Partida Rol por web

LA TORRE ABANDONADA DE LA CIÉNAGA

La taberna

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06/05/2014, 17:08
Drildoc Muerdeortiga

El embrujo de La Sirena Alegre

El Mar del Dragón le había reportado pingües beneficios durante treinta duros años y Tom Bragantes no tuvo mejor idea para retirarse de la vida marinera que la de invertirlos en el que sería el peor tugurio del embarcadero de Robleda: La Sirena Alegre. Nadie que viva dentro del cinturón amurallado de la ciudad ignora la clase de clientes con los que cuenta esta taberna de mala muerte, y ninguno en su sano juicio se acercaría siquiera a contemplar la sonrisa de la insignia de su puerta.

Se conoce que el señor Muerdeortiga no debía tenerlo cuando entró reclamando el puesto de mesonero que ofrecía un cartel dos años atrás, pero sin lugar a dudas influyó notoriamente el hecho de que fuese un recién llegado. Hromulf Vnakar, antiguo compañero de tripulación de Tom y con el que mantiene negocios de estraperlo, nunca ha visto con buenos ojos que un halfling forastero fuese el nuevo grumete de "La Sirena", y en más de una ocasión le ha sugerido que se deshaga de sus orejas metomentodo. Hromulf es un enano demasiado suspicaz y teme ser delatado ante la ley pero Tom parece estar muy contento con la labor de Drildoc. Afirma que trabaja mucho, que cobra poco y que si alguna vez se percata de que se pueda ir de la lengua, nadie lo echará en falta.

El antro rezuma salitre y hiede a rancio por sus cuatro costados. La tarima, prácticamente podrida por haber bebido más que todos los clientes juntos, cuenta con más agujeros que una ratonera. A medida que la noche avanza hace que el calzado de los clientes se pegue a ella como si del abrazo de una verdadera sirena se tratase. Las paredes están forradas con traviesas de madera, dando la sensación de que se está en el interior de una nave que ha zozobrado y que se encuentra bocabajo, teniendo la quilla por techo y la cubierta por suelo. De lo alto de esta quilla cuelgan dos lámparas confeccionadas con timones de barco, y de la una a la otra, hay dispuestas sin orden ni concierto, viejas redes y jarcias enmohecidas.

Varios ojos de buey recorren "la nave" entre diversas pinturas de mal gusto en las que se representa a marineros en brazos de sirenas y otras escenas de mala nota. Un par de auténticos mástiles sujetan la pequeña entreplanta por la que se puede subir desde el fondo a la derecha. A ella acceden los que quieren disfrutar de cierta intimidad en sus conversaciones, como es el caso de Vulcan Thror y de Hromulf Vnakar: dos enanos que se citan con el dueño una vez al mes puntualmente para discutir sobre a cuánto asciende el kilo de la "carga". Bajo esta se encuentra la barra, en la que siempre está Tom Bragantes abriendo y cerrando las espitas de los grandes toneles: ron, cerveza, vino y otros licores, se pueden encontrar en "La Sirena Alegre". La cocina y la despensa se abren camino entre las cubas y allí se aliñan las famosas sardinas al garo —salsa hecha a base de la fermentación de vísceras de pescado con vino, vinagre, sangre, pimienta y aceite—. La puerta trasera de la despensa que da al embarcadero le viene muy bien a Tom para abastecerse de todo lo que necesita y para deshacerse de lo que no.  

Una docena de mesas campa a sus anchas por el salón pero hay una enfrente de las escaleras de la entreplanta especialmente reservada para el Viejo Garm. Este lobo de mar, con más años que una tarasca, parece vivir cerca de la chimenea de la taberna. Es rara la noche que no deleita a los parroquianos con una historia mientras se encarga de alimentar con leños el hogar. Asegura que todas las aventuras le han sucedido a él, y durante los dos años que lleva Drildoc encargándose de las mesas, no lo ha escuchado repetir ni una sola de ellas. Tom le tiene advertido al halfling que no le debe faltar nunca una gota en su jarra. Aunque al principio le parecía extraño que no le cobrase una sola moneda de cobre por la bebida, luego comprendió que el Viejo Garm había jugado un papel muy importante en la vida de casi todos los que frecuentan "La Sirena Alegre".

