Partida Rol por web

La Tumba de los Cinco Confines

Capítulo I: Encuentros inesperados

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23/09/2013, 12:07
Narrador

Han pasado varios meses desde que nuestros héroes consiguieron reencontrarse. Han sido días difíciles, de luchas encarnizadas, escaramuzas, muerte y más muerte, pero al final han conseguido alzarse con la victoria. El Carretero Negro está muerto y los Ojos de las Colinas se esconden como ratas en las montañas, intentando desesperadamente escapar de su destino. Hace unos días que los Halcones del Destino se retiraron del campo de batalla, allí no quedaba más que carroña de la que el resto de mercenarios darían buena cuenta y además el único tesoro de aquella guerra (la preciada cabeza del Rey de los Bandidos) descansaba en el fondo de un saco esperando ser intercambiada por su justa recompensa. Aún habría que esperar un tiempo para que Nexus celebrara su triunfo, seguramente el Consejo organizaría una gran fiesta de la que podrían disfrutar todos los habitantes pero antes tendrían que regresar las compañías mercenarias después de aniquilar a los bandidos que aún quedaban con vida. La transacción había sido de lo más discreta, un saco por otro, nada de preguntas, y con ello finalizaba la tarea que había propiciado su encuentro. No quedaba nada por hacer… ¿O sí?

Por supuesto que quedaba algo por hacer, probablemente la empresa más importante para nuestros héroes: encontrar al quinto miembro de su Círculo. Habían luchado con ferocidad albergando la esperanza de acercarse cada vez más a él, pero la realidad era que las visiones se habían disipado en cuanto se habían reunido los cuatro. Muchas eran las hipótesis que barajaban, desde que quizás se encontrase demasiado lejos de allí hasta que la Partida Salvaje hubiera dado con él en algún momento de su vida. Esa era ahora su prioridad absoluta y pensaban dedicar todos sus recursos a la causa.

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23/09/2013, 12:09
Narrador

La taberna del Eclipse es una de las muchas tabernas del distrito Cinnabar, o como se conoce más comúnmente, el distrito de los mercenarios. Es allí donde las compañías mercenarias pasan el tiempo entre campañas, dilapidando sus ganancias en bebida, comida y mujeres. Han escogido aquella taberna como podrían haber escogido cualquier otra, pero quizás su oportuno nombre se les ha antojado un capricho del destino. Mordecai es el dueño de la taberna del Eclipse. Dice que el nombre viene de su pasado como marinero, que una vez vio un eclipse de luna reflejado en la cristalina superficie del mar en calma y fue esa imagen la que le ayudó en las noches más oscuras. Al regresar a Nexus se le presentó la oportunidad de montar un negocio y tuvo claro cuál sería su nombre.

La estancia es amplia, con un acceso desde una de las calles principales del distrito y otro, menos transitado, que va a parar a un callejón de esos en los que se suelen cerrar tratos de dudosa legalidad. En total la taberna cuenta con cinco mesas y algunos taburetes cerca de la barra, dónde Mordecai se esfuerza por sacar brillo a las jarras. Una de las mesas, la más cercana a la chimenea, está ocupada por tres hombres que juegan a los dados mientras toman una cerveza. Sólo otra mesa, la más alejada de la barra, está ocupada, es dónde nuestros héroes deciden cuál será su siguiente paso…

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23/09/2013, 18:59
Dace

Dace dio un largo sorbo a la jarra que tenía delante hasta apurarla, no era la primera que había bebido aquel día pero aún estaba lejos de comenzar a notar algún efecto todavía. Se había asegurado que sus compañeros tuvieran la garganta húmeda durante la celebración de su victoria final contra el Carretero negro. Tras un largo tiempo de lucha habían conseguido acabar con él y al fin habían canjeado su cabeza por un buen saco de monedas y por algo más importante: el respeto y reconocimiento del Consejo de Nexus. Así su trato con ellos seguiría en pie y aquella ciudad sería segura para él y sus amigos frente a la Partida Salvaje. Además ese tipo de triunfos siempre daba renombre a una compañía y estaba seguro que pronto correría la noticia de su victoria y de los grandes guerreros que se habían unido a ella y por consiguiente atraería a más guerreros hacia ellos.
Pero lejos de sentirse satisfecho Dace permanecía intranquilo. Posó la jarrá con un golpe seco sobre la mesa y miró a sus compañeros, aunque mientras hablaba fijó su mirada en Arianna, pues era la que mejor podía interpretar las señales y últimamente eran muy confusas.

