Partida Rol por web

Escena para Toku Michi en Otosan Uchi.

[Barrio de los mercaderes]

Algunos puestos del mercado están comenzando a recoger sus cosas, ya que la noche está a punto de caer. No obstante aún hay ambiente y el gentío va de un lado para otro buscando las cosas que necesita entre las tiendas.

La mayor parte de los puestos son de consumibles de primera necesidad: arroz, pescado, verduras, ropa y demás. Aunque más adelante llegas a lo que parece las tiendas de mejor calidad y donde hay menos gente, con algún samurai paseando por alli.

El paseo desde el palacio hasta la zona del mercado, fue agradable y corto. El ambiente me encantaba y siempre que llegaba a una nueva ciudad, me gustaba andar entre sus puestos de comidas.

Tras haber paseado por los diversos puestos, la boca se me había echo agua, pero la aparición de aquella tienda a mi vista, hizo que me olvidará de todo y fuera hacia ella, sin mirar los demás puestos.

Al llegar, veía que el puesto estaba lleno de diversas cosas, algunas bastante apetecibles y otras que no había conocido. Espere mi turno, mientras miraba las diferentes cosas y cuando me toco, le pregunte al tendero, Buenas tardes, señor. ¿Me podría decir si tiene usted mojama seca?

El tendero se gira para coger algo.

- Sí, aqui tenemos, está muy rico señor. 1 Bu la pieza.- Te dice con sumo respeto.

De mi bolsa, saco 1 Koku y se lo doy, muchas gracias, ¿podría darme 2?

Tras coger, los dos trozos y esperar el cambio, me doy la vuelta y miro los alrededores, sin saber a donde puedo ir. Al volver la vista al tendero le pregunto: ¿donde me recomienda ir? Me encanta recorrer las ciudades y aún ando algo perdido en esta

El tendero te devuelve 3 Bu correspondientes a tu cambio, junto a dos piezas de mojama.

- Seguro que un samurái tan honorable como usted disfrutaría con el barrio de los templos.- Te dice con una reverencia.

Cojo el cambio y me lo guardo, mientras que con la otra mano cojo los dos trozos de mojama. Muchas gracias, honorable tendero le digo, devolviendole el saludo. De acuerdo, aceptaré su propuesta y le haré caso, ¿podría decirme por donde tengo que dirigirme? le pregunto, con un tono amable.

A pesar de mi tono, mi cabeza no esta de acuerdo mucho con la idea. ¿La zona del templo? La verdad es que no estoy muy seguro de querer ir allí, pero tal vez encuentre algo a mi gusto en esa zona.

El tendero te hace las indicaciones para llegar al barrio de los templos; está bastante cerca del palacio imperial, en el centro, en la zona más pudiente.

Tras despedirme del tendero seguir camino adelante. La idea que me había dado el tendero no hacía mucha gracia, pues no tenía ninguna gana de perderme entre los templos, mi cuerpo me decía que necesitaba algo de movimiento, por lo unos metros más adelante, giré la primera calle a la izquierda que encontre para empezar a perderme entre las callejuelas de la ciudad, ¡Quien sabe! tal vez la pueda encontrar si empiezo a andar por aquí.

La calle por donde empece a andar era estrecha, rodeada de viejas casas, a primera vista pequeñas, donde el ruido abundaba. Seguramente, estén preparando la comida pensaba en mi caminata. Apenas pude ver gente por la calle, solo alguna que otra mascota corriendo de un lado a otro.

Justo antes de llegar al siguiente cruze de calles, encontre a un grupo de hombre reunido en grupo frente a un hogar. Había dos hombres mayores jugando con lo que parecía un tablero, ambos iban vestidos con sus túnicas y uno de ello llevaba una gran barba blanca, a su lado había 3 hombres y un niño observando la partida. Desde mi posición parecía que estaban jugando a algo, así que decidí acercarme y ver que hacían. Al acercarme al grupo los aludes y vi que estaban jugando al El Go. A pesar de que el juego estaba extendido entre la mayoría, hacía bastante tiempo que no jugaba por lo que apenas recordaba como se hacía.

El grupo parece pasarselo bien, por eso aunque el sol va cayendo, deciden sacar una especie de lámpara para iluminar la calle. La temperatura desciende algunos grados, pero con la brisa marina hace agradable estar afuera, por eso aun hay movimiento por la zona.

Tras terminar la partida, el hombre de barba blanca te ofrece el asiento para que juegues contra él.

Le hice una reverencia al viejo y me sente en frente suya. Muchas gracias, mi nombre es Toku Michi, pertenezo al Clan de la Grulla y agradezco su oferta, pero hace tiempo que no juego, así que perdone mi torpeza con las piezas. ¿Podría empezar usted? Gracias

Esperando que empezará, cogi mis piezas y las coloque.

El hombre coge las piedras negras para comenzar. Su primera pieza la coloca suavemente sobre el tablero.

- El camino siempre comienza con un paso, aunque el sendero sea desconocido.

Conozco ese dicho, además también este: Pasito a pasito se llega lejos. Conteste mientras movía mis fichas, a pesar de que sabía que este turno estaba perdido, lo malo es que el corazón nubla los sentidos

El hombre te escucha asintiendo mientras coloca su ficha. Tras varios movimientos ves como te va ganando, pero aún es pronto para cantar victoria.

- El mar es azul, bello e inspirador...pero también es fuerte, bravo e ingobernable.

Pero a pesar de ser ingobernable, se puede manejar con recursos y utilizarlo a favor, como también se puede navegar en él y viajar a otros lares, el viento es más poderoso.

Vuelve a asentir, parece que le gusta el intercambio filosófico de ideas. Esta vez colocas las fichas bien y consigues hacerte con algunas de las suyas, parece que se igualan las fuerzas.

- El pastor reune a sus ovejas, incluso a las descarriadas...¿Pero es buen pastor si las dejo descarriarse?

Muchas veces una oveja ha de descarriarse para poder encontrar su camino, nunca debe ser tan protector. Es mejor enseñarle a pescar que darle el pescado continuamente

Un par de personas a vuestro alrededor observan tanto la partida como los intercambios de sabiduría.

- Si el pastor vigila demasiado a su rebaño, desprotegerá a su familia; pero si vigila a su familia, los lobos atacarán su rebaño...Ese es el dilema del pastor...