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08/05/2014, 23:40
La Taberna

Era una noche aterciopelada por el frío otoñal que iba llamando a las nieves con prontitud, esta noche como otras la posada estaba abarrotada, no muchos halagos recibía el Halfling y la cosa empezaba a caldearse.

La Taberna es un edificio toscamente construido, su madera a veces carcomida en algunas partes de las paredes junto a ese olor característico de la madera bien humedecida. ¿Se estaría acaso pudriendo? No se sabría decir pero se podía decir que ese olor se mezclaba con otros tantos que tras un tiempo se hacia normal o eso parecía. Más para jóvenes principiantes tendrían que echarle hígados al asunto si esperaban comer en cuanto entraran.

Sí, allí se dejaba ver a un Halfling que despachaba a los clientes si eso era despachar...

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09/05/2014, 00:02
La Taberna

El viejo Garm estaba acostumbrado a contar gran diversidad de sus aventuras, tenía un gran repertorio pues siempre se agradece una buena historia cuando el fuego calienta y las jarras corren en la sirena.

Últimamente el viejo ha cambiado empezando a contar a todos una repetida y nueva historia que se centra en una vieja torre situada en el Gran Pantano. Algunos entre risas se envalentonaron para ver hasta dónde llegaban las mentiras del viejo pero nunca más volvieron.

Los rumores se extendieron en la ciudad, llegando a contarse en tierras lejanas junto con la recompensa de riquezas y objetos valiosos que llegaron a ser difundidas por comerciantes y caravaneros.

Algunos de vosotros que venís de allí estáis aquí en busca de la aventura, otros que vivís aquí habéis llegado esta noche después de vuestro trabajo, pues se dice que el viejo ha sido encarcelado por propagar mentiras y crear una oleada de inquietud en toda la ciudad.

Ahora la taberna está a rebosar de gente variopinta todos hablan del gran Garm, algunos de asaltar la cárcel, otros de pagar el arresto y otros sólo lloran o ríen a la salud del viejo lobo de Mar.

Otros más han ido, éstos eran aventureros pero ninguno ha vuelto, todos eran extranjeros de tierras lejanas en busca de aventuras...

Notas de juego

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10/05/2014, 13:28
Borgar Brhunt

Borgar entra en la taberna con torpeza. Casi se cae al intentar sortear el escalón de entrada, cuando su hacha engancha en la puerta.-¡Humg!-farfulla el enano.

Saludando con un gesto que pasa desapercibido a los enanos de la primera planta, entra hasta el fondo y se dirige al Halfling.

-Toma amigo, déjame esto por ahí que ya lo cogeré luego-le dice soltándole encima, más que entregándole una especie de fardo que contiene su hacha, su capa y su mochila con sus instrumentos de trabajo-. Dile a tu jefe que va a tener que hacer algo con ese maldito escalón, que cualquier día se mata alguien. ¡Y tráeme una jarra de buena cerveza!, ¡estoy sediento!.

Había sido un día duro. Tuvo que apuntalar una sección del viejo pantalán del puerto que amenazaba con caerse. Trabajar mojándose era lo que más odiaba Borgar. Él y la mayoría de los enanos.

Borgar se da la vuelta sin esperar a que le traigan su cerveza. Mira a su alrededor y repara en la silla en el que siempre se sentaba Garm, ahora vacía. Se le echaba de menos a él y a sus historias. Entonces se vuelve hacia el halfling. 

-¿Qué se sabe del viejo Garm?...¿y de mi cerveza?-le espeta-.

