Partida Rol por web

A pesar de tener el pie aprisionado bajo el pesado rodillo del elefante, Kuma fue capaz de realizar otro ataque contra la criatura, este último ataque consiguió que el golem estallara en pedazos. Habían conseguido superar otra de las mortales trampas de la tumba.

Los vapores de la habitación se habían disipado tras la muerte del golem de piedra con forma de elefante, esto permitió que el grupo avanzara sin dificultades hasta su siguiente hito.

Al final del pasillo, tras un giro hacia la derecha, se encontraba una puerta finamente trabajada, Drisdhaun comprobó que la puerta no tenía ninguna trampa y procedió a abrirla. La puerta conectaba con un inmenso salón de techo en piedra negra sostenido por decenas de columnas de 30 pies de altura.

En la pared norte, a unos 25 pies de altura se pueden ver dos caras de demonio que parece estar absorbiendo el aire de la sala (En las esquinas de la pared norte, en las esquinas, cerca de A y D respectivamente).

Justo debajo de las cabezas de demonio hay dos pequeñas puertas que brillar con un leve resplandor azul. Una robusta argolla plateada cuelga seductoramente del centro de la puerta (Puertas A y D). Entre ambas puertas, hay otra que pequeña puerta que brilla con un centelleo violeta (Puerta B)

En el abismo de oscuridad de la sala puede verse un resplandor de luz anaranjada (Zona D). Al acercaros podéis ver cenizas, huesos, cráneos, restos de armas y armaduras calcinados están amontonados en torno a una brillante gema naranja del tamaño de un puño humano.

En la zona sur, hay un estrado con un trono tallado en obsidiana y con cráneos blancos como el marfil e incrustaciones de plata. Una corona y un cetro descansan en el trono. La corona es de oro, y el cetro tiene una punta plateada y otra dorada.

Contemplo la sala

"Compañeros, mucha gente ha muerto en estos sitios. Así que os propongo lo siguiente"

De mi cinto saco la Bolsa de trucos, y dejó que una criatura salga

"Alé, alé. Tu, padentro" y si. Este es el método que nos permitió llegar lejos en mi expedición primera: Soltar criaturas convocadas, dejar que probase si algo es seguro o no, y entrar tras ella al ver que no hay peligro.

Un murciélago sale de la bolsa y comienza a aletear por la sala sin ningún problema. Hasta que una de sus alas rozas imperceptiblemente una de las columnas, entonces el murciélago es arrastrado hacia una de las dos bocas demoniacas. El murciélago trata de aletear luchando contra la fuerza que lo arrastra, pero la fuerza es mayor y el murciélago termina desapareciendo en una de las bocas.  

Kumal había terminado con el golem, ahora con el camino libre podíamos avanzar, pero no dejaba de ser un lugar plagado de trampas. Los restos de aventureros plagan salas enteras como si a otros ya les hubiesen propuesto esta aventura y hubiesen fracasado, mas y mas bocas de demonio talladas en la piedra esperan vigilantes en las paredes esperando por nosotros. - Será mejor que nos curemos, antes de continuar. Saco la varita y descargo su energía en mi mismo, Drish y Kumal. 

"Muy bien hallado, compañeros."
"Que NO se nos ocurra tocar esas columnas" digo tras ese descubrimiento. Lo cierto es que fui maldecido cuando se me acabaron las criaturas que extraer. Esta es, sin duda, mi gran segunda oportunidad.

"¿Alguna idea más?"

No tocar tampoco las caras de demonio...aunque esto creo que todos sabemos que es mala idea.

y tocar esa gema, tambien no tiene demasiada buena pinta. Yo voto que sera una explosion.

Oía las palabras de sus compañeros sin duda pues con la cabeza asentía a todo lo que decían, pero obviamente no los escuchaba cuando no tardó en acercarse a aquella gema anaranjada que gritaba a voces que la dejaran en paz.

"-Se que no debería, pero mirad como brilla... y ese tamaño...", todo indicaba que era una mala idea, sus sentidos le advertían del peligro, tenía una de esas corazonadas que tantas veces le habían preavisado de las cosas se iban a poner feas... y aún así desoyó e ignoró todas las advertencias y se acercó a la gema como las moscas a la miel.

