Partida Rol por web

La Ultima Cena

Acto I:El arte del buen comer

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15/10/2009, 00:20
Angriel Merethor

Angriel mantenia una mirada tranquila a pesar de la incomodidad y el curiosos detalle dde los postigos, el miraba el bosque a traves de la ventanilla en silencio ya que no encontraba nada util que decir. A medida que oscurecia y se veia no muy lejos la mancion del Señor Giovanni.

Luego de llegar a la mancion y al fin bajar de aquel carruaje, el explorador  procura acomodar bien sus armas en donde debian y despacio para no despertar malos entendidos en los guardias armados, esta vez mantenia sus manos desocupadas llevando el arco en la espalda esperando que con eso sea suficiente.

A medida que caminaban hacia el interior del edificio y percibbia aquel ambiente viciado y observaba las sombras, negaba para si cuando le daba la imprecion de que aquella gargola se movia cuando pasaba por su lado, seguramente estaba cansado por el viaje y su mente cansada le estaba jugando algunas bromas.

Tal vez el Señor Giovanni se canso de esperarnos.

Comentaba tranquilo mientras veia que aun nadie atendia al llamado de aquel sujeto para luego mirar atras viendo que parecian mas bien estar encerrados en una especie de pricion, era algo que no le gustaba sentir pero era una invitacion al banquete y no tenia razon alguna de dudar de las intenciones del anfitrion.

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15/10/2009, 11:56
Emmanuel Salcedo

El viaje se hace más largo de lo que parece, el ambiente que envuelve la tierras del Sr. Giovanni esmás tétrico de lo que cabría esperar... La visión de tres cuerpos crucificados y pudriéndose al aire libre no me tranquiliza mucho, ni si quiera les han dado la posibilidad de recibir un bien entierro cristiano.

Poco a poco llegamos a la mansión, creo que mi compañero de viaje está pensando lo mismo que yo ya que solo observa y calla. La mansión no desentona con el paisaje, lúgubre, se alza amenazadora, fortificada con su pequeña legión de guardas.

Siguiendo a Roderigo entramos en la casa del Sr. Giovanni, al abrir la puerta un golpe de aire húmedo y viciado nos golpea, la poca iluminación que dan algunas velas hacen que la imaginación juegue mañas pasadas con las sombras, rememorando terrores  de la infancia y leyendas ancestrales ya olvidadas por mi mente.

Esperaba que nos hubieran recibido con todo tipos de lujos, un comité tal vez, esperaba haber visto una mansión en todo su esplendor con un verde jardín rodeándola y estandartes y banderas cubriendo los pasillos, con cientos de velas, de candelabros, lámparas de techo que iluminaran todos los rincones pero parece ser que me he equivocado. A cada hora que pasa el aura de misterio que envuelve a nuestro anfitrión crece.

Un golpe seco contra la puerta me aparta de mis divagaciones, observo a Roderigo tocar nuevamente, no hay repuesta, empiezo a estar un poco tenso, no me han dado ningún motivo para pensarlo pero esto parece una ratonera Angriel cree que el Sr. se ha cansado de esperar, yo no se que pensar.

Me quedo esperando en la oscuridad a que algo suceda, no puedo evitar estar en tensión, mi idea de un banquete no era quedar atrapado en una mansión ruinosa con un grupo de individuos que no conozco...

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15/10/2009, 17:18
Milena Kozlov

La entrada al castillo era por demás lugúbre, una especie de bóveda si alguien me hubiera preguntado y ese maldito olor a humedad era un verdadero suplicio. Mantenía el faldón de mi vestido sujeto para no tropezar con el ruedo y sentía más frío del que hacía afuera pero nada podía pasar. Estábamos todos allí. Traté de imaginarme lejos de allí, en una fiesta, rodeada de amigos y de esculturas de arte, pinturas y buena música. Traté pero no lo conseguí, el ambiente cargado de aquel lugar, los murmullos de los demás que estaban allí, todo me traía de vuelta al pasillo obscuro.

Era como si un imán me atrajera a aquel lugar, algún tipo de fascinación y no estaba muy segura de querer estar allí. Como sea, tras escuchar la puerta, no, el portazo, supuse que el último de nosotros había entrado y no había marcha atrás o al menos esa era la sensación.

-Más vale que sea verdaderamente divertido...-pensé.

Me preguntaba dónde estaba Alessandro, muy cerca o muy lejos porque había sido mi compañero las últimas horas y confiaba en él de alguna manera el sentimiento había pasado más allá de lo meramente superficial.

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15/10/2009, 18:19
Caterina Doamnei

Miro a mi alrededor cuando entramos en el pasillo. ¿Dónde están los tapices que deberían hacerlo más acogedor? Me estremezco cuando se cierra la puerta detrás de nosotros. No es esto lo que esperaba del Señor de Stablaquia. Me acerco a don Fernando, sin tocarle, aunque lo que desearía es aferrarme a su brazo. ¿No está un poco oscuro para ser una fiesta? Pregunto intentando no levantar la voz, sabiendo que en estos lugares un simple susurro puede convertirse en un eco sin fin.

