Partida Rol por web

Las dos primeras respuestas surtieron un buen efecto en conseguir que los nervios de la aparente joven se calmasen un poco. No quería aparecer y que la trinchasen como a un pollo.

¿Era importante tener un nombre? La mujer había sentido cierta desazón cuando le habían preguntado quien era o que se presentase, era algo que no había pensado antes y ahora se daba cuenta que podía suponer un problema. Intentó indagar en sus recuerdos para recordar cuál pudo ser su nombre, pero aunque recordaba su época en la que sirvió a esa mohosa de Irori una espesa niebla parecía envolver cualquier recuerdo sobre su identidad.

Desistió casi al instante en cuánto empezó a sentir ese familiar dolor de cabeza que tenía cuando intentaba recordar lo que no debía, siempre era así, los recuerdos vendrían a ella si así tenía que ocurrir, no al revés. Aceptar eso había sido duro y no lo iba a poner en entredicho ahora.

Seguía sin haber resuelto el dilema, aunque tenía tiempo, eso siempre lo tenía y ya resolvería el problema si era lo que tenía que pasar. Además le resultaba entretenido hablar con todos a la vez y aún se sentía exultante por poder comunicar con gente, además gente en su mayoría de avanzadas capacidades intelectuales presumía.

A la tiefling acabó por contestar con su voz dulce -tengo que mejorar este conjuro, ¿podría enviar entonación? ¿tacto? ¿olfato? ah ya se, luego enviaré una ilusión que hable por mi- verás, me dais miedo. Veo demasiado poder, ira y conflicto envueltos entre la oscuridad que os atenaza, he conocido alquimistas locos cuyas cocciones resultaban más estables. Agradezco tu protección pero creo que no tienes la capacidad que presumes, aunque me encantaría que así fuese y aquí me siento segura. Aunque... puedo enviar una ilusión.

A todo esto... ¿no había lanzado el conjuro a ocho objetivos? ¿Quién ha fallado? ¿Por qué? ¿Me he equivocado al pronunciar el conjuro? ¿No le he imbuido todo el poder? Siempre me cuesta decir el Ph' ai en vez de Ph' ei pero lo he bordado, ¿No?- la joven contemplaba una brizna de hierba que tenía enfrente de su nariz con el ceño fruncido, como si ella tuviese la culpa de que su conjuro no hubiese funcionado correctamente.

Circe, cuyo rostro normalmente no transmitía absolutamente nada, ninguna pista de lo que pensaba, como si portara una dulce máscara de fina porcelana, simplemente agachó la cabeza y miró al suelo. Ella ya había dicho lo que tenía que decir, había ofrecido de buen grado aquello que sabía, y la decisión sobre qué hacer con eso correspondía a los demás.

Flautista suspiró e, inconscientemente, se llevó la mano al hombro. O no exactamente, más bien unos centímetros por encima. Allí, empezó a acariciar... Algo. El aire, al parecer inconsciente de que allí no había nada.

—Yo sigo sin estar seguro de que haya habido tal traición en nuestro variopinto grupo —señaló—. Solo por dejarlo claro, por supuesto.

Vale, si que parecía que Aerin se había ido con el enemigo, pero hasta no saber más, se negaba a dar por supuesto las cosas. Juzgar sin tener todos los puntos de vista era propio de paladines e inquisidores, y él estaba lejos de parecerse a cualquiera de esos fanáticos religiosos. En absoluto iba a aceptar sus formas...

—Dicho eso, no es que lo considere lo más urgente, pero no me opongo a esa marca. Aunque la veo algo... Restrictiva. ¿Qué pasa si a alguien se le pasa por la cabeza unirse a Lilith? Seguro que todos, en algún momento, han tenido un resquicio de duda, tentados por el poder, la riqueza, la belleza, la desesperación, las viejas costumbres o incluso la sangre. —Guiñó un ojo a Friza, pero al decirlo había ido mirando a todos—. Seguro que podemos ser algo más flexibles sin caer en la anarquía ¡Los dioses nos libren de un mundo dónde la gente vaya a confiar en los demás sin tomar este tipo de medidas antes! —exclamó irónicamente.