Notas de juego

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10/05/2014, 14:41
Isolda
Sólo para el director

Isolda entró con desconfianza en la taberna: "La sirena Alegre", parecía el nombre de un burdel y ella sospechaba que en aquel lugar la confundirían, como tantas otras veces, con una meretriz, sin embargo no conocía la ciudad y no sabía muy bien a donde ir, así que suponía que aquel era un lugar tan bueno como cualquier otro para descansar un poco, beber algo y preguntar algunas señas.

Observó que delante de ella entraba un individuo de estatura baja pero enormemente fornido y decidió imitar su actitud, deseando causar una impresión de fuerza y confianza.

Se dirigió al camarero amablemente pero procurando aparentar decisión:

- Disculpad diligente mesonero, ¿podríais mostrarme dónde puedo dejar esto mientras estoy aqui?

Mientras decía esto, mostraba su lanza y su escudo, muy preocupada por la posibilidad de que estuviera prohíbido el uso de armas dentro del local, sintiéndose muy ridícula por llevar un equipo tan aparatoso en un lugar como aquel.

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10/05/2014, 17:59
León

Leon se encuentra en una esquina mirando por una de esas curiosas ventanas, no había pedido nada, no quiere destacar.

-Desde aquí ni siquiera se ve la luna, ninguna luz mora en este lugar.- Piensa mientras se dedica a escuchar conversaciones, hacía un rato que miraba al halfling, está esperando para preguntar con tranquilidad.

-Hay mucha gente, de esa que jamas se pasa por el templo.- Sigue pensando, el maestro lo mandó allí para investigar, conocía al viejo Gram de su juventud, le extrañaba lo sucedido.

-Sí el maestro se pudiera levantar sería mas fácil, los guardias nos dejarían pasar y podríamos preguntar con menos impedimentos.- En su día no era extraño encontrar al  maestro Ethos visitando la prisión y ayudando a aquellos que sus pecados querían confesar, los guardias lo dejaban pasar debido a su influencia en la ciudad, pero con el postrado en una cama ya no es una posibilidad.

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10/05/2014, 23:24
Drildoc Muerdeortiga

Drildoc enarcó una ceja mirando con desdén el petate que a duras penas había conseguido lograr que no se le escapase de las manos y carraspeó antes de hablar.

—Señor enano: lamento advertirle que ni esto es una posada en la que pueda lanzarme sus "pertenencias" —afirmó el halfling devolviéndole la saca con mala uva y poniendo sus brazos en jarra mientras zapateba con un solo pie la tarima— ni yo soy su mayordomo para guardárselas... En cuanto del Viejo Garm, se sabe lo que cualquiera: sigue en prisión gracias a sus historias... ¿Quién hubiera dicho que por contar sus batallitas podría dar con sus gastados huesos en la cárcel? ¡Llevo oyéndolo contar una detrás de otra durante los dos años que llevo aquí muchísimas de ellas y nunca se lo llevaron de la manera que lo hicieron! ¡Paparruchas! —zanjó dando un manotazo al aire para después indicarle al recién llegado una de las mesas vacías— Tome asiento y en seguida le sirvo una de nuestras pintas... ¿Cuál prefiere? ¿la aguada y amarga como la tuera o la más mala? 

Drildoc observó con aire divertido las muestras de contrariedad que Borgar le brindaba, y luego de sorberse los mocos sonoramente, se dirigió a la barra riendo entredientes. Allí estaba Tom Bragantes negando con la cabeza y chasqueando con la lengua.

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11/05/2014, 00:17
Borgar Brhunt

-Vamos, vamos, menos humos, que no hay para tanto-dice Borgar recogiendo sus pertenencia para ponerlas encima de una de las destartaladas mesas- si yo lo hacía por bien, para evitar molestias a tu distinguida clientela. ¡Y venga ya esa pinta!. De la única que tienes, granuja. Como si pudieras encontrar una peor. 

