crezca. Que decís, compañeros? Deberíamos intentar darle caza? Quizá él y su gente sean los que están detrás de todo esto... o si no, podría saber algo al respecto.

Miraba a su alrededor, en guardia, como esperando ver un grupo de hombres sapo preparándoles una emboscada... si era así, a él no le pillarían por sorpresa. 

Aunque imagino que no será nada fácil atraparlo... estamos en su medio natural... Y... más vale que estemos en guardia...

Vio como el grupo reflexionaba y observaba también las cercanías... Sark parecía reflexionar también, sobre las posibilidades de atrapar a un hombre sapo en un lugar como este...

Qué decís? Le damos caza?

Seguir su rastro puede ser sencillo mientras camine por tierra firme. Sea como sea no tenemos muchas mas opciones que no sean caminar y caminar por estos espantosos parajes, una de ellas podría ser darle caza e intentar sonsacarle información. ¿Son capaces de hablatr? digo poniendo cara de preocupación.
Y si hubiera no uno sino varios de estos hombres sapo, o una colonia entera, quizás estemos en un grave problema si nos acercamos a ellos. Estamos en su hábitat y seremos presa fácil. En esas circunstancias seía mejor pasar desapercibidos e intentar evitarlos.
me levanto y me acomodo la liviana mochila, y compruebo que mi maza y mi arco estén bien a mano por si hiciera falta usarlos.

Brenus observaba desde detrás, parecía que sus compañeros habían localizado un rastro, uno particular, y posiblemente fuera un hombre sapo.

No le gustaba mucho la idea de encontrarse con bichos así, pero puestos a pedir, seguro que era mejor que un dragón de cinco cabezas.

Bork, creo que deberíamos concentrarnos en seguir adelante. No sabemos lo que nos deparara el futuro. Si nos cruzamos con ese ser, o sus familiares ya decidiremos qué hacer.

Si son hostiles, pelear, y si no seguir de largo. Nunca se sabe cuándo puede servirte tener un aliado en una lugar como este. No hay que descartar nada. Aunque se lo que estas pensando, no van a ser amigables, opino lo mismo, pero no me gusta cerrarme en banda.

Ahora, aprovechemos las pisadas para internarnos más, y tengamos cuidado de no caer en una emboscada. Te parece bien Sark.

Bueno, pues en marcha compañía, nos espera un largo camino.

El humano, que parecía satisfecho con lo que estaba pasando abrió el paso, hasta darse cuenta de que no podía seguir las huellas, no era tan bueno como sus compañeros, pero parecía no importarle. Habían decidido cruzar aquel cenagal en busca de la verdad, la gloria y las riquezas, así que no podían permitirse el seguir parados.

Sobre todo, porque más tarde o más temprano, les caería la noche encima, y en ese momento, todo sería mucho más complicado. Había que rentabilizar las horas de luz.

No creo que hicieran como si no nos viesen si nos los encontramos por el camino Morrigan, lo mejor sería tomar la iniciativa en este aspecto, y si tenemos la oportunidad sacarles información como dice Nessa, aunque no creo que nos resulte fácil.

Creo que deberiamos seguir las huellas, y no estaría de más ir con precaución de momento.- Dijo Sark mientras caminaba mirando al suelo y alrededores buscando mas pistas que le ayudaran a seguir el rastro.

A regañadientes de algún que otro compañero, Sark se adelanta un poco al grupo al seguir el rastro de pisadas. El semiorco supo interpretar bien el rastro hasta que el nivel del agua aumento más y el suelo dejara de ser visible por la turbia agua, pero por suerte el grupo no debería seguir buscando más para encontrar al propietario de las pisadas…

Del agua empezaron a salir burbujas que, seguidamente, dieron entrada a un grupo de bullywugs que pacientemente había estado esperando a que más intrusos cometieran el error de adentrarse. Los hombres sapo no eran la única amenaza patente, pues la elfa consiguió oír el deslizar y zarandeo de hojas de una planta de espinosos tentáculos que se deslizaba en dirección a ella.

En un croar hediondo la única hembra del grupo asaltante emitió una orden de ataque en un idioma irreconocible.

Sark que andaba con cuidado y más inquieto desde que la altura del agua empezó a aumentar y el rastro de pisadas a desvanecerse. Algo no iba bien, pero no era menos cierto que se preparaba para lo peor.
De golpe Sark se detuvo, algo le llamo la atención, un instante despues un grupo de bullywugs aparecen como si estuviesen esperando.

Sabía que algo olía peor que este cenagal.- Dijo sark mientras cogía su hacha y martillo para atacar sin pensárselo a un bullywug.

Despertad! es momento de trabajar.-Dijo con tono demente a sus armas.

El semiorco reacciona con velocidad pero lo que tiene de rápido lo pierde en precisión. Estas criaturas, a pesar de su aspecto gordinflón y lento, eran fuertes y escurridizas. Tras el fallo del explorador el hombre sapo responde a su atacante con un eructo nauseabundo, una mezcla de olores que envenenan el aire y hace enfermar a quienes lo inhalan.

Otro de estos sapos se acerca a Bork y a la mediana, haciéndoles tragar una bocanada de este apestoso gas. Nemeïa es sorprendida y respira el venenoso eructo, pero Bork, más acostumbrado a las bolsas de gas que solían haber en las minas en donde vivía, resiste sobradamente el repugnante ataque.

Brenus iba en retaguardia. Tenía la esperanza de evitar confrontaciones inútiles, pero la suerte se les había acabado en cuento pisaron aquel charco de lodo gigante.

En cuanto Sark freno, sabía que estaban en problemas. Como iba el último, miro atrás antes de moverse, y pudo ver como una planta chupasangre se les acercaba. No podían mantener dos frentes abiertos, si querían ganar en combate tenían que centrarse en los hombres sapo.

Así que se movió mientras sacaba de su espalda la espada. En cuanto lo tuvo a tiro, realizo un mandoble con fuerza descendente.

No os preocupéis de la espalda, centraos en los sapos de delante.

Les decía a sus compañeros mientras ganaba la posición de combate frente a la planta. No la dejaría pasar, y acabaría con ella lo más rápido posible. Para poder ayudar en el frente contra los enemigos más numerosos.

Había caído en una emboscada, y quizás fuera culpa suya. No permitiría que nadie sufriera daño por su culpa.

El ataque de Morrigan no llego a talar la planta, pero mutiló el tentáculo que se acercaba a él con gran habilidad. Aquella planta, por mucho que superara en inteligencia al resto de plantas, Brenus tenía un entrenamiento militar que le ponía en clara ventaja… La planta debería acabar con él antes de poder buscar carne menos recubierta de placas de metal.

Mientras el guerrero luchaba con la planta, dos fornidos bullybugs se lanzan a la carga. Primero uno se abalanza contra Bork, que tenia los pies firmes esperando el choque frontal pero que no hizo falta porque el hombre sapo tubo la torpeza de tropezar y caer a sus pies… Igual de torpe resulto otro de los barbaros bullybug, que también se lanzo a por el semiorco y tropezó con una raíz, casi entregando al grupo de aventureros la victoria.