Partida Rol por web

La sombra del Norte

Capítulo 6: El convoy de mercancías a Ilmaryen

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07/10/2019, 09:22
Aular Robleviejo

Aular se bajó de la montura y atisbó en la oscuridad, –demasiado frío y oscuridad –susurró en voz baja aunque los que estuvieran cerca podrían oírlo, con su mano izquierda sacó el collar de dientes que llevaba al cuello y frotando suavemente dijo unas palabras en voz, esta vez sí, muy baja, inaudible. Escuchó a continuación la voz del soldado Eresgal informando que el frío recrudecería. No hacía falta que se lo dijeran, él lo sabía, lo sentía en sus huesos.

Sin embargo esta comitiva no tenía nada que ver con la anterior, era un grupo numeroso y seguramente espantaría al menos a los grupos pequeños, además no tendríamos que hacer guardia, mejor. Una vez hube bajado mis pertrechos me acerqué a Matha por si necesitaba ayuda buscando algunas raíces o hierbas –¿Necesitas algún tipo de hierba? –pregunté acercándome a la mediana.

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07/10/2019, 12:04
Gramj Haïa

Sería interesante, el estar en el campo, y poder descansar a pierna suelta. De todas maneras, la noche sería peliaguda. Tal vez no aparecieran monstruos o bestias, por el mismo frio que todos soportaban. O si no, por lo menos sería más complicado que aparecieran, y tras una penosa marcha. Aún así estaban en el campo; por tanto, había que tener cuidado. Armas a mano, escudo igual, y la armadura puesta. ¿Sería incómodo? Seguro, pero más dolería un golpe. Y una cosa que aprendió años atrás. El tener que ponerse una armadura metálica, tras toda la noche "ganando fresquito" era hasta doloroso y calentarla otra vez era incluso peor que las penurias que pudiera ocasionar el intentar dormir con ella.

Tras colocar saco y descargarse la mochila fue a buscar algo que cenar. Se acercó a la hobbit y preguntó: - ¿Ayudo a algo para hacer la cena? Se estaba relajando, ahora que podía. Además, nada más montar el campamento era complicado que aparecieran orcos. A estas horas ellos se despiertan y levantan los suyos.

- Dentro de un rato … veremos. Justo cuando estuvieran durmiendo. Odiaba a esos seres, y no solo por ser viles sino por el daño que causaban a las gentes que no les habían hecho nada. - Si ellos consideran enemigo a todos, para nosotros, el orco es nuestro enemigo.

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07/10/2019, 17:40
Matha Pieldegamo

En cuanto montaron el campamento al cobijo de la arboleda y encendieron una hoguera para espantar el frío de aquella noche, Matha Pieldegamo sacó sus utensilios de cocina y se dispuso a preparar algo de cena para el grupo. Evidentemente no pretendía alimentar a toda la caravana, y miró con recelo a quien se fijaba en su petate lleno de ingredientes. Los guardamontes de Eresgal trajeron sus propias provisiones, aunque habían quien miraba con envidia la comida caliente y recién hecha que Matha preparaba, especialmente cuando la olla comenzó a oler.

Aular se ofreció para ir a buscar alguna hierba que la mediana pudiera necesitar, Matha le sonrió amablemente agradeciendo el detalle. Al principio, el extraño hombre de los bosques no tenía el aprecio de Matha, principalmente debido a su extraño aspecto y comportamiento, pero poco a poco se fue ganando su confianza.

-Oh, Aular, me harías un gran favor si encontrases algo para poder aderezar el guiso. Compré de todo pero olvidé los condimentos.

Gramj también se acercó para ver en qué podía ayudar a la mediana. A Matha siempre le habían caído bien los enanos del grupo, pues los hobbits de Bree solían tener tratos con los enanos bastante a menudo. -No os preocupéis, maese Gramj, a falta de las hierbas que Aular ha ido a buscar ya tengo todo listo para cuando el agua empiece a hervir.

Notas de juego

Aular, haz una tirada de forrajear.

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08/10/2019, 11:28
Gramj Haïa

No quería parecer alagüeño o estar tirándole los trastos a la hobbit, aunque sonase así: - Señorita Piedelgamo, es un placer poder disponer de unas manos para ayudar a los demás. Sonrió bajo sus bigotes: - Más aún si es a alguien que pone su corazón en cuidar del resto. Su tez y rudo rostro se sonrojó. No quería parecer que estaba intentando acercarse a la hobbit, de manera … que pudiera mal interpretarse. Sólo quería estar entretenido y poder ser de ayuda, ya que tenían un "permisito" porque había guardias de la comitiva.

