Partida Rol por web

Lorantha había atendido a nuestros compañeros heridos y parecía en que en breves momentos podríamos abandonar este tétrico lugar. El goblin que había salido de uno de los capullos de las arañas nos había dejado un delicado collar que ahora tenía Nathan y que el resto de la gente evitaba tocar por su temor a que sus piedras fuesen piedra bruja.

- Espera un poco Grunt, saldremos todos juntos. Puede que haya mas pequeñas bestias en estas cuevas.

Podría coger parte de alguna de las criaturas que habíamos vencido pero al igual que otros tenían aprensión hacia una roca brillante, yo tenía algunos sentimientos encontrados con llevarme algo de estas criaturas sobrenaturales.  

Grim se dirigió a la salida con el humano a cuestas resoplando fuerte. Podía con aquel peso pero no sabía cuanto podría aguantar su cuerpo aquella carga. Cuando comenzaba a coger ritmo mientras andaba por la cueva y sus compañeros hablaban entre ellos de una piedra bruja Nathan se le acercó pididiendo que le tasara unas piedras. - Nathan no es el momento - Dijo mirando de refilón mientras continuaba cargando con el kislevita - Cuando estemos en un sitio más tranquilo y menos peligroso lo echaré un vistazo. Continuó con la respiración fuerte y cabeza gacha. Esperaba que sus compañeros fueran los que avisaran si vieran algún otro peligro. - Cuanto antes saquemos a todos de aquí mejor, no quiero esperar a ver si hay más de esas cosas.

De acuerdo Grim, te puedo ayudar a sacar al Compañero?

La humana observa en silencio como Nathan es duramente recriminado por coger el colgante de piedras verdes del cuello del goblin, sin embargo Melissa no está tan de acuerdo con su amiga, pero eso lo hablará más tarde con ella. Se fija lo mal que está el mediano y el caballero en tan poco tiempo, sin embargo el goblin parece extrañamente ¿sano? ¿será su raza o el collar tiene algo que ver?

Gracias a los dioses la habilidad de Lorantha es suficiente para no tener que poner en práctica mis conjeturas, y viendo que Nathan, pese a estar tan herido, se mueve como si nada, incluso se ofrece a llevar un cuerpo, dejo de preocuparme por él y con la antorcha en mano doy un paseo rápido por la sala iluminando los rincones por si queda alguien más atrapado en capullos o algún tesoro de las arañas amontonado.

- Sería de gran ayuda Nathan, este humano loco pesa más de lo que aparenta.

El mercenario ya había dicho lo que debía, advirtiendo al noble del peligro que aquello suponía, aunque puede que no del modo más educado. Ahora ya quedaba de su cuenta y riesgo, así que Kurt se preparó a salir con el resto, aunque procurando mantener las distancias siempre respecto a Nathan. 

- Ni se os ocurra tocarme con ese collar. A saber que puede contagiarte eso. Carguemos con los heridos y salgamos de esta maldita montaña. Ya hemos tenido suficiente. 

Tomó el cuerpo de Jaime y se dispuso a salir de la cueva.

- Si alguien quiere o tiene que hacer algo aquí dentro que hable ahora o calle para siempre. Echad in vistazo por si veis algo que os llame la atención y andando. 

Dispuso todo para cargar con Jaime y arrastrarlo hacia afuera con su brazo izquierdo mientras portaba su espada en la diestra. Caminaría siempre al lado de una de las antorchas.

Algunos están tan deseosos como yo por abandonar el lugar y otros aun prefieren demorarse buscando algo que justifique la sangre derramada . Nunca sera  demasiado pronto para salir de esta cueva .Digo levantándome del suelo y echando una mano a los que cargan con los mas heridos .Registradla si queréis pero creo que volver a ver la luz del sol y respirar aire puro no se paga con ningún tesoro .

Ante el apremiante deseo de todos de salir de allí, el grupo de mercenarios del menguante clan que conformaban, salio de aquellas oscuras y peligrosas cuevas para dirigirse de nuevo al campamento que habían montado la noche anterior. Esta vez, ya desde arriba, el descenso de la salida de la cueva fue mas sencillo, sobre todo por que no tenían que tener extremo cuidado con el ruido que hicieran y por que no había realmente prisa en descender. Por ello, esta vez no hubo ningún contratiempo de relevancia.

Cargando con Jaime y el Kislevita, el grupo no tardo mucho en recorrer el camino de vuelta desde aquella cueva hasta su campamento. Allí un sumamente alterado Trojan caminaba de un lado a otro y maldecía por tener que esperar por largo tiempo; mientras tanto, Valdia parecía dar de comer al anciano que con su larga barva y sus nulos modales, era todo un espectáculo, aunque no agradable para muchos.

De vuelta al campamente y mientras se preocupaba por la situación vital de sus compañeros en peor estado, trató de acomodarles de la mejor manera posible en el carromato.

Dejó que fueran sus compañeros los que le contasen a Valdia lo ocurrido, pues ella se encontraba muy atareada preparando todo aquello que pudiera necesitar para atender a Domochievski y especialmente a Jaime, cuya vida todavía pendía de un hilo.

Cuando tuvo un momento de relax y antes de retomar camino, pues no creía que quedarse allí parados fuera a reportarles ningún beneficio, le pidió a Nathan que le acercase el colgante para estudiarlo con mayor detenimiento.

Por fin lograron salir, sin accidentes ahora que no les corría demasiada prisa ni tenían que ser sigilosos en su ascenso. En todo momento, el mercenario se mantuvo alejado de Nathan, incluso cuando llegaron al campamento. Una vez estuvieron allí, y viendo que nadie más parecía estar de ánimos para hablar y explicar la situación al resto, el mercenario tomó la palabra.

