Partida Rol por web

Aun cuando Jaime se había encargado de presentar a aquellos que se habían quedado callados, otros mas como Alfred y Grim no tardaron en hablar por ellos mismo en señal de agradecimiento o simplemente aprovechando el momento para tratar asuntos de sumo interés.

Ante las palabras de Grim que de cierta manera buscaban consejo, el mismo Thorek le respondió en Khazalid, la lengua de los enanos y sin que el emisario tradujera sus palabras por lo que solo Grunt entendió también lo que le dijo. Pero fue ante las palabras de Grunt que pudieron ver por un breve momento la ira de aquel aciano enano, pues al parecer lo dicho por Grunt no le había gustado nada. El emisario tampoco tradujo eso, pero les repitió a los mercenarios allí presentes que sería la elfa quien tendría que solicitar el permiso formal para pisar esas tierras y reclamar su derecho a pelear en el nombre de los señores enanos. Así mismo les indico que ella tenia que formular las palabras pues el sería quien se las traduciría al señor de las runas.

Por ultimo, ante las palabras de Nathan, el hemisario negó con la cabeza explicándole que aunque podrían atender a su perro pues tenían algo de conocimiento de bestias similares, ellos no llevaban médicos para animales sino solo algunos sirvientes que algo podrían hacer, y que en cuanto a su caballo, ellos no sabían como cuidar de ellos.

-Necesito una respuesta respecto a si desean que el consejo les ayude con su viaje a Karak Azgal tal como el señor de las runas Thorek les ha indicado-. Farfulló el emisario a los mercenarios allí presentes algo incomodo de dirigirse al flaco y sonriente mediano quien parecía ser su líder.

Jaime por su parte, con su clara expresión de que se estaba divirtiendo, quiza por la situación de la elfa quien le gustaba molestar por lo orgullosa que era, no tardó en entrar al quite ante aquellas palabras. -Sabio y formidable señor de las runas que le estamos plenamente agradecidos por sus recompensas y que somos conscientes de que no hemos dado la talla ante la grandeza de su gran ejercito enano en esta batalla- sus movimientos corteses seguían siendo sumamente exagerados, pero mas que sarcasmo, probablemente ya eran algo natural en él; y esa impresión daba sobre todo por que tras sus palabras le guiñó los ojos continuamente a la elfa como si intentase que esta aceptase lo bien que el lo había hecho. -Necesitamos tiempo para deliberar como actuar ahora, pues apenas unas horas atrás estábamos pensando en la forma de huir del valle y salvar nuestras vidas. No habíamos pensado mas allá de eso-.

El emisario rápidamente tradujo las palabras del mediano para recibir el consentimiento del consejo, aunque no parecía que fueran a darles mucho tiempo pues todos seguían allí parados esperando por lo que habría que hablar y darse prisa.

-Que haremos entonces?- preguntó el enano a sus compañeros. -El viaje por los túneles no me agrada nada, aunque seguramente será la opción mas segura pues incluso nos escoltarán durante el camino. Yo preferiría las montañas pues igual habrán de escoltarnos, aunque no todo el trayecto lamentablemente. Les escuchó, solo dadse prisa que no me gusta ver a esos enanos allí parados como piedras a nuestro alrededor- concluyó haciendo referencia a los martilladores que cerraban un circulo de metal en torno a ellos.

-Pues yo sinceramente voto por los túneles. Todos los enanos y metros de roca que haya entre yo y los pieles verdes me parecen pocos-respondió el mercenario, lo que en cierto modo era sorprendente después de su desempeño luchando contra los orcos y los goblins. De todos modos, él no era el único que tomaba la decisión. Además, aún faltaba que Lorantha hablara con los enanos.

-Y si yo fuera tú-dijo, refiriéndose a ella-empezaría a hablar con nuestros anfitriones. No parecen demasiado contentos y están insistiendo en que seas tú quien se exprese.

-Voto por los túneles, aunque esté cabreado conmigo, tendrá que respetar nuestras decisiones. respondo ante la petición de Jaime. 

-Lorantha, tienes que solicitar ante el gran consejo enano el permiso para pisar y atravesar sus tierras asi como el permiso para combatir en estás tierras en nombre de ellos. Simplemente eso. La Formalidad se refiere justamente a las alabanzas y sumisión, hincar rodilla y esas cosas. Lamento si mi intervención ha causado más problemas de los que debería.-le digo a la elfa de la noche

- Túneles, sin dudarlo ni un instante. La idea es llegar, y hemos estado apunto de quedarnos en el camino. Así que mi voto es claro.

