Partida Rol por web

El vaivén complica la tarea de Harper. Mientras tanto, el hombre de Colmilloro consigue soltar un primer enganche con gran eficacia y luego regresa hábilmente al centro del travesaño. Al parecer el tipo va a seguir la estrategia que Sandara ha comentado.

Hacia un lateral, a unos cuantos metros del espectáculo circense, parece estar mostrándose un buen tinglado. Cuando echáis un vistazo, veis a Raymond enzarzado en pleno combate con un pirata calvo de malas pulgas. Casualmente, la trifulca está teniendo lugar en el mismo lugar desde el que salió despedida la botavara que acaba de golpear el mástil de Harper.

Raymond quedó bastante sorprendido de haber fallado su ataque, aquel tipo era más de lo que parecía. Primero no reaccionó a su intimidación y luego evitó su estocada. No era un piratucho de tres al cuarto.

Pero claro. Una cosa era evitar a Layna una vez, y otra dos seguidas. El magus se volcó en el combate usando toda su habilidad, tanto marcial como mágica, y eso no lo aguantaba todo el mundo.

Si me dices quién te ha ordenado esto todavía podrás salir de ésta. Si no...

No acabó la frase, no era necesario.

Harper ve como actúa el otro pirata y decide imitarle. Se dirije hacia el otro punto para soltarlo. 

El incidente de la botavara había resultado un tanto extraño, pero no le presté mayor atención, esperando a ver si Harper hacía lo que le había comentado que hiciera. Sin embargo, al oir el alboroto y ver que Raymond estaba ahí en medio, decido avanzar hacia allí, mirando alternativamente a Harper y Raymond

Al llegar al lugar, miro detenidamente la situación si alguien vuelve a intentar hacer trampas, acaba con él y listo. sentencio con voz firme y severa, apretando el puño y levantándolo allá de aquel que se interponga en nuestro objetivo, pues será pasto de los peces y Besmara agradecerá su sangre.

El comentario de Sandara hace que más de uno trague saliva.

Raymond asesta un brutal tajo con su espada cargada de energía arcana que concluye el combate casi tan rápido como comenzó. El tipo, sangrando con profusión por el costado, deja caer el arma y se pone de rodillas con los brazos en alto a modo de rendición.

Mientras tanto, Harper se aproxima al enganche opuesto al que acaba de soltar y, por su parte, Haines se afana en hacer lo propio. Sin embargo, en esta ocasión, el hombre de Tsadok no se muestra tan fino al desenganchar la sujección.

Harper consigue soltar el enganche en su segundo intento y se dirije hacia el siguiente punto en cuanto pueda. 

Ante el comentario de Sandra Raymond la mira un tanto molesto. El tipo se había rendido, pero no era un marinerucho cualquiera. Tuvo que recurrir a su potencia arcana aparte de su destreza con la espada para derrotarlo. No había sido nada fácil, y además se rindió. Si no lo hubiese hecho lo mismo el combate habría durado aún más.

Pero lo que más le preocupaba al magus era el hecho en sí. Alguien se lo había ordenado, y visto al encargado del incidente el jefe debía ser alguien poderoso. Habría que investigar.

Puso la negra hoja todavía chorreando un poco de ácido en el cuello del pirata.

Ya habéis oído a la señorita. Sed buenos, o al menos no demasiado malos.

Y tú. Sigamos con la conversación. ¿Quién te ha ordenado el sabotaje?

-H... ha sido un accidente--logra balbucear el pirata calvo con el que ha tenido el altercado Raymond antes de tragar saliva.

Por su parte, Haines consigue desatar el nudo que se le resistía y luego camina con pericia por el travesaño hasta la tercera sujeción. La cosa está siendo apretada por el momento.

Harper llega a la tercera sujección y se pone a intentar soltarla pero no consigue realizarlo a la primera.

Raymond enarcó una ceja ante el comentario del pirata.

Me parece que no me has entendido.

El magus dijo unas palabras y toco con la hoja negra el cuello del pirata, este notó una quemazon al sentir el contacto.

He preguntado que ¿Quien?¿Te?¿Lo?¿Ha?¿Ordenado?
Dimelo o te juro como Veracruz de pura cepa que soy, que te despellejo aquí mismo.

Las palabras eran frias como el hielo. No convenía soliviantar al Veracruz.

-Tranquilo, tranquilo. Ya me encargo yo--se ofrece Tsadok, cogiendo al temeroso pirata que tiene acorralado Raymond y soltándole luego una fuerte patada en el culo con la que echarlo estrepitosamente al agua para sorna del público.

Mientras tanto, el eficiente hombre de Colmilloro termina con uno de los lados de la enorme vela y regresa con habilidad por el trinquete para concluir la faena justo al otro lado del travesaño.

Cuando el semiorco se acercó a Raymond este ya estaba con la mosca tras la oreja. Pero cuando trató de sacarse de enmedio al pirata ya sí que no lo permitió. Dudaba mucho que alguien tratara de hacer trampas tan descaradas sin tener permiso implícito de los mandamases, y ese podía ser Tsadok. Por lo que se interpuso antes de que pudiera hacer nada.

No te preocupes. Lo tengo todo bajo control. Tú ya has hecho lo tuyo sigue vigilando que ya sigo hablando yo con él, que empieza a estar muy comunicativo.

La negra hoja del magus no se ha separado en ningún momento del pirata, lista para atacar al más mínimo movimiento.

-Ya veo ya--se mofa Colmilloro de Raymond sin reparo alguno para luego clavar una ominosa mirada de odio en el aguerrido Veracruz--Sin tu permiso, me llevo a Sentina para darle un buen remojón, que se lo ha merecido por inepto y bufón. Pero si quieres que lo discutamos, me lo dices y te lo explico. 

Raymond notó las intenciones del semiorco, y la verdad es que imponía respeto. Aún así no se iba a dejar amedrentar (del todo) delante de tanta gente.

Sí por favor. Explícamelo, porque desde luego ese no se va a ir de aquí así como así. Y menos teniendo tanto que contar. A menos que quieras callarlo definitivamente tú mismo, claro está.

El magus hizo unos movimientos rápidos con su mano izquierda mientras con la derecha dirigía su espada al comandante pirata. Tanto la hoja negra como él mismo brillaron momentáneamente.

Viendo que Harper había perdido toda la ventaja ganada, principalmente por culpa de esa jugada sucia, vuelvo la mirada de nuevo hacia el rufián, viendo que ahora también estaba ese Tsadok metido en el ajo, con la espada de Raymond apuntándole.

Sin dejar de mirar a Harper, opto por dar un par de pasos de nuevo hacia el lugar donde estaba ocurriendo el tumulto 

Besmara está con nosotros y contra todo aquel que nos impida nuestro cometido, empiezo a hablar, mirando directamente al semiorco, con el símbolo de Besmara bien alto retírate y vuelve a hacer de mono de feria, o maestro de ceremonia, que es tu cometido, y deja el resto para los participantes