Dejó que la paladina, y cualquier otro que quisiera aportar su granito de arena, pensaran en una nueva premisa para el hechizo, mientras él miraba al ogro de dos cabezas intermitentemente. ¡Y no porque no intentara mirarle fijamente a los cuatro ojos a la vez! Al final se centró en el que parecía el cerebro más entero de los dos.

—¿Por qué no te duermes también, pequeñín? —preguntó con tono paternal—. Se trata de actuar mientras aún tenemos la ventaja de saber dónde va a estar y más o menos lo que busca, así que venga, haz como tu hermano y deja hablar a los mayores —añadió con una sonrisa burlona—. O si no... ¡Mira el abraza-árboles hipermusculado como lo ha pillado todo a la primera! Aprende de él.

La tiefling parecía algo distraída susurrando al suelo, aún así escuchó tanto a Balthor, como a Mok y por último a Flautista al que replicó -no es una magia tan restrictiva, es similar al juramento de un paladín, algo que se da libremente y que no te condiciona el comportamiento. Por supuesto tampoco se rompe por dudar, pues si no... - hizo una sonrisa toda afilada al tiempo que miraba su mentón y se frotaba las manos ostentosamente -no existirían paladines en el mundo. - la actitud bravucona duró apenas un instante, antes de volver a su seriedad -Y respecto a si nos ha traicionado Aerin o no, podría ser que no lo hubiese hecho, estoy de acuerdo contigo. Pero haríamos bien en actuar como si lo hubiese hecho y si por lo que fuese volviese pretendiendo ser nuestra aliada tendríamos que analizarla adecuadamente... Aunque sinceramente... incluso si su intención era buena dudo que nadie pueda mantenerse cerca de un vampiro como Lilith y mantener su cordura y lealtad intactos.

Mientras más hablaban los presentes, mas claro tenia que no iban a llegar a ningún tipo de acuerdo. Todos se creían en posesión de la verdad, todos pensaban que sus capacidades estaban por encima de la de los demás y ella hacia mucho tiempo que sabía que, los mayores necios eran aquellos que creían tener siempre la razón.

Iba a responder cuando algo parecido distraerla por un momento, permaneció callada unos instantes, pero finalmente miró nuevamente al frente y se dirigió a sus compañeros.

—Puede que haya había traidores o puede que no, eso ahora mismo es difícil de saber. Para alguien con un poder como el de Lilith no debería ser complicado espiar mágicamente a los demás, además de la capacidad de controlar y convertir en espía a la gente, así que me parece bien cualquier cosa que nos ayude a evitarlo.

En cuanto a lo de la confianza, es cierto que no encontramos muy lejos de confiar unos en los otros, pero desde luego que las faltas de respeto y la condescendencia no van a ayudar mucho—. Dijo mirando al Flautista. —A pesar de la actitud de algunos a Grum no le falta razón, no en lo del Jardin, que si bien seria un recurso muy valioso, requeriría un tiempo que no se si tenemos ahora mismo. Pero lo que si nos ayudaría a tomar una decisión es saber los pormenores y las posibles consecuencias de ambos cursos de acción.

Tu plan de desmembrar a Jacob, por ingenioso que sea ¿garantiza que la criatura no entre en nuestro mundo?, porque ni siquiera sabemos cómo lo haría. Si su plan es poseer al ultimo vampiro y usarlo como títere sí que funcionaria, pero si su idea es doblegar su mente y usarlo como portal para entrar físicamente en nuestro plano, pues se lo estaríamos poniendo en bandeja dejando a Jacob en letargo. Las consecuencias de sellarlo si que las conocemos, de hecho las estamos sufriendo, pero tampoco sabemos cuales son los pasos para conseguirlo y lo que hace falta para conseguirlo.

Las guerras se ganan con hechos y con certezas, y ahora mismo solo tenemos dudas e incertidumbres. Se que no estamos sobrados de tiempo y tenemos un camino muy largo por delante, pero yo centraría primeros esfuerzos en estudiar el camino antes de tomar ninguna dirección. Al fin y al cabo, solo nos estamos jugando el futuro del mundo, poque íbamos a pararnos un momento a pensar.

