Partida Rol por web

La sangre del pueblo

Entrando en la ciudad

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12/10/2007, 23:05
Mosest

-Si ese elfo me toca en el hombro, le corto el brazo - Pensó Mosest mitad aliviado mitad acongojado por cómo se había resuelto la situación. Moviendo la cabeza como para despejar sus oscuros pensamientos, siguió adelante.

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13/10/2007, 00:03
Bhain

El Enano echo un vistazo a su compañero de raza, sintió lastima por el. La voz de su conciencia le susurró algo en su idoma natal. Hicimos lo correcto, ellos aceptaron el pago por hacer su papel, sabia a lo que se enfrentaban, pero en parte es culpa de tus compañeros y tuya lo que le pasó. La causa lo merecía....yo mismo fui victima de las circunstanciasLa expresión de ensimismamiento persistió unos metros mas hasta que su temple de guerrero forjado por sus años en la arena prevaleció, aunque en su semblante se notaba cierta sombra de pesar

-Esta Noche voya necesitar una cerveza-Dijo mirando a su compañero que iba con el en el carro

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13/10/2007, 10:08
Director

Pasado el tumulto inicial con el enano el grupo continuó su camino. El encuentro había sido sombrío y, pese a que se había resuelto sin mayores problemas, dejó en el corazón de algunos aventureros una sombra de pesar de la que tardarían en verse libres. Sobre todo en el corazón de Bhain, quien ya no podía guiar el carro con la misma sonrisa en su rostro con la que había comenzado la aventura. En una batalla, a veces, había cosas peores que ser herido por una espada.

La entrada en la ciudad, quitando el incidente del enano, no tuvo mayores problemas. Pese a lo bien preparado que tenía cada uno su papel descubrieron que los guardias no eran muy eficientes en su trabajo y con un par de frases y una ojeada superficial al interior de los carros se cumplían los trámites de acceso. Así que un poco después los dos carros avanzaban por el empedrado de la ciudad de Predemia: entrar había sido francamente sencillo.

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13/10/2007, 11:55
Arthedain

Una vez reagrupados al otro lado de las puertas, Arthedain aprovechó para deslizar unas palabras al grupo, pero dirigiéndose sobre todo a Robin: "Pese a lo desaforado de su reacción, el enano manco es digno de respeto porque está profundamente convencido de que tiene la razón pese a no tenerla. Ahora no podemos ayudarle porque hay cosas más importantes en juego, pero cuando salgamos de aquí me gustaría que recibiera ayuda, y no precisamente económica. ¿Puedo contar con vosotros?

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13/10/2007, 12:33
Mosest

-Por supuesto - dijo entusiasmado Mosest ante las palabras del elfo, del que un momento antes había desconfiado. -Me educaron en la asistencia al desvalido y no pienso olvidar esas enseñanzas. Podemos llevarlo a mi templo, he oído historias acerca de los clérigos mayores. Al parecer son capaces de restaurar incluso extremidades cercenadas. Le vendrá muy bien a ese pobre desgraciado.

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13/10/2007, 14:56
Mama Brigitte

¿Por qué deberíamos ayudar a un enano que no conocemos de nada? Exceptuando a Bhain que sssiii parecía conocerrrrle muuuuy biennn...quizás Bhain debiera primero darnos su versión de los hechossss antesss de compadecerrrme de nadie ¿nnnoo, amigo Bhainnnn? Quizás nuestro amigo enano tenía sus razones más que justificadas para rebanarle la mano al enano borracho de ahí fuera. ¿Usaste un hacha o una sierra mi estimado y fiable amigooo?-Preguntó Mama a Bhain no sin cierto "rintintin" en el tono. -¿Tambien tienes tus propios planes con la misión que nos compete?

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13/10/2007, 17:03
Bhain

Os lo contaré pero no aqui, donde en cada rincon las paredes tienen oidos y lo que digamso puede llegar a manos de quien no deseamos, vayamos a buscar alojamiento, tomemos un par de cervezas para aliviar el alma y luego os contare toda la historia, creo que debeis saberla. El asunto se remonta a la mision de rescate que hicimos, peor busquemos un lugar mas... discreto.

