Partida Rol por web

Al notar que sus compañeros pueden acercarse sin problemas a la posible abertura, Alexis acomoda sus guanteletes y comienza a usa el filo de los mismos para separar las piedras de la pared y sus manos para moverlas a un lado

No puede menos que sonreír, aunque intenta no demostrarlo ante las bravatas del Aasimar, "obligando" a la pequeña a participar de la tarea. "Para mi no fueron bromas, realmente debía cumplir lo que me exigían" se plantea para si mismo, recordando su propia infancia antes de menear la cabeza e intentar olvidarse de esa época

- Veamos si nos podemos acercar a la verdadera pared del acantilado y vemos si hay algún acceso - propone

- Si hacemos un hueco pequeño y al otro lado hay algo, nos cazará, o nos dejará entrar y luego nos cazará porque apenas tendremos por donde huir, sería mejor hacer un hueco grande -reflexiona la pequeña.

El plural, viendo como volvía a remolonear, era más bien mayestático.

EL enano baja con alguna dificultad por el estorbo de su armadura , pero cuando llega abajo comienza con la faena de excavar recordando viejos tiempos casí olvidados de su juventud en los que excavar era casí un placer mas que un trabajo .

Venga vamos a la faena , que no se diga que unas piedras pudieron con un enano .

Al escuchar a la pequeña no puede evitar asentir , estoy con la pequeña , mejor hacer el hueco grande aunque nos cueste ya que si tenemos que salir por patas mejor no tener impedimentos a la espalda .

Ademas durente todo el rato no puede evitar sonreir al ver como la pequeña hace esfuerzos por escaquearse sin que se le note mucho.

A pesar de las reticencias de Lyra, los cuatro os ponéis manos a la obra y en poco más de una hora despejáis el túnel.

El corredor de piedra lisa trabajada está lleno de telarañas. Una puerta de doble hoja de roble se ve al final del pasillo. El techo de 20 pies de altura está obscurecido por hebras colgantes.

Una vez que la piedra es retirada, Alexis observa la puerta que se distingue al fondo del pasillo e intenta asegurarse que el mismo sea seguro. Volviendo a colocarse las gafas mágicas se agacha y verifica el piso con cuidado, incluso antes de dar el primer paso en la tumba que parece que han podido encontrar

- Nadie entre hasta que haya dado algunos pasos en el interior - le propone a sus compañeros - Si hay alguna trampa es mejor que no nos afecte a todos - se explica

- Y vean bien por donde piso. En cuanto me sigan no dejen de pisar en exactamente los mismos lugares - agrega muy serio

Alexis avanza con cuidado hacia la puerta sin decir nada. Parece que el camino está despejado y ahora se encuentra frente a la doble puerta.

Ceren deja que Alexis haga el trabajo sucio sin llegar a meterse en el túnel. De hecho, cuando tanto el enano como la niña tratan de seguir al humano de la máscara de tigre, el aasimar extiende los brazos en cruz con firmeza para detenerlos:

-Aguardad un segundo, por favor. Si en verdad estamos ante la tumba de un poderoso nigromante, la primera prueba debe ser ciertamente mortífera. Dejemos que nuestro compañero abra la entrada al túmulo y nos indique que es seguro antes de dar un paso en falso.

Lyra comienza a acercarse a la puerta, tanto Pan como ella están ahora en silencio absoluto, y la pequeña tiene la expresión grave. Y mientras está así se mantiene muy quieta por momentos hasta que cambia a un pequeño gesto de desagrado. Después todavía en silencio saca una bola de algo que parece tela de su pequeña mochila y que al contacto con la piel parece licuarse para luego cubrir toda la piel de la pequeña. Por un momento se marca por completo la silueta y después simplemente parece colarse por los poros de su propia ropa hasta desaparecer de la vista salvo en las manos y el cuello.

