Partida Rol por web

Desde el callejón podía verse la entrada a las cuadras y a la propia posada. Del interior de la posada venía el inconfundible sonido de un laud y las voces de fiesta de algunos parroquianos. Pese a que el sol estaba en lo alto parece que había gente para la que nunca era demasiado temprano para una fiesta.

El paseo por las catacumbas había abierto el apetito de Robin; Mosest parecía estar derrengado por el esfuerzo, y la verdad es que el chico se había comportado como un valiente durante toda la expedición; sin duda todo aquel esfuerzo se merecía una recompensa.

- ¡Venga, Mosest! ¡Vamos a tomar algo! ¡Yo te invito, por los dioses que te lo has ganado!

El mediano, sintiéndose desnudo sin su arma y su broquel, respiró aliviado al llegar a la posada. Sabía que Remo era más que capaz de defenderlo y que el llevaba sus pertenencias, pero llegar a un lugar conocido lo tranquilizó.

- Si, creo que todos nos lo ganamos - asintió a las palabras del clerigo - fue una mañana complicada -

Sin dudarlo se bajó de su perro y se asomó a la puerta - Luego buscamos lo que haga falta del carro, pero podemos decidir a donde vamos... y como, mientras almorzamos algo. Lo necesitamos, por lo menos mi amigo y yo lo necesitamos - acotó acariciando la cabeza de su fiel montura - Y creo que nuestro forzudo también - rió alegremente mirando el rostro, todavía amoratado, del paladín.

Mosest alegró el rostro ante la invitación de Robin. Algo de beber le vendría igual de bien que lavarse un poco. Mejor, incluso.

- ¡Claro, muchas gracias!. ¿Crees que tendrán zumo de arándanos?. En mi templo lo preparábamos los novicios una vez a la semana... ¡que bien sentaba después de hacer ejercicio!.

No se vosotros, pero me apetece una buena cerveza, y un buen descanso. ¿ Mama, alguna idea por donde buscar a tu maestra ? -El enano miró a mama, esperando algun tipo de respuesta esclarecedora

Querido Bhainnn, primero y antesss de todo, mis disculpass -dijo Mama inclinando la cabeza hacia el enano y posando la palma de su mano en su pecho -Mis disculpas por la funessta referencia que hice a la calidad de tus amistadesss; al parecer el gnomo Medus ha sido de fiar y nos informó bien de la salida. Los nerviosss de la situación en la que nos encontrabamos hicieron que prejuzgara mal a maese Medus. En cuanto a tu pregunta, sigo sin tener pistas al ressspecto del lugar dónde podríamos buscar a Aldara, pero si hacemos caso de la información del gnomo, deberíamos empezarrr a investigar por la Vieja Escuela de Guerra e intentar recapitular información máxima sobre Zoltheus, el enviado personal de Caulus de la isla del Dragón Rojo al mismisimo emperador. -Mama bajó significativamente la voz al dar sus explicaciones.

- Si, si, claro - el mediano asiente a las afirmaciones de la nigromante, más preocupado en saber cuales serán los próximos pasos que en disculpar... o dejar de hacerlo... al gnomo.

- Sin embargo, será complicado entrar en la vieja escuela de guerra. Y más si queremos ir armados - aclara mientras acaricia, en un acto reflejo la cabeza de su mastín - Será posible hacerlo por las alcantarillas? Espero que no. A Remo no le gustó ese lugar - Aclara sin querer reconocer que al que no le gustó fue a el.

- Por cierto, esto lo discutiremos mejor con una cerveza delante - agrega alegre mientras vuelve a asomarse a la puerta - Quizas lo mejor sea comer, dormir e intentarlo durante la noche... por lo menos veremos las antorchas de los guardias -

Fuí gladiador en el circo, quizas eso nos granjearia el pase la escuela de guerra ¿ que me decis ? Tampoco debemos olvidar que segun Aldara, creia que podia haber un liche detrás de todo esto y eso es malo, muy malo

- No entiendo por qué buscar muertos vivientes en una escuela de guerra. ¿No se supone que necesitan cadáveres para resucitarlos?

Robin abrió la puerta de la taberna. Un agradable olor a madera humeante y pollo especiado se deslizó seductoramente hacia sus compañeros, avanzando al ritmo de la música y las risas que manaban del interior de aquel local.

- Compañeros, estoy de acuerdo con Bhain, con Rómulo y su can y, cómo no, con nuestra encantadora "Dame du negro". Pero también estoy de acuerdo con mi rugiente estómago, mi seca garganta y mis pies, hartos de trotar por las alcantarillas. Así pues... ¿Quién se viene?

Robin realizó una reverencia a sus acompañantes, señaló la puerta con sus dos brazos y, una vez hubieron pasado todos, entró él también.