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16/10/2009, 01:06
Tulio

Todo resulta misterioso, oscuro, parece sacado de la mejor historia de terror. No puedo evitar sentir admiración, vértigo. Me siento como si estuviera dentro de uno de mis cuentos... Es una atmósfera fascinante.

Me mantengo junto a mis compañeros al bajar del carruaje. Observo todo a mi alrededor con curiosidad, troneras, gárgolas, oscuros testigos de un tiempo aún más oscuro.

Al ver la reticencia a abrir de quien sea que esté dentro, me mantengo a la espera; intrigado y a la vez divertido.

- Cuentan una historia los hombres que viven en las lejanas arenas, de un hombre que hacía que la roca que guardaba su guarida se abriese recitando una especie de mágica frase: ¡Ábrete Sésamo! quizás podríamos probar. - comento sonriendo.

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16/10/2009, 04:08
Alessandro Vespucci

Finalmente habiamos llegado a la mansion Giovanni, era bastante mas fria y menos acogedora de lo que me la imaginaba... pero no menos imponente. Los decorado y la arquitectura antigua le daban a aquel lugar un aspecto de haber permanecido en pie durante varios años. El trayecto al interior no es mas acogedor que la entrada al lugar, y el sirviente que nos guia parecia tener una maestria para manejarse dentro de los pasillos de la mansion.

Pasamos tras una puerta de roble al interior y luego por los pasillos tenuemente iluminados, unos metros despues nos quedamos atorados en el ultimo anexo antes de una puerta de madera que Roderigo toca sin tener respuesta alguna. El ambiente parecia estar bastante aspero, con una cierta inquietud empezando a hacer mella entre nosotros. Busco la mirada de Milena intentanto darle algo de seguridad, la verdad es que no hay mucho que pueda esperarse en una situacion como esta.

Al notar un tenue reflejo de preocupacion en su rostro me acerco a ella para que no tema. En una voz calida pero segura le digo mientras miro a los demas que nos acompañan

-Tranquila Milena, solo es cuestion de esperar a que nos habran la puerta.

Mi sonrisa daba un poco mas de seguridad a mis palabras, aunque para mis adentros sabia muy bien que si quisieran hacernos algo no tendriamos oportunidad de resistirnos en un espacio tan estrecho y poco iluminado.

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19/10/2009, 17:55
Pedro de Medina

Llego rezagado del resto de lo que parecen también invitados a la mansión del Sr. Giovanni, mansión dicho sea de paso realmente fría y siniestra que daba realmente miedo entrar pero claro una invitación no voy a rechazarla y no iba hacer el feo a los invitados aunque no me conociesen.

-Espero que sea una cena realmente importante para un sitio realmente aterrador como este- digo mientras me dispongo a entrar por la puerta que están entrando el resto de personas.

El pasillo que se prolongaba a lo largo de la mansión era realmente largo y no había pruebas de que hubiese mucha gente por ese lugar.

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19/10/2009, 20:51
Diego de Guzman

 

El camino había sido de lo mas tranquilo, eso si, dejando al margen las extrañas crucifixiones que percibimos durante el paseo.

Mire hacia aquellos desgraciados, observando sus cuerpos inertes y putrefactos acompañados de un olor repugnante que olían desde lejos.

Si no fuese por que el copioso desayuno que había tomado era lo único que había tomado en todo el dia, hubiese acabado vomitando sin remedio.

Me lleve la mano a la cara, tapando mi boca y nariz, hasta pasar de largo aquella escena tan desagradable.

Eso si, en mi mente divagaban diversas teorías que amenazaban con los pequeños hilos de tranquilidad que comenzaban a hilarse en mi interior después de todo lo ocurrido.

 

Mi herida ya no sangraba pero me escocia mucho, desde luego nada que no pudiese soportar alguien como yo. Estaba tallado de una manera lo bastante resistente.

Pero ahora al ver esos cuerpos me preguntaba quien seria capaz de cometer aquellas atrocidades, me llegaban imagenes a la cabeza de mis flechas atravesando a los bandidos del bosque mientras me preguntaba si realmente aquellos ladrones y asesinos de poca monta serian capaz de cometer actos como los que acababa de presenciar. Sinceramente no había leído hasta tal extremo en sus ojos que fuesen capaces de llegar a eso y por eso estoy preocupado.

 

Al parecer en estas tierras hay gente mas peligrosa aun que un grupo de bandidos hambrientos y corruptos que se esconden en los bosques como seres marginales.

