Partida Rol por web

Entrando en un desmesurado frenesí por el intento de afrenta de aquel mindundi a su merecida autoridad como primer oficial del Rey Huracán, Tsadok suelta un bestial empujón a Raymond que lo desplaza más de cinco metros por el muelle y termina con el Veracruz a remojo.

De pronto, todos los presentes se quedan en silencio. Incluso Haines y Harper detienen un segundo la laboriosa tarea que los ocupa en el mástil para observar lo que ocurre allá abajo.

Soltando un bufido tratando de relajarse, Colmilloro se vuelve luego hacia Sandara y la amenaza con un dedo:

-¡Ándate con mucho ojo, nenita! No cometas el mismo error que tu valiente compañero. Ese culito merece mucho más que una buena patada. Si eres una auténtica hija de Besmara, coincidirás conmigo en que la Reina de los Piratas sólo atiende a bucaneros de verdad. Y vosotros ni siquiera sois aún Capitanes Libres. Permíteme recordarte para qué estoy hoy aquí.

Esta bien, pues aquí, delante de todos, te acuso de haber intentado amañar las pruebas a través de esos que tu llamas piratas. Que cuando hemos intentado averiguar lo que pasab has intentado evitar que esa marioneta hablara y que, no satisfecho, te has atrevido a agredirnos. 

Con esto iremos a ver al rey pirata a decirle en manos de quien deja sus asuntos, como manipuláis las reglas de la piratería y como amenazas en su nombre. Y ahora, haz el favor de cerrar ese pozo de mierda que tienes por boca.

Y gracias a los poderes de Besmara que sacaré la verdad, si es que nos dejan averiguarlo, si es que de verdad aquí se respeta la piratería y a los piratas y no los títulos, como si fuerais unos arrogantes aristócratas. Y entonces verás a quien da sus bendiciones la reina de los mares, y no será a un bruto descerebrado como tú.

-Tiquisi dibir intintidimiñir lis pribis--se burla socarronamente Tsadok de la sacerdotisa de Besmara poniendo los brazos en jarra sobre la cintura--¿En serio? ¡No! ¡No te chives, pir fivir! ¡Ja, ja, ja! 

La multitud prorrumpe a reir a pierna suelta ante la sorna de Colmilloro, que después se gira hacia los mástiles y azuza a ambos contendientes:

-¿Y vosotros qué? ¿Es para hoy?

Harper trata de volver a intentar soltar la vela con la ayuda de su compañera pero sigue sin conseguirlo.

Mientras el oficial de artillería pelea con las tozudas sogas, perjudicado sensiblemente por el fuerte tirón que produce la maraña de cabos que hay en la parte de abajo, Haines cruza el mesana de lado a lado en dirección a la última de las sujeciones que tiene pendiente.

Raymond no pudo hacer nada por evitar caer empujado al agua. No se había fijado que estaba tan cerca del borde, pero dudaba que hubiera podido hacer nada.
Sandara había salido en su ayuda, pero tampoco había servido de mucho ya que estaba claro quién manejaba las cosas por allí. Era obvio que el semiogro era un enemigo formidable, y aunque el Veracruz tenía ganas de saltarle al cuello sabía que era contraproducente. Al menos de momento.

Pero todavía podía hacer algo. Miró donde estaba el pirata contra el que combatía Harper y se sumergió un poco mientras hacia gestos de un conjuro, luego salió a la superfie y termino de decir las palabras del encantamiento aprovechando que la gente estaba riendose de alguien, seguramente de su compañera, y lanzó su conjuro. Haines, y una parte de donde se encontraba, brilló de repente.

Jodeos cabrones. A esto sabemos jugar todos.
 

Harper sigue intentando soltar las velas sin éxito.

Roja de vergüenza e impotencia ante el asqueroso semiorco, niego con la cabeza esto no quedará así. Acuérdate de estas palabras digo alejándome del lugar, mientras busco un lugar un poco más escondido.