Esperó a que el resto hablaran, y volvió su mirada hacia el consejo, con un gesto solemne. No tenía mucho que decir, esperaba que toda esta escena acabara pronto y que pudieran continuar con su camino sin problema.

Si los túneles nos ofrecen mas seguridad pues sea por los túneles ya que ir por arriba nos ha demostrado que no estamos preparados para afrontar tantos enemigos .Ese el sentido de mi voto pero aun faltan unos cuantos por pronunciarse y aunque hasta ahora todos vamos en el mismo sentido todo puede cambiar aun .

La elfa no entendía bien lo que había ocurrido, había recurrido a Grunt para que le aconsejase cómo debía proceder y este había considerado que lo mejor era ser presentada por él, sin embargo, la respueta de los enanos no había sido la que esperaba, ¿realmente tendría Jaime razón y Grunt no era más que un saqueador de tumbas?

Desechó aquella idea de la cabeza e imitando a Jaime en sus gestos y reverencias se presentó, - Señores enanos mis respetos y mis disculpas de antemano si alguno de mis actos les ha ofendido, pues ciertamente era justo eso lo que pretendía evitar. Soy Lorantha del Clan Lunar.

Me gustaría empezar agradeciendo la consideración que están teniendo conmigo y la indulgencia mostrada hacia mis actos.

Como se me requiere y esperando con mis palabras y formas proceder adecuadamente y agradeciendo cualquier indicación adicional para actuar correctamente, solicito permiso formal para pisar estas tierras y el paso a través de sus antiguos túneles. Reclamo también, con su venia, el derecho a pelear en el nombre de los señores enanos.

Quisiera también adelantar las formalidades para solicitar permiso formal para acceder a Karak Azul, así como presentar mis respetos de antemano a sus señores, hacer abono de las cuotas pertinentes y cumplir con la formalidades que sean necesarias.-

Con sus palabras quedaba patente también cuál era su preferencia en cuanto al camino a toma.

- Aunque pudiéramos resistir un viaje por el exterior, igual tendríamos que enfrentarnos a peores cosas de las que ya hemos visto. Los túneles no son una mala idea, pero como se decida en conjunto. Como anteriormente había pensado me daba igual que camino seguir, mis piernas tendrían que pagar el precio de haber perdido mi montura.

Esperando tranquilamente en el Carro mientras los demás estaban en la reunion pregunto a varios enanos sobre la posibilidad de curar a mis animales y la respuesta es esta, que aunque podrían atender a mi perro Ulrich pues tenían algo de conocimiento de bestias similares, ellos no llevaban médicos para animales sino solo algunos sirvientes que algo podrían hacer, y que en cuanto a su caballo Stratego, ellos no sabían como cuidar de ellos.
Así que le respondo, Gracias por la información maese enano. Me seria de mucha ayuda si pudierais avisar a alguno de vuestros compañeros que tenga el conocimiento de animales para ayudar a mi Perro. Por otro lado, ¿En los Karak cercanos disponéis de Galenos cualificados para poder ayudar a mi caballo?

Grim no pudo por menos que mostrar sonrisa amplia ante la idea de llegar a la ciudad enana y encontrarse con el maestro rúnico. Hace una reverencia y contesta en Khazalid.

Aún haciendo la reverencia comienza a responder. - Gran señor Thorek, sería un honor tener el privilegio que pudiera contar con la misiva vuestra hacia Rorantok Damirson en Karak Azgal pues quisiera terminar mi entrenamiento como herrero rúnico y no considero otro mejor maestro que él. Mi viaje está destinado a ser su discípulo hasta que considere completado mi aprendizaje.

Mientras los miembros del clan debatían respecto a una decisión que ya desde un inicio parecía tomada, Lorantha y otros se pronunciaban ante los enanos ante diversas circunstancias. Lo primero que notaron todos es que el emisario se sorprendió ante las ultimas palabras de la elfa pero no le dijo nada apresurándose a traducir lo que esta había dicho a la antigua lengua de los enanos.

Estos parecieron estar de acuerdo y satisfechos o al menos al principio. Las palabras en respuesta por Thorek fueron esta vez sumamente mas tranquilas aunque algo serias, sobre todo al final, pues parecía estarles negango algo.

-Eres bienvenida entonces y en nombre del consejo y del rey Belegar de Karak Ocho Picos, te autorizo pisar estas tierras con libertad y abatir a los enemigos de nuestro pueblo en nuestro nombre. Así mismo, en nombre mi pueblo de mi Rey Kazador, señor de Karak Azul, tienes el permiso para cruzar nuestros túneles hasta las puertas de la antigua ciudad. Pero no darás ni un solo paso mas allá, muy pocos elfos han entrado a nuestra ciudad desde la guerra de la barba, y los enanos no olvidamos. El rey Kazador solo te dejará entrar si tienes un motivo realmente importante que hacer allí y solo si este nos es conveniente- tradujo el emisario para la elfa. Con aquellas palabras era claro para ellos que si querían seguir juntos, su camino por los túneles habría de terminar a las puertas de la gloriosa Karak Azul, de la que realmente solo ambos enanos habían escuchado hablar.