Desde la distancia, contemplo la situación

"Amigo Driss" te digo "Contempla tambien la cantidad de esqueletos que la rodean, todos mirandola a ella"
"No creo que tenga que sacrificar a otro constructo animal para ver que esto esta hecho para matar"

Drisdhaun se acerca a la gran gema naranja del tamaño de un puño como una mosca a la miel, la gema podría dar para comprar todo el reino de Lynwerd y dejar a ese rey sin corona. Al acercase mas no pasa nada, no hay ninguna explosión ni los esqueletos que se levanten a matar a Drisdhaun. No hay nada raro, es una simple gema en el suelo.  

Al acercarte a la gema una voz comienza a resonar en tu cabeza. Soy una gema del deseo, aquello que más añores se te concederá. ¿Cuál es tu deseo? ¿Riquezas? ¿Poder? ¿salir de esta tumba?  

Las curaciones surten su efecto y las heridas se cierran dejando solo una cicatriz donde antes hubo un manantial de sangre o un importante moratón, guardé la varita sabiendo sin ninguna duda que volvería a tener que usarse no tardando mucho. Es Drish quien decide el camino a tomar y entra en una de las estancias ocupadas tanto por restos de esqueletos como por un enorme gema. Contengo el aliento esperando una explosión que mande al otro mundo al pícaro o unos esqueletos que se levanten tambaleantes con ansias homicidas … pero nada de eso pasa. - Por una vez el mago no tenía nada preparado o es que ya fue desactivada. Digo mientras señalo los cadáveres. 

El vello de mi espalda se eriza al sentir la voz en mi mente, ya que no era la primera vez.

"-Empiezo a estar harto de los truquitos de esta tumba... pero no, no voy a desear salir de ella..."

Respondo mentalmente mientras echo una ojeada al resto de desgraciados que corrieron una suerte fatal.

"...me puedo hacer una idea de como dejas escapar a los que lo desean y prefiero hacerlo de una pieza... mmm... de momento te llevaré conmigo y decidiré que hacer contigo, seguro que podemos encontrar un beneficio mutuo".

Sonreí bajo la máscara.

Oigo los comentarios de Yon y Toren y les levanto en pulgar con desdén dando entender que todo va bien.

Me pongo en cuclillas sobre la gema y la recojo poniendo total atención sobre mi entorno y a cualquier cambio súbito.

Apenas puedo abarcarla con mi mano y aunque sorprenda la actuación de Drisdhaun la guarda sin más en su mochila. Seguidamente vuelve con el resto como si nada extraño ocurriera.

"-¿Y bien, cual es nuestro siguiente paso muchachos?"

En el estrado de ébano hay una corona de oro macizo y un cetro con una bola dorada en un extremo y una esfera plateada en el otro. Tanto la corona como el cetro son mágicos, pero no eres capaz de discernir qué escuela de magia es en concreto ya que su magia es abrumadora.

Revisado el trono, Drisdhaun detecta que hay una puerta secreta debajo de él, pero no sabe cómo se puede abrir. ¿Estará relacionada con la corona y el cetro? ¿Sera otra macabra adivinanza?

De la bolsa sale un pequeño roedor que comienza a caminar sin ningún problema por encima del cetro y la corona. El ratón no estalla en llamas ni es desintegrado, simplemente pasea de un lado a otro por encima de ambos objetos hasta que termina su tiempo de existencia y desaparece.

y si alguien se sienta y toma la corona y el baculo, quizas es un puzle de esos raros... habia aprendido que lo mas raro seria la solucion, eso si con trampa segura.

"-¡Diantres!, no encuentro el mecanismo para abrir el dichoso trono", el pícaro se rascó la cabeza por encima de la capucha,"-debe de abrirse con algún desencadenante mágico relacionado con estos objetos".

Confiado por la aparente aspecto inofensivo de la corona y el cetro, viendo que al animalejo no le había ocurrido nada, agarró ambos objetos y buscó inscripciones que pudieran arrojar algo de luz sobre su funcionamiento.

