Partida Rol por web

La Sociedad Fénix

La joya de la corona (Capítulo 5)

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19/09/2012, 22:19
Artemis Marie Sowreston

Habìa pasado quizàs la mejor noche de su vida y se habìa ido mucho màs pronto de lo que nadie hubiera esperado, por suerte o por desgracia, ahora estaban a bordo del dirigible y aunque no lo decìa, parecìa que algo no iba a permitir que llegasen a su destino como planeaban, o sea, fàcilmente. Pero se dijo que debìa disfrutar y empezò a pasar de esas cosas y a disfrutar màs de la compañìa de sus amigos si es que se podìa y si, se pudo, aunque eso de cocinar se lo dejaba a otros, no era su punto fuerte.

Estaban en algo medianamente placentero cuando todo se torciò.

-Vaya, esperaba que fuese màs adelante...

Pero con una media sonrisa dirigida primero a Tupolev y luego al resto.

-¡Por el chocolate!-gritò.

Si, estaba lista o es que siempre lo estaba y ahora tenìa una razòn màs para vivir.

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19/09/2012, 23:34
Director

Cuando salieron a la cubierta principal, notaron un golpe de viento que casi les tira para atrás. Iban a toda pastilla, y sería difícil moverse por allí. No obstante, los primeros disparos de los cazas dieron a una hélice, y el gigante aminoró un poco su marcha, dándoles tregua.

Aunque el viento revolvía su pelo y tiraba de ellos un poco hacia atrás, ayudaron a Orville a desplazar la ametralladora por los railes que habían dispuesto, hasta una plataforma central que podía levantarse con un aparato hidráulico y girar sobre si misma. Costó Dios y ayuda conseguirlo, y algunas balas les pasaron rozando, pero lo consiguieron.

Orville les miró a todos, un poco desorientado. Candance estaba oteando el cielo entretanto. Contó unos 4 aparatos, en diferentes direcciones.

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19/09/2012, 23:50
Orville Wright

La gorra le voló de la cabeza, y terminó hecha trizas en una de las hélices. Les miró alzando la voz más de lo normal por aquel viento tan fuerte.

-¿¿Alguien sabe disparar esta cosa??

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19/09/2012, 23:52
Mijail Tupolev

El ruso asintió, poniendo la mano en su hombro.

-¡Yo! Pero necesito que me ayuden tres personas más. Dos que recarguen el arma y uno que la refrigere. ¡Miren! Tiene dos entradas para cartuchos, primero dispara con la de atrás y luego de la de delante. Vayan recargando.

El doctor Ness le miró rascándose la cabeza un momento.

-¿Como se refrigera esto?

-¡Con agua! ¡Vaya a por un cubo!

El doctor partió hacia allá, con cuidado de no partirse la cabeza ahora, ya que el viento le empujaba contra las escaleras.

-Artemis, guíame. Necesito que me corrijan el tiro y me digan donde están los otros aviones. Usa las horas del reloj para orientarte.

Tomó la manivela y comenzó a disparar. Había que devolver el fuego. En la cabina de mando, el cristal estalló, y Willbur se llevó las manos al rostro un momento. Luego comenzó a ser golpeado por el viento, de frente. Menos mal que llevaba las dichosas gafas.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de Buscar para orientarle.

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20/09/2012, 00:52
Candance Urquart
- Tiradas (1)
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20/09/2012, 10:38
Candance Urquart

Sin inmutarse Candance salió al exterior y observó el cielo surcado por los aviones con ojo clínico. Siguió su estela y fijándose en el que le pareció más próximo a ellos chasqueó los dedos he hizo explotar el depósito de gasolina.

-Quedan tres

Lo dijo con auténtico hastío, empezaba a no importarle lo más mínimo que hubiera bajas humanas detrás de sus actuaciones. Parecía cierto que el poder del Asha es adictivo y su personalidad acaba por dominarte…

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20/09/2012, 13:37
Durand Rosseau

Ayudaré a recargar el arma- dijo Rousseau. ¿Que otra cosa podía hacer sino?- señor Tupolev, espero que tenga buena puntería- se acercó hacia la ametralladora, observando el mecanismo para recargarla. Después de esto, busco con la mirada la munición del arma. Cuando le diesen el aviso, empezaría su tarea.

