Partida Rol por web

-El mediano ha provocado todo, le ha robado todo aquel que se ha puesto por delante de sus ojos, ha timado hasta las bestias de carga que ha encontrado en cada poblado. AL final el mismo imperio se nos ha venido encima. No me extrañaría que se hubiese acostado con la misma hija del emperador- estalló el kislevita con media sonrisa en el rostro, algo poco peculiar en él. Era claro que intentaba hacer enfadar al mediano, aunque también sabían todos que había cierta verdad en sus palabras, quizá mas de las que ellos realmente sabían. Y es que en sus ultimas semanas en el imperio, prácticamente las habían pasado huyendo; al menos todos los allí reunidos recordaban bien a esa secta de adoradores de un dios de los cuatreros que los había seguido incluso hasta mas allá del imperio, en las ahora lejanas tierras de los reinos fronterizos.

-Blasfemias. Cualquiera de aquí sabe que Domo miente. Jamas he robado nada, a ustedes les consta- expuso el mediano tal como si estuviese seguro de que cualquiera de los allí presentes daría su brazo a torcer por él. -Hemos partido del imperio por que simplemente las circunstancias así nos han obligado. Tuvimos muchos problemas por la envidia de otros clanes, y tras perdidas económicas, y la perdida de muchos miembros, al final los que quedamos, decidimos emprender esta gran aventura con el fin de resarcir nuestra gloria y hacer que nuestro clan alcance limites insospechados- finalizó el mediano levantándose y poniendo su pipa en lo alto queriendo expresar sus ultimas palabras con mas detalle, aunque cierto era que aun así no alcanzaba grandes limites, al menos no en altura.

-¿Entonces esos sueños de encontrar el gran tesoro enano enterrado por el rey enano que venció al dragón era solo eso no es así?, un sueño- preguntó Valdia uniéndose a la conversación y acosando también al mediano, aunque claramente ella si sonreía. Lo curioso es que era poco probable que ella mintiera por lo que el mediano realmente habría de haberle dicho eso en alguna ocasión, cuando en lo que a ello respectaba, no había hablado gran cosa con nadie mas, y probablemente tampoco con el kislevita.

El mediano por su parte, volviendo a su lugar, y a su pipa, se limitó a ignorar a la mujer, y de cierta forma a todos, pues ya se esperaba que alguno que otro de esos ingratos le echará algo mas en cara.

-La gran historia de Skalf matadragones y el tesoro enterrado de la antigua Karak Izril. Una gran historia- dijo el humano quien observa con curiosidad al mediano y compañía.

-Yo sólo cuento con cubrirme de oro-dijo Kurt en respuesta al explorador, cuando salió aquel tema y el asunto de aquel tesoro-y no volver a perderlo jugando-añadió entre dientes, con cierto disgusto. El caso es que el mantenimiento de su equipo había terminado, así que lo apartó todo, dejándolo en un lugar lo más resguardado posible. 

-Parece que haya pasado toda una vida desde nuestra estancia en el Imperio, pero sinceramente no recuerdo el motivo de nuestra marcha y ya no me importa, nuestra vida esta en esta tierra, y me gusta estar mas cerca de mi raza que con los estirados del imperio. digo tras echar un trago de la jarra de cerveza que me ha dado Grim:-Y estoy con Jaime, puede que sea un poco, como decirlo sin ofender, un poco fullero, pero confío en él y le creo cuando dice que no ha robado nada. 

El bretoniano pasaría todo el camino estudiando la arquitectura, y asegurándose de que el caballo de Nathan estaba cerca y controlaba su estado de salud.

Escuchó la historia sobre el dragón y Skalf, en cierto modo esa epicidad le recordaba a los cantares de su país natal. Sonrió al encontrar un punto en común con la vieja raza. Tenían que aprender mucho de ellos... Cada día que pasaba lejos de Bretonia sentía que aprendía mas que en diez en su casa.

Viajar me hace mejor... 

Los ojos de la guerrera brillan de emoción. Había sido un tal skalf Matadragones el que había escondido ese tesoro. ¿Pero sería el mismo sitio Karak Azgal y Karak Izril? Al referirse a Matadragones ¿es una especie de Matador enano o un simple apodo? Tenía ganas de escuchar la historia para salir de dudas.

¿Cual esa historia del Matadragones ese?- pregunto con inocencia.

Sin embargo no comparto la inocencia de Grunt en cuanto al latrocinio de nuestro jefe, y una sospechosa bolsa de monedas me lo recuerda. No se porqué, seguro que algunos de nuestros aliados temporales en el camino, echará en falta alguna moneda que otra...

Trojan señaló a Melissa con el dedo pulgar. Después se volvió hacia Jalon.

La pelirroja están en lo cierrto, ¿qué historría es esa de un drragón?

La pregunta de cual era la causa por la que viajábamos por lo menos para mi estaba clara.- Los demás no se pero yo este viaje lo inicié por fortuna y gloria, prefiriendo mas lo primero que lo segundo. Ahora es innegable que una vez pasas por lo pasado se forjan lazos con los que van contigo....mas o menos. Había habido momentos en que dudaba de esos lazos de hermandad dentro del clan.