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13/10/2007, 18:57
Rómulo

Tras pasar las puertas, mientras el mediano, todavía sobre su montura miraba embelesado, y un poco asqueado, la cantidad de gente que lo rodeaba escuchó la conversación de sus compañeros y no puedo menos que agregar - Si, quisiera oir esa versión. No me gustaría pensar que el manco tenía razón. Quisiera estar seguro que puedo confiar en "todos" Uds. Bastante problemas tendremos con los no-muertos para además tener que mirar a nuestras espaldas -

Tras mirar al enano con una curiosa mirada agregó - Vamos entonces a esa taberna? -

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13/10/2007, 19:13
Bhain

vamos, necesito ese trago-dijo Bhain a su compañero, aunque aun seguia algo meditabundo, pensando en el manco. - Vamos tenemos un largo trabajo por delante- tras decir esto volvio a esbozar su sonrisa y empezó a encaminar sus pasos hacia la taberna

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14/10/2007, 16:10
Gaius Shelzar

- Al fin una vez más dentro de la ciudad – pensó contento Gaius – cientos de recovecos para esconderse y acechar a la victimas, miles de lugares para colocar útiles trampas… - el pícaro se perdió en sus pensamientos de todas las posibilidades que ofrecía la urbe en detrimento del campo donde había estado recluido durante semanas recientemente.

Ya estaba rememorando algunos de sus trucos favoritos cuando llegaron hasta sus oidos las palabras de Arthedain. El grupo del que formaba parte no dejaría de sorprenderle, no se molesto en contestar si quiera, ni se le había pasado por la cabeza ayudar al tullido enano que podía haber arruinado su entrada a la ciudad. Esas cosas era mejor dejarlas a los débiles de espíritu, que no contentos con atender a sus penosas vidas querían hacerse dueños de las penurias de otros. - Insensatosss…- espetó muy bajo y siseando, parecía que el molesto acento de Mama Briguitte era contagioso.

En cambio parte de la historia de Bhain si le interesaba. La información es poder le habían dicho cientos de veces, sobretodo si es de un oscuro secreto o de un estrepitoso fracaso. Son esos pequeños datos los que a veces convencen a alguien de que haga algo cuando este no quisiera hacerlo. – Bien dirijámonos a esa taberna de una vez y aclaremos todo este embrollo. Como bien dice Rómulo hay que saber a quien confiar nuestras espaldas, esta misión nos pondrá al límite en muchas ocasiones – comentó abiertamente con la clara intención de acelerar sus pasos en pos de la posada anteriormente acordada.

Antes de echar a caminar en dirección del establecimiento no pudo evitar una vez más fijarse en el curioso mediano. De todos los integrantes del grupo era al que más respetaba. Todos pecaban, incluido el mismo, de algo, soberbia o fanatismo o incluso de una confianza suicida. En cambio el pequeño druida solo pecaba de algo de ingenuidad que se vía compensada por el instinto de sus fieles animales. Una mirada limpia fuera de los estereotipos que el tanto odiaba. Quizás, en el fondo, más que respeto sentía curiosidad, y la curiosidad tiende a ser peligrosa.

“A veces los que parecen más sencillos son los más complicados”.

Notas de juego

Siento la extensión de mis mensajes, como posteo poco suelo tener muchas cosas que decir.

Un saludo para el "asesino filósofo" xD.

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14/10/2007, 21:59
Director

Con la promesa de la historia del enano, o al menos de la versión por parte de Bhain, los dos grupos se encaminaron hacia la posada de el Carro. Tal y como señalaba el mapa no se encontraba excesivamente lejos de las puertas de la ciudad. Tampoco era excesivamente difícil localizarla: era un edificio enorme de cuatro plantas, que destacaba como una torre entre las pequeñas casas de piedra de planta baja que estaban a su alrededor. Fiel a su nombre contaba con unas amplias cuadras donde los viajeros pudieron dejar sus vehículos y caballos a la atención de un joven mozo.

Desde la entrada vieron que era todavía temprano para que el lugar tuviese una actividad excesiva: tan solo un par de mesas del amplio salón estaban ocupadas.
En una de ellas se sentaba un orondo mercader que charlaba animadamente con un hombre viejo, vestido con una túnica gris, y que de vez en cuando levantaba su mano para pedir a una de las camareras que le trajera una nueva ración de tarta de queso. El anciano abría poco la boca para hablar y nada para comer. En sus ojos se leía una cierta impaciencia mientras esperaba que acabase su cháchara el comerciante, sin duda ansioso de cerrar algún trato.
En la otra mesa, situada cerca de la barra, descansaba un tipo joven enorme, de casi dos metros. Era evidentemente algún tipo de guerrero o mercenario aunque careciese de armas. Su torso desnudo lucía varias cicatrices. Jugueteaba con una jarra de cerveza medio llena. Levantó la vista al ver entrar al grupo y en sus ojos se dibujó un atisbo de interés que rápidamente se disipó cuando comprobó que no se trataban de quien quiera que estuviese esperando.
Un hombre bajito y con un prominente mostacho se afanaba detrás de la barra en colocar unas jarras en sus estanterías, mientras que dos chicas jóvenes atendían las mesas.