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20/09/2012, 17:42
Adrienne Rosseau

Adrienne suspiró quedamente en medio del vendaval levantado por la velocidad de aquella pequeña ciudad volante. Hubiera deseado un papel más... activo, pero las cartas ya estaban echadas y distribuidas. Artemis debería orientar a Tupolev para corregir las trayectorias de disparo, Ness refrigeraría el arma y Durand ya se había aprestado a ayudar en la recarga de munición. Miró a Candance, vio su expresión desapasionada y escuchó su voz cargada de hastío y temió por ella. Su poder era terrible, sin duda, pero también acarreaba un peso que nadie debería soportar. Estuvo tentada de pedirle que ayudara a su esposo en la labor de recargar pero, lamentablemente, ese no era el protagonismo que le estaba siendo exigido. Y su supervivencia, la de todos podía depender de ella. Se acercó apresuradamente a ella y la tomó por los brazos.

-Candance, mírame -dijo a gritos para hacerse oír en medio de la ventolera que arrastraba sus palabras y que solo Candance podía llegar a escuchar-. Recuerda la vida que llevo en mí, recuerda lo que me dijiste en su momento, cuando supiste de su existencia. Que aquellas palabras te guíen, que sigan dándote esperanza. No desesperes, amiga mía. Aférrate a mí, a tu amor por Irvin, a mi hijo. Eres como una hermana para mí y no voy a dejar que te pierdas. Debemos sobrevivir y no hablo de eludir la muerte tan solo. Candance, quiero que seas la madrina de mi hijo. No sé si tus visiones han alcanzado a ver lo que te digo, pero te necesito, mi hijo te necesita. A ti, a Candance. ¡Lucha!

Adrienne miró a su amiga, sonrió y la besó dulcemente en ambas mejillas mientras la estrechaba entre sus brazos fugaz pero intensamente. Tras ello, avanzó presurosa junto a su marido, para ayudarle en lo único que podía hacer en aquel momento.

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20/09/2012, 17:59
Artemis Marie Sowreston

Artemis se dedicò a hacer lo que Tupolev habìa ordenado y con tal suerte que fiada en su experiencia lo consiguiò enseguida.

-¡A las 1500! ¡A las 1100!-gritaba con fuerza.

Iban a necesitar mucho màs que una defensa de tal magnitud pero de momento estaba bien y el corazòn le latìa a mil por hora. Nunca dudò de las capacidades de ninguno de los que estaban con ella pero cuando girò el rostro buscando el de Tupolev, màs allà se encontrò con una estampa que la hizo estremecer como pocas: Adrienne y Candance se fundìan en un abrazo.

Habìa algo que se estaba perdiendo y ella lo sabìa muy bien pero tampoco era el momento de preguntar què pasaba, se lo dirìan si era necesario y si no, aceptarìa su papel como cada vez. Oteando el cielo buscò al siguiente enemigo pero le pareciò haber escuchado a Candy decir que eran tres, asì que respirò profundo y como sea aguardò. ¿Quièn les habìa traicionado?

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20/09/2012, 18:12
Mijail Tupolev

Tupolev se orientó mediante Artemis, y mientras el avión cuyo depósito había prendido Candance explotaba, él accionó la manivela y una lluvia de balas impactó sobre el segundo aparato. Tras rociarlo durante unos segundos, el aeroplano también explotó con estrépito, y Orville chilló (algo típico en los americanos en aquellas circunstancias).

Giró luego la ametralladora con la palanca, mientras Durand recargaba, y disparó sobre el esquivo tercer aparato. Al final, la lluvia de balas cortó su timón de cola y el fokker cayó en barrena hasta estrellarse en el bosque. Viendo como pintaba aquel combate, el otro aeroplano emprendió la fuga, y Candance lo miró con evidente molestia. Al final, se convirtió en una bola de fuego, y cayó sobre las faldas de los Alpes suizos.

-Veni, vidi, vici

- Tiradas (4)

Notas de juego

Bueno, chicos, fin de escena. Ahora me toca postear una barbaridad horrorosa xD. ¡Comenzaremos en la última escena de la partida!

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20/09/2012, 18:24
Orville Wright

El pequeño de los Wright parpadeó con incredulidad al haber visto aquello. Se rascó el pelo como si no entendiera, y al cabo se rió nerviosamente.

-Pero... ¿Quienes son ustedes? Jamás había visto algo así. Me habían dicho que eran simples espías.

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20/09/2012, 18:25
Doctor Irvin Ness

El doctor llegó con el cubo, tarde, y respiró con fastidio. No obstante, lo hizo justo a tiempo para escuchar el comentario de Orville.

-Pues ya ve usted que no. Como dice el poema, hay en este mundo algo más que lo que tus ojos ven.

Sonrió, mirando a Candance. Le había prometido que la de la India sería la última, y le fastidiaba tener que desdecirse. Aquella maldita guerra...

