Partida Rol por web

Tengo el palpito de que esta vez la cosa va ser dura

El rostro del mediano reflejó los extraños sentimientos que le produjo la urbe uno tras otro. Admiración por el tamaño. Pena, por el hacinamiento. Sorpresa por la cantidad de gente. Asco, por el poco respecto a la naturaleza. Ansiedad, por conocer ese extraño lugar. Miedo, por tratarse de un territorio desconocido.

Mirando a sus compañeros solo atinó a responder a la maga - Si. Termitas... espero que no sean tan organizadas como ellas, sino será imposible movernos allí adentro -

Espoleando su cabalgadura, volvió a su tarea de mensajero entre ambos carros, calculando que, al momento de llegar a la entrada estar cerca del que llevaba sus pertenencias.

- Tranquilo Remo, tranquilo - calmó a su fiel amigo - Estaremos juntos en esto -

Gaius miró desde la distancia la ciudad, muchos recuerdos afloraron en su mente, no pudo decidir si eran alegres o tristes, esos adjetivos se habían ido trastocándose con el paso del tiempo debido a su profesión.

Un bache en el camino le sacó de sus ensoñaciones, echaba de menos su armadura y sus armas que no tintineaban con el azaroso movimiento de la carreta, estaban lejos de él escondidas en algún doble fondo del carromato que se movía por delante suyo.

Sin la seguridad de los filos de sus espadas no le importaba por cuál de las puertas pasaran, encontraba todas con las mismas dificultades. Solo se preocupa de tener fija la mirada al frente esperando ver los peligros que se avecinaban.

Bhain se encamina hacia la puerta que esta mas cerca

El joven paladín, que había buscado unas ropas de viaje bastante discretas se sentía vacío sin la librea de Nicodemo que había llevado en los últimos tiempos. Por suerte conservaba su símbolo sagrado de Gloranai, el cual apretó contra el pecho para darle fuerzas y animarlo a seguir adelante. La visión de la ciudad donde había vivido toda su corta vida se le presentaba extraña con todos esos campamentos militares alrededor.

Mosest dudó un momento, pero después se permitió participar en la conversación que se estaba desarrollando entre sus compañeros:

-Perdonad, no es por entrometerme, pero... ¿no deberíamos entrar por aquella puerta donde menos guardias haya?. En cualquier caso a mi me da igual, ¿eh?. Si nos descubren yo sólo sería capaz de acabar con cuantos se me pongan por delante, ya sea en una puerta u otra - concluyó demostrando su exceso de confianza en sí mismo.

Mama Brigitte sacó el mapa de la funda y lo miró detenidamente durante un largo rato. Miraba el mapa y alzaba la vista para mirar la ciudad en el valle. Definitivamente era un mapa muy bueno y detallado.

Mama dió un ligero codazo de complicidad en el hombro de Rómulo y viendo el interés de éste en el mapa le susurró -Fijate en estos detalles de aquí ¡son una verdadera obra de arte! Hasta vienen las entradas a la ciudad con el más mínimo detalle.

Nunca habia visto un mapa de esta calidad, ni siqiera ewntre los de mi gente, amantes como son del arte de la perfeccion, el que lo ha hecho es desde luego un maestro

Se levantó un fuerte viento por un breve instante con el que casi hace perder el mapa de sus manos. El viento llevaba polvo y acículas de los pinos silvestres que rodeaban el sendero.-Será mejorrrr que guarde esssta maravilla antesss de que se estropee. -Dijo Mama mientras enrollaba el mapa y lo guardaba en su funda.

Mama Briggite estuvo a punto de guardar el mapa, pero luego se lo pensó mejor: allí se indicaba donde estaban las principales posadas y templos. Quizás aquello pudiera servirles de guía para decidir cual era el mejor acceso.

Los demás observaron el pergamino con interés, cotejando su posición (equivalente a la zona suroeste del mismo) con los puntos mostrados en el mapa:

El pequeño druida miró la ciudad y luego el mapa. Le resultaba dificil entender que el enorme tamaño de la urbe estuviera reflejado en el papel, pero con un poco de imaginación consiguió entender lo que veia dibujado.

- ME gusta esta taberna "El carro" - deletreo cuidadosamente - Después de todo si entramos con carros será un buen lugar para nosotros, no creeis - comentó al resto simplemente por el hecho de dar una opinión. No tenía ningún motivo específico para elegir esa taberna antes que otra, pero el nombre le pareció lo suficientemente acorde con la situación como para elegirlo.

_Mmmmssiii, puede ser un buen lugar, El Carro...Ademasss, esta linea de aqui, esta triangular que se dibuja al Oeste de la ciudad, parece que delimita los bajos fondosss, con lo que la posada que dicesss esta relativamente cerca.¿Qué os parece?-pregunta mirando a Arthedain que se incorporaba al grupo para estudiar el mapa y la posición.