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08/10/2019, 22:08
Aeth Umbradacil

El trayecto nocturno parecía haber sido eterno, aunque no podían llevar mas de un par de horas de recorrido por culpa de la oscuridad. Mucho más corta se les haría sin duda la noche, dado que habían gastado su tiempo en salir de la ciudad y alejarse todo lo que pudieron.

Aeth aún estaba demasiado desvelado para pararse a descansar; ya había atado a su caballo, la cena tardaría un rato y no le apetecía demasiado ayudar a montar el campamento. A pesar de lo que había dicho sobre las linternas, agarró una de las dos y se la llevó encendida a dar una pequeña vuelta por los alrededores. Uno nunca sabía si el lugar que había escogido para acampar era realmente seguro, o si era tan seguro que algún animal salvaje ya le había echado el ojo antes.

- No tardaré, solo quiero echar un vistazo. Que nadie se atreva a tocar mi cena en mi ausencia. -

- Tiradas (1)
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10/10/2019, 00:03
Menorath

Menorath hizo caso omiso al desprecio de la mediana. Estaba acostumbrado a causar esa clase de impresión, especialmente en los oriundos de La Comarca. No podía culparles, pues él era poco amigo de la vida acomodada y prefería estar en contacto con la naturaleza.

Se cuadró torpemente en cuanto apareció Eresgal. No estaba acostumbrado a tratar a personas de mayor rango, ni al protocolo. Tampoco es que le gustase, pero prefería adaptarse para sobrevivir. Aunque su patrón parecía un hombre que se preocupaba poco por ese tipo de menesteres —lo cual era de agradecer—.

No pudo evitar oír a Matha y, quizá por congraciarse con ella o por la perspectiva de conseguir un plato de la legendaria cocina de los medianos, decidió rebuscar en el camino para encontrar algo que sirviese para condimentar la cena.

En cuanto se topó con algo interesante, tomó una brizna. Tras frotarla entre sus dedos, los olió para cerciorarse de su hallazgo. Sonrió. Con eso seguro que lograba meterse en el bolsillo a sus nuevos compañeros. 

Antes de acercarse a Matha para mostrarle lo que había encontrado, echó un vistazo a los árboles más lejanos. Una sombra había surcado el cielo entre las copas más altas. Quizá se tratase de algún ave rapaz en plena persecución, pero Menorath lo miraba con cierta nostalgia y una sonrisa en los labios.

- Tiradas (1)
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13/10/2019, 13:09
Director

Tras montar el campamento y encender las hogueras, Matha utilizó una pequeña para ponerse a cocinar un guiso. El agua comenzaba a hervir y la mediana iba metiendo en ella todos los ingredientes que previamente había cortado con su cuchillo hasta que pronto hizo rugir los estómagos de más de uno de lo bien que olía. Matha iba dándole vueltas a la espera de que Aular regresara con alguna especia para mejorar el sabor del guiso, pero para sorpresa de la mediana fue uno de los guardamontes quien le trajo algo realmente apetitoso. Menothar había encontrado romero en los alrededores del campamento y se lo entregó a la mediana para aderezar el guiso. Matha lo miró con desconfianza y olisqueó la planta antes de usarla, estaba dispuesta a rechazarlo, pero el romero olía tan fresco y tan bien que no pudo resistirse a usarlo y en agradecimiento le dio después un plato de la comida que tenía tan buen sabor como cabía esperar.

Aeth había ido a merodear por los alrededores para echar un vistazo y evitar que algo pudiera sorprenderlos, entre tanto Matha le guardó su plato en la olla cerca del fuego para que no se enfriara. Aeth no encontró nada peligroso, el sitio elegido parecía lo suficientemente seguro como para pasar la noche y tampoco había evidencias de la presencia de algún animal salvaje. Aeth sintió que una sombra cruzaba el cielo y al alzar la vista vio como algún tipo de ave rapaz pasaba sobre él para ocultarse junto a los árboles cercanos. Por lo demás todo estaba tranquilo, con los movimientos habituales del campo.

