Partida Rol por web

no habia clavado muy profundo el Florete, pero eso cambiaría, la araña ya estaba casi muerta y por "La Bailarina" que se lo clavare, en todo el ojo a ser posible.
Para ello me moví hacia su parte delantera y la ataque con saña para penetrar su dura piel o pillarla un ojo.

La poderosa araña se ha convertido en guiñapo sanguinolento que apenas consigue mantenerse de pie ahora que alguna de sus patas está convertida en un amasijo de carne  y ahora es el momento de mandarla al otro mundo acabando con su impía existencia .Muere bicho del demonio y cuando acabemos contigo no dejaremos rastro alguno de tu progenie .Digo mientras empujó la espada para que penetre su coraza natural .

La elfa se lanzó al ataque para unirse a sus compañeros, sin embargo cuando su espada tocó el cuerpo del animal, en vez de hundirse en su interior se deslizó por la superficie sin lograr atravesar la gruesa piel que la recubría. Maldijo para su interior pero poco más podía hacer salvo esperar que sus compañeros lograran atravesar con sus armas aquella tupida armadura natural.

La frustración va en aumento, mientras escucho cómo mis compañeros vencen a las arañas sin mi ayuda. En el día de hoy no me sonríe la suerte del saqueador y eso es deprimente. Sin más compañía que mis pensamientos me quedo allí solo en el túnel de acceso a la bóveda.

Por fin aquella araña tras los múltiples golpes comenzaba a ceder, una de sus patas había fallado y se desplomó unos segundos. Al momento la maldita se levantó y lanzó un desesperado ataque, parecía estar en sus últimos estertores y eso alegró al enano. - Maldita, eres como un gorrino, dura de mollera para morir - dicho esto descargó otro de sus martillazos aunque sabía que ya poco faltaría para que sus compañeros la remataran, pero no quería quedarse sin golpearla una última vez.
 

El mercenario se había quedado paralizado unos momentos, y ahora debía intentar acabar con aquella cosa. Afortunadamente parecía herida, pero no convenía confiarse, y menos encontrándose tan herido. Sin embargo, volvió a descargar dos ataques sobre ella con furia. La araña debía morir de una vez, y hacerlo antes de que se cobrara la vida de alguno de los presentes... Especialmente la suya. 

He sajado y golpeado la piel de la araña durante lo que a parecido una eternidad. Es en mi último golpe cuando una de sus patas queda expuesta y mi acero desgarra la extremidad. La inmunda criatura queda tendida en el suelo, pero no indefensa y una vez más se lanza a por nosotros intentando transformar su derrota en victoria. Pero el daño que la hemos infligido es mucho....vuelve a caer al suelo y no tenemos piedad con ella, el acero sube y baja sobre su maltrecho cuerpo.

- Se terminó.

Levanto la espada una vez mas y golpeo la maltrecha forma de nuestro enemigo. 

Con la araña madre completamente entregada ante la debilidad de su cuerpo y el probable intenso dolor que sentía, ya solo fue cuestión de tiempo como para que alguno de los constantes ataques terminase con su vida. Y esto no tardo en llegar, pues si bien Kurt entre otros le logro destrozar otra de las patas, fue Ulrich quien mostró osadía y ferocidad metiéndose entre las patas de la inmensa araña para destrozarle el vientre a mordidas y dejar expuestos sus órganos internos, los cuales se fueron desparramando por el húmedo suelo de la cueva mientras la araña intentaba reaccionar por ultima vez antes de caer definitivamente bajo una ráfaga de letales ataques que destrozaban su cuerpo.

La batalla había terminado al fin y ellos estaban en la medida de lo posible, ilesos. Algo de magulladuras, algo de dolor, e incluso alguna que otra fea y grande mordida, pero nada que los años no pudiesen curar. No obstante, no todo había terminado, aun había que encontrar a Domochievski, que quizá sería el bulto que Nathan, Kurt y compañía habían divisado momentos antes que las arañas cargasen contra ellos. Y quizá mas importante aun era encontrar al mediano pues de lo contrario todo el cansancio y la sangre derramada no habrían servido de nada.