De verdad... ¡Cuánto que odio a los malditos bardos! Flautista le había mandado a dormir o callar como a Balthor. ¿Por qué el Druida tolera esa falta de respeto? ¿Trabajará para él? ¿No tiene orgullo?  ¿O le tiene miedo sin más? Grum sabía bien que las apariencias podían engañar, pero no por eso dejaría pasar la ofensa del músico, menos en presencia de su ama Cylina.

Con la cabeza de Doth colgando y soltando ronquidos, la neutralidad de los Moks se veía influenciada a doblarse hacia la maldad de Grum, y el deseo por dar una paliza a flautista era demasiado grande.

-Lamento si esto pueda transgredir la muestra de hospitalidad que nos ha brindado, Señora Friza.- Dijo a la paladina, y en tan solo un parpadeo instantáneo, desapareció de donde estaba. 

De forma sobrenatural, apareció a espaldas de Flautista. 

-¿Sabes? Los imbéciles como tú nunca viven mucho.- Dijo mientras apoyaba una mano en cada uno de sus hombros, y la tercera entre sus cabellos. A decir verdad, se equivocaba con lo que decía, las ratas siempre fueron y serían escurridizas. -Poco me importa que admitas sentirte tentado a pasarte al bando de la perra chupasangres, pero escúchame bien lo siguiente: vuelve a faltarme el respeto y el que terminará callado serás tú, porque juro por mi Ama que te arrancaré la lengua y te la haré tragar, o en el peor de los casos, para tí, serás tú quien termine durmiendo... Con los peces.- Quizás Flautista estaba acostumbrado a faltar el respeto gratuitamente a los demás sin recibir ninguna consecuencia como retribución, pero Grum acababa de alzar un juramento en nombre de Cylina y el ogro no se iba a andar con demasiados miramientos para efectivamente llevarlo a cabo.

— Eres un dolor en el culo — le espetó a Flautista igual que lo hiciera la última vez que lo vio —. Puede que todos los miembros del templo estén muertos, o puede que no porque me guardé los detalles cuando os lo conté que teníamos aliafos la última vez que nos vimos. Karam estaba tal cual la dejé la última vez que fui, por lo que sabemos Lilith solo había enviado un único asesino contra un anciano, el cual tuvo que quedarse esperando por nuestra llegada porque os mentí y dije que él tenía el libro cuando en realidad lo tenía yo desde el principio.

 "¿Y qué clase de plan es ese? Vamos a obviar la moralidad, o el hecho de que estás asumiendo que matarlos a todos mata a "la bestia". ¿Cómo planeas ponerlo en práctica? ¿Esperas sinceramente que Jacob se va a dejar voluntariamente torturar por un tiempo indefinido, puede que para siempre porque igual morimos todos por el camino, para que vayamos a matar a la mujer a la que todavía ama en un plan del que ya ha manifestado estar en contra?

El investigador respiró profundamente para tratar de calmarse.

— El ritual no me parece una mala idea, y me encantaría apoyarlo, pero antes que nada voy a dejar claro que acabar con Lilith y sus tejemanejes son mi segunda prioridad. La vida de esas dos niñas y mi mujer son mi primera prioridad, y por vida incluyo la capacidad de vivirla como es debido, no me basta con que vivan independientemente de en que estado. Por supuesto, tengo otros seres queridos de los que Lilith puede echar mano en mi contra, pero con la mayoría tengo bastante certeza de que pueda reunirme con ellos tras el juicio de Pharasma.

"O ya es demasiado tarde para solucionarlo."

Mischa no añadió nada mas, prefería dejar que los demás entendieran que estaba exponiendo su debilidad antes de dejar que les pillara por sorpresa como en el Jardín de las Delicias. No pensaba ser el mentiroso que fingía que su devoción a la misión era lo primero.

