Partida Rol por web

"Tirásteis" monte arriba, por la misma dirección que había dicho Lorenzo. Era casi mediodía, y lejos de estar en las frías tierras salmantinas, aquí, como era mediodía ya y brillaba un radiante sol, pronto tuvísteis calor, lo cual no era un problema: a cada paso os encontrábais un arroyo, o parte de él, o simpelemente algún charquito donde poder mojaros la cabeza. Aquella búsqueda parecía realmente un lujo, un paseo por un paraíso sin descubrir ¿Acaso no era ciertamente así?

Avanzándo sin pérdida ninguna, atravesásteis un pequeño puente de piedra y pronto llegásteis a una loma en la que había aguardando una construcción bien provista. Era la majada. No era cualquier caseta de paja o remiendos, sino que las piedras habían sido labradas y puestas a conciencia allí, pues antaño se debían usar mucho y aún parecía estar en buen estado; tan buen era su estado casi como las casa de Ad Fauces.

La majada parecía de planta rectangular y tenía una entrada y varias ventanas. no parecía tener despensas anexas. La puerta de la misma estaba cerrada, es más: tenía el cerrojo echado por fuera*.

Tras dejar atras la taberna de Lorenzo, Bartolomé se fue contento sobre su buen hacer en el mercadeo. Le sacado unas monedas y unas gallinas. Estoy en racha.

Y cuando llego a la majada y vio que estaba cerrada dijo. Quizás el leñador ha salido a por leña. Que tal si esperamos? ya que estamos aquí. Rodrigo tu que eres cazador ves alguna huella que señale que el señor ha salido?  

A petición de Bartolomé tiro por rastrear.

Observando un poco el terreno, encontraste unas huellas muy débiles, pero suficientes para tu vista y experiencia, que salían de la majada hacia un poco más arriba, "loma arriba". Quizá por ahí hubiera subido el leñador, pues en casa desde luego no estaba (el cerrojo está por fuera echado).

Molt bi.bi.bien. - Siguiendo las indicaciones de Bartolomé me separé del grupo y comencé a buscar el rastro del leñador, una pequeña hierba pisada aquí, media huella allá,  cuando lo tuve claro volví con el grupo.

El le..le..le.leñador a salido, por por por por que ha tancat la pu.pu.pu.puerta por fu.fu.fuera. - paré un momento para tomar aire y continué. - El se..se..seu rastro su..su..su..sube loma arri.....ba. Po..po..podemos espeeeeerar dentro.

- Estoy de acuerdo - Digo tras la vuelta de Rodrigo - No creo que importele que nos refugiemos del viento mientras esperamos su vuelta.

Dicho esto me dirigo hacia la puerta y abro el cerrojo.

La caminata la pasó ensimismado aún en la historia que Lorenzo les había contado. Iba cavilando en cómo podía adaptar las palabras de tal forma que, cuando la contara por los caminos, el público se quedara asombrado y espectante. Y eso que el tabernero lo había hecho muy bien.

Llegados a la majada comprobaron que aquella estaba cerrada y ni rastro había del leñador, mientras Rodrigo iba a mirar por los alrededores, Xuan sacó su flauta del saco y se puso a tocar una alegre melodía esperando la llegada del cazador con noticias.

- ¿Paezvos buena idea entrar en la casa? -Fue su asombrada pregunta al ver cómo Florencio abría el cerrojo.- Vamos tener  problemas con el leñador cuando venga.

Al ver como todos entraban y no queriendo quedarse fuera y enfrentarse él el primero a la furia del leñador, los siguió hacia el interior de la casa.

Una vez que todos entrásteis en el interior, vísteis cómo esa majada no era sino sólamente una sala (no estaba separada en su interior por muros). A un lado había un par de camas hechos de piedra y con paja por encima, aunque debía ser de hacía mucho (incluso había insectos corriendo por encima). Enfrente se encontraba una pequeña chimenea junto a unos palos a su lado, lista para ser encendida en los días de invierno.

Colgado en la pared había un buen hacha (en la misma pared que la chimenea) y también había un par de sillas desperdigadas. Nada más. Todo era muy humilde y escaso. Eso si, las piedras parecían proteger bien del frío exterior.

Esperásteis media hora, una hora,... llegaron a dos..., y la tarde comenzaba pareciendo indicar que tódo seguiría igual, ¿dónde diantres estaría el leñador?

Ha..Ha..Ha..Hace muchos diiiias que el le..le..leñador no du..du.duerme aquí. - Les dije a mis compañeros señalando los camastros.- Encara es pronto, no anochezzzzzera en unas ho..ho..horas. Po..po..po..demos ir a buscarrrrr...lo loma arriba.

Mientras esperaban a que viniera el leñador y en el transcurso de esas dos horas, Bartolomé hizo varios paquetes con la leña para que si no venia el leñador pudieran cargar esa leña y podersela entregar a Lorenzo mmm ya pienso en esas gallinas. Que suerte hemos tenido de hacer un trabajo muy facil.

