Partida Rol por web

Maldita sea mi estampa , se dijo mentalmente Aleena, empapada, asqueada y asustada, mientras sacaba su arco, y lanzaba con toda su rapidez una flecha contra el licantropo que había sido herido. ¿Cómo podia haberse descuidado tanto?

Por la mueca de sorpresa del licántropo, sabéis que Aleena ha acertado en el blanco de pleno. Lo que ya es más sorprendente es que caiga fulminado por la flecha de la pícara...

Por su parte veis al elfo que os ha advertido hace unos segundos, que se gira y dispara a otro hombre-rata que estaba escondido. Dispara dos saetas, pero solo la primera impacta al sorprendido licántropo.

Además, una bandada de cucarachas comeinza a moverse, acercándose al clérigo y al bárbaro...

¿Aliados? No abundan por estos lares.

Con este pensamiento me muevo hacia el hombre rata que veo delante. El movimiento en este lodazal es extremadamente lento, con lo que mi objetivo queda por el momento a salvo de mí.

Eleânil no tiene seguro que el elfo sea aliado y prefiere cubrir a su compañera. Levanta la mano pero esta vea se generan dos sables élficos en miniatura en lugar de uno que impactan en el otro licántropo del barco.

El elfo descarga su magia sobre el licántropo sin darle tiempo a reaccionar siquiera. Éste cae al suelo, entre los escombors, y dejáis de verle.

El tercer hombre-rata ve el percal y sale por patas (nunca mejor dicho) huyendo del combate claramente perdido.

El-Rohir contemplo el enjambre de criaturas que se acercaban. Ahora es el momento, a ver si todo lo que he trabajado en los ??ltimos dias vale para algo.
-Sighvat, contra esa plaga tu hacha no sirve, dejame a mi!-grit?? y a c ontinuacion ae concentro en su medallon, en su diosa, para recordar un conjuro y juntando las manos arrojo un chorro de llamas contra la plaga.
Luego retrocedio gracilmente, como si caminara sobre el agua.

Las más valientes de las cucarachas que avanzaban hacia el elfo mueren abrasadas bajo las llamas que surgen de sus manos, pero donde estas estaban otras las reemplazan y siguen avanzando.

Odiaba los insectos. Desde luego mucho mas de lo poco que le podia gustar el agua, el barbaro sabia que no era un tipo listo, pero por lo que el recordaba, las cucarachas no nadaban, asi que corrio hacia delante hasta que se sumergio hasta la cintura en el agua.

De poco iba a servir mi arco y mi rapier contra una plaga. Aleena se mete entre la zona de maleza, y empieza a acercarse en sigilo, tratando de volver a ocultarse, hasta donde está la persona que les ha ayudado.

La plaga persigue al ágil elfo, volando y cerniéndose sobre él. A pesar de los aspavientos del clérigo, le invaden completamente y comienzan a mordisquearle, incluso por debajo de las ropas.

El inesperado aliado que os ha avisado de la emboscada avanza hacia donde están los cuerpos de los licántropos abatidos, llegando fácilmente atravesando la tarima donde está la titilante luz. Mientras avanza guarda la flecha que había sacado y se enfunda el arco al hombro.

Ahora que estáis más tranquilos y más cerca (menos el elfo, cegado por las cucarachas) podéis ver que las figuras no eran más que maniquies.

...Entonces el único verdadero debe ser el que ha salido corriendo...Eleânil apunta al hombre rata que corre y avanza disparando sus sables de luz.