Partida Rol por web

Caminaron a oscuras, en su caso con una mano en la rienda del caballo, acariciándolo cada poco, asegurándose de que estuviera tranquilo. Pronto salieron y al quitarse la venda la luz del sol inundó su retina. Se alegraba de estar fuera, aunque lamentaba que no les hubieran dejado entrar. Hubiera tenido oportunidad de ver la ciudad, y además terminar de completar su equipo de caballero. Tendría mas oportunidades, eso seguro.

Cuando el enano les habló, se inclinó con el pecho en el corazón como gesto de respeto y agradecimiento, y añadió:

- Un honor haber compartido este tiempo con ustedes, y sangrar con vosotros contra las criaturas del mal. Espero poder volver y conocer la ciudad y ayudaros en vuestra tarea de asegurar el "Karak Ankor", pero si no es así, siempre os recordaré como el pueblo honorable que sois. En Bretonia sois bienvenidos, si alguna vez tenéis ocasión de viajar hasta esa lejana tierra, no olvidéis preguntar por los Chatillon, habrá comida y cerveza de sobra para todos, eso seguro.

Después de esta despedida, se aseguró que su caballo estaba en concidiones, le miraría los cascos para ver si estaban sanos. Comprobó las cinchas para que nada del equipamiento se pudiera mover o caer en medio de la marcha, y tras esto, montó con la habilidad propia de quien vive mas a caballo que a pie. Hizo un último gesto de despedida, y con una sonrisa se preparó para la marcha.

Veremos que nos depara el camino.

AL final no entraron, su misión era otra y por otros caminos les llevaba asi que salieron a la superficie guiados por la experta mano de los enanos que les dejaron a cierta distancia de sus secretas entradas indicándoles hacia donde deberían dirigirse. Por lo que Nathan dijo:- Gracias por las indicaciones, y gracias por este tiempo que hemos compartido.

La elfa tan solo escuchó las indicaciones que les ubicaban en la dirección correcta a seguir. Cada día que pasaba conseguía orientarse mejor, pero seguían estando en una tierra extraña para ella, por suerte, Jalón todavía estaba con ellos, aunque no sabía por qué, tenía la impresión de que el guía humano les abandonaría pronto.

Aquello que parecía tan sencillo en palabras de un enano, no lo eran tanto. Atravesar unas montañas con un carro dañado iba a ser complicado, al menos esperaba que los que se encargaban de su cuidado hubieran aprovechado la estancia con los enanos para reforzarlo de manera adecuada.

Miró a Jaime y luego a Jalón. Después sonrió encantada de estar de nuevo al aire libre y girándose hacia su pelirroja amiga, le dijo - Vamos, Melissa, busquemos un camino por el que puedan pasar todas estas bestias -

Le dedicó una amplia sonrisa y pendiente de los alrededores trató de buscar una ruta adecuada.

Al final ninguno de nosotros siguió al señor de los enanos al interior del Karak, ya fuera por compañerismo o por el tiempo que les retrasaría el entrar a dentro el grupo no se había disuelto. Los enanos que nos habían escoltado hasta el exterior se despidieron de nosotros una vez mas y siguieron guardando la entrada a sus túneles mientras no nosotros buscábamos un camino por donde llegar a nuestro nuevo destino.

- Gracia sean dadas a Sigmar...al fin aire puro entra en mis pulmones y las rocas no se ciernen sobre mi. Al fin había conseguid hacer lo que tanto tiempo llevaba anhelando, salir de los túneles enanos y sentir el aire fresco rozar mi cara. - Ahora solo hay que esperar no encontrarse con orcos, esta vez no podremos correr tanto como la última vez. Podía ser un poco cenizo pero las últimas experiencias vividas me hacían plantearme los peligros que podríamos encontrarnos. 

Finalmente, ninguno entro en aquella ciudad enana. Era una lástima, le habría gustado echar un vistazo... Pero poco se podía hacer. Además, él era quien conducía el carro, y moverse sólo con aquel armatoste por las montañas no le hacía mucha gracia. Aunque no habría estado mal entrar al menos para reparar la rueda. Aquello tendría que aguantar hasta la siguiente ciudad. 