-Jaime estaba dentro de la cueva. O bien le capturaron unas arañas gigantes, o bien un goblin que encontramos luego, y al que también capturaron las arañas. Domochievski se adelantó y acabó derribado también. Las arañas ya no existen, y el goblin tampoco. Aparte de eso... El goblin llevaba un collar con gemas verdes, de las cuales algunas brillaban, y Nathan lo ha cogido. Valdia, por favor, asegúrate de que no esté cerca de los víveres mientras tenga esa cosa en su poder. 

Hacer conjeturas no merece la pena cuando se despierte el mediano ya nos contará que paso ..si es que lo sabe .Digo mientras me dedico a recoger el equipo que había dejado antes para que no me estorbase .Miro hacia los heridos y bajo algo el tono por si acaso nos oyen ¿Que vamos a hacer ?¿Descansamos hasta que se repongan  o creéis que no sobrevivirán sin ayuda de un galeno ?.

Cuando Grim llegó al campamento aún cargando con el kislevita estaba rojo y resoplaba. Le había sido duro cargar tanto tiempo con aquel humano en armadura aunque por suerte le habían ido ayudando. Se desplomó en el campamento tras dejar al humano en el suelo y comenzó a recuperar el aire. - Maldita sea, esa cosa verde no hace más que ponerme los pelos de punta, nada puede salir bueno de un piel verde ni de esas malditas arañas- Gruñó más que habló para luego recoger una ración y ponerse a comer mientras recopilaba cómo había ido la batalla y qué cosas vendrían bien hacer con sus habilidades para un futuro combate. No quería morir en una estúpida confrontación contra engendros por no tener una runa puesta en sus ropas.

Al fin habíamos conseguido terminar nuestro periplo en las cuevas de las arañas, en principio poca ganancia se había obtenido aun así al recuperar a nuestros compañeros el grupo podría seguir su camino hasta Karak Azgal que no era poca cosa. Seguro que allí teníamos menos posibilidades de ser atacados por pieles verdes. Tras llegar al campamento y relatar lo sucedido, me acerco hasta Grunt para devolverle la linterna que tan buen servicio me había prestado.

- Gracias Grunt, sin esto puede que aun siguiésemos en el interior de la cueva dando vueltas.

Ahora tendríamos un rato para descansar hasta que decidiésemos como actuar con respecto a nuestros compañeros heridos, darles tiempo para recuperarse o correr para llegar a una ciudad donde los atendiesen.

Una vez salimos de la cueva, descendemos hasta el "campamento" improvisado, donde habíamos dejado a Trojan con Valdia y el anciano. veo a Grim dejar en el suelo, con "suavidad" enana, y él sentarse en el suelo a recuperar el aliento. Escucho cómo Kurt le explica a Valdia nuestra pequeña aventura en la cueva. Walter me devuelve la lámpara que le había prestado con un agradecimiento, bien recibido:-No hay de qué Walter, la cogí por que la cueva era demasiado oscura incluso para mí.-le respondo a Walter mientras apago la lámpara y saco de su interior el aceite consumido para que no se prenda por una chispa mal intencionada. 

Escucho a Alfred bajar el tono para que Domo y Jaime no lo escuchen:-De momento están estables gracias a Lorantha y sus cuidados. Por ahora propongo descansar un par de horas, para nosotros y curarnos las heridas, si en ese tiempo no se despiertan intentaremos avanzar hasta Karak Azgal, os parece bien?-le digo a un desesperado Alfred.

Nathan miro al resto que le repelian como un piel verde y sonrio, sonrio como un niño con zapatos nuevos, Como se enfadaria su padre si su hijo fuera tratado en publico asi, pero el no habia dicho nada de quien era lo que si iba a decir es lo que tenia entre las manos y que se lo paso a Lorantha por su peticion de hacerle una exploracion a profundidad, eso significaba magia? si era asi tendria todo tasado para venderlo en cuanto llegaran a Karaz-Azgal.
Miro al resto y dijo:- Amigos, En Karaz-Azgal quizas tengamos mas suerte que aqui, pero que yo sepa estas piedras verdes de 2cm de aleaciones de malaquita estan finamente pulidas, aun asi el material de las que brillan y las que no es el mismo, pero no se la diferencia, esperamos que Lorantha pueda decirnos algo mas y no me tengais como un perro apestado. termino diciendo mientras miro y acaricio a Ulrich y a mi caballo.

Una vez en el carromato, y lejos de la cueva, Melissa no duda, ahora, en dar su kit de contravenenos, que también ella compró, a Lorantha, ya que Jaime se encuentra bastante mal, haciendo de ayudante de ella para los cuidados de los heridos, sabe que hasta que no estén estables no moveremos una rueda.

La guerrera siempre tan interesada en llevarse un trofeo de cada batalla, como atestiguan las dos espadas Orcas de sendas batallas, ahora quiso llevarse un trofeo de la araña, un colmillo hubiera sido perfecto, pero demasiado peligroso. Así que le sacó unos pocos de sus muchos ojos y se los llevó de recuerdo. Cuando Lorantha use las sanguijuelas del frasco, los guardará ahí sumergidos en líquido para que no se golpeen.

Ya de vuelta, el bretoniano comprobó el estado de su caballo y lo ensilló de vuelta. Ni era médico, ni quería saber nada de las piedras así que poco mas podía hacer por el grupo, salvo que Nathan quisiera que atendiera a Ulrich. Aunque el perro estaba bastante entero.

Miró alrededor y lo único que dijo fue lo siguiente:

- Deberíamos irnos ya. Los heridos estarán mas seguros en algún asentamiento enano. Aquí poco podemos hacer mas que mantenerlos lo mejor que sepamos ante peligros como los que acabamos de afrontar...

Dicho esto montó en su caballo y se preparó para una larga jornada.