Partida Rol por web

-Estos hombres murieron por una causa, no por nosotros. Su causa era justa y se ganaron el cielo con ello. Estamos hablando con cadáveres, Dios los habrá acogido en su seno. Somos nosotros los malditos. Pero nos han abierto los ojos, ¿no es así? Aquellos de nosotros que hubiéramos tenido la duda sobre si éramos o no gente condenada, ahora no podemos tenerla. Nunca sabremos si hubieran podido o no perdonarnos, pero ahora están muertos por su causa, fuera o no justa, fuera justo o no que nos intentaran matar. El que verdaderamente me preocupa es Dios. Dios no nos aceptará en su regazo. Empiezo a sentirme culpable, impotente y estúpido. ¿Qué tal si nos vamos al refugio? ¿O a alguien le apetece morir bajo los rayos del sol buscando la redención? -dice sombrío Grígore, nervioso, tal vez por primera vez desde que le conocísteis hace ahora lo que parecen interminables noches.

Se acerca a uno de ellos disculpe hermano, tuve un problema en el camino con alguno de mis compañeros de ruta, usted podria dar alojo a este hermano en la fe hasta su vuelta en la proxima noche??

Tudor hace una seña a Grigore para que vaya él solo.

-Yo iré excavando para hacer la cueva más segura. Te esperaré aquí.

Dicho lo cual, busca un palo lo suficientemente robusto como para no tener que desollarse las manos excavando.

Por supuesto, te contesta el monjela caridad con aquellos que lo necesitan es uno de los votos del monasterio... dicho lo cual te conduce a una de las criptas inferiores del monasterio

le agradezco hermano por su ayuda... rezare por ustedes mas tarde francesco entra a la celda para asi pasar el dia

- Sí Grigore. Vamos al refugio que has encontrado antes de que salga el Sól. Es tarde... Espero que hayamos hecho lo que teníamos que hacer.

Dicho esto se dirige hacia el carruaje mirando a los demás e incitándoles con la mirada a que la acompañasen.

La obra acaba como empezo, silenciosa e inocua como el sonido de un rayo de sol chocando contra las hojas de los arboles. Sin embargo, en vez de arrepentirme o estar decepcionado por la falta de una señal divina que dijera que nuestro trabajo estaba cumplido y las almas perdonadas, me sentia bien. Tal vez porque me habia perdonado a mi mismo esta noche o porque habia retornado en mi el deseo de crear musica que motivara a las almas corruptas como yo, no estaba seguro del cual era la razon, solo que esta noche habia sido una de las pocas de mi corta vida vampirica en las que habia sentido un gran placer en otra cosa que no fuera la sangre o el de comportarme como un bufon.

Silencioso, vuelvo sobre mis pasos y me dirigo al carruaje. Preferia no decir nada por ahora, no fuera ser que estropeara el velo por los muertos de los aun presentes dedicados a bendecir a su manera.

Poco a poco os vais despidiendo de los muertos y montando en el carruaje. Cuando ya estáis todos os encamináis hacia el refugio que Grigore dice que han encontrado. Os lleva sobre una media hora para llegar pues está algo lejos y el carruaje no avanza tan rápido como un caballo a galope...

Al rato salís del camino para internaros en el bosque, lo que notáis claramente en los botes que da el carruaje. Tras un trecho llegáis a una pequeña cueva y veis a Tudor lleno de tierra y con una mueca de agotamiento pero de satisfacción por un trabajo bien hecho pues podeis ver claramente que la cueva ha sido ampliada excavando...

No queda demasiado para el amanecer cuando lográis colocar el carro y tapar todos los huecos para proporcionaros un cobijo.... creéis que aceptable ante los rayos del sol....

Sigo a francesco hasta el monasterio.

Como ya estaba acostumbrado, me levante del suelo frio y sucio cuando note la brisa fresca y los ruidos de los animales nocturnos cantandome el fin del atardecer y el comienzo de la noche. Lo primero que hago antes que nada, es contar a mi alrededor cuantos "hermanos" aun me quedan, con gran satisfaccion de ver que nadie ha desaparecido o quemado aparte de los que no lograron sobrevivir a la batalla con el monje. Al parecer, Tudor hizo un buen trabajo excavando esta cueva mientras la mayoria nos dedicabamos a rezar difuntos.

Sin mas dilacion o distraccion que el leve pero permanente recuerdo de la noche pasada, empiezo a caminar con cuidado de no despertar a nadie y me dirigo al carro, en busca de Roderigo.

Levanto del frío y sucio lecho sin demasiado buen humor. Este viaje seguramente ha sido una pérdida de tiempo. Probablemente habrá sido una prueba de fidelidad, de hasta qué punto podamos ser sumisos a las órdenes que nos ha dado.

Luego, viendo hacia dónde se dirige Ion, salgo tras él. Las mentes de los mortales seguro que son más débiles que las nuestras. Bueno, al menos no sería de extrañar...

se levanta de la cama en la celda, se hinca para hacer unas oraciones y sale para agraecerle a los monjes el tiempo de descanso