Partida Rol por web

La tormenta de arena

III. En el vientre del Mal

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09/01/2016, 12:42
Mujer extraña

La irrupción de aquella mujer, pilló por desprovisto al grupo. Aquella recepción tan cálida, era de extrañar, pero aquella mujer de ojos profundos y voz melosa... resultaba ciertamente perturbadora, aunque se antojaba irresistible.

- Aquí no tendrán nada que temer... Podrán hallar el dessscanso que tanto nesesssitan.-  Dijo mientras realizaba un gesto con sus brazos para que la siguieran al interior de aquella urbe surgida de la nada. Ante esto, la mujeres que instantes antes estaban lavando la ropa en las cristalinas aguas del río, se apartaron dejando un pasillo para que el reducto expedicionario pasara. Mientras Lacroix, Barraud, Descoteaux, Leblanc, Vivant, Abeillut y compañía se miraban atónitos ante el devenir de los sucesos, la mujeres arrebujadas en sus sedas, hablaban entre ellas en su irreconocible dialecto mientras liberaban alguna risa traviesa.

- Se lo ruego... ¡¡No tienen nada que temer!! Otros como ustedes ya pasaron por aquí...- Añadió finalmente haciendo referencia a otros integrantes del ejército galo.

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Lo prometido es deuda. Seguimos.

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09/01/2016, 14:48
Eugène Descoteaux

El capellán observaba desconfiado aquellas mujeres, como si se tratara de una de los numerosos engaños que el Diablo descritos en las sagradas escrituras el capellán camino junto al resto de la expedición aferrado a su cruz de madera que colgaba del pecho, como si todas aquellas mujeres fueran a encarnarse en crueles demonios.

- Cuidado.... prudencia hijos de Francia... todo esto es muy extraño, y esos rostros femeninos y dulces pueden esconder una trampa del mismismo diablo.... - susurró el eclesiástico al resto.

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10/01/2016, 13:00
Abeillut Sadar

Ciertamente aquella aparición milagrosa cogió desprevenido a Abeillut tanto como a sus compañeros. ¿Cómo podría nadie pensar que en un lugar tan remoto las gentes pudieran hablar francés? Si el bereber ya tenía sus dudas, su desconfianza se acrecentaba a cada nueva sorpresa. De algún modo, parecía imposible que todo aquello no fuese una trampa, una burla más de la miserable trayectoria que habían tomado sus destinos. Con disimulo, el bereber se apartó a un lado, acercándose al agua* con afán de probarla, quizá confiando en hallar algo irreal en ella, como irreal le había parecido la arena de aquel desierto que surcaban.

- Tiradas (2)

Notas de juego

* Entiendo que seguimos al lado del río.

Quiero probar el agua a ver si noto algo extraño en ella (no me la trago). Dejo tiradas de Supervivencia y Descubrir hechas.

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10/01/2016, 14:21
Jean-Baptiste Lacroix

EL teniente de los dragones estaba ciertamente desubicado. Después de todo el caos que habían vivido, de ver una tormenta antinatural tragarse prácticamente entero al invencible ejercito francés, ser acosados por criaturas en la noche, encontrarse con restos de una batalla que sucedió hace mucho...para acabar llegando a un poblado dejado de la mano de dios... lleno de mujeres que parecen vivir plácidamente? Como podían vivir en medio de este caos? Seguían estando en el mismo desierto (según Abeillut no) y lo más raro...donde estaban los hombres? Como podían sobrevivir un grupo de mujeres solas sin hombres?

Tenia muchas preguntas que hacerles e a aquellas mujeres. Pero antes, mientras pasaban por el medio de aquel túnel de mujeres, iba observando a ambos lados. Mujeres arrebujadas en sedas blancas, hablando en un idioma extraño e incluso le parecía entrever alguna mirada y alguna risa traviesa. Poco a poco se puso a la altura de Jean-Pierre, el otro militar que quedaba que parecía más entero junto con el teniente. Si tenia que confiar en alguien, seria en él.

-Jean-Pierre...- dijo disimuladamente en un tono de voz bajo, casi imperceptible...

-Esto no me gusta nada...ha visto que de momento no hay ningún hombre? Puede que alguno se deje llevar por sus sonrisas encantadoras o sus esbeltos cuerpos...pero nosotros no podemos permitirnos eso entiende? Hemos de estar alerta, no podemos dejar que nos pillen por sorpresa...- Sin mirarle, le puso una mano en el hombro y se adelanto a la comitiva, hasta ponerse al lado de la que parecía la líder.