Se despidió con un asentimiento de la cabeza de los enanos, desde el vehículo, listo para guiarlo por aquella zona. 

En cuanto el aire fresco nos golpea la cara inspiro profundamente para llenar los pulmones de algo que no sea el aire rancio de los túneles y una gran sonrisa se dibuja en mi cara al ver el cielo azul , las montañas .  Al cabo de un rato de camino y cuando creo que ya estoy lo bastante lejos como para que el viento pueda llevar mis palabras a los oídos de los enanos digo en voz alta , sin dirigirme a nadie en particular ,pero dejando claro que eso no hubiera sido de mi agrado .Por un momento temí que hubieseis olvidado nuestras ordenes y  que habíamos empeñado  nuestra palabra ante el capitán . .

-Puedes meterte al capitán por donde mejor te quepa- gritó Jaime algo irritado de sus ojos con tantos vendajes que le habían puesto, al parecer los enanos ya sospechaban que el mediano no era un simple enanito de reducida complexión física.

El grupo, dejando atrás a los enanos que les habían llevado hasta allí y que ahora les observaban, se dispusieron a avanzar montaña arriba siguiendo la indicación de aquellos enanos. Si todo era correcto, apenas tras descender encontrarían el camino a Karak Azgal; no obstante, aunque el destino se veía cerca el camino aun sería arduo, y es que aquella colosal montaña que habrían de escalar sería un hueso muy duro de roer y seguramente les costaría mas de dos días atravesarla.

Dar vuelta a la derecha los acercaría al valle donde los enanos tenían las fortificaciones de Karak Azul, algo que les tenían vetado hacer, mientras que dar vuelta a la izquierda podría ser demasiado arriesgado al no conocer los caminos de aquellas montañas.

Para cuando el grupo hubo avanzado unos trescientos metros y la elfa tenía intenciones de adelantarse a explorar, Jalon empezó a hablarles de algo que tarde o temprano habría de ocurrir. -Hasta aquí llego yo, los he acompañado por mas de lo que habría de haber imaginado y vaya que ha valido la pena, pero no puedo ir mas allá, debo regresar a la fortaleza, y el camino será largo y difícil. La tarde se acerca, si han de acampar pronto, los acompañaré esta noche, de lo contrario veré como arreglármelas solo desde ahora-.

Miro a Jalon y le digo:- Es una pena perder tu compañía y te agradezco el que nos hayas traído hasta aquí con tu sabio conocimiento. Espero que nos volvamos a ver. cuando acampemos siéntate a mi lado y cuéntame lo que conoces de estas montañas y sus peligros. siempre es bueno estar precavidos.
Luego sigo la marcha hasta que acampemos.

Aquello iba a costar, y más con el carro. En aquellas malditas montañas aún les esperaba algún disgusto, estaba seguro. Cuando Jalon dijo que debía irse, Kurt asintió desde el pescante del vehículo.

-Buena suerte entonces, y gracias por guiarnos hasta aquí-dijo como despedida. Aunque después de aquello volvió a centrar su atención en la montaña, preguntándose por donde podrían atravesarla. 

La elfa escuchó en boca de Jalón la confirmación de sus pensamientos más inmediatos, así que no le tomaron por sorpresa aquellas palabras.

Tampoco tenía mucho que comentar en aquel momento, ya aprovecharía la parada nocturna para tener unas últimas palabras con el explorador acerca de la mejor ruta a tomar para llegar al camino de las caravanas, así que prosiguió sin detenerse con su avance y exploración.

Parecía un día de despedida. Otra vez se encontraban en camino. Tan solo esperaba que no fuera ni de lejos tan peligroso como el último tramo del anterior, con partidas de guerra acechándoles por todos lados. Con una reverencia se despidió de Jalón, y miró a Lorantha. Ahora ella iba a ser los ojos del grupo, esperaba que tuviera suerte, y pudiera llevarlos por buen camino, pero la tarea se antojaba complicada. El tiempo diría.