-No podemos seguir parados esperando a que nos encuentre, quizá está en peligro y no puede llegar hasta nosotros. Desde que nos reunimos nosotros no he vuelto a sentir nada. ¿Significa eso que está cerca? o que...

No terminó la frase pues no quería tan siquiera tener en cuenta aquella posibilidad. Seguro que seguía vivo, tan solo tenían que encontrar la manera de saber donde estaba e ir a buscarlo si era necesario.

-Mis hombres estarán listos para partir en cuanto tomemos una decisión, pero el problema está en saber cual será nuestro siguiente paso. Está claro que debemos encontrarnos con él pero sin las visiones yo me encuentro perdido. Tenía la esperanza que llegara antes de finalizar la campaña contra el Carretero Negro, pero evidentemente no ha sido así.

En ese caso solo tenían dos opciones, o esperar allí a que llegara, como uno tras otro habían hecho todos, o salir a buscarlo, pero en ese caso podrían ir en la dirección equivocada. Miró a sus compañeros esperando que sus opiniones fueran más útiles que la suya.

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25/09/2013, 19:46
Jade Armonioso

El golpe de la jarra que Dace posó sobre la mesa, la hizo volver de sus pensamientos. Su rostro no mostró ningún gesto que revelara lo que pasaba por su mente. Permaneció como siempre, inmóvil. En el último tiempo, al estar rodeada de gente en la que por fin podría confiar, empezó poco a poco a imitar a los demás. Una sonrisa, un gesto de enfado, otro de sorpresa. Todavía le quedaban muecas raras y expresiones forzadas.

Ahora mismo, se fijaba más en la cara de Dace, que en sus palabras. Tampoco hacía falta concentrarse para captar todo lo que pasaba a su alrededor, para ella era algo normal. Sabía cuantas jaras había tomado cada persona que estaba en la taberna. También sabía quién iba ganando en los dados, cual de ellos hacía trampa, quien no.

Lo de hablar era algo que todavía no controlaba, casi siempre solo asentía o negaba, según la opinión que tenía. Ahora mismo se concentraba en fruncir el ceño como su jefe o levantarlas, según iba cambiando su expresión. Aún así hizo un esfuerzo y soltó alguna palabra.

- Preguntar si alguien lo ha visto...
No era una propuesta, solo algo que pensó y lo dijo. Las posibilidades eran casi nulas. Ella deseaba que el quinto miembro llegara pronto y que pudieran disfrutar de su compañía... o poder observar sus gestos, imitarlo, pero si estuvieran juntos, por fin formaría parte de algo completo y perfecto.

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29/09/2013, 15:36
Juggernaut

Juggernaut mantenía la mirada clavada en su propio antebrazo derecho, allí donde una fina cicatriz serpenteaba pálida, viejo recuerdo de sus tiempos de gladiador, aparentemente ausente, mientras los dedos de ambas manos tamborileaban silenciosos contra el pichel de madera. Pero su ausencia era solo eso, aparente, pues había escuchado a Dace y a Jade perfectamente. Simplemente consideraba que su respuesta debía ser meditada y no un tonto barboteo como el de Jade.

Alzó la mirada, pertrechada tras sus grandes cejas, aunque su cabeza siguió en el mismo ángulo. El resultado fue una mirada torva y amenazante. Pero una vez más, solo eran apariencias.

-Estáis preocupados. Todos lo estamos. Un hermano se ha perdido. Y Dace, no deberías tener miedo a decir que quizá esté muerto. Creo que todos lo pensamos en un momento u otro. Pero la solución no pasa por emprender camino sin saber a dónde dirigirnos, salvo que quieras acabar hundido hasta las trancas en un cenagal -dijo con una voz que parecía desgastada como los cantos de un río-. Ni andar preguntando al primero que se nos cruce. De ese modo podríamos estar siguiendo fantasmas hasta acabar en el otro extremo del reino. Debemos cerrar el Círculo, pero dar palos de ciego no es buena idea. No miento cuando digo que dejamos de sentirlo cuando nos reunimos los aquí presentes. No sé si ello influyó o no. Ni siquiera sé si separarnos por un tiempo haría que volviéramos a percibirlo. Y tampoco quiero hacerlo. Sea como sea, Arianna es la que más posibilidades tiene de dar con una posible solución. Su magia quizá pueda ayudarnos -la mirada de Juggernaut se desvió al rostro cubierto por el pañuelo que ocultaba a ojos indiscretos la cicatriz que lo deformaba-. ¿Tú qué dices?