Finalmente se sienta en un taburete, junto a la mesa donde ha dejado sus bártulos.

-Me parece increíble que hayan arrestado al viejo. Está algo chiflado, pero nunca hizo mal a nadie, que yo sepa. Algo deben tener esas historias suyas que le han sentado mal a la persona equivocada. ¿Será cierto lo que contaba acerca de esa torre, después de todo?.

El enano se atusa la barba pensativo.

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11/05/2014, 10:18
Edrik

Había estado oyendo durante todo el día el mismo chascarrillo, ¡el viejo Garm apresado! decían unos, ¡los guardias entraron en la taberna a la fuerza y se lo llevaron! otros. Aunque no eran muy de mi agrado las tabernuchas de mala muerte, ésta vez, la curiosidad pudo más y hacia allí me dirigí.

Vista desde afuera, la taberna pintaba peor de lo que pensaba, destartalada era un piropo demasiado bondadoso. Había mucho movimiento de gente, entrando y saliendo. Algo me decía, que habían muchos curiosos esa noche ahí adentro.

A pesar de todo, me decidí a entrar. Total, ¿qué podía pasar por afinar el oído y tomar una buena hidromiel?.

Nada más cruzar la puerta, el olor a licor barato y madera enmohecida me invadió. El murmullo era alto, se notaba que la gente estaba bien animada,eché un vistazo rápido por el salón en busca de mesa. -Vaya, parece que llego algo tarde, no veo ninguna mesa vacía- me dije para mí mismo.

Una mirada algo más minuciosa me dejó ver una mesa libre detrás de dos mesas unidas con unos ocho marineros alzando sus jarras y brindando en una especie de celebración. -Desde luego, no es de lo mejor que podía esperar, pero al menos podré estar sentado- me dije dirigiéndome hacía ella.

Cogí asiento y alcé la mirada en busca del camarero, de en medio de la sala salío un hafling apresurado cargado con pintas vacías hacia la barra. - Éste es mi hombre- me dije.

En cuanto hubo cargado de nuevo la bandeja llena de cervezas y se dio la vuelta, alcé la mano, acompañándola de un -Oiga, camarero!!.  

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11/05/2014, 15:52
Drildoc Muerdeortiga

El halfling volvió a reír, esta vez más fuerte, al escuchar el comentario que Borgar le brindó acerca de la cerveza. "La Sirena", a pesar de estar atiborrada de marineros que entonaban canciones y que derramaban sus jarras al brindar, no le parecía tan alegre a Drildoc. Faltaba junto a la chimenea aquel viejo risueño que lo ilusionaba con una nueva aventura todas las noches. El enano le había traído por enésima vez la imagen de cómo pudo haber sido la manera en que lo asaltaron una docena de guardias, cual viles cortabolsas, en mitad del Vial del Puerto. Hizo un mohín con la boca desaprobando aquel amargo trago y recogió la bandeja que el señor Bragantes había terminado de completar con la última pinta.

La mayoría de los tripulantes del "Margarita" y de "La Bella Molly" habían hecho su acostumbrada visita a la taberna antes de acudir al lupanar de la señora Meredda. Solían estar un mes fuera de Robleda, y cuando arribaban, lo hacían sedientos de todo. En un abrir y cerrar de ojos, el halfling se quedó con la bandeja vacía mientras sorteaba los tentáculos de los clientes que solicitaban otra más. Se encogió de hombros mirando al enano y al humano que le aguardaban, y volvió a la barra de nuevo a por otra remesa.

—En seguida estoy con ustedes dos, caballeros —afirmó gritando entre el barullo mientras trataba de arrancarle la bandeja de las manos al marinero que se la había quitado y con la que hacía jerigonzas para disfrute de sus compañeros.