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20/09/2012, 18:34
Director

El Ícaro continuó su travesía a través de un país en guerra. Desde las alturas, pudieron ver el avance de las tropas alemanas, y como los combates eran desesperados y fieros. Las tropas francesas, sin embargo, parecían haber perdido su espíritu de lucha, y se batían en retirada continuamente hostigados. La situación era un desastre, pero todavía tenían que ver el "gran desastre".

Cuando se aproximaron a París, Willbur les anunció por megafonía que algo no iba bien. Al acercarse a la ciudad, vieron nubes negras cargadas de electricidad y un paisaje dantesco. Nadie había visto, hasta el momento, nada semejante. París era un yermo, unas ruinas humeantes de color oscuro. Pocas construcciones quedaban en pie, y entre ellas, la silueta de Nôtre Dame hecha jirones. El cielo estaba repleto de zeppelines y aviones. Más abajo, a nivel de suelo, vieron a los civiles que habían sobrevivido a la masacre. Muchos de ellos ya no tenian pelo, ni ropa. Sus cuerpos estaban carbonizados, como si hubiera estallado allí una fuerza explosiva como la que trataban de evitar.

-La bomba de radio... -musitó Ness.

Artemis le miró, incrédula.

-Pero... tenemos el topacio. ¿Como han podido...?

El comunicador de Tupolev prendió una llamada, mientras Adrienne se mantenía en silencio, conmocionada. Durand estaba a su lado, mirándolo todo. Parecían meros espectadores en aquel espectáculo inenarrable. Willbur les avisó de que los aeroplanos alemanes se concentraban para derribarles, y que estarían allí no tardando mucho.

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20/09/2012, 18:42
Lady Talbot

La voz sonaba preocupada y entrecortada tras el comunicador.

-¡Almirante, la situación es crítica! Intentamos defender el frente pero al parecer los alemanes.... consiguieron... en China. Realizaron... ataque aéreo... hace dos días... la bomba detonó en París... Están asaltando Talbot Mannor... ataque con paracaidistas... Dios nos asista.

La comunicación se cortó. Diez segundos después, las balas incendiarias reventaron el depósito de helio, y se formó una gran bola de fuego.

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20/09/2012, 18:49
Willbur Wright

-¡Mi nave! -gritó.

Acto seguido, activó la caida de emergencia. El buque que colgaba del globo se desenganchó, y cayeron un cententar de metros de forma libre. Los que estaban en la cubierta debieron agarrarse en lo que pudieron, aunque Candance fue engullida por la bola de fuego.

-¡¡¡Candy!!! -gritó Ness.

Poco después, los paracaidas se activaron, y dieron de nuevo contra la cubierta. Los aviones seguían haciendo blanco en ellos conforme caían, y el descenso fue aumentando en velocidad.

-¡Agarrense!

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20/09/2012, 18:59
Director

El Ícaro se estrelló contra las ruinas de lo que una vez fue el museo del Louvre. El impacto fue tan fuerte que Durand salió despedido por la borda, y aterrizó casi cien metros más allá. Afortunadamente, había sido tal la velocidad que su cuerpo interpretó que las piedras que amenazaban con clavársele eran balas, y resultó practicamente ileso.

Tupolev gritó a Artemis, que estaba medio sorda por el sonido de la explosión del helio, y esta se levantó despacio, como si le costara. Su vestido estaba lleno de polvo. Adrienne corrió a comprobar que su marido estaba bien, y poco después Candance aterrizó en un torbellino de aire creado por ella misma. Estaba practicamente desnuda, a causa del calor del fuego. Ness la abrazó, pero no ella era, sino Inanna, y estaba simplemente miraba al horizonte, rabiosa. Aquel era un fracaso. Su fracaso. Todo por lo que había luchado, la razón de su existencia...

-Señores -dijo Willbur, con un pañuelo en la frente manchado de sangre- Les sugiero que tomen sus armas y sus cosas. Parece que hemos atraido la atención de los alemanes.

Artemis partió raudamente a por sus fusiles, y les cubrió disparando sobre las extrañas figuras que se acercaban con máscaras de gas, abrigos largos y fusiles con la bayoneta calada. Parecían seres de otro lugar, aunque fueran alemanes, reconocibles por su casco picudo. Estos soldados remataban inmisericordemente a los civiles con que se topaban, fueran niños o mujeres, o estuvieran heridos o suplicaran clemencia en francés.