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30/09/2013, 10:26
Narrador

Ajenos a las preocupaciones de nuestros héroes, los hombres de la mesa de al lado continuan con sus apuestas. Hacen demasiado ruido como para estar pendientes de nada que no sea lo que tienen delante, aunque no lo suficiente como para evitar que otros conversen tranquilamente sin tener que levantar la voz. Por su parte, Mordecai continua afanándose con las jarras, cualquiera diría que pretende sacarles un brillo que nunca tuvieron. De vez en cuando echa alguna mirada a la mesa de los jugadores, pero enseguida vuelve a su labor con una sonrisa en la boca.

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30/09/2013, 10:28
Gunther

El más corpulento de los tres hombres parece estar en racha, con una sonrisa maliciosa alarga el brazo y recoge todas las monedas de la mesa arrastrándolas hasta un andrajoso saco que después se guarda en el bolsillo.

- Sois unos patanes - se rie a carcajadas.- Bueno ¿Qué vais a apostaros ahora? ¿A vuestra madre?

El hombre continúa riendo, a pesar de que a los otros dos no les hace ninguna gracia la escena.

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30/09/2013, 10:31
Ojoloco

El más feo de los tres (con diferencia) parece bastante molesto, no hay que ser muy listo para darse cuenta de que sospecha que su compañero hace trampas. En realidad, más que una sospecha, es una certeza, no es la primera (ni la última) vez que juegan juntos a las cartas.

- Ríete si quieres... eso, ríete ¡Maldito! - dice con una asquerosa voz de pito que casi hace daño en los oídos, mientras le señala con el dedo.- Pero esto aún no ha terminado ¡Ahora te vas a enterar! Aún tengo monedas... ¡Ya lo creo que tengo! - comienza a rebuscar en sus bolsillos compulsivamente.- Espera y verás, tarugo... las tengo aquí mismo - no parece encontrar lo que busca pero continúa intentándolo.

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30/09/2013, 10:36
Pete "El guapo"

El último de los tres no puede evitar reírse al comprobar que su compañero se está tirando un farol, está claro que no le queda ni una miserable moneda para apostar.

- Venga, Ojoloco, reconócelo - dice tratando de apaciguar al hombrecillo.- Gunther está de racha hoy y tú eres más pobre que las ratas.

Ojoloco parece al fin reconocer su derrota y con un suspiro deja de rebuscar una moneda inexistente. Pete "El guapo" cruza los brazos detrás de la espalda y contempla su jarra ahora vacía.

- ¡Mordecai! - grita de repente, con una sonrisa en la cara.- Otra ronda para los tres, invita Gunther.

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30/09/2013, 10:41
Mordecai

El tabernero suelta una carcajada y abandona su tarea para llenar tres jarras de cerveza.

- !Marchando, marineros! - dice en cuando termina de llenarlas.

Mientras tanto, Ojoloco y Pete se ríen a carcajadas porque al menos han conseguido engañar a su compañero. El otro les mira con cara de odio, sin decir nada, pero sabe que no puede negarse porque sus compañeros saben que ha estado haciendo trampas. Así son las reglas de su juego, puedes hacer trampas mientras no te pillen, pero nunca, nunca, puedes reconocer que lo hiciste.

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10/10/2013, 13:29
Arianna

Arianna estaba entre distraida y concentrada en algo indeterminado. Se mantenía ajena al bullicio de la taberna e inlcuso a la conversación que mantenían sus compañeros, tanto que pareció no escuchar la pregunta que le hizo Juggernaut. Tenía la mirada perdida y apenas había bebido de su jarra, y mientras tanto se acariciaba la trenza y el pasador de pelo con aquella bonita gema azulada. Era como si realmente estuviera haciendo algo pero a la vez... nada.

- ¿Eh?... - dijo, como volviendo a la realidad de repente.- No siento nada... ninguna visión, ninguna sensación, indicio o pista, simplemente... nada...

Se dejó caer sobre el respaldo de la silla con pesar, se sentía desamparada, como si algo o alguien que siempre ejercía de guía le hubiese abandonado. Le dio vueltas a la jarra con la mano y, finalmente, la dejó de nuevo como estaba pero sin llegar a beber un sólo trago.

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13/10/2013, 16:20
Dace

Escuchó a sus amigos, aunque realmente era en Arianna en la que tenía depositada su confianza para que los guiara a una solución, pero esta se encontraba como perdida en sus propios pensamientos y tampoco había sentido absolutamente nada. Dace no pudo evitar cierta decepción, por primera vez en mucho tiempo no sabía que hacer.