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13/10/2019, 13:34
Director

Turno 2 - 30 de Noviembre del 1.974 de la Tercera edad

La noche fue tranquila, la cercanía de la ciudad todavía proporcionaba cierta tranquilidad en los alrededores. Aún así, los guardamontes de Eresgal estuvieron atentos y vigilaron los alrededores para garantizar que todo fuera seguro. La noche fue tranquila pero el hecho de haber dejado atrás las cómodas camas de la baronesa y cambiarlas por el duro y frío suelo provocó que les costara encontrar el sueño, a excepción de Aular que parecía más cómodo en el exterior que bajo un techo.

Unos minutos antes del amanecer, los guardamontes de Eresgal los despertaron para que se fueran preparando para retomar la marcha. Desayunaron frugalmente y recogieron el campamento. El día llegó algo más tarde, con algo de claridad entre las negras nubes que cubrían el cielo. Tal y como Eresgal había predicho, la lluvia no tardó en hacer acto de presencia, un chubasco que fue cogiendo intensidad conforme avanzó la mañana. Afortunadamente el camino estaba empedrado y eso facilitó que se evitara la formación de charcos y que las ruedas de los carros quedasen atascados.

La dama Melyanna caminaba embozada con su capa y con la capucha bien calada para proteger su cobriza y rizada melena. El viento que lanzaba las gotas de lluvia contra ellos hacía imposible el evitar que la ropa se calara por mucho que se protegieran. Pero quien tuvo mayores dificultades fue Matha, que cargaba con sus ollas y enseres de cocina al tiempo que luchaba contra el viento por cada paso que daba. Eoden y Dimrod se hacían cargo de las carretas del grupo de la dama, avanzando tras las carretas de suministros para refugiarse del viento lo máximo posible. La marcha fue penosa hasta que al llegar el mediodía el viento dio algo de tregua y amainó hasta convertirse en una pequeña brisa. La lluvia también se redujo ligeramente, aunque todavía caía con fuerza. No pudieron encontrar un sitio donde acampar que les proporcionara cobijo en las llanuras y praderas que estaban atravesando, por lo que Eresgal ordenó que se extendieran unas lonas de tela a cierta altura sobre las carretas para protegerlas del agua mientras el grupo se quedaba cerca de ellas durante la comida.

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18/10/2019, 00:14
Menorath

Menorath maldijo. No porque le doliese la espalda, sino por haber acogido la costumbre de dormir bajo techo y en un jergón relativamente cómodo. Él, que siempre se jactaba de preferir la noche al raso. Se estiró y sintió cómo le crujía todo el cuerpo.

Tras un breve desayuno y ayudar con los preparativos del viaje, se acercó a uno de los únicos viajeros que había sido mínimamente cordiales con él. Al fin y al cabo, tenía que empezar por algún lado si quería integrarse en el grupo.

Se os ve a todos un poco cabizbajos y desconfiados. He oído cosas feas acerca de la dudosa hospitalidad de la baronesa, pero no sabía que fuese tan terrible —trató de bromear Menorath—. Aunque no conviene confiarse, podéis estar seguros con nosotros. Nadie se mueve mejor por estas tierras que los guardamontes.

Desvió un segundo la vista para fijarse en Aular, que se sentía como Perico por su casa en plena naturaleza.

Bueno, exceptuándole a él, quizá.

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29/10/2019, 22:01
Aular Robleviejo

Aular no se dio por aludido con la referencia que Menorath hizo hacía su persona. No obstante, al ver que las miradas se fijaban en él alzó la vista hacía ellos y les mostró los dientes en lo que pretendía ser una sonrisa. Parecía contento.

-La lluvia es buena para las setas. -Dijo, tal vez como si esas palabras fueran la explicación al misterio de su persona. Volvió entonces la vista al suelo y continuó buscando. -Y a una mala, hace que abunden los caracoles. - Añadió después mientras se guardaba un caracol de tamaño considerable en uno de sus bolsillos.

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29/10/2019, 22:08
Eresgal

-Es normal que tengan ese animo, Sakâdor. - Habían notado que por algún extraño motivo que no alcanzaban a comprender, Eresgal se dirigía a Menorath como Sakâdor. Este no le corregía, así que para Eresgal, y para buena parte del grupo de guardamontes, Menorath era conocido por ese nombre o apodo.

-La guerra nubla los corazones, y este tiempo ayuda a que todo se vuelva gris. -Eresgal era un buen hombre, y seguramente un magnífico guerrero si con su veteranía era capaz de comandar una unidad de élite como aquella, pero habían demostrado en más de una ocasión que tenía un ánimo demasiado pesimista.