Habíamos matado a la puta araña. y poco a poco se me fue pasando el efecto temporal de la vida extra y todo el cansancio y agotamiento me vino de golpe.
me senté en el suelo y Ulrich vino aun con la boca ensangrentada de la araña a ver que me pasaba se puso a mi lado y se sentó conmigo vigilando como siempre.
AL ver a Lorantha la digo:- Lorantha, podrías mirarme estas heridas, me duelen horrores y casi no puedo moverme.

Había golpeado el cuerpo quitinoso de la criatura una y otra vez, ya era como una especie de ejercicio macabro. Un aullido de victoria, un último estertor y la araña se quedó quieta.

- Victoria, gracias sea dada a Sigmar y al pequeño Ulrich.  

Estaba realmente cansado del combate, a diferencia del anterior contra los orcos esta vez había podido ayudar a mis compañeros en la batalla. Pero eso no quitaba que me sintiera como si todo mi cuerpo pesara como el plomo.

- ¿Todos bien?.

Me encamino hacia donde está tendido el cuerpo del Domo, para comprobar su estado. 

Los sonidos del combate se iban apagando, desconocía si era por que mis compañeros estaban ganando o perdían. Hice un nuevo esfuerzo por moverme y noté que algo se movía. Hice más esfuerzos para mover manos, luego pies, a continuación seguí con el resto del cuerpo dí un paso hacia delante. 

No sabía si era cuestión de suerte o había conseguido superar la parálisis, me daba igual. Empecé a correr hacia la la entrada de la bóveda. Para mi alivio descubrí que eran mis compañeros los que habían vencido a las arañas. Todos empezaban a hacer otras tareas. Nathan le pidió a Lorantha que mirara las heridas, mientras Walter iba a Domochievski. Ahora que había terminado la batalla no sabía qué hacer. Me quedé allí en la entrada de la cueva haciendo guardia. 

Kurt, bastante herido por aquella cosa, se alejó lo que pudo del revoltijo de tripas que se esparcía. Se encontraba agotado, y casi al borde de la inconsciencia por los daños, pero aún no habían acabado allí. Debían encontrar a Domochievski y Jaime.

-El bulto colgado... Sigo pensando que es Domochievski. 

Melissa se retiró los últimos momentos del combate, su espada reobtó inutilmente y la enorme araña se revolvía desesperada dando las últimas y desesperadas dentelladas. Melissa tenía miedo y pese que había acabado con dos de las pequeñas está última me parece demasiado peligrosa, varios de mis compañeros están revolcándose de dolor y paralizados por el veneno.

La pelirroja guerrera se toca instintivamente la pequeña bolsa de su cinturón. Tiene unos frascos con sanguijuelas y algunos productos para luchar contra los venenos, pero no se lo ha dicho a nadie, sabe que es egoista pero tiene mucho miedo a ser envenenada y no se lo da a nadie, aunque mira con la culpa reflejada en el rostro a Kurt o Grunt...

Se dirige hacia Kurt y recoge la antorcha que este portaba, colgándose antes el escudo a la espalda. Necesito luz, que no se vaya la luz. Y se queda de pie junto a él, con actitud protectora.

La araña terminó en el suelo gracias a los ataques de sus compañeros. Poco había aportado ella en la derrota de aquella monstruosidad, aunque después de tan dura batalla ahora le tocaría tratar de restañar las heridas de su compañeros.

Nathan fue el primero en acudir a ella casi arrastrándose - Espera un segundo que libere a Jaime y ahora te atiendo - dijo tras echar un vistazo rápido y comprobar que no iba a caer muerto en ese momento.

Con la amenaza vencida y conocedora de que el objetivo de llegar ahí había sido encontrar a Jaime, la elfa se dirigió hacia el lugar donde suponía que se encontraba el mediano y con cuidado empleó su espada para cortar el grueso filamento que lo retenía. Había observado que el capullo en el que se encontraba encerrado se movía con energía así que en cuanto hubo liberado al mediano no le prestó más atención y volvió para tratar las heridas de Nathan.