Entonces el investigador arqueó una ceja de repente, bajando la mirada pero aparentemente sin encontrar lo que esperaba ahí. De repende frunció el ceño y repasó como actuaban los demás. Parecía que a Friza le había pasado algo similar, y estaba contestando. No estaba sufriendo alucinaciones por el estrés entonces. Se sintió tentado de mencionarlo en voz alta, pero prefirió simplemente hacer contacto visual directo con la tiflin antes de bajar la mirada a su sombra durante un segundo y devolvérsela, antes de agachar la cabeza.

— Así que quieres ayudar y hacer amigos — susurró Mischa, sospechoso de que se empezaran a comunicar con él justo cuando acababan de protegerse contra adivinación —. ¿Por qué no te presentas, y me dices como puedes ayudar?

Hay una voz invisible que me está hablando y creo que no soy el único con el que habla. Creo que tenemos una tímida compañía. -Dijo de sopetón a Friza pero de modo que todos se enterasen con total claridad. 

Noté entonces como de repente el ogrillón agarró a Flautista. Sabía que solo era cuestión de tiempo de que alguien decidiera llegar a las manos contra él, pero definitivamente ese no era el momento.

— Me voy a cagar en todo. Usa esa cabeza de la que tan orgulloso estás y párate a pensar un momento en lo que estás haciendo. Es evidente que no se trata de su magnética personalidad, así que ese dolor en el culo tiene que aportar algo al grupo, aunque no sea capaz de verlo, si todavía sigue en él. Así que haz el favor de soltarlo antes de que nos empecemos a apuñalar entre nosotros.

Le dedicó una mirada a Cylina que instaba a que actuase antes de que se derramase sangre, si alguien tenía control sobre el ogro era ella. 

-Cálmate, Mischa. No lo estoy agarrando...- Dijo dando unas palmaditas con las manos que había apoyado en los hombros del bardo. -Y sí que me detuve a pensar en lo que estoy haciendo, ¿Por qué crees que éste Grano de Culo sigue intacto?- Le miró. -Pero ahora nuestro nuevo amigo, que parece estar muy acostumbrado a faltar el respeto a los demás de la nada y sin consecuencias, se lo va a pensar dos veces antes de volver a hacerlo conmigo, o lo que pueda aportar en lo sucesivo lo hará con media lengua menos...- Grum ya lo había jurado. Si su líder, esa paladina, ignora su comportamiento y no lo pone en su lugar, yo no se lo dejaré pasar... Un segundo... ¿Será que la paladina no es la lider? ¿Y si él es el lider y por eso son tan permisivos? 

-Aggrr...- Se apartó.

-¿Qué es eso que escuchas, Abelgos? ¿Dices que te habla en la mente o es una presencia invisible?- 

—El. Juramento. De. Un. Paladín —repitió, remarcando cada palabra, como si eso fuera una respuesta en sí misma. ¿Y acaso no lo era? Pocas cosas se le ocurrían más estrictas que los códigos de los servidores divinos; ser luz y faro de esperanza inextinguible daba como resultado fanáticos tercos como mulas que veían el mundo en blanco y negro. Y había muy poco de lo primero en aquél mundo en el que vivían.

Iba a decir algo más —mordaz, ingenioso, con el toque justo de picante, en su línea—, pero Cylina le interrumpió. En lugar de contestar a la alusión con palabras, inclinó la cabeza mientras se quitaba el sombrero, agradeciendo la atención recibida, aunque después no le quedó otra que explicar un poco más la situación, pues estaba claro que no todos habían visto lo que ellos. Lógico, teniendo en cuenta que apenas la mitad de los presentes había estado durante la visión, aunque no por ello menos reprobable. ¡El desconocimiento no era excusa!

—El engendro de Rovagug no va a utilizar al último vampiro como portal para entrar a este mundo. Ya está aquí. Más o menos. Bueno, en esa prisión interplanar que se ha mencionado antes. —Hizo un ademán—. Me entendéis. El caso es que no tiene que colarse, sino liberarse. Separó su esencia entre aquellos que fueron sacrificados en su presencia, se ha fortalecido en ellos durante años, y con cada muerte esa chispa irá alimentando las otras, hasta que los matemos a todos y se prenda la llama. Entonces tendrá fuerza suficiente y romperá sus cadenas. Esto último no tengo ni idea de si es literal o no, pero ya sabéis.