Drisdhaun toquetea la corona y el cetro sin mayores problemas, en ninguno de los dos hay inscripciones o pistas sobre su funcionamiento.  Solo recuerda una de las frases inscritas en la entrada de la tumba:

Si encontráis lo falso hallaréis lo verdadero y llegaréis hasta la cámara de las columnas, donde se encontrará el trono, que es la puerta y es la llave.

"si encontráis lo falso encontrareis también lo verdadero"

"Es posible que una de los geoides, ya sea el áureo o el argenteo, sea "lo falso" y su compañero "el verdadero". Al fin y al cabo, los dos están unidos. Es inevitable encontrar el uno sin el otro."

"El trono es puerta y llave. El trono tiene marcada una corona ¿Puedes probar a empujar la corona con el cetro sagrado? Si le das con una pelota y no pasa nada, prueba con la otra." Sugiero.

Drisdhaun comenzó con experimentar con la corona. Intentó colocarlas en varias posiciones sobre cada una de las cabezas que adornaban el trono. Para, una vez colocada, probar si giraban o causaban algún efecto distinto al de sujetarla sin más.
A la vez usaba palabras al azar en todos los idiomas que conocía como "-Abrete, mueve, desaparece, elevar, abrir,... tus put#*¢%*%$#..."

No en pocos momentos descargó su frustración con improperios varios.

Con el cetro repitió el mismo procedimiento, aunque siguiendo los consejos de Yon empezó tocando con el cetro la corona dibujada en el trono, al principio un toque leve, repitiendo a su vez la retahíla de palabras de mando al azar, con el lado plateado, con el dorado. Luego paso a apretar con fuerza por si fuera un pulsador atascado con el paso del tiempo y no tardó mucho en empezar a aporrear con el cetro el dichoso anagrama de la corona.

Descargada nuevamente su frustración paso a intentar toquetar el resto del trono, con la punta, con el mango, sujetandolo con las dos manos, con una sola... hasta estuvo tentado de sujetarla con los muslos, pero se imaginó a si mismo haciendolo y a sus compañeros partiendose el esternón de la risa y descartó la idea rápidamente.

También probó a colocar el cetro en las ranuras de las calaveras que coronaban en trono en diferentes posiciones a modo de cerraduras recibiendo su llave, en las bocas de las cobras que hacían de posabrazos. Se subió de pié en el trono y empezó a hacer malabarismos con la corona y el cetro, saltó sobre el asiento por si se accionaba alguna trampilla que hubiera pasado desapercibida en su primera inspección.

Finalmente se sentó en el trono cansado con la corona descansando sobre una de las cobras y el cetro girando entre sus dedos como si una majorette se tratara.

Miró nuevamente los dos objetos...

"-No quería llegar a este punto pero puestos a hacer estupideces...", resignadamente se apartó la capucha, lo que desveló una larga melena recogida con un sencillo abalorio de madera. El mismo cambiaba de tonalidad, partiendo de un negro azabache en su raíz, pasando por tonos violeta de oscuro a claro y con las puntas de un blanco canoso. Era como si su cabello perdiera color según se separara de su cuero cabelludo.

Dejó el cetro sobre su regazo y se colocó la corona sobre la cabeza con ambas manos mientras entrecerraba los ojos como el que sabe que le viene una colleja por la espalda. Seguidamente agarró el cetro, con la mano derecha apoyando firmemente los brazos en los posabrazos serpentinos. Volvió a recurrir a las palabras de mando al tuntún, cambió de mano, tocó ambas cobras, puso el cetro sobre su cabeza, lo hizo girar como si fuera una varita.

Durante un instante pareció quedarse sin ideas, pero súbitamente hurgó entre sus cosas y sacó la gema de brilo anaranjado. La colocó sobre su rostro, mientras la giraba y trataba de montar como si fuera un puzzle su reflejo multifacetado.

"-Y bien querida gemma, intuyo que has pasado mucho tiempo en esta tumba, ¿No te gustaría ver el exterior?"

Los ojos del pícaro desviaron su atención de la gemma, como si estuviera calculando las palabras que debían salir de su boca.

"-Te prometo desearte algo si arrojas algo de luz sobre el uso de estos dos objetos, la corona y el cetro".