Creo que os equivocais, la taberna el antro y el goblin muerto, son las que estan en el barrio chungo de la ciudad

-Amigo Bhain, no me essstoy equivocando al decirrrr que la posada El Carro está cerca de losss barriosss bajosss, no dentro de los barriosss bajosss; pero veo que vuestra valentía os lleva a ir directamente a las tabernassss más lúgubres y oscuras de toda la ciudad. Me gusta como pensaissss. Aunque a mi dormirrr con un ojo abierto en una de esas posadas toda la noche... no me hace ninguna gracia; ¿No sería mejor dormirrr más tranquilos en una posada algo másss decente y dejar las de los bajos fondossss solo para bussscar informaciónnnn?-Contestó la maga a la intervención del enano no si mostrarle una hilera de dientes en una amplia y larga sonrisa.

- Barrios bajos?. Quieres decir que algunos barrios están mas cerca del suelo? - Los terminos que empleaban sus compañeros para referirse a los lugares de la ciudad estaban mareando al druida. - No lo se. Yo solo la elegí porque me gsutó el nombre - aclaró antes de que lo envolvieran en una discusión.

-Esta bien vayamos a la del carro, sera mas tranquila y no tendremos que descansar con un ojo abierto. POr miparte ire en el carro de los cachibaches y la mitad de las cosas deberian ir enterradas entre los cachibaches para que no las encuentren

- Bien, bien - el mediano asiente con la cabeza a las palabras del enano y, montado en su fiel Rómulo se prepara a entrar en la ciudad por la puerta más cercana a la posada que eligieron.

Con un suave silbido, hace que su montura se aleje unos pasos, algo por detras de la carreta de los rezagos donde ha escondido sus armas y armaduras y comienza a silbar alegremente, ocultando los nervios que le produce entrar a un lugar con tanta gente amontonada.

¡Je! Es gracioso, este mediano...

Robin se acercó a Rómulo, tratando de encontrar la manera de explicarle el tema al curioso druida y, al mismo tiempo, resolver el dilema de la entrada en la ciudad.

- Rómulo, Imagínate la ciudad como un muestrario de todo lo que puede ofrecernos la naturaleza, pero en un espacio muy reducido. En unas pocas peonadas puedes encontrarte con un bosque de imponentes y ancianos árboles, cuyas cúpulas se elevan majestuosamente hacia el cielo; o un verde prado cubierto de flores de los más diversos colores, cada una con su sabor, su olor y su sonido, pero creciendo todas juntas; de la misma forma, hay zonas en una ciudad que se parecen a un pantano hediondo, lleno de extrañas y peligrosas criaturas cuyo veneno puede ser aún peor que su mordisco. Esta es la zona donde nosotros debemos ir a cazar. Ahora bien: nos adentramos directamente en el pantano a ver qué encontramos, o empezamos nuestra misión desde un verde prado, para que las bestias ponzoñosas no se den cuenta de nuestra presencia? Este es el dilema.

Robin se levantó y observó a Bhain, el enano veterano.

- Si al que más veces ha estado en la ciudad le parece bien que nos hospedemos en la taberna el carro, no veo motivos para oponerme a su elección.

Dicho esto, Robin se colocó a la cabeza de los carros. Quizás el grupo terminaría llamando la atención de algún guardia, y no sería la primera vez que su rápida lengua y su encantadora sonrisa le abrían las puertas a sitios donde se suponía que un clérigo de Random no debía penetrar...

Silvania no tiene claro donde colocarse ahora. la cuerda de su arco va en un bolsillo interior mientras la vara está, con las flechas, en medio de un hatillo de ramas secas en la parte baja del carro.

Finalmente opta por caminar al lado de Rómulo, para que piensen qeu son pareja, o parientes, o lo que les dé la gana pensar a los guardias.

Desde el carro el asesino miro a sus compañeros charlar animosamente sobre la ciudad consiguiendo sacar una conclusión entre ellos, tomar como punto de reunión la “Taberna del Carro”. Dándose cuenta el pícaro que nadie había caído en algo obvio decidió intervenir.

- Bien pues que sea esa posada nuestro destino – comentó reafirmando las intenciones de sus acompañantes – por tanto intuyo que lo más lógico será atravesar la puerta mas cercana al lugar para entrar a la ciudad. Unos instantes de silencio acompañan sus palabras, intentando hacer memoria del mapa que tan fugazmente le había mostrado la nigromante.

– Creo que la más conveniente es la puerta cercana a la Capilla de Haron …ehhh ¿Qué opináis?– por el tono de voz se nota que el aventurero no estaba acostumbrado a pedir permiso para llevar acabo sus planes, nunca había necesitado consenso para nada y comprendía que se encontraba inmiscuido en una misión en el que si lo iba necesitar.