¿Tesoro?, ¿Dragón?. ¿El tesoro de un dragón fallecido?. Es si era una buena historia para ser contada y por lo que uno viajaría hacia cualquier lugar para recuperarlo....pero cuando digo cualquiera cualquiera, incluso orcos y skavens.

- Me interesan esas historias de dragones y grandes tesoros.

Grim pasó el viaje en silencio, iba centrado en sus propios pensamientos sin soltar la vista del suelo del camino. Cuando le pusieron las vendas en los ojos ni parpadeó, aquellos eran enanos y tenían derecho a proteger sus secretos como él guardaría el de las runas. Su mirada volvió a centrarse en el mundo donde estaba cuando por fin llegaron a los túneles. Su mirada siguió todos los pilares, losas y pasadizos laterales que fueron cruzando por el camino. - Magnífico - Fue lo único que comentó durante todo el trayecto.

Una vez establecido con todos los demás en el cuarto se sintió como cuando era aún más jóven y tenía que dormir junto a los compañeros de patrullas de los subterráneos de su ciudad. No le molestaba y las camas estaban hechas para su tamaño de enano. - No se si los enanos conseguiremos volver a lograr la antigua gloria de antaño mi querido Jalon, pero no será por que no lo intentemos y daremos a nuestros enemigos muchos dolores de cabeza si intentan evitarlo. Mis runas se encargarán de añadir un poquito más de hierro para ese objetivo ya lo veréis. - Tras esas palabras su mirada se volvió más decidida, había tomado una determinación al recordar para qué estaba allí. 

Dentro de la montaña la elfa se encontraba fuera de su elemento, pero aún así, no lo llevaba mal del todo. Sus raíces chamánicas le conectaban con la naturaleza y estar allí dentro era como beber de la propia esencia de la madre tierra.

Se acomodó como pudo en la sala que les facilitaron para terminar aquella jornada. Se situó al lado de Valdia y le guardó un sitio a Melissa. Si no quedaba más remedio que estar apretados, prefería tener a su lado a aquellas dos mujeres.

Lorantha tan solo probó un trago de la cerveza enana, más que suficiente para satisfacer su curiosidad y para su gusto y mientras se relajaba escuchó las historias que contaban los demás. Además sentía como que su voz no pegaba en aquel entorno por lo que dejó pasar la oportunidad de ensañarse con el mediano. 

Tampoco se sentía con ánimo para contar las razones que le habían llevado hasta allí, no ante un desconocido y mucho menos desde que tiempo atrás aquello provocara su actual animadversión hacia Trøjan. No, aquél era un momento para tratar de disfrutar de la calma antes de la tormenta, por que no le cabía la menor duda de que esta estaba por llegar.

Grim  se sentó en un lateral de aquel cuarto donde estaban todos y comenzó a urgar entre sus pertenencias. Durante aquel alocado viaje no había tenido tiempo de revisar sus propias piedras que poseía y ahora que la situación se había tranquilizado disponía del tiempo necesario para echarlas otro vistazo. Sacó sus herramientas y comenzó a limpiar y revisar una por una las piedras. Por desgracia el cansancio acumulado parecía no estar de su parte y la identificación de sus piedras debería ser pospuesta. Enfadado con sigo mismo decidió agarrar una gran jarra de cerveza y terminarla de unos pocos tragos para luego rellenarla y tomarse aquella segunda con un poco más de calma mientras escuchaba la conversación de sus compañeros.

Nathan sonrió ante el porque estaban allí, pero no dijo nada, circunstancias, hubiera dicho su padre, gran político donde los haya habría salido por la tangente sin problemas. Era la primera vez que se acordaba de su padre desde que salieron del imperio, quizás era por que era un momento de serenidad y se sentía seguro con aquel ejercito de enanos con el que viajaban.

Tampoco dijo nada de la historia, ya se la habían pedido, y para que poner mas peticiones de un mismo tema?, aunque seguro que seria un bonito relato, típico de algún juglar en su mansión a media tarde.
mientras esperaba a que empezara fui al carro acaricie a mi perro y al caballo y cogiendo la bolsa de dinero que nos habían dado la abrí y mire su contenido, 10 monedas de oro imperiales, al cambio unas 9 monedas de oro enanas, no esta mal. bueno, volvamos a ver como es la historia.

Jalon se sobó la barba en una expresión de suma seriedad, y es que no recordaba del todo aquella historia, aunque esperaba al menos poder darles detalles suficientes.

-Creo que será mejor empezar un poco por el principio, pues esta historia tiene un origen algo lejano ya, y por ello es importante hablarles un poco sobre Karak Azgal, el lugar al que se dirigen- empezó a hablar de nuevo Jalon mientras fruncía el ceño en un intento por recordar cada pasaje de aquellas historias que alguna vez escucharan de los muchos enanos con los que había convivido.