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29/10/2019, 22:15
Eoden

-Sin duda alguna el Enemigo del Norte es motivo más que suficiente para caminar cabizbajo. -Añadió Eoden, quien procuró evitar mentar al Rey Brujo y mencionar a Angmar directamente, pues sabía del efecto aciago que ambas palabras tenían en los corazones de la gente en aquellos días.

-¿Mas no creéis que la futura victoria sea razón de peso para mantener la esperanza y la alegría en nuestros ánimos? -Le preguntó a Eresgal el siempre confiado Eoden.

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29/10/2019, 22:19
Eresgal

Eresgal no pudo contener una carcajada ante la confianza esperanzadora que mostraba el muchacho, se notaba que era joven y un soldado de pocas batallas. No conocía al Enemigo realmente, no había luchado contra él. No sabía de qué era capaz.

-Si engañándoos así podéis dormir mejor por las noches y despertar al día siguiente lamento ser yo quien os quite esa ilusión, muchacho. Pero el futuro del Hombre es tan negro como las nubes que vienen del Norte. Angmar ganará esta guerra, tenlo por seguro. Puede que no sea pronto, pero terminará siendo. Mientras ellos cada vez tienen más fuerza, los reinos de los dúnedain están divididos, Gondor no acudirá a la llamada y Círdan y sus elfos todavía no han dado respuesta, ni la darán. Y Arthedain es un reino carcomido por la nobleza corrupta. Ojalá el Príncipe Aranarth hubiese nacido cincuenta años antes.

Eoden quedó en silencio, algo desanimado por las palabras oscuras de Eresgal. Se mantuvo un instante cabizbajo y finalmente, con cierta inquina en la mirada, fue a dirigirse a Eresgal para increparle porqué no abandonaba entonces si tan malos presagios tenía para el futuro de aquel reino. Pero el veterano capitán pareció saber su pregunta antes de que la llegase a formular y le dio respuesta.

-Por lo que a mí respecta, pienso que es mejor morir luchando que abandonar Arthedain en manos del Rey Brujo y sus esbirros. Si quiere el Reino del Norte tendrá que pagar un alto precio por él.

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11/11/2019, 00:11
"Aceroamargo"

Las inclemencias del tiempo eran duras. El barro y el frio hacían del camino una ardua tarea que exigía a todos un esfuerzo considerable. Desde que salieron de la mansión, abandonando toda comodidad, habían avanzado a un buen ritmo dadas las circunstancias. Cuando llego el mediodía se detuvieron a comer, sin encontrar ningún sitio a cubierto en que hacerlo. Bajo unas lonas dispuestas para proteger las carretas intentarían cocinar algo para el almuerzo.

Escuchaba en silencio la conversación entre Menorath y Aular en silencio, extrañamente ambos parecían estar disfrutando del desapacible tiempo. Después apareció Eresgal y menciono la guerra del Norte. Eoden no dudó en meterse en la conversación, con palabras de esperanza, siendo bastante optimista. Pero el capitán de los guardamontes lo devolvió a la realidad, la guerra que llegaba desde el norte era mas dura que ninguna hasta aquel momento. Fue cuando mencionó a Góndor, cuando Aceroamargo intervino.

- La guerra no acabara con los hombres, no sin luchar - dijo seriamente - Góndor libra sus propias batallas al sur - dijo como queriendo disculpar a su pueblo. - Pero llegado el momento, estoy seguro de que responderán, yo responderé - dijo convencido.

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11/11/2019, 12:40
Eresgal

Eresgal no se había fijado en que Aceroamargo era un gondoriano, las ajadas ropas que lucía le daban un aspecto común entre los habitantes del norte en aquellos tiempos, y el desgastado escudo de armas del pecho apenas podía distinguirse ni relacionarse con ninguna casa. No fue hasta que lo escuchó hablar con tanto orgullo que se percató de su origen.

-Pues espero que para cuando llegue el resto de Gondor quede aquí algo más que cadáveres. - Dijo sombrío, aunque le restó algo de importancia al comentario al sonreír a Aceroamargo.