Por último, en torno a la niña, el aire parece hacerse más espeso hasta que con un chasquido se concentra en una especie de pantalla cuasi-invisible, que se percibe solo al mirar desde determinados ángulos, y que parece moverse de forma autónoma conforme se mueve Lyra.

Al tiempo que Lyra realiza esas acciones, una ténue onda de luz sale de Pan hasta alcanzaros a todos, apenas se nota pero allí donde hay algo blanco, se percibe un ligero tono de color lila.

Una vez satisfechos ambos con sus defensas, ambos parecen concentrarse en la sala y la puerta, y esta vez es Lyra quien emite una pequeña luz rosada en forma de cono que parece recorrer toda la sala para después centrarse en la puerta, aquella luz crepita con una sucesión de curiosos chasquidos como pequeñas vainas de semillas en un fuego.
 

Mientras aquellas cosas sucedían, una rápida conversación telepática tenía lugar entre Lyra y Pan.

- Fíjate lo concentrado que está -dijo el constructo-, creo que es el momento de ponernos en serio. Esto no es como todo lo que hemos hecho hasta ahora, protegidos por la tribu y el chamán. Esto es una aventura como la de los libros, y esas en realidad casi siempre acaban con muchas muertes. Será mejor que nos protejamos.

- Pero... ¿aquí? ¿No sería mejor volver afuera y hacerlo allí?

- Afuera ya no hay protección, todos están dentro, no seas cría y ponte tu piel ahora.

- Jooo, sabes que no me gusta. ¿no puedes salir tú y echar un vistazo y así salgo yo y me pongo la piel de forma más discreta?

- ¡Lyra!

- Vaaaale.

Pan sabía que Lyra odiaba ponerse su piel mágica en público, porque antes de desaparecer bajo la ropa, marcaba en detalle la silueta de la pequeña, y esta se sentía muy avergonzada de que en los pechos se notasen dos botones, y de que su vulva fuese un poco más gruesa. No es que fuese una niña tímida con su desnudez, en verano había corrido desnuda y se había bañado en el río como cualquier otro niño de la tribu. Lo que le daba vergüenza era precisamente que había empezado a dejar de ser niña, los primeros cambios en su cuerpo habían comenzado a tener lugar, pero ella se sentía igual que siempre y no terminaba de entender por qué su cuerpo parecía empezar a ir por libre. Por si fuese poco, la esposa del chamán la había visto, apenas dos meses atrás, y le había advertido que empezaría a cambiar rápidamente y que ya debía de prevenirse de cualquier hombre extraño y de los muchachos de su tribu, en cuando empezasen a percibir esos cambios, empezarían a desearla. Y Lyra no quería ser deseada. De hecho si algo le producían los chicos algo mayores que ella, los que estaban ya en plena pubertad, era desagrado, de hecho aunque siempre le había dado igual, ahora los evitaba y prefería el contacto de otras niñas solamente, o de los niños más pequeños. Naturalmente, Lyra lo sabía todo sobre el sexo, con su prodigiosa memoria era imposible no saberlo, hasta podría citar los modos de reproducción de casi cualquier animal, y sus formas de galanteo, y había visto el coito de cientos de animales (y, a escondidas y a través de Pan con el que había compartido los sentidos, de varias parejas de humanos, picada por la curiosidad). Y conocía en detalle la fisiología de hombres y mujeres. Y era consciente de que sus pechos aumentarían y sus pelos se multiplicarían, y que se haría mujer en muy poco tiempo. Pero una cosa era ser consciente de todo ello y otra poder asimilarlo psicológicamente, porque ella no se sentía una mujer, ni siquiera una mujer en ciernes, ella se sentía niña y la idea de cambiar tan radicalmente le resultaba absurda y desagradable. Y la idea de los besos, las caricias y... lo otro... le daba un cierto asco.

Pan, que era una parte de Lyra, sabía todo aquello, pero era el momento de ir superándolo.