Disparando sobre el enemigo, retrocedieron hasta un edificio donde un puñado de soldados franceses seguía peleando. En el interior, vieron que se trataba de una enfermería, contemplaron los horrores de la radiación. Los curie estaban allí, tratando de ayudar, dejándose la salud sin que nada pareciera importar. El señor curie reconoció a Durand cuando le vió aparecer por la puerta.

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20/09/2012, 19:17
Pierre Curie

-Rosseau. ¿Por que han venido? Si quieren un consejo, márchense. Cada minuto que pasan aquí están expuestos a una radiación mortal. Afortunadamente, también afecta a las tropas alemanas que están aquí...

Tosió, y se apoyó para no perder el equilibrio.

-¿Como ha sucedido todo esto? -preguntó Durand.

Adrienne se había derrumbado en una silla, llorando. París, su amada París. El lugar donde había nacido, donde había crecido. La ciudad de la luz, ahora no era más que un gigantesco cementerio. Habían fallado.

-Nuestras tropas avanzaron hacia el Marne, donde iba a plantearse la resistencia. Todo iba bien, pero hace dos días atacaron los alemanes. Mandaron una gran escuadrilla de aeronaves, y un zeppelin gigante. Según me han contado algunos enfermos, antes de morir, usaron la Torre Eiffel como un gigantesco condensador de electricidad, y posaron esa extraña bola gigante sobre ella, junto a una máquina a la que iba adosada. Entonces el hombre saltó sobre la torre, condensó la electricidad como si fuera un pila gigante, cargando el arma... y el arma explotó. Al parecer, todos... -volvió a toser, esta vez sangre- Todos los que miraron directamente la explosión se quedaron ciegos. Paris se volatilizó en cuestión de segundos, y con él millones de personas. Ahora París es un caos, y la defensa de los aliados parece rota. Ante armas de tal potencia, muchos de nuestros aliados han salido de la guerra. Inglaterra es casi la única, junto a Rusia, pero ahora el grueso del ejército alemán está dispuesto a atacarles. Primero... acabarán con lo que queda de nosotros.

Se escucharon unos tiros afuera, los soldados estaban bajo ataque. Curie respiró hondo, estaba lívido.

-Cualquier lugar es mejor que este. Márchense. Ojalá pudieramos volver al pasado... a la París de hace dos días. Esto es, simplemente, demasiado horrible.

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20/09/2012, 19:28
Doctor Irvin Ness

A Ness le daba igual todo. Le daba igual la moralidad, le daba igual el continuo espacio tiempo. Gruñó con cierta rabia y tiró de la mano de Candance.

-¡Siganme!

Sus sienes latían con intensidad, cuando les llevó al patio interior del hospital, donde había unos árboles y unos bancos. En los aleros bajo las arcadas, había más camastros y enfermos. Los hermanos Wright se acercaron con curiosidad, pero un poco descorazonados.

-Esto es culpa mia. Yo diseñé parte de esa máquina, lo hice por encargo de Homolka. ¡Maldito sea! Estos eran los planos que robaron de mi casa en Edimburgo antes de que explotara. El diseño de mi supercondesador de energía. Yo lo concebí como una fuente de energía barata y segura, a partir de la electricidad. Ahora, mi invento, o lo que han hecho con él, ha matado a millones.

Habló muy serio, y le escucharon. Adrienne seguía llorando, aunque Durand trataba de consolarla. Ness se puso herguido, a pesar de que estaba cubierto de polvo y runa, como todos. Y les miró a los ojos.

-Yo sentencié a este mundo, y yo lo salvaré. Lo siento, Candy, pero debo hacerlo. Tu me has hablado de Dios, y de lo que está bien y lo que está mal. Y si para salvar París, y a todos esos millones de inocentes, debemos usar mi máquina, y volver al pasado, Dios nos entenderá. Él nos perdonará.

Sacó una especie de reloj muy raro que siempre guardaba en su chaleco, y se lo mostró.

-Una semana. Eso es todo lo que esta máquina puede retroceder. Tendríamos cinco días para salvar París, y al mundo. ¿Quien está conmigo?

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20/09/2012, 19:38
Adrienne Rosseau

Adrienne le miró, con esperanza en los ojos, pero también valentía.

-Es mi ciudad, doctor. Moriré por ella si es necesario. Nuestro hijo necesita un lugar donde crecer, y un mundo en el que vivir.

Puso su mano sobre el reloj.

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20/09/2012, 19:41
Artemis Marie Sowreston

Artemis se apresuró a poner la mano sobre el reloj, con una sonrisa de determinación.

-Salvar el mundo, creo que es lo único que me queda por hacer.