Una vez allí, miro alrededor, cogiendo el símbolo de Besmara, comienzo a conjurar.

Feijud había estado pendiente de las andanzas de Harper y para cuando se dio cuenta, Raymond se estaba metiendo en un lío.

Raymond, nos guste o no, estamos en el terreno de Colmilloro. Así que intentemos no provocar nada que no podamos controlar. Y, créeme, la fama de este pirata ahora mismo sugiere que es mejor dejarlo estar.

El capitán del Grindylo volvió de nuevo su atención hacia Harper.

¡Venga, Harper! ¡Ya le has dado suficiente ventaja¡ ¡Ahora, empieza a demostrarle lo que vales!

De pronto, una nube de partículas doradas envuelve al eficiente hombre de Colmilloro, que sacude la cabeza un par de veces, pero que no tiene problemas en seguir adelante con la ardua tarea que le ocupa. Mientras Harper sigue peleando con la vela que se ha quedado enganchada por el sabotaje, Haines logra finalizar la prueba con éxito para jolgorio y algarabía de gran parte de la multitud que se agolpa en los muelles.

Crimson aprovecha el momento para ir a ayudar al Veracruz a salir del agua.

-¡Hatajo de tramposos! Ya nos tomaremos la revancha, ya.

Con una amplia sonrisa y henchido de orgullo, Tsadok se vuelve hacia los integrantes del Grindylow Embrujado para dictaminar su opinión como enviado del Rey Huracán:

-No ha estado mal, la verdad. Vuestro chico ha subido muy rápido, pero luego le ha costado hacerse con los nudos. Es normal. Se nota que aún le faltan callos en las manos. En fin...

Colmilloro espera a que tanto Raymond como Harper vuelvan junto al grupo para explicaros cómo se desarrollará la segunda prueba:

-Bien, ahora toca conocer cómo andáis de suerte. ¿Preparados para afrontar el próximo reto, marinerillos?

Raymond ve como su conjuro no hace efecto a Haines y maldice como un pirata cabreado, que de hecho es lo que es. Pero no puede hacer nada.
Harper casi lo ha tenido, pero el sabotaje ha sido determinante.

Sin poder hacer mucho más el magus sube nuevamente al puerto con ayuda de Crimson y se reune con los suyos.

Tranquilo. Es obvio que todo está conchabado, me extrañaría que hubiera alguna prueba que nos dejen ganar. Lo habrán saboteado todo.
Pero como dices, ya nos vengaremos.

El comentario del semiorco le hace sospechar aún más. Pero no pueden hacer nada sin pruebas.

Venga. Sigamos con las "pruebas", ¿qué es lo siguiente que tienes para nosotros?

Venga, Harper. Lo has intentado. Al menos que sirva de lección para tener claro el "código de honor" vigente.

Feijud queda a la espera de Colmilloro.

¿Y bien? ¿Cuál ese reto nuevo?

Calándome el gorro, de forma que prácticamente no se viera la cara, salgo del lugar donde me había apartado, pasándome la mano por la nariz, sin decir una palabra y evitar mirar al saco de mierda que teníamos delante. Llegaría el día que arreglaría cuentas con ese hiodeputa, de momento, parecía que nuestro capitán prefería tragarse las trampas y dejar que nos ningunearan a su antojo.

Aunque tenía claro que, en el resto de las pruebas, ya sabríamos cómo enfrentarnos a ellas y cómo eran las reglas en este lugar.

Harper deja la tarea una vez finalizada la prueba y vuelve cabizbajo con sus compañeros. Lo siento chicos. Hice lo posible pero se me complicó demasiado soltar las velas.

Raymond entiende la frustración de Harper, pero no ha sido culpa suya. Y había que hacérselo notar.

Tranquilo. Tómatelo con calma. Has dado lo mejor de tí, y la prueba estaba amañada, esa botabara no se soltó sola.

Hemos de tener cuidado muchachos. Está claro que las cosas van a ser por este estilo. Permanezcamos alertas todos.