Vio el gesto de desagrado, pero Lyra comenzó a rebuscar en su mochila. Deseó por un momento que los hombres no mirasen mientras la piel mágica se acoplaba a la pequeña, para que no se sintiese avergonzada. Y después se dio cuenta que era una tontería porque en realidad era sencillo de evitar, así que uno por uno avisó a los tres hombres telepáticamente.

- Lyra se va a poner su piel mágica de protección, no la mires ahora, que para ella es como si quedase desnuda por un momento y le da mucha vergüenza.

Tras eso, Pan se centró en sus propias tareas. Buscando seres sintientes y activando su pequeña aura de protección sobre el grupo. 

Después, cuando ambos hubiesen terminado sus respectivos rituales de protección y detección, se centrarían en mantenerse muy concentrados, ambos, con aquella pequeña ceremonia que compartían y que les permitía a ambos ser más poderos.

Tras llegar, aparentemente sin inconvenientes, hasta la puerta, Alexis respiró profundamente antes de centrar su atención en la puerta

Las palabras de Aasimar penetraron en su mente y no puedo que coincidir, para sus adentros, con la preocupación que expresaban, por lo que se dedicó a verificar la enorme puerta que tenía frente a si con el mayor cuidado de que era capaz

Sus finos dedos apenas acariciaron las complicadas tallas que adornaban la misma mientras intentaba "sentir" la presencia de algún resorte escondido. Sus ojos, adornados con las gafas mágicas, no dejaron recoveco sin revisar, tratando de asegurarse que la puerta era segura antes de intentar abrirla

- Veamos cuan seguro es esto - murmuró para sus adentros, esperando que sus compañeros, sobre todo la pequeña, no corrieran peligro por un error en sus apreciaciones

Con todo el pícaro tenía curiosidad "Que podré encontrar del otro lado?" se planteo mientras verificaba si había alguna cerradura que le permitiera acercar un ojo, para observar que es lo podría haber

Interesante lugar ... murmura el enano , pero espera algo no se mas maléfico, esqueletos runas ... casi parece una tumba normal continua murmurando el enano mientras deja que su compañero explore y verifique que es seguro acercarse a las puertas .

Mientras avanza su compañero, Brishinrsson observa por si pudiese ver algún aura mágica distinta a la de su compañero, por si la puerta o las baldosas tenian algo .

Cuando su compañero se concentra en la puerta el enano saca su escudo que mágicamente comienza a flotar a lado como si un brazo invisible lo sostuviese , mientras con su mano agarra su hacha negra que despide bellos brillos metálicos.

Cuando la abra , poneos detrás de mi si sale algo contra nosotros intentare pararlo les dice a sus dos compañeros .

No detectas criaturas al otro lado de la puerta, tampoco magia en la estancia.

Examinando detenidamente la doble puerta, descubres un complejo mecanismo que hace que, al tirar de la manivela, una sección bastante grande del techo sobre vuestras cabezas se desplome. Mirando hacia arriba te das cuenta también de que cualquier manipulación de las hebras sería fatal.

Lentamente el pícaro se separó de la puerta y girándose caminó hacia sus compañeros, mirando, preocupado el techo del túnel por el que se movía

- Tenemos un pequeño problema - se explicó cuando estuvo a su lado - Abrir esa puerta provocará que gran parte del techo caiga sobre nosotros. Es más, estuve mirando con cuidado el techo y, por suerte no tocamos esas hebras que cuelgan de el. Si las tocásemos también se desplomaría el techo -

Alexis mira a los presentes dudando sobre los próximos pasos - Si realmente no encontramos otra forma de acceder intentaría desarmar esa trampa, pero no se si tendré éxito. Si alguien puede mover la manivela a distancia podríamos, quizás ver que hay tras la puerta o... Quizás si uso una soga pueda intentar abrirla sin acercarme - completa sus palabras para si mismo, tratando de elaborar una idea

- Pero antes, quizás, debamos buscar otra alternativa para ingresar... -