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14/10/2007, 22:02
Arthedain

Arthedain lanzó una mirada curiosa al pícaro, que parecía evaluarles a todos, como si calculara cuánto podría darle el usurpador por sus cabezas, pero aceptó la posibilidad con fatalismo. Sabido es que los planes mejor trazados de hombres y de ratones...

Ni siquiera se molestó ante la evidente mirada de superioridad con que les obsequiaba. Después de todo, una autoestima elevada era de gran utilidad en su línea de negocio.

Y, constatado que quien llamara a Gaius gorrión, poco sabía de pájaros, continuó camino, fijándose ávidamente en los detalles del interior de la ciudad.

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15/10/2007, 01:43
Bhain

Cuando Bhain entro en el local no puddo evitar que sus entrenados institons evaluasenn la situacion, entradas, salidas, posibles puntos conflictivos en una pelea, posibles peligros. Bhain no pudo evitar fijarse en ese gigante que estaba sentado al examinarle vio claro que se trataba de algún tipo de guerrero o de luchador, se pregunto que debía estar esperando. Luego se fijo en el vioejo ye n su acompañante, y tras un momento entro y se dirigió hacia el tipo del enorme mostacho que estaba detras de la barra. Se pregunto cuantas habitaciones iban a pedir asi que antes d eadelantarse ... -Una jarra de cerveza

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15/10/2007, 13:54
Robin Khelor

Antes de entrar en la taberna, Robin asintió, serio por primera vez, ante el comentario del misterioso elfo.

- Podéis contar con que usaré todas las herramientas que Random ponga en mis manos para paliar en algo la desagradable fortuna de aquel enano. Sin duda a veces los dioses pueden ser crueles... Y no todos los caminos de esta vida merecen ser transitados.

No estaba seguro de qué había hecho para merecer la confianza de aquel espadachín, pero se alegraba de habérsela ganado. Si las historias que se contaban sobre aquella casta de guerreros eran ciertas, era mejor tenerlos como amigos que como enemigos.

Al entrar en la taberna, Robin repasó someramente y sin disimulo las dos camareras que se afanaban en servir a los clientes que en aquellos momentos ocupaban la mayoría de las mesas. "Mujeres y Cerveza, las dos brújulas que rigen el destino de los hombres..."

Olvidado ya el breve tumulto que se había formado en la entrada de la ciudad (más se sabe de un hombre por sus enemigos que por sus amigos, pensó el clérigo), Robin ocupó una de las mesas que quedaban libres.

- ¡MOZAS! ¡Traed unas cervezas, por Random, que el camino hasta aquí ha sido largo y extenuante! Demasiado tiempo ya me he visto privado de uno de mis grandes amores...

Robin acompañó aquel último comentario con una pícara sonrisa dirigida a una de las camareras. Como él solía decir, "la cerveza, mejor rubia que morena; y las mujeres, mejor morenas que..." Bah, daba igual. ¿A quién quería engañar? Basándose en su experiencia, no había en este mundo mujer demasiado fea ni cerveza demasiado amarga.

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16/10/2007, 15:12
Rómulo

Finalmente Rómulo desmontó de su fiel Remo e ingreso a la taberna junto con sus compañeros. Su montura, obediente, lo siguió y se echo bajo la mesa que compartian mientras el mediano miraba asombrado a su alrededor. Este concepto de juntar gente dentro de una choza solo para beber le resultaba fascinante - Siempre es así? - preguntó curioso al ver como grupo usaba una mesa distinta y sus compañeros le pedían lo que querían al bigotudo que, supuso, era el encargado del lugar.

- Yo también quiero cerveza - aclaró en voz alta y un tazón de agua y algo de carne cruda para mi amigo - completó mientras señalaba al enorme perro que se recostaba a sus pies.

Sin embargo sus prioridades estaban claras. Sin importar lo curioso que resultara el lugar... o sus ocasionales compañeros, quería saber la historia del enano - Bueno, Bhain, creo que nos debes una explicación - le dijo seriamente - No me gustan las sorpresas. Suerte que ese manco estaba tan borracho que no pudo hacer nada, pero... no quisiera otra sorpresa de esas -

El druida, aparentemente, no había relacionado el toque del elfo con la súbita fatiga del manco.

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16/10/2007, 15:19
Mosest

Desde la puerta Mosest miró con curiosidad cada rincón de la taberna que se presentaba ante él. Aunque pareciese mentira, jamás había estado en una de ellas anteriormente. Tampoco había probado la cerveza, por supuesto, y el olor que desprendía, que impregnaba todo el local, le era muy desagradable.