La oscuridad de la estancia y la carencia de medios no le permitió hacer demasiado, de todos modos, recurrió a sus conocimientos mágicos y a la vez que trataba de aplicarle los cuidados oportunos, dejó que los vientos de la magia sanadora corrieran por el cuerpo de su compañero.

Gracias Lorantha, digo mientras me tumbo en el duro suelo a descansar un poco mientras Ulrich se tumba a mi lado.

Con la batalla llegada a su punto final, el cansancio y el dolo hizo presa de muchos y no pudieron hacer mas que tirarse a descansar, como el caso de Nathan que se sentó junto a su valeroso perro Ulrich. Por su parte otras como Kurt no perdían el tiempo y buscaban a Domochievki y a Jaime, quizá con el temor de que hubiese alguna otra araña aun por aplastar. El bulto que habían visto antes y que Kurt junto a otros estuvieran a punto de descolgar antes del ataque de las arañas se mostraba ahora aun mas familiar ya que podían mirarlo con calma. Cuando Kurt acercó la antorcha pudo ver que la seda se trasparentaba un poco y que tras ella, parecía haber un cuerpo humanoide.

La elfa por su parte, antes de ayudar a Nathan se había trasladado a las profundidades de la cueva tomándose con cuidado el asunto de las telarañas que aun abundaban en el interior hasta dar con el bulto que había visto antes retorcerse. Y nada mas abrirlo se fue de allí sin prestar mas atención para atender a Nathan. No obstante no tardo mucho contrariarse ante la reacción de sorpresa y cierta alarma de los demás. Y es que, de aquel saco de seda no había salido Jaime sino un goblin ataviado con un fino collar verde brillante quien nada mas ver a la elfa empezó a retorcerse de pánico como presa de una convulsión al tiempo que intentaba alejarse mas de ella, sin mucho éxito.

La elfa ahora caía en la conclusión de que si Jaime no estaba allí, o estaba muerto, o bien se encontraba en otro bulto mas inerte en el lado contrario de la bóveda (al fondo a la derecha). Y es que, al avanzar para supuestamente ayudar a Jaime, se topó con aquel otro bulto inerte del tamaño justo para un mediano a la par de varios otros de distintos tamaños que parecían estar vacíos, como algo les hubiese chupado el interior.

Los calambres por fin se acababan. La maldita araña le había inducido a una especie de letargo que le impedía moverse, pero pronto empezó a sentirse mejor. 

Mucho mejor después de lo que hiciera el pequeño can. Ese perro tenía agallas. Había superado heridas que habrían matado a cualquier otro animal de camino a esa oscura cueva, y parecía haber no aprendido de experiencias anteriores. Seguía lanzandose a la batalla con un valor que ya les gustaría a muchos...

Empezó a mirar alrededor, siguiendo la luz de las antorchas de sus compañeros con la idea de ver si encontraba a sus amigos. De repente... Un bicho verde salía de uno de los capullos. 

- No lo matéis, interroguemoslo a ver que puede decirnos, algo me dice que puede que aún no hemos acabado con las amenazas en estas montañas.

Por fin la batalla había concluido, Grim sonrió pues por fin había conseguido terminar golpeando a aquellos insectos de forma repetitiva dejando que su ira fluyera sin freno. Con la respiración aún acelerada del esfuerzo realizado comprobó su cuerpo en busca de heridas. Con satisfacción concluyó que no había sufrido nada que pudiera verse a simple vista. A veces la adrenalina del combate podía hacer que no te dieras cuenta de heridas muy graves que podrían llevar a mal lugar a los combatientes si no ponían remedio pronto. Tras un momento comprobó cómo estaban el resto, algunos parecían heridos y algunos no se movían de una posición estática pero sus ojos aún llenos de vida. Suspiró de alivio, parecían que habían logrado sobrevivir por ahora. - Bueno ahora hay que encontrar al mediano, alguna idea por dónde buscar?

Sigo tumbado en el suelo moviéndome muy lentamente por los dolores. y digo:- Si neesitais ayuda, avisar. Si hace falta os mandare a mi perro Ulrich.