Mientras todos guardaban un breve silencio ante aquellas palabras, el señor de las runas Thorek habló de nuevo dirigiéndose ahora a Grim, pero el emisario, quien de nuevo les habló, no les tradujo nada de las palabras pronunciadas, si no que solo respondió al cuestionamiento de Nathan con una amplia sonrisa, casi como si el imperial le hubiese contado un chiste.

-Cuales Karak, a mi derecha esta la antaño gloriosa Karak Ocho Picos, asediada día y noche por Globins, Orcos, Skavens y otros bestias peores e innombrables. A tu izquierda está la aun lejana Karak Azgal cuyos subterráneos están infestados de toda clase de alimañas. El único Karak que realmente puede ostentar ese titulo es Karak Azul. Pero no hay forma de que podamos ayudarte humano, los enanos no criamos caballos-.

-Así lo haremos, te la entregaré sellada cuando hallamos cumplido nuestra parte del trato y nos separemos a las puertas de Karak Azul-.

-Así es mejor- exclamó Jalon ante lo sucedido con la elfa. - De entrar a la ciudad sería muy difícil salir de ella fácilmente. Esa ciudad es muy rica y algunos se enamorarían de ella sin poder jamas alcanzarla. A los enanos les harían hacer juramentos que los mantendrían allí décadas sin que siquiera se dieran cuenta de ello. Y pero aun, en poco tiempo nos habríamos quedado sin recursos teniendo que trabajar para ellos. No, lo mejor es seguir adelante- El humano no lo dijo, pero era consiente de que no habría de llegar mas allá de Karak Azul, nunca lo había hecho y ya de por si no había tenido intensiones de viajar tan lejos. No obstante ese viaje le sería útil para obtener información actual sobre los asentamientos enanos e informar a sus superiores.

-Mas allá no conozco el camino, pero se que los túneles que van de Karak Azul a Karak Azgal son infranqueables y están plagados de inmundas criaturas. Moriríamos en el intento si intentásemos llegar por allí. Pero se de un camino de comerciantes muy bien resguardado que va desde la ciudadela superficial de Karak Azgal hasta Karak Azul-.

-La decisión está tomada entonces- exclamó el mediano con su característica sonrisa llena de atrevimiento y picardia. Luego girándose hacia los señores enanos del consejo, se inclino para saludarles de nuevo y darles su respuesta..., irían por los túneles, hacia las puertas de Karak Azul, y después a donde la senda de su destino los llevase.

El consejo de enanos se apresuró a dar con ello concluida la reunión excusando a los mercenarios quienes pudieron regresar a su carromato y sus casas de campaña para descansar y prepararse para el viaje que les esperaba pronto.

Una vez de nuevo en las tiendas alrededor de nuestro carromato, cojo mi mochila y coloco dentro los objetos de recompensa que me han dado mis hermanos, una bolsa con 29 coronas de oro, tres piezas de armadura orca, una camisa de malla, una chaqueta de cuero y un gorro de cuero, la rebanadora y la daga las llevaría a mano, todo ello lo llevaría hasta un comerciante para venderlas o, si hay suerte intercambiarlas por equipo enano. 

Me dirijo al grupo:-Alguno más, aparte de yo, quiere comerciar con los objetos que nos han dado como recompensa, iba a ir antes de descansar.

-Yo también quiero vender, te acompañaré-dijo el mercenario, uniéndose al enano para vender aquella parte del botín que no le iba a ser útil, es decir, todo menos el dinero. 

- Voy con vosotros, tengo cosas de las que desprenderme, y cosas que conseguir. Si pudieras hacer las negociaciones por mí, maese enano...

Tomaría su botín y seguiria al enano, esperando conseguir algún buen trato por ello. Una forja digna de Grim quedaba lejos de cara a hacerle una armadura, así que tendría que apañárselas hasta que llegara su oportunidad.

Se acercó a Lorantha para ofrecerle algo del botín.

- Tengo flechas, y creo que sería mejor dártelas a cambiarlas por monedas. Tampoco creo que consiga una pieza de armadura por ellas. Así que, quien mejor para quedarse con ellas que tú misma. Las que no quieras las venderé, he contado unas cuarenta.

Se las ofrecería y tras esto seguiría al grupo de comercio.