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11/05/2014, 17:36
Drake

Era curioso que simples historias pudieran llegar a mandar a prisión a hombres inocentes como el viejo Garm… “Parece que fue ayer cuando estuve escuchando sus historias junto al fuego”. Pensaba Drake mientras deambulaba rumbo a la taberna, sin duda aquel lugar ya no sería lo mismo sin el viejo. Las calles ya estaban vagamente iluminadas cuando llegó a la taberna. Al entrar se quitó el improvisado abrigo de pieles y miró a su alrededor ”Pues parece que sí sigue igual que siempre, no parecen haber perdido nada”. Pensó al ver todas las mesas llenas, soltó un suspiro pensando que tendría que dar media vuelta y por ello una sonrisa de medio lado se dibujó en sus labios al contemplar que en una de las mesas solo había sentado un hombre, no le molestaba la compañía y le era indiferente lo que pensara el otro.

Se dirigió hacia la mesa y una vez allí, con tanto falsa cordialidad y educación como con una falsa y amplia sonrisa se dirigió a aquel hombre —¿Le importa que me siente en esta mesa? La taberna está prácticamente repleta— Le dio unos escasos segundos y antes de obtener una respuesta hizo un gesto con la cabeza —Gracias— Y se sentó enfrente del hombre —Soy Drake ¿Podría hacer el favor de…?— Sacudió la mano restándole importancia al protocolo —¿Cómo os llamáis?— Dijo tendiéndole la mano a modo de presentación, ya que podías estar molestando a alguien con tu presencia lo mínimo que podías hacer era conocer el nombre de ese desdichado. Lo miró arriba abajo buscando obtener información de él, aunque no era tan fácil como parecía.

Notas de juego

Había pensado que el hombre fuera Edrik

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11/05/2014, 17:49
León

Leon ya había esperado suficiente, el mesero estaba desbordado, y en vista que el enano ya conocía el tema se le acerca.

-Hola, soy Leon, vengo de la casa de la mañana.- Se presenta a Borgar sentado en la mesa.

-¿Por alguna casualidad también estáis aquí por el tema del señor Gram ?- Pregunta sin dilaciones directo al tema.

Leon suele ser mas discreto y tímido, pero ya había estado un tiempo sin hacer nada y la cosa empezaba a molestarle.

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11/05/2014, 19:53
Tom Bragantes

Mientras que Drildoc hacia de las suyas, me acerqué a la mujer guerrera - ¿señorita o señora? perdone estos halfling carecen de la cortesía, puede vos quedarse con sus pertrechos - no es bueno dejar estas cosas por aquí acompáñeme le buscaré una buena mesa - me acerqué a la mesa donde estaban el clérigo y el enano. 

¡AQUÍ SEÑORITA!- moví los brazos hacia la guerrera señalando la mesa - oh sacerdote Leon ¿a qué debemos este honor mi señor? estrujé bien el paño que llevaba en el hombro y empecé a limpiar la mesa, ¡DRILDOC A ESTA MESA! oh la barra me llevo una mano a la cabeza perdonad aquí os dejo a la dama estamos abarrotados y salgo corriendo otra vez a la barra.

Notas de juego

Para susurrar: Negrita y cursiva.

Para gritar: Mayúscula y negrita.

La Señorita es Isolda.

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11/05/2014, 21:21
Isolda

Isolda mira gratamente sorprendida a Tom Bragantes, era la primera vez en meses que alguien se dirigía a ella con tanta cortesía y se sentía extrañamente halagada.

- Estoy con usted señor, temo no conocer vuestro nombre, espero que disculpéis mis modales, quizá algo  rústicos.

Al hablar se inclina instintivamente con cierta modestia, de pronto el hedor rancio del local y su lamentable clientela parecen más tolerables. Procurando adoptar una postura elegante, camina hacia la mesa que le indica Tom, con la cabeza bien alta y procurando pasear su mirada por las mesas. Debo fijarme en todos, no sea que alguo de ellos sea una amenaza, Isolda, no olvides tu entrenamiento. Esto pensaba mientras se fijaba en la entrada, calculando la distancia que la separaba de ella y buscando alguna otra salida alternativa, fijándose en los ángulos vistos y ocultos y tratando de adivinar la actitud de cada uno de los clientes.