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11/11/2019, 12:45
Director

Turno 3 - 1 y 2 de Diciembre del 1.974 de la Tercera edad

Para cuando la lluvia daba algo de tregua, un desagradable y frío viento se levantaba desde el norte obligándoles a caminar encorvados y a protegerse con sus ropajes sin mucho éxito. El viento se colaba a través de los pliegues de la ropa y les dejaba tiritando aún a pesar de las capas que pudieran llevar encima. Aún así, lograron avanzar buen trecho durante aquella jornada y nuevamente montaron un nuevo campamento en la mejor zona que pudieron encontrar para tal fin dadas las circunstancias. Durmieron poco y muertos de frío en medio de aquel clima invernal.

Al día siguiente la cosa no mejoró mucho, el viento era racheado pero igual de poderoso y en ocasiones lograba desestabilizar a alguno de ellos y le obligaba a emplear toda su fuerza para dar un solo paso. Matha tuvo que ser cargada, muy a su pesar y no sin refunfuñar, en una de las carretas para evitar que el viento la dejara atrás obligando a ralentizar la marcha. El camino les llevó a atravesar una aldea que había sido arrasada recientemente, escucharon a los guardamomentes comentar que en el viaje del día habían parado allí y que todo estaba en orden. No avanzaron mucho más ese día, pero al caer la noche pudieron encontrar un buen cobijo junto a unos peñascos que se levantaban a un lado del camino. El mal clima comenzaba a pasar factura y varios estornudos se pudieron escuchar entre los presentes. Eresgal ordenó encender varias hogueras para alejar el frío y redobló las guardias durante aquella noche.

***

El tercer día de viaje amaneció soleado, un sol invernal débil y lejano pero que les daba algo de calor después de tantos días de intenso frío. No se veían nubes en el cielo y el viento se había detenido por completo. Se podía decir incluso que era un buen día. Aprovecharon las circunstancias para apretar un poco el ritmo de viaje y recuperar las millas que las inclemencias no les habían permitido recorrer, retrasando así el itinerario previsto.

Al medio día, hicieron un alto en el mismo camino para comer algo frugalmente y continuar la marcha, pues Eresgal no quería perder más tiempo del necesario. Se encontraban en lo alto de una pequeña colina por la que el camino serpenteaba ligeramente hasta coronarla y luego continuaba descendiendo hacía las llanuras que había más al norte. Desde allí un guardamontes dio el aviso de que un jinete se aproximaba por el camino que habían andado aquella mañana. Eresgal ordenó a sus hombres que prepararan los arcos y le indicó al grupo de Melyanna que tomara posición en retaguardia, pero afortunadamente no se trataba de ningún peligro.

El jinete era un joven imberbe que apenas llegaba a la veintena, se encontraba extenuado, sucio y con una herida leve en una pierna. Su caballo jadeaba como si estuviese a punto de desfallecer.

-Eresgal, menos mal que os encuentro al fin. -Dijo con voz entrecortada. Los guardamontes le ayudaron a descender del caballo, apenas se tenía en pie. Eresgal pidió que le trajeran agua y algo de comida y le dijo al muchacho que se sentara y recobrara el aliento. -No hay tiempo. Me ha enviado el Príncipe Aranarth y porto malas noticias que debéis conocer de inmediato. - La noticia no podía ser peor. -Hace dos noches asaltaron Fornost. Una banda de trolls y lobos arrasaron todo cuanto hallaron a su paso en los alrededores de la ciudad y junto a sus muros. - El muchacho tragó saliva, pues hablaba de manera atropellada y resollando. -Dos de los trolls lograron atravesar las murallas de la ciudadela antes de que fueran cerradas y causaron cuantiosos destrozos. El ataque fue repelido, pero el pueblo ha empezado a asustarse y se teme que haya nuevos ataques y que la situación derive en pánico total. El Príncipe os manda también un aviso: aunque esta banda incursora venía del sur, se habla de otras esparcidas ya por territorios cercanos del norte.

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11/11/2019, 13:14
Eresgal

-Muchas gracias, muchacho. Vuestra información es muy valiosa. - Le dijo Eresgal colocándole una mano encima del hombro y mirándole a los ojos de manera que el muchacho se sintió reconfortado e incluso se permitió una cansada sonrisa. -Nos quedaremos un rato más aquí para que este joven y su caballo puedan reposar un poco. Que le den alimento y que alguien se encargue del caballo.

Eresgal le dio una palmada al muchacho y le dejó descansar. Su rostro se veía grave y pensativo. Estaba muy preocupado por las noticias que portaba el joven. El grupo había tenido mucha suerte al librarse por tan poco de aquel suceso.