Ante la acción del clérigo, Romulo no dudo. apoyando la mano en el pezcuezo de su montura ingresó al local y buscó una mesa para todos, donde se instaló con comodidad - Cerveza - le pidió a la camarera - y un enorme trozo de carne para mi amigo... y otro para mí. El mío cocido, por favor - acotó con su raro sentido del humor

Una vez satisfechas sus necesidades básicas, y con Remo echado a sus pies, bajó el tono y verificando que no lo pudieran escuchar continuó hablando con sus amigos - Si, quizás podamos entrar a la escuela de guerra. Pero... armados? No lo creo, quizás lo mejor sea intentar entrar por la noche. Con un poco de suerte podemos evitar a los guardias. Solo será cuestión de evitar las antorchas que supongo, llevarán. Sino mucho no verán, no? -

-Es una buena idea, de noche deberia ser mas facil colarnos y detectar a las patrullas, tambien nos ayudara a que podamos llevar nuestras armas con nosotros

El grupo hablaba ya sentado en una amplia mesa mientras saboreaban la comida - y bebida - recién servida. El interior de la posada, como anunciaba el ruido, estaba lleno de parroquianos. Puede que Predemia fuera una ciudad en guerra, acuciada por múltiples problemas éticos y militares, pero desde luego no se podía decir que sus habitantes no supieran divertirse.

Un bardo semielfo vestido con coloridos ropajes tañía un laúd cerca de la ventana, mientras varios soldados - armados y pertrechados con sus armaduras - jugaban a los dados en otra mesa. Las dos camareras que por la mañana casi no salieron de la barra se afanaban ahora de un lado a otro sirviendo copas y comida, a la par que esquivaban las manos de algunos soldados y - para consternación de Mosest - las del propio Robin que tampoco perdía oportunidad de manosear a las chicas cuando se aproximaban despistadas a la mesa de los héroes. El tabernero del enorme mostacho no daba abasto en limpiar jarras para servir una nueva ronda. El ambiente era, sin duda, alegre y dinámico. Y lo más importante: entre tanto barullo nadie había prestado excesiva atención al nutrido grupo de aventureros que descansaban comiendo, ni siquiera cuando el enorme mastín se acomodó a los pies del mediano en una esquina del local.

- Si, esa es la idea - confirmó el mediano con una jarra de cerveza en la mano y una pata de pollo en la otra - No creo que quieran volver a salir desarmados. Y menos si está la posibilidad de encontrar a mago no muerto -

Mientras verifica que Remo tenga suficiente comida y bebida a su disposición continúa - quizás podríamos descansar un poco para estar dispuestos a primera hora de la noche. Podremos descansar aqui? Despues de todo es una posada -

El druida mira a los soldados y descarta la idea de usar sus uniformes... Armaduras de metal. Puaj. Como pueden moverse con ellas

Gaius se sentó aliviado en el taburete que le reunía alrededor de la mesa con sus compañeros. Las horas que habían pasado en las alcantarillas se podría decir que habían sido algo agobiantes para el asesino. Acostumbrado a la soledad y a que nadie le atosigara, ni le interrumpiera, había sido victima de todo lo contrario. Posiblemente gracias a esto, un cambio se había notado respecto a la actitud del humano con sus compañeros en el escaso tiempo compartido. Quizás todo tuviera que ver con las aventuras compartidas en las cloacas, pero ahora viéndolos a todos ahí reunido podría decirse que casi los toleraba, no a todos pero casi a todos.

Ahora mientras apuraba su consumición, en silencio, esperaba que empezaran a discutir sobre su siguiente paso, aunque el tenía muy claro lo que debían hacer…

-Sera mejor que nso tomemos un relax, las últimas horas han sido muy duras y si hemos de estar en forma para la noche, hemos de raljarnos un poco y recuperarnos.- El tono del enano cambia y esbozando una enorme sonrisa - Me parece que una jarra de cerveza y un plato de ese estofado me devolvera a la vida

Arthedain permaneció en un rincón más oscuro, para evitar llamar en exceso la atención, pero sin perder comba de lo que se decía.

Haciendo una seña a una de las camareras le preguntó por la posibilidad de tomar un baño caliente: tanta mugre recorrida empezaba a pasar factura a su sentido d ela dignidad.

La mujer asintió ante la petición de Arthedain:

- No habrá problema, señor, para que pueda tomarse un baño caliente en una de las habitaciones. En seguida se lo prepararán si así lo desea.

- YO tambien tomare uno de esos baños - Bhain tenía la secreta esperanza de poder librarse de ese asqueroso olor que parecia que se le habia pegado al cuerpo como una de esas busconas baratas con las que se habia divertido mas de una vez.
- guapa, luego guardame uno de esos estofados especiales de la casa- le dice mientras le guiña un ojo

-¡Y yo, y yo! - exclamó entusiasmado Mosest. - ¿Tienen sales de frutas?.