Acierta a fijarse en el hombre a quién ha escuchado nombrar como León. Algo nerviosa se decide a dirigirle la palabra:

- Los dioses os guarden mi señor, espero que perdoneis mi inmodestia por presentarme de un modo tan inoportuno, pero soy nueva en esta ciudad y estamos abarrotados, ¿aceptaréis decirme vuestro nombre y linaje de modo que sepa como dirigirme a vos?, ¿aceptaréis contestar unas preguntas?. Si me lo permitís, la nobleza de vuestro porte y la cortesía de vuestros modales os señalan como una persona de bien, muy por encima de la clientela de este lugar. ¿Querrés compartir una bebida conmigo?

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11/05/2014, 23:01
Borgar Brhunt

Borgar sonríe al recién llegado.

-En realidad estoy aquí porque es el único sitio en este lugar inmundo donde se puede tomar una cerveza fresca, o algo que se le parezca-dice el Enano mientras aparta el hacha de la mesa y la apoya cuidadosamente contra la pared y le acerca a León un banco, arrastrándolo con un pié hasta él y separa otro para la mujer ignorando sus provocaciones-Pero si os vais a quedar ahí, sentaos. Lo cierto es que se echa de menos al viejo y a sus historias, ¿lo conocíais?. 

 

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12/05/2014, 06:17
Isolda

Isolda mira con curiosidad al enano que le ofrece asiento, y deja escapar una sonrisa en sus labios:

- Disculpad señor, muchas gracias, ¿puedo preguntaros a vos también vuestro nombre?, nunca pensé que llegaría a ver a alguien como vos...

Continua sonriendo mientas observa los rasgos de Borgar, su barba y su atuendo.

- ¿No sois vos acaso uno del Pueblo Subterráneo?, ¿uno de los legendarios hombres de piedra, un enano?. Nunca pensé que llegaría a ver a uno de los vuestros con mis propios ojos, sin duda las leyendas cobran vida ante mi, este encuentro es sin duda anuncio de grandes cosas.

Finalmente asiente inclinando la cabeza levemente en gesto de saludo y continúa:

- En cuanto a vuestra pregunta, no conocía a ese hombre que mencionáis, es la primera vez que vengo a este lugar y ni siquiera conozco mucho esta ciudad, en realidad estaba buscando a otra persona.

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12/05/2014, 08:23
Borgar Brhunt

-Soy Borgar. Borgar Brhunt -dice el enano con orgullo poniéndose en pié para dejarse ver mejor- Soy un enano de montaña, vengo de las Las Minas y desciendo de aquellos que antaño gobernaron la Ciudadela del Enano. No sé si eso es lo suficientemente bueno para vos.

Borgar hace un ademán como buscando su jarra de cerveza, pero comprueba con fastidio que aún no ha llegado.

-Maldito mediano...¿Así que buscáis a alguien?¿Alguien de aquí? No, seguro que no ¿De quién se trata, si se me permite preguntar? No soy de aquí pero llevo ya lo suficiente por estos lugares y como para conocer a sus gentes y saber reconocer a un forastero. Quizá pueda ayudarle.

En esto que Borgar se da cuenta de que sigue de pie y decide sentarse otra vez.

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12/05/2014, 13:41
León

Leon mira la escena esperando que el enano termine para responde a su pregunta.

-En cuanto a mí soy Leon, yo no sé de mi linaje, simplemente soy hijo de mercenario. - Leon hace una pequeña pausa, recuerda a su padre y cierra con fuerza sus puños.

-El murió cuando yo era pequeño y el maestro Ethos me rescató, convirtiéndose así en mi maestro.- Leon se serena y mira hacia el techo.