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18/11/2019, 20:48
Aeth Umbradacil

Por lo que había visto hasta ahora Eresgal era un hombre realista en lo que respectaba a aquella guerra, aunque no compartía su opinión de que era mejor morir luchando, pero claro, aquella tampoco era su tierra; quien sabe si de ser así hubiera pensado diferente.

El clima no les daba tregua, aunque el líder de los guardamontes era implacable con la marcha del grupo y en aquella jornada avanzaron a buen ritmo; precisamente por ello la llegada de un jinete desde sus espaldas alertó  a Aeth como si se les avecinase un peligro. Vistas las noticias que traía, tal vez no estaba tan equivocado.

- Trols - masculló antes de escupir en el suelo, como si la palabra le hubiera dejado mal sabor de boca. Solo sabía de ellos lo que contaban las leyendas y las historias de miedo para los niños, pero cualquiera que las hubiera escuchado sentía que sabía suficiente para temer encontrarse con uno de ellos. - Oye chico, ¿he entendido bien, o has dicho que los trols y los lobos actuaban juntos? Eso no parece muy normal, que digamos.-

Pese a todo, tomaba por ciertas las palabras del mensajero, y compartió su opinión con los demás. - La única buena noticia es que no tendremos que preocuparnos de encontrarnos con ellos durante el día, pero no podemos arriesgarnos a mantener más hogueras encendidas por la noche, ni a movernos una vez se haya puesto el sol si esas cosas andan cerca. Oye, Aular... - llamó la atención del bosquimano, al tratarse del único que tenía por seguro que entendía de hierbas, y le tendió un trozo de corteza que, pese a estar totalmente seca desde hacía tiempo, aún apestaba como el demonio* - ¿Crees que puedes encontrar más de estas? No se como se llaman, pero si las dejamos a nuestro paso podríamos evitar que los lobos den con nuestro rastro. Imagina como odiarán el olor. -

Notas de juego

*La corteza que le enseño a Aular es un trozo de Delrean. Se usa para ahuyentar insectos, pero creo que en este caso puede servir para ocultar el olor que podamos dejar como rastro.

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19/11/2019, 13:54
Gramj Haïa

Los enanos no eran precisamente gente demasiado perceptiva a los olores, pero todo sistema que les ayudase, bueno sería.

Lo que le extrañó es lo de los lobos y los trolls. Escuchó atento, pero discreto, y sin decir nada. - Cuando los trolls trabajan junto a lobos es que hay poderes mayores que los controlan. Gramj pensaba que no solo habría lobos y trolls, sino seres más poderosos y otros que hicieran de amalgama entre estos como orcos.

Le entró la duda: - ¿No será un ejército? La sorpresa le hizo erizar los bigotes. - Si es cierto, se va a liar gorda.

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01/12/2019, 02:05
Menorath

La mirada del montaraz se ensombreció. Detestaba con toda su alma a los servidores de la sombra y a cualquier criatura capaz de aliarse don ella.

Con un gesto ágil, bajó de su caballo y se dispuso a otear el horizonte. Cuando localizo lo que quería —una silueta fugaz que atravesó el horizonte—, colocó el dedo índice y el pulgar entre los dientes e imitó el silbido de algún extraño animal. Un graznido agudo. Al cabo de unos segundos, un majestuoso halcón se posó sobre uno de sus guantes de cuero.

Ah, Din, viejo amigo —le dijo dulcemente mientras le acariciaba las plumas del pecho—. ¿Has estado bien con toda esa lluvia? ¡Apuesto que te habrás dado un buen banquete en mi ausencia!

Cuando se percató de que tenía algunos ojos curiosos pendientes de ellos, se apresuró a cumplir el propósito por el que había llamado a su compañero.

Necesito que me ayudes a rastrear la zona, ¿de acuerdo, granuja? Si te portas bien, te procuraré un buen desayuno y podrás volver a las andadas.

Como si entendiese las órdenes de Menorath, el halcón levantó el vuelo y describió varios círculos en torno al campamento. Sin perder ni un segundo, el montaraz hizo lo propio, oteando los espesos bosques y los caminos en busca de rastros.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Una clásica tirada de Percepción, pero adornada y aderezada con un exquisito bonificador por halcón mascota.

Mi idea es comprobar que el área es segura.