-Tienes razón Juggernaut, nuestras ideas son desesperadas y provienen más del corazón o el instinto que de la razón, nada de lo que hemos propuesto parece sensato, pero Arianna tampoco siente nada, como ninguno de nosotros y parece que su magia tampoco puede ayudarnos. Arianna no había dicho nada al respecto de eso, pero la ausencia de comentarios sobre el tema le hizo suponer que tampoco podía utilizar sus poderes para ayudarlos. ¿Que propones tu?

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14/10/2013, 20:02
Jade Armonioso

Jade miraba las caras de sus compañeros y enarca una ceja al escuchar hablar a Jugger. No conocían al quinto miembro que tenía que unirse a la "familia", pero la posible perdida la hizo sentir algo raro en su pecho, algo que no sabía explicar. Se preguntó si era normal y quería compartir su duda con sus amigos. Los miró y no dijo nada. ¿A quién iba a preguntar? Dace y Jug eran dos tipos duros y Arianna no estaba presente, su cuerpo sí, pero su mente...

Sus sentidos fueron atraídos por los otros clientes y lo que pasaba entre ellos. Los veía reír y gesticular y se sentía incapaz de hacer los mismos gestos. Lo que también tenía Jade, era mucha testarudez y seguro que algún día iba a conseguir imitar a una persona normal sin ningún problema. Ella no tuvo problema en saber quien era el que hacía trampa y como, pero no era su asunto meterse entre ellos.

El ruido de las jarras de cerveza que Mordecai dejó encima de la mesa, la hizo volver a la discusión que había entre sus comensales. Su cara, abstente de gestos como de costumbre, miraba a Jugger. Quería saber que tenía que decir y esperaba que fuera algo realmente útil para ayudar a encontrar al quinto miembro del grupo.

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15/10/2013, 20:50
Juggernaut

-Llámame Jug, Dace. Lo prefiero a que sigas pronunciando mi nombre como si estuvieras royendo una bota cada vez que lo dices -dijo con una sonrisa y palmeando la espalda de su amigo, antes de regresar a un estado de seriedad conspicua-. ¿Propuestas? Ojalá las tuviera. Me temo que ni mi corazón, ni la razón, ni estas -dijo señalando sus tripas-, saben qué decir o qué hacer. Hablé de separarnos, incluso en contra de la que es mi voluntad. Es bien cierto que estando juntos dejamos de sentir a nuestro quinto elemento. Si fue casualidad y obedece a otra razón, lo ignoro -se masajeó la barbilla y el rasposo sonido de la barba de tres días resonó cubriendo el silencio que siguió a sus palabras-. Me preocupa que Ari afirme estar tan ciega como el resto. Tenía esperanzas depositadas en su poder mágico -la miró un instante y tras ello entrecruzó los dedos de ambas manos y estiró sus brazos, haciendo que músculos, tendones y venas se dilataran en un gesto que pareció absorber el espacio de la taberna. Tras ello se estiró y el escueto chaleco que cubría su torso se abrió mostrando su tatuaje del Sol Invicto en el pecho-. Pero tengo una propuesta. Comamos. Un estómago lleno siempre se muestra conciliador y quizá hablando de cosas más mundanas demos con la clave acerca de qué hacer. Y tengo hambre. Mucha -y como confirmación su estómago emitió un potente rugido que hizo que Juggernaut rompiera en unas atronadoras carcajadas-. Como veis, no miento. ¡MORDECAI! -dijo gritando el nombre del posadero para atraer su atención-. ¿Qué podrías servirnos para comer? A ser posible algo que no sea verde y que antes de acabar aquí corriera sobre cuatro patas de buen tamaño.

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16/10/2013, 09:18
Mordecai

En cuanto escucha la voz de Juggernaut llamándole, Mordecai se da la vuelta y deja a los tipos de la mesa de al lado con sus fullerías y chanzas. Se acerca a la mesa de nuestros héroes y sonríe ampliamente ante la propuesta de una comida caliente.

- ¡Me alegra que me hagas esa pregunta! - dice abriendo los brazos.- Mi mujer ha comprado una excelente pieza de cerdo en el puerto ¡Menudo ojo tiene para la carne! - su voz denota verdadera admiración.- Ha estado toda la mañana preparando un delicioso estofado que imagino ya estará listo... Así que estofado para cuatro ¿verdad? - suelta una carcajada.- No os arrepentiréis, ya lo creo que no...

El bueno de Mordecai vuelve de nuevo a la barra y asoma la cabeza por el hueco de la escalera, dónde asumís que debe estar la cocina y, por tanto, la mujer de Mordecai.

- ¡Sheila! - grita a través de la escalera.- ¡Estofado para cuatro! ¡Y rápido!