-¿Buscáis a alguien? Llevo mucho tiempo en el templo, entre el señor Borgar y yo deberíamos conocerlo, y en caso contrario, siempre podemos preguntar a mi maestro.- Dice Leon mientras se sienta y observa los problemas del mediano mesero.

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12/05/2014, 15:22
Borgar Brhunt

-Si, Leon, el pupilo de Ethos.-dice el enano asintiendo- Os conozco.Este sitio es demasiado pequeño como para no conoceros. Me refiero a que no parecéis el tipo de persona con la que el viejo Garm pudiera relacionarse. Si en algo tiene razón la dama es en que este lugar no parece de vuestro...estilo.

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12/05/2014, 16:39
Isolda

Isolda asiente con gesto cordial y una sonrisa en los labios a las presentaciones de sus interlocutores. Sus pensamientos vuelan con entusiasmo: Sin duda estas personas que me he encontrado son gente de fiar, sin duda al fin he encontrado la compañía de gentes virtuosas, en su presencia no he de sentirme  extraviada. ¿Será ésta la ocasión de probarme en jornadas atrevidas y acciones arriesgadas?.

- Señores míos, los Dioses Bienaventurados os guarden y os guíen - inclina levemente la cabeza, con humildad al hablar y continúa tras espiar brevemente y casi con miedo los rostros del hombre y el enano - mi señor Borgar, grande es la fama, grande el lustre y grande el asombro que el nombre antiguo de vuestros antepasados inspira. A lo largo y ancho de toda la Marca se sabe que la más abnegada lealtad y el valor más esforzado van siempre unidos a los orgullosos Señores de la Ciudadela del Enano, honra del orbe y ejemplo para las generaciones venideras. Creedme, por favor, si os digo que es para mi un gran honor conocer a un varón de tan esclarecido linaje.

Hace una breve pausa y se dirige entonces a Leon, mirandole directamente a los ojos: - en cuanto a vos, mi señor Leon, temo haberos causado dolor con mi pregunta, pero no dudo que un hombre como vos sabe que la virtud de una persona reside en sus actos en la vida y que la fama que se gana con el propio esfuerzo y sacrificio aventaja en gran medida a la que se hereda. Celebro conoceros Leon, pupilo de Ethos, y os agradezco hondamente el privilegio que me mostráis con ofreceros tan amablemente a ayudarme en medio de mis dudas.

- Soy forastera en esta ciudad, nada se de sus gentes. Abandoné mi casa, el hogar sagrado dónde envejecen mis padres, hace no mucho en el deseo de poder realizar la Justicia entre los hombres, he venido con mi  lanza de fresno y mi escudo de álamo, para deshacer entuertos y socorrer a los menesterosos, para proteger al débil y hacer triunfar la Causa de la Verdad - mientras así habla, los ojos se le tornan brillantes y soñadores - ¿qué he de hacer si amo la Gloria?, ¿si mi corazón vibra con el estruendo marcial de las cajas de guerra y mi sangre salta con el estruendo de los claros clarines que llaman a los guerreros al combate?, siempre temí que mi condición de mujer me impidera luchar por cuanto es mi vocación....- de pronto se detiene en su declamación, mirando al suelo al punto como si se hubiera transformado en una chiquilla asustada, mirando a las puntas de sus zapatos con interés inusitdado - Pero ¡basta!, no es esta la cuestión, he venido a la ciudad en busca de mi Señor Baclar, ¿por ventura lo conocéis?,¿sabéis donde puedo encontrarlo, sabéis al menos a quién puedo preguntar sus señas?. Hace un tiempo que le sirvo con las armas en su compañía, pero estoy descontenta, quiero presentarme a él y hacerle notar que bajo sus banderas ha florecido la indisciplina, sin duda él sabrá poner remedio a los desmanes de sus hombres, a él le pediré licencia para abandonar su servicio que se me ha hecho odioso puesto que me aparta de la búsqueda de la Verdad y la defensa de los Menesterosos.