-Señora...les estamos muy agradecidos por su acogida, pero hay algo que me intriga. Como puede usted hablar tan bien el francés?-

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10/01/2016, 22:49
Jean-Pierre Barraud

El corazón comenzó a latirle desbocado. Los acontecimientos se sucedían sin ningún tipo de sentido. La irresistible sensualidad que despedía cada uno de los gestos de aquella extraña mujer casi había logrado que Barraud se plantease acompañarla sin rechistar.
No obstante, algo tan simple como el ligero toque de Lacroix le devolvió rápidamente a la realidad... a la terrorífica realidad.
De pronto, el miedo volvió a su ser, atenazándole el alma. Con los nervios a flor de piel, aferró con fuerza su arma. Vio como Lacroix se aproximaba a su anfitriona, y él hizo lo mismo, siempre atento por lo que pudiese pasar.

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11/01/2016, 11:10
Dominique Vivant

El cambio es muy de agradecer. Mujeres sensuales, abiertas confraternizar con nosotros. Me interno por el pasillo con confianza, tranquilo, contento.

Me siento como un conquistador de América, que se encontraron con las solícitas indígenas, sin los tabús del hombre civilizado. En un primer momento me extraña que hablen francés en ese extraño lugar, pero enseguida me viene a la cabeza la posibilidad que un misionero hubiera llegado hasta este vergel, y en ese caso, sería lo más normal que nadie hubiera sabido más de él.

Mi mente también juguetea con la peregrina y fantasiosa posibilidad que un superviviente de aquella lejana cruzada hubiera difundido la lengua romance hasta estas gentes.

De todas maneras, no tardo en abandonar todo pensamiento y dejarme llevar por las circunstáncias. Están siendo unos días muy largos y extraños, y me muero por algo de reposo y alegría entre mujeres tan atentas.

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14/01/2016, 19:04
Mujer extraña

La muchacha sonrió ante la inquisitiva pregunta del teniente de caballería. Por un momento, el silencio se hizo patente en aquel corrillo de mujeres atentas y cálidas. La tensión parecía aumentar en esa lacónica e incómoda pausa, pero la sonrisa se mantuvo en aquel rostro de exótica y lejana belleza...

- Diosss me dio el don de la lengua, caballero. Y como ya le he dicho... Otrosss como ustedes llegaron antes a nuessstra siudad- parpadeó nuevamente con sus largas pestañas -Por favor... No han de temer nada... Sólo somos mujeres... Desarmadasss...- dijo mientras fijaba su mirada en los sables y bayonetas que los supervivientes portaban...

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14/01/2016, 19:12
Guardián

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Una tiradica de IDEA

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16/01/2016, 11:48
Abeillut Sadar

Abeillut volvió a reunirse con el grupo tras probar el agua, sin poder constatar nada extraño en ella. Aquel lugar misterioso era ciertamente extraño, como extrañas eran aquellas mujeres. El continuo siseo que parecía impregnar las voces de las que pudieran parecer sus salvadoras tampoco le tranquilizaba en absoluto. Y sin embargo, no parecía que tuviesen alternativa: a sus espaldas sólo quedaban el desierto, el sol abrasador, y una lenta pero segura muerte a manos de las inclemencias de aquel lugar. Entonces recordó Sadar que ya había reparado en la extrañeza de la arena antes... quizá aquellas mujeres pudiesen aclarar su paradero, o decirles algo que les permitiese orientarse de nuevo.

- ¿Que liugar is este? - preguntó - ¿Donde estamos, qué país? ¿Cómo si llama ciudad?

Sadar miró a la mujer fijamente, mientras esperaba respuesta, observando cuidadosamente sus ojos.

Notas de juego

¿Aplicaría una tirada de Mitos? ¿De Descubrir quizá?

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17/01/2016, 19:06
Guardián

El grupo siguió los pasos de su extraña anfitriona. Tras ellos, la comparsa de mujeres caminaban con sus cestos de mimbre repletos de ropa húmeda y algunas tinajas de barro repletas de agua fresca del río. A medida que se introducían por las calles, fueron topando con más mujeres que se apostaban en los ventanucos de sus casas. muchas de ellas, no eran más que niñas o incipientes adolescentes, pero seguía llamando la atención la no presencia de ningún hombre, fuera joven o viejo.

La ciudad resultaba realmente majestuosa en su interior, aunque destacaba su tipo de construcción basada en madera, piedra y adobe. Resultaba un método bastante diferente del observado en las ciudades de Alejandría o el Cairo... Se podía decir que era incluso mucho más primitivo y rudimentario. A pesar de eso, las balconadas estaban repletas de flores que desprendían su dulce y suave fragancia, confiriendo una belleza oculta y misteriosa. A pesar de estar lastrada de hombres, la ciudad no parecía pasar por una situación de penuria, pues disponía de su propio mercado con sus alimentos y frutos frescos.