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16/10/2013, 09:24
Narrador

Cuando Mordecai vuelve a sus labores tras la barra, la puerta de la taberna se abre dejando ver a un hombre encapuchado. Se trata de un hombre delgado y no demasiado alto, y a pesar de la capa oscura y la capucha que lleva puestas, no se esfuerza por ocultarse, parece que no es más que su manera de vestir. Al entrar, incluso sin decir una palabra, llama la atención de todos los presentes, que se giran para escudriñar al recién llegado. Parece joven, no hay ni rastro de vello facial en su rostro, y luce una discreta trenza de pelo plateado que asoma por un lado de la capucha.

Se da cuenta de la expectación que ha desatado y, mientras dirige sus pasos hacia la barra, sonríe levemente y saluda con la mano, aunque no saluda a nadie en particular. Los tipos de la mesa de al lado vuelven a su juego sin dedicarle ni siquiera un movimiento de cabeza, lo que parece indicar que ese hombre no es más que un desconocido para ellos.

Finalmente, el hombre llega a la barra, toma asiento en uno de los taburetes cercanos y le dice algo a Mordecai, que rápidamente se pone manos a la obra cacharreando con sus jarras y vasos.

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16/10/2013, 18:38
Jade Armonioso

La voz de Jugger sonaba igual de fuerte como era su cuerpo y una persona tan grande consume mucha comida. Jade estaba acostumbrada a comer una vez al día o menos, pero nunca rechazaba alimento, aún tenía el miedo de que se podía acabar. La primera idea que este tuvo no le gustó nada, aunque su cara no mostró ningún gesto, como siempre. Pertenecía a algo y no quería volver a estar sola. Tampoco quería ponerse en contra de algo que podía funcionar. La segunda idea la hizo mirar al posadero y asentir respetuosamente ante su propuesta.

Cuando la puerta se abre, sus ojos miran al nuevo huésped y observa todo detalle y gesto que hace. Al verlo sonreír, levanta una ceja y aparta la mirada en cuanto el hombre saluda. No está todavía acostumbrada a esos tratos con los extraños. Apenas los tiene con los suyos. Lo sigue vigilando e incluso levanta la vista por encima del hombro de uno de sus compañeros.

- ¿Alguien sabe que aspecto tiene? Se refería al quinto miembro de la familia, si iban a preguntar por él, era algo que deberían saber. Su voz apenas audible, en completo contraste con la de Jugger o Dace, suena como una caricia. Es tan poco usual que diga algo, que incluso ella se sorprende cuando habla. Hasta ahora aprendió a callarse y ahora puede poner voz a sus pensamientos.

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16/10/2013, 21:44
Juggernaut

-Cerdo -dijo en un suspiro. La boca se le hizo agua y el estómago gruñó nuevamente. Pero cualquier otro comentario fue interrumpido por la llegada de un desconocido a la taberna. Y como siempre ha ocurrido en tales ocasiones, los paisanos se volvieron hacia el nuevo rostro. Juggernaut hizo lo propio. En su caso, bastó con que alzara la mirada. Joven, sin vello y pelo plateado. Casi parecía hermano de Arianna-. ¿Quién? -dijo momentáneamente perplejo ante la pregunta de Jade. Sí, era de pocas palabras pero su tendencia a ahorrar saliva la hacía especialmente poco comunicativa incluso cuando hablaba-. ¡Por las putas de Nexus, Jade! No te cobrarán por usar más de cinco palabras cuando hables. Si te refieres a aquel que buscamos, no sé cómo es. No sabía cómo érais vosotros tampoco. Pero cuando vi a Dace, que fue el primero, supe que era él.

Juggernaut siguió con la mirada al recién llegado y lo vio aposentarse en la barra.

-Eh, muchacho. ¿Te apetece algo de compañía y conversación? ¿Y de paso un buen estofado de cerdo? Si es así, siéntate con nosotros -dijo acercando un taburete cercano que puso a su lado y palmeándolo para que se sentara en él.

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17/10/2013, 09:43
Narrador

El joven se da la vuelta cuando Juggernaut le habla, y por un instante de cortísima duración pasea su mirada por todos vosotros. Después de eso, su boca se abre y parece que va a rechazar la oferta, pero para sorpresa de todos se encoge de hombros, recoge la jarra que Mordecai le acaba de poner y se acerca a vosotros para sentarse en el taburete que Juggernaut le ha ofrecido. Al sentarse se quita la capucha, mostrando su rostro, y os dedica una amable sonrisa.
 

Notas de juego

Tirada de Percepción + Consciencia

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17/10/2013, 12:03
Juggernaut
Sólo para el director
- Tiradas (1)