Bartolomé se fijo en el hacha que habia colgado y pregunto: Hombre a cortar leña no se ha ido si no el hacha no estaría aquí no?

Tras la proposición de Crespo Bartolomé se rasco la cabeza y dijo. Pero si hace días que no duerme aquí es una tonteria ir a buscarlo, solo Dios misericordioso sabra donde estara ese hombre, pues como sabemos los caminos del señor son inescrutables y quizás hemos topado con el más inseguro. Propongo ir a por nuestra recompensa, pues Lorenzo honrara con más saber la leña y  pocas noticias del leñador, que no ir y perdernos por culpa de un leñador que no sabemos donde esta.  Los demas que pensais?

Mientras piensa en lo que podia significar la ausencia del leñador Florencio se rasca con disimulo la nuca, en la que sentía una picazon desde que vió el correteo de los insectos por los lechos.

- El señor Lorenzo nos dijo de volver al día siguiente con la leña, y las noticias que del leñador tenemos son las mismas que ya saben por el pueblo, que no da señales de vida. Tal vez sea mejor buscarlo por la loma antes de que anochezca y ya mañana bajar de nuevo al pueblo.

- ¿Y si el probe home tuvo un accidente? Yo soy de la opinión que tenemos qu'ir a buscarlo, puede qu'esté por ahí tirado y nuestro deber como buenos cristianos -Xuan miró de reojo al judío- es acudir en su auxilio. Tovía hay horas de luz y mirar por los alrededores no nos supondró gran esfuerzo. De esa forma y si no lo encontramos podremos volver mañana a la taberna con la conciencia limpia. Así que por mi parte me uno a la búsqueda.

Su..su..subimos la loma y si si si si no lo..lo..lo..calizaaaamos el rastro vooooolvemos, ce..ce..cenamos con tran..tranquilidad y dormi...dormi.....dormimos bajo techo. - dije más para mi que para mis compañero, salí de la majada y desde la puerta - ¡Seguid....me! - una vez fuera les guié por el rastro que había descubierto anteriormente en dirección a lo alto de la loma.

En breves, y no a gusto de todos (Bartolomé refunfuñaba un poco por ello) os pusísteis en busca del leñador. Sus huellas eran claras (al menos para Rodrigo, el cual había visto claramente el rastro de alguien alejarse de allí), y no había mejor opción que seguirlas. Yendo hacia arriba, el sol de la tarde calentaba, pero cada vez con menos fuerza (en dos o tres horas se haría de noche, aunque había tiempo de sobra para volver a la majada o incluso el pueblo).

Y fue en éstas que, en un breve periodo de tiempo, mientras cada uno miraba por doquier para intentar dar con el "desaparecido" o encontrar una pesquisa, oísteis como un grito. No era tal, pues no podía considerarse un vocerío, pero tampoco era una voz, sino como un gemido, un gemido desesperado. Enseguida, las últimas huellas os llevaron hasta detrás de un árbol, ya a cierta altura y tras una media hora andando a ritmo pausado.

Tras un tronco y recostado, había un hombre con su cabeza apoyada hacia arriba y llevándose una mano a la frente, como doliente. Llevaba ropas de fraile, y lo más soprendente era que con la otra mano se sujetaba como su boca, de la cual y entre sus dedos brotaban como hilos de sangre (tenía esa mano y esa muñeca ensangrentada). Nada más veros dejo de "gritar", más bien gemir, (parecía estar pidiendo ayuda), y cuando se retiró su mano de la boca vísteis ésta (la boca) completamente ensangrentda (aún la tenía cerrada). Os miró como asustado, abriendo sus ojos ampliamente y con una mueca desencajada. Parte de sus hábitos también tenían restos de sangre.

- ¡Niftsa lhipatsa mavet! - exclama Florencio acercandose al pobre diablo para intentar salvar su vida.

El hombre le da un manotazo con la mano a Florencio, pues entiende que es hostil (de alguna u otra forma), mientras que con la otra mano sigue tapándose su boca... ¿qué hace un fraile tirado en mitad de las Hurdes?

El manotazo le deja sorprendido, ese hombre apenas tiene fuerzas para seguir respirando y aún le preocupa que puedan hacerle más daño

- En nombre de... - dice volviendo al castellano - por favor ayudadme a sujetarle, tengo que intentar curarle.

Bartolomé se quedo parado al ver al pobre infeliz sangrar por la boca. Pero que... Bartolomé no sabia como actuar ante este problema, nunca imagino que encontraria alguien herido e inmediatamente saco el arco y preparo una flecha por si el enemigo del fraile estaba a la zaga.

Viendo el estado del fraile, su reacción y que Florencio ya queria practicarle una extracción de muelas de urgencia, cuando posiblemente solo se hubiera caido de bruces y mordido la lengua, me coloque entre ellos y le pregunte.

¿Se Se Se Se encuentra uuuusted bien? ¿Po..Po..Podemos ajudarlo en al..al..alguna cosa? - mientras le hablaba buscaba algo anormal en el atuendo del fraile.