A medida que se introducían en su entramado de calles, las ciudadanas se detenían en sus quehaceres y realizaban una ligerea reverencia a la bella muchacha que encabezaba la comparsa. En cuanto Abeillut realizó su pregunta, la líder de aquel lugar se detuvo y miró con sus profundos ojos de color topacio al guía bereber:

- Saedom... - dijo con el acento de su lengua natal. Aquella que todas las mujeres parecían emplear. - Esta siudad se llama Saedom y no pertenese a ningún reino o imperio.- Aseveró con total rotundidad. - Ahora continuemos. Ssseguramente desssearán descansar y reunirse con sus igualesssss...- relajó su rostro nuevamente.

Aquellas preguntas habían sido incómodas, pero... ¡¿Por qué?!

 

 

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18/01/2016, 11:36
Dominique Vivant

Algo se dispara en mi interior con tanto siseo, recrodando los seres reptilianos de la noche anterior... O lo que así me pareció. Desde luego, todo es muy extraño, y no lo es menos el detalle que parece patente a todos sobre la falta de hombres.

La ciudad es preciosa. Exótica y bien cuidada. Sencilla pero deliciosa en su simplicidad.

Saedom...*

Mientras rebusco en mi memoria el nombre de esta extraña ciudad intento relajar un poco los ánimos. Todos parecen muy nerviosos por lo que se va sucediendo, y aunque no puedo evitar pensar que exite algo de riesgo, lo asumo con el fatalismo propio de aquel que se ve rodeado de opciones que sólo conducen a la muerte.

Queridos amigos... Quizás estamos ante la imagen hecha carne del mito de Lemnos, la ciudad que visitó Jasón que sólo estaba habitada por bellas mujeres, y sin duda, no me puedo imaginar a alguien más adecuado para interpretar a la reina Hipsípila que nuestra anfitriona.

Voy diciendo, con el tono de académico pedante que me sale tan automático.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Tirada de historia para saber si me suena de algo el nombre de la ciudad.

 

NOTA: ¿Se ve en nuestro paseo algún templo? Algo que nos pueda dar pistas sobre la fe de esstass chiquillass?

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18/01/2016, 13:48
Jean-Baptiste Lacroix

Seguimos andando, mujeres y más mujeres...y ni un solo hombre. Se podría considerar a esto casi el paraíso...si no fuera por todo lo que habían vivido. Al teniente no le gustaba un pelo nada de esto, lejos de producirle tranquilidad, le producía inquietud toda la ciudad.

Mientras le dava vueltas a sus pensamientos, escucho a Vivant, en otro momento no le hubiera hecho más caso que a un mito o folclore, pero después de lo vivido...

Entonces levanto las cejas ante la ultima frase de la mujer.

-Sus...iguales? Han encontrado a más supervivientes?-

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18/01/2016, 13:58
Jean-Pierre Barraud

Jean-Pierre se adentró junto a los compañeros en la extraña ciudad. Desde que comenzaron la expedición, todo cuanto habían experimentado era tan sumamente raro que a Barraud casi le pareció normal la ausencia de hombres y el aspecto tosco de la arquitectura.

Se acercó un poco más a Lacroix; aunque sólo fuese por "profesión", era con el que más afinidad podía compartir, exceptuando quizá al galeno.
En un susurro se dirigió a él: - Escuche, Teniente. ¿Soy yo, o parecemos un grupo de borregos camino del matadero? Ahora estamos a merced de nuestras anfitrionas, pero no debemos dejar que nos pillen por sorpresa. Me huelo lo peor. Me retrasaré y me colocaré detrás del grupo. Mantenga los ojos abiertos y no se deje embelesar por la beldad de estos rostros...

Dicho y hecho, aprovechando que Lacroix en ese momento lanzó una pregunta a la mujer, el Sargento frenó el paso y disimuladamente se fue quedando atrás, haciendo gestos velados con los ojos a los compañeros con los que se cruzaba, para que estuviesen alerta. Sentía una sensación de ahogo, las sienes le pulsaban a un ritmo frenético. Cuando se puso detrás, notó un súbito dolor en las manos: al mirar descubrió que tenía los nudillos blancos y los dedos agarrotados por la fuerza con la que aferraba el arma. Se obligó a sí mismo a relajarse un poco, pues en ese estado sus sentidos no serían muy útiles.
Llevó la mirada a su alrededor, tratando de escrutar los impasibles rostros que les circundaban.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro descubrir por si veo algo extraño (más aún, quiero decir)

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19/01/2016, 12:56
Guardián

Notas de juego

NOTA DM: Te suena ese nombre, aunque no sabes de qué ni dónde lo has leído o visto...