Se sorprendió bastante al comprobar que uno de sus nuevos compañeros, Robin, clérigo según había dicho, miraba con lascivia a las jóvenes que servían las mesas y pedía cerveza para beber. Desde luego los preceptos de su dios debían de ser mucho más relajados que los de Gloranai, ya que todos los clérigos que él había conocido desarrollaban una vida carente de excesos en su mayoría. Sin embargo, la curiosidad que conllevaba su juventud, le empujó a sentarse al lado de Robin y sin decir nada, se limitó a observar su comportamiento.

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16/10/2007, 21:08
Bhain

Bhain se dirigió a una de las apartadas mesas de las que disponia el local, mecanicamente se sento eligiendo para si la silla que le permitia estar de espaldas a la pared.
Por un segundo clavó su mirada en la rúbia cerveza, permitiendo que sus pensamientpos regresasen al pasado reciente, mientrs el resto de sus sentidos permanecian alerta, los últimos acontecimientos acudieron frescos a su mente. Bhain levanto la vista de la cerveza y la poso sobre sus compañeros su boca se abrió cpomo para decir algo pero antes de empezar dió un largo sorbo a la cerveza, dejando que el refrescante elixir bajara por su gaznate y le facilitara de alguna forma el relato.
-No hay mucho que contar, tampoco soy un gran narrador de historias. Los dioses no me dieron el don de la palabra, me hicieron nacer enano-Dijo golpeandose el pecho con el puño, con una mirada de orgullo en su rostro- Me han dado unos brazos fuertes y una gran resistencia, asi como el don de poder quitar la vida a mis enemigos, estas manos han derramado mucha sangre en la arena. Un dia quien ya sabeis nos ofreció un trabajo, el mismo consistía en realizar un arriesgado rescate en la mismisima prision delante de los ojos de los guardias. Pensamos un plan, sabíamos que era arriesgado neesitabvamos a alguien que ofreciera una distraccion para que nosotros pudieramos realizar nuestra parte, para ello contratamos a una mujer y a Bianca y a sus siete acompañantes, siete enanos, siete miembros de mi misma raza. La parte de ellos era facil, solo tenian ue montar una pequeña pelea en la plaza. La cosa salió bastante bien rescatamos a los tipos y seguimos por una via de escape que habiamos preparado hasta fuera, el resto es historia como se suele decir. No me alegro de lo que le ha pasado a ese tipo, me sabe mal, pero asi es la vida a veces el bien de muchos se antepone al de unos pocos. Además no tenía por que pasarles nada- Tras decir esto Bhain se termino de un sorbo la cerveza, como si de esta forma quisiera ahogar su conciencia

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16/10/2007, 23:19
Director

Mientras el enano contaba su historia otro parroquiano entró por la puerta del local. Era un hombre menudo, casi del tamaño de un mediano, aunque evidentemente humano. Vestía un traje de confección cara, con telas multicolores muy lujosas aunque carente de todo gusto. Quizás rondaba los sesenta años y se apoyaba pesadamente en un grueso bastón de madera que aferraba con una mano repleta de alhajas. Aunque no disimuló cierta curiosidad al fijarse en el amplio grupo de aventureros de la esquina su vista se dirigió inmediatamente al guerrero que se encontraba al otro lado de la sala. Con el repiqueteo monótono de su bastón se dirigió hacia donde éste se hallaba.

La llegada de una camarera con las bebidas distrajo momentaneamente al grupo, sobre todo al apreciar como la moza esquivaba habilmente una de las manos de Robin que descendía peligrosamente por su zona trasera. Cuando volvieron a mirar al recién llegado éste ya estaba sentado junto al guerrero y hablaba con él en voz baja, sin prestar atención al resto de la taberna.

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17/10/2007, 09:41
Silvania

- Las ciudades huelen peor que los pantanos -Soltó Silvania, sin que nadie pudiese saber muy bien a cuento de qué -Y son todavía más desagradables.

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17/10/2007, 10:36
Mama Brigitte

Sin embargo, Mama Brigitte no apartó la vista del hombre que acababa de entrar por la puerta. Su forma de vestir y su actitud captó la atención de la maga desde el primer momento. Alzando la mano llamó a la moza, cuando esta se acercó, le susurró algo al oído -Querida, disssculpa loss modalesss de algunosss de misss amigosss ¿podrías traerme una zarzaparrilla con un chorreton de ginebra? Ah, y espera un momento ¿puedo preguntarte quién ese hombre que acaba de entrar? Parece alguien importante, aunque su forma de vestir más parezca la de un bufón.-Dijo Mama a la sirvienta depositando 4 monedas de oro en su delantal.-Entre tu y yo querida ¿Quién es?

Notas de juego

A simple vista ¿qué me puede parecer ese hombre: algun noble, cargo público, mago, etc?