-En su máximo esplendor, esta fortaleza se conocía como Karak-Izril, la Ciudad de las Joyas en la lengua de los enanos, pero hoy estos mismos se refieren a las ruinas desiertas de Karak Izril como Karak-Azgal, que significa ‘Pico Atesorado’, mientras que los hombres lo conocen como Peñasco del Dragón, y ya se pueden ir imaginando el porque.

La fortaleza resistió durante muchos siglos junto con Karak Ocho Picos, Karak-Drazh y Karak-Azul, rechazando las masivas invasiones de los Goblins y la presión constante de los Skavens desde las profundidades. Cuando cayó Karak Ocho Picos, todos los asentamientos del Sur quedaron vulnerables. Aunque no todos sufrieron el mismo destino.

Los Skavens, esos terribles hombres rata, inundaron los túneles inferiores de Karak-Izril, mientras que los Orcos destruyeron y saquearon los niveles superiores. Desesperadamente y superados en número, los Enanos finalmente tuvieron que abandonar la lucha. Los Orcos recorrieron la ciudad saqueando y destruyendo, pero no encontraron muchos de los tesoros de la ciudad que los Enanos habían escondido cuidadosamente. Los Orcos abandonaron disgustados la fortaleza y se dirigieron a destruir Karak-Drazh, que sufrió un terrible destino, aunque esa es otra historia. Supongo recuerdan haber visto el Peñasco Negro desde el paso de la muerte-.

Para aquellos momentos en que Igor roncaba copiosamente, Valdia ya había caído también, sumida por el cansancio tras el largo viaje. En los cuerpos de los demás también se notaba el cansancio y Jalon sabía que no podía extenderse demasiado.

Jaime era uno de los mas atentos a la historia, y era difícil saber si el medio realmente ya la conocía. Era poco probable que viajase a lugares tan lejanos sin haber investigado realmente si valía la pena; y a pesar de ello, era difícil creer que lo que fuera a responderles al respecto, fuera completamente cierto.

-Poco después de la destrucción de Karak-Azgal- continuó la narración Jalon, -el dragón Graug el Terrible se abrió paso entre las ruinas y de alguna forma olió los tesoros ocultos. Este dragón se sentó sobre las antiguas riquezas durante muchos años, expulsando a otros monstruos y evitando todos los intentos de reocupar la fortaleza. A medida que el dragón se iba haciendo más viejo y grande, el montón de sus tesoro iba creciendo con los artefactos que el dragón obtenía de las arrasadas ruinas. Los rumores del enorme tamaño del tesoro del dragón empezaron a atraer aventureros del Imperio y Bretonia que esperaban matar el dragón y hacerse con su tesoro.

Los Enanos del gremio de joyeros reclamaban el derecho a su antiguo tesoro y enviaron por su parte muchas expediciones para recuperarlo. Finalmente, un joven Enano llamado Skalf y posteriormente conocido como “el Matadragones”, logró entrar en la morada secreta del dragón y descubrió un gran montón de oro, entre el que se podían ver las herrumbrosas armaduras y los desnudos huesos de los caballeros bretonianos. El dragón estaba durmiendo y despertó en el mismo instante en que la espada rúnica de gromril de Skalf atravesaba las escamas de su cuello. Las runas brillaron con la sangre del dragón y el oro amontonado en la oscura sala mientras el monstruo se agitaba entre estertores de muerte. Desde entonces la fortaleza ha sido el objetivo de numerosos buscadores de tesoros y cazadores de fortuna- concluyó Jalon a sabiendas de que la historia tenía muchos mas detalles, pero el no era un bardo como para narrar tan larga historia, además de que un bardo probablemente rellenaría todos los detalles que le faltasen con mentiras épicas.

La elfa terminó de escuchar la historia de Jalón, a la que le faltaban bastantes detalles, de todos modos, estaba cansada así que cuando se puso fin a la conversación se dejó caer en un profundo sueño como algunos de sus compañeros habían hecho hacía un rato ya.

Aquello, como todo en la vida, tenía una parte buena y una mala. La buena era que ese dragón ya no estaba, había muerto. La mala, que todo el tesoro que había logrado acumular, se había ido con él. Así que en todo caso iban a intentar dar con lo que el dragón no había encontrado. Y había quien decía que esas bestias olían el oro, como afirmaba la propia historia... Así que iban a tenerlo difícil. 

Con las últimas palabras de Jalon, quedaba claro que no seríamos la única banda de aventureros que se internara en los túneles de la antigua ciudad enana para saquear las riquezas del lugar...bueno las que no hubiese cogido el dragón y ahora los enanos. Sería una aventura interesante no solo llegar hasta allí que estaba poniendome los pelos de punta sino recorrer salones olvidados de la mano de Sigmar en busca de tesoros con la posibilidad de cruzarnos con cualquier cosa en la oscuridad. Pienso en eso mientras me arrellano en un lugar cómodo para poder dormir, como bastantes de mis compañeros ya estaban haciendo.