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19/01/2016, 12:57
Mujer extraña

- ¡¡Claro que lossss hay!!- dijo con una amplia sonrisa - Llegaron más sssoldados del ejército de un hombre venerado... ¡¿Cuál era su nombre?!... ¡¿Napoleón tal vez?!- afirmó la bella mujer parpadeando sugerentemente al teniente Lacroix - Y mucho antes llegó un tal Guerin... Un sacerdote.- Prosiguió explicando la doncella mientras continuaba caminando por las arenosas calles de la ciudad.

Todo aquello resultaba tan raro como mágico. Caminaban por las intricadas calles y plazas de una ciudad que parecía haber sido arrancada de un tiempo pretérito, mientras en la parte más alta de la urbe, sobre una rocosa cima, se alzaba una construcción abovedada de piedra blanca, gobernando todo el horizonte. La muchacha recayó en como la gran mayoría de la expedición centraban su mirada en tan dispar y majestuosa construcción.

- Ese es nuestro templo... ¡¡La Casa de Dios!!...- exclamó con solemnidad y alegría la chica. 

 

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Respondiendo a la pregunta de monsieur Vivant.

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19/01/2016, 13:52
Guardián

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: Te das cuenta de que Duvalier parece sentirse halagado con las atenciones y risas de la cohorte de mujeres que os siguen. Intercambia sonrisas con ellas. No piensa que lo que está sucediendo sea una amenaza.

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20/01/2016, 13:53
Eugène Descoteaux

Descoteaux observó con suma desoconfianza el templo pagano al que les estaban conduciendo y sintió que no pudo reprimirse más. - ¡Señores! Por Dios nuestro señor y por el honor del Imperio de Francia, ¿acaso no veis aquí el embaucamiento del maligno? ¿Acaso no percibís las miradas lascivas y ladinas de estas mujeres? - dijo con un tono de voz enérgico y determinado. - Si entráis en ese templo, al que yo ya avanzo que no accedere, caeréis en la trampa que ha urdido el maligno en este infierno de arena. -

- Tiradas (1)
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20/01/2016, 23:04
Abeillut Sadar

De algún modo, el que el sacerdote se decidiese al fin a exponer en voz alta el temor que a todos atenazaba animó también a Abeillut a rebelarse contra aquella inercia asesina, que parecía dispuesta a conducirles al corazón de aquella ciudad tal y como se conduce al ganado al matadero.

- Il sasirdote llieva riasón... ¡esto locura! - se contruvo de gritar, mas los nervios dominaban a Abeillut más y más con cada nuevo paso que daban - Tinemos que dar vuela. No ir. ¡No intrar en templo! - miró a Lacroix - Tiniente, tú hombre listo, tú sabe... ese lugar es maligno...

Abeillut lanzaba miradas esporádicas al templo, buscando algún símbolo que indicase la adoración de seres oscuros.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Quiero optar de nuevo por una tirada de Ciencias Ocultas, mientras examino el templo. La idea sería identificar algún símbolo que sea propio de alguna superstición concreta que Abeillut pueda tener, para enfatizar más la cuesitón.

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21/01/2016, 12:50
Guardián

Notas de juego

NOTA GUARDIÁN: La pronunciación de algunas de las palabras del lenguaje empleado por las mujeres, te recuerdan al hebreo antiguo. Lógicamente reconoces alguna palabra en las conversaciones, pero no entiendes nada de lo que hablan.

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21/01/2016, 12:54
Mujer extraña

- ¡¿Avansar hassssta el templo?!...- exclamó con cierto tono de incredulidad. - ¡¡El passsso a nuestro templo essssstá prohibido a los forasteros!!- Aseveró con rotundidad ante el creciente amotinamiento que parecía iniciarse entre las filas de los supervivientes. La muchacha se detuvo y miró a aquel grupo de hombres perdidos... - Ssssseñores. Desconosco dónde se halla su país llamado Fransia, pero aquí no deseamos retener a nadie contra su voluntad.- dijo mientras con su brazo señalaba el camino recorrido hasta el momento. Son libresssss de marchar cuando quieran, aunque el desierto essssss peligroso.- la joven líder de aquella ciudad no tardó ni un segundo en oponerse ante el foco beligerante, mientras las mujeres se apartaban asustadas de aquellos hombres que gritaban desconfiados.

- Si desean marchar, esssste es su momento....- Insistió nuevamente a la espera de una respuesta.