Vale, de todo lo anterior tampoco tenía ni idea de si era verdad o no, pero era una hipótesis que, seguramente, estaba bastante cerca de la realidad, de ahí su seguridad al decirlo. Para él era suficiente y nadie, a excepción de Jacob tal vez, podía decir lo contrario. Punto para mi, pensó ufano. Le duró poco la alegría.

El doblemente feo gigante bicéfalo apareció tras él en un parpadeo, poniéndole la manos encima. Asqueroso. A saber dónde había metido esos dedos rechonchos. Ugh. En el mismo tiempo que el grandullón había cambiado de posición mágicamente para ponerse a su espalda, él se volvió insustancial, una sombra lo que duraba un parpadeo, y se movió a un lado, apartándose de la presa de aquellas manazas.

—Si no te importa. —Se caló de nuevo el chambergo de ala ancha, sin mirar al ogro—. Tu preocupación me conmueve. Yo también te quiero, Mischa. Te puedo demostrar cuánto cuando quieras —dijo guiñándo un ojo al espadachín, para ahora si, girarse a los Moks—. Sigo intacto porque, pese a lo que piensas, no podrías hacerme nada tan fácilmente como tú te crees —contestó con una sonrisa.

Y no solo lo decía por él. Circe, en ese momento, había levantado la cabeza, y miraba con sus profundos ojos al ogrillón. Por una vez, se la veía tensa. Puede que la única muestra de sentimiento que había mostrado en todo aquél rato.

—De todas formas, si que he aprendido una lección. —Ensanchó la mueca burlona de su rostro, dejando claro que no era la que Grum esperaba. Y no dijo más sobre ello, solo se giró hacia la mesa y el resto—. Volviendo al tema. Ritual de confianza, que Jacob nos lea un cuento, votación y... ¿Eh? Mmm... —Frunció el ceño ante el comentario de Abelgos—. ¿Va en serio? ¿Por una vez soy el único que no oye voces de alguien que no está? —Se llevó la mano al mentón—. No sé si eso debería alegrarme o preocuparme.

-Aaaggrrr.- Gruñó por lo bajo. Malditos bardos... son todos tan irritantes y... ¡Transparentes!

La sangre de djinn en sus venas hizo que los pelos se le erizaran ante la formulación del juramento que propuso la tiefling; de hecho la miró bastante confuso, porque pretender contener agua en un cazo repleto de tantas grietas se le antojaba imposible a menos que se tratara de un acto deliberado. "Cualquiera que sirva a Lilith o alguno de sus aliados en cuerpo, mente y/o alma, en el presente o en el futuro, así como cualquiera que actúe en contra de nuestros objetivos de derrotar a Lilith y sus aliados incumplirá la alianza"; se le antojaba una fórmula perfecta para destruir cualquier confianza que pudiera existir en aquel disfónico coro. La forma más evidente era, por ejemplo, si una agente de Lilith utilizaba sus dones vampíricos innatos para controlar una de sus voces en un momento de solista; puf, juramento disipado, y el resto del grupo nunca volvería a confiar en él; si sobrevivía a los ecos del reencuentro. Otra igual de evidente era la inocuidad; un desconocido agente de Lilith pidiendo un vaso de agua, por ejemplo, mismo resultado.

Y otra igual de evidente, pero no por ello menos insidiosa; el traidor desconocido. Caso de ejemplo, digamos que Flautista trabaja para alguien que él cree que se opone a Lilith, más aún, que dicho patrón mismo crea estar trabajando contra Lilith mientras, inadvertidamente, avanza su agenda. El juramento falla instantáneamente, todos los que están en la mesa de gatillo fácil destruyen a su "traidor" y Lilith gana. Lo que lo destruye para todos los demás.