Antes de seguir, volvió a echar un vistazo al caballo de Nathan. Después de tantos días tenía que estar mejor, no debería faltar mucho para que lo pudiera montar de nuevo. Pero había que ser precavidos. Quitaría cuidadosamente partes que empezaran a tener mal color, y cambiaría el vendaje por otro limpio. Miraría los cascos del animal, así como los dientes y otras partes que pudieran representar que el animal tuviera alguna enfermedad. Parecía que no, así que estaba contento. La cosa iba bien.

Poco tenía que decirle a nuestro guía, pues pocas palabras había cruzado con el durante nuestra travesía. Sus acciones nos habían llevado hasta este lugar y sus historias habían llenado los silencios junto a los fuegos de campamento, pero poco mas. - Buen viaje entonces Jalon, que Sigmar os guíe en vuestro camino de regreso. Empiezo a caminar tras la elfa y Melissa que ya se habían empezado a adelantarse para encontrar una senda por donde continuar nuestro viaje. 

El exabrupto de Jaime no me pilla de sorpresa ya que  no espero nada del mediano  .En el tiempo que llevo con el clan no solo me ha confirmado lo que pensaba de los medianos sino que había empeorado mi opinión sobre ellos y eso no era poco decir.Meneo la cabeza con disgusto pero no es tiempo de reproches y si de despedirse de nuestro guia :

Agradezco la ayuda prestada Jalon sin ti no habríamos llegado hasta aquí , al menos no todos, y eso es algo que no olvidare.

Sabíamos que tarde o temprano que Jalon tenía que volver a la fortaleza, y me extraña que no lo hiciera antes, cosa que agradezco, de no ser por su ayuda a estas alturas más de la mitad estaríamos muertos, yo incluido.

-No te preocupes y que tengas un viaje seguro de vuelta a la fortaleza. Seguro que nos las apañamos.-le digo despidiéndome de Jalon.

Me despido del Explorador que tanto nos ha ayudado y que al volver harán que su reputación crezca tanto como los kilómetros que ha recorrido, espero que se le valore en todo lo que vale.

Junto a la otra fémina del grupo Melissa se dispone a buscar una manera de afrontar la montaña, ya que bordear su enorme extensión no parece buena idea. Estar de nuevo al aire libre es recorfontante. El movimiento del aire, el cielo, te hacen parecer menos perdida. Con más puntos de referencia, aunque sean ciudades cerradas o bastiones enemigos, da tranquilidad, hasta el sonido ahora parece más apagado al correr sin muros donde rebotar.

El grupo de mercenarios avanzó el resto de la tarde con rumbo a la montaña siendo guiados por Melissa y Lorantha. Ya entrada la noche, ante los comentarios de Jalon, el mediano Jaime, líder del pequeño clan, optó por detenerse en aquel solitario lugar. Al menos la elfa había encontrado un lugar donde su espalda estaba protegida por lo que montar guardias sería poco trabajoso. Durante aquella, su primera noche completamente solos en el medio de las montañas del fin del mundo y a muchos días de cualquier asentamiento humano, el grupo de mercenarios pudo contemplar por primera vez la inmensidad del hogar que les esperaba.

Bañadas por un cielo esplendoroso repleto de estrellas, las montañas del fin del mundo se extendían en todas direcciones como un gran mar que no tenía fin. Las colinas daban pie a montañas, las montañas daban pie a cordilleras y las cordilleras daban pie a aquel infinito mundo sin fin. Mas lejos, hacia el suroeste, se encontraba su destino, Karak Azgal, el cual en aquella noche era imposible de ver pues quedaba del otro lado de la montaña.

Llegada la noche, algunos se acercaron a Jalon ya fuera para solo despedirse o bien para pedir consejo y orientación. -No se mucho de las montañas que rodean a Karak Azul, solo para de veces he estado cerca de esta zona y nunca me he quedado mucho tiempo. Se que es un lugar seguro, o al menos los es en la superficie y de día-.