- ¿Es que nadie ha oído un cuento en su vida ni una canción? - preguntó en voz alta, y dada su experiencia inicial y la falta de comprensión cuando narró sus intenciones, esa impresión ganaba fuerza. - Por la Dama de la Desesperación, ¿por qué la orquesta de fondo favorece tanto a la chupasangre y sus hijas? - añadió para sus adentros.

Las notas vápidas de Flautista le sonaron a propósito discordantes, así que las relegó al fondo de su mente. ¿Qué parte no había entendido de que a Kithe no le importaba una semifusa el final de la canción de Daenash? Sería un evento lo suficientemente enorme para no necesitar su guarda contra el Olvido, así que otros cronistas y bardos podían encargarse de ello; si por un momento pensara que podría seguir cumpliendo con su vocación sin represalias de Lilith sólo con dejar su sombra, lo hubiera hecho sin dudarlo ni un momento. Solamente hubiera regalado unos compases para despedirse de su antiguo coro y de Jacob.

No, él estaba ahí porque, al poseer la canción de Dafne, se había asegurado su peor atención posible; mientras Lilith fuera libre, él jamás dejaría de ver peligro en cada sombra. ¿Cuánta música se perdería al estar viviendo de esa manera?

- Opino que donde se peca de optimismo es que nuestras notas tengan una posibilidad de hacerle frente en nuestra inevitable confrontación sin tener la fuerza de Jacob en nuestro bando. Y yo no creo que Jacob sea de fiar para nuestra melodía mientras el tempo sea de destruir a su amada. - dijo sin ambages, con una sombra de tristeza pasando por su rostro, mientras hablaba al resto de la mesa y en consonancia con Abelgos. - En cuanto a su forma de anticiparse, si mi experiencia en Shittary sirve de muestra diría: todo lo anterior. Allí había hecho trabajo de campo con mucha antelación, tenía sirvientes voluntarios e involuntarios ubicados en posiciones estratégicas... Y la lamentable previsibilidad de su oposición hizo el resto. Ni siquiera creo que necesitara demasiada Adivinación.

Entonces, la mesa explotó en otro conato de violencia contra un bardo. Aquel compás ya lo conocía, así que no le dio importancia por mucho que lamentara que artistas como él acabaran juzgados por el mismo patrón que aquellos que confundían ingenio afilado con bufonadas. Otro melodía llamó mucho más su atención, una voz proveniente de su sombra. El sulli respondió en un tono algo más alto que un mero susurro. - Hola, pequeña sombra. Deduzco que no eres la mía, porque jamás me había hablado antes, así que, bienvenida. ¿Traes prueba de amistad y de ayuda, como dictan las viejas tradiciones? Si es así, al menos por mi parte estoy encantado de escuchar lo que tengas que decir.

¿Yo? Pues... no tengo nombre, seguro que tuve pero no lo recuerdo. Pero soy una amiga, bueno... Quiero ser una amiga.

Aprovechando el gesto —que no solo era una forma de evadirse de la conversación, sino de poder mirar hacia abajo y descubrir qué había allí—, preguntó directamente.

—¿Quién eres? —susurró, como si hablara consigo misma.

Teniendo en cuenta que ya habían visto a Flautista acariciar una mascota imaginaria... Seguramente no es que fueran a prestar mucha más atención a los desvaríos de quién le acompañaba.

La bruja miró de reojo hacia el suelo, sin saber muy bien que era lo que estaba llamando su atención. Sin duda fuese quien fuese estaba usando algún tipo de magia, pero llegados a aquel punto, cualquier ser podía ser una ayuda o una amenaza.

—¿Y tu quien se supone que eres?—. Dijo susurrando y sin apenas mover los labios.

No lo se, todos me preguntáis eso. ¡Es muy frustrante y no lo recuerdo!...- un segundo de pausa- ¿Una amiga? ¿Va todo bien ahí? Escucho cosas raras.

Los planos para saber que tipo de criatura puede entablar una comunicación similar (porque suena a un ajeno del plano de la sombra); arcano para saber mediante que tipo de medios mágicos se puede establecer una comunicación similar; y naturaleza por lo mismo que los planos, pero por si fuera fata.

Es un conjuro que permite al lanzador comunicarse a través de la sombra del afectado