Jalon al igual que otros admiraba la noche llena de estrellas y en completa calma. -Karak Azul está cerca y es la única fortaleza enana del sur que logró resistir a los ejércitos de Pieles Verdes que surgían de las Tierras Oscuras. Al principio en aquellos tiempos, las cosas parecían funestas para los Enanos, pues otros asentamientos fueron cayendo en poder de los Orcos y Goblins o fueron invadidos por los Skavens, La propia Karak-Azul fue parcialmente ocupada por Pieles Verdes durante una década, pero gracias en gran medida a la determinación y la gran habilidad de sus armeros y Herreros Rúnicos los Enanos lograron expulsar a los invasores. Todo a hecho que con el paso de las décadas, los alrededores a Karak Azul sean un lugar muy temido para los pieles verdes u otras alimañas. Claro, salvo cuando una gran invasión está en proceso-.

Lorantha también tubo preguntas para el explorador, aunque éstas fueron mas especificas y estaban orientadas a lo que les esperaba mas adelante tras descender aquella montaña que aun tendrían que escalar. -No conozco el camino a Karak Azgal, jamas he estado allí, solo he escuchado hablar de él. Le llaman el paso de la cabeza de dragón, ya se imaginarán a que hace alusión. El comercio con la Fortaleza enana de Karak Azul se dice es prospero, y eso se debe a que la ruta a sido muy resguarda por las fuerzas enanas de ambos lugares. Por ello se considera una ruta segura para el comercio. Creo que su grupo es lo suficientemente grande como para viajar por allí sin problemas, y siempre pueden unirse a enanos comerciantes para correr menos riesgos.

Por ello su único riesgo será cruzar esta montaña. Viajes de día y manténganse alertas durante la noche y todo saldrá bien. Una vez en camino, consideren que habrán de llegar directamente a la Fortaleza Skalf, el corazón del asentamiento enano de Karak Azgal y no al barrio de inmigrantes conocido como Puerta Muerta-.

La noche paso sin sobre saltos y de forma placida. Para la madrugada, cuando el sol aun se ocultaba tras las inmensas montañas del fin del mundo, el explorador imperial Jalon Smith hubo de partir. Algunos lo miraron partir y le despidieron, pero la mayoría aun descansaba en aquellos momentos.

La noche fue tranquila, hice las guardias oportunas, acaricie y di pienso a mi caballo, jugué un poco con mi Can Ulrich y dormí a pierna suelta.

A la mañana siguiente después de desayunar, recogí todo, lo puse en el carro y empezamos la larga marcha hacia nuestro destino, la marcha a paso lento debido a que mi caballo estaba herido y no podía ir a paso normal, no por ahora, pero estas Vivo mi amigo!, ya lo haría, de eso estaba seguro, ya que gracias a los cuidados de Sir Hugo la herida iba poco a poco cerrándose y el mal olor y color iban desapareciendo.

Pero había que trabajar algo así que cuando veía alguna roca alta, cercana al camino, iba hacia ella, subía y oteaba el horizonte a ver si veía algo interesante, como una caravana de enanos comerciantes a los que acompañar y quizás comprar algo.
Pero no había suerte, al menos las primeras horas de la mañana, Veremos por la tarde.

Jalon acampó una última vez con nosotros, con su despedida venía una historia sobre los enanos que aun habitaban estas montañas y un consejo de como podríamos sobrevivir a ellas. - Pues pinta bien la cosa desde este punto. Con el amanecer Jalon dejó nuestra compañía y mientras se internaba en las montañas que hacía nada acabábamos de atravesar, nosotros nos encaminábamos a nuestro destino.Caminaba tras Lorantha y Melissa esperando que ellas supieran llevarnos a buen puerto mientras salíamos de las montañas, pero eso no me impedía de vez en cuando buscar algún camino mas prometedor del que ellas habían encontrado. El paso era lento ya no contábamos con tantos caballos, la carreta estaba dañada y teníamos un corcel camino de su recuperación. - Que ganas tengo de llegar aun lugar civilizado.