Cabalgaba en silencio todo el camino inmerso en estos pensamientos que no hacían mas que dar vueltas en mi cabeza. Principalmente me preocupaba el no haber zanjado el asunto de los asesinos hace rato en el bosque, ¿y si ellos no fuesen...? Si de verdad existía alguien capaz de hacer aquello y por cualquier indicio se descubre que tiene algo que ver con lo ocurrido con Anna... mi promesa no acabara hasta que muera de la misma manera...

 

Quizás estaba perdiendo un poco la cabeza, dándole tantas vueltas al asunto acabaría por hacerme daño, pero era algo que llevaba tan adentro que no podía evitar.

 

Finalmente aquel palacio se presento ante nosotros. Ya lo se, los edificios no hablan pero este trasmitía...

Sus lúgubres piedras que formaban esos gruesos muros, sus estrechas y puntiagudas ventanas, su jardín abandonado y descuidado que rodeaba el edificio, y lo mas impactante... un cementerio justo al lado...

 

Había estado en numerosos lugares, había conocido diferentes formas de construir y formas de vidas tan diferentes y variadas en cada región. Pero nada como esto... los bellos de punta... Miro a los demás para ver sus caras... no tengo miedo pero siento desconfianza.

Mi voz ronca habla por primera vez en todo el camino.

 

  • Todo esto me da mala espina...

 

Esa fueron mis únicas palabras, ni siquiera esperaba respuesta alguna a mi comentario mientras miraba a mi alrededor contemplando aquellos pasillos. Pero mi comentario había sido simplemente mencionar lo obvio y fuera de tiempo, pues ya había entrado al edificio, guiado por los guardias y al parecer, de momento no había vuelta atrás.

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19/10/2009, 21:06
Director

Tras unos segundos o tal vez minutos que se os hacen eternos, la segunda puerta se abre en un chirreo y se ve a Lothar con otro soldado. Ambos se encuentran en un recibidor, iluminado con las mismas velas, con piezas delicadas de diseño italiano que por lo que parece son la ultima moda en Venecia.

Lothar mira a vuestro cocher a Roderigo y le dice con voz torva y sin sentimiento.
- Llegais pronto

Roderigo se quita su sombrero y dice:
-Mil perdones, Mayordomo Lothar

Este le golpea con una fusta en el rostro haciendo que le sangre. El pobre se limpia la sangre mientras escucha
- no olvides la fuente de esa sangre

Despues de esto se gira hacia vosotros y sonrie haciendo una reverencia y un gesto para que paseis.
Pero cuando va a pasar Roderigo
-Como castigo, no tomaras parte en el festin de esta noche. No comeras mas que sobras. Ahor vete y le señala la puerta con la fusta manchada de sangre. Contempla como se marcha y el soldado cierra y atranca la puerta interior.
Os vuelve a mirar.
Bienvenidos a la mansion Giovanni. He de terminar unos preparativos. Esperada aqui
Se da la vuelta con la fusta a un lado y os deja solos alli con el soldado, por lo que parece no podeis salir de alli.

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20/10/2009, 02:00
Angriel Merethor

Angriel mantenia disimuladamente una mano en la empuñadura de su espada mientras seguian encerrados en aquel lugar esperando, la sensacion de estar como un animal en una trampa debido a ese encierro y olor a humedad no le estaba gustando nada, pero no podia  volver sobre sus pasos ya que el jamas haria un acto tan vergonzoso.

Por suerte no tardaban en atender la puerta, en silencio se relaja abandonando la empuñadura de su arma al ver aquel hombre, cuyo nombre parecia ser Lothar, acompañado por un soldado. Mucho esfuerzo tubo que hacer para no intervenir al ver como aquel hombre golpeaba al cochero solamente por haber llegado pronto, era la primera vez que veia algo asi cuando por lo general se castigaba el retraso... pero mas le llamo la atencion sus palabras sobre el festin, nunca penso que en un banquete con el señor de la casa se permitiera asistir a los sirvientes y participar del mismo.

Una extraña costumbre

Terminaba pensando para si mismo a medida que avanzaban adentrandose en aquel recibidor tan bien adornado dandole mas el aspecto que se esperaba de la casa de alguien poderoso y con muchas riquezas, pero todo aquello no hacia mas que incrementar su curiosidad por aquel Giovanni, pero la pregunta de la razon por la cual fue invitado a participar en aquel banquete era lo que mas se incrementaba en su mente.

Esperaba saber al llegar, la razon por la cual fuimos invitados...y ustedeS?

Terminaba diciendoles a los que parecian ser sus nuevos compañeros, entre ellos habia toda clase de personas y no parecian ser muchos los hombres de armas.

 

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22/10/2009, 14:00
Caterina Doamnei

Por primera vez desde que salí de casa siento miedo de verdad. Nos han encerrado en este sitio oscuro, aunque con una decoración exquisita. Miro al resto de invitados intentando adivinar en quien se puede confiar y en quien no. Lo que empezó como una manera de salir unos días de la estricta vigilancia de mi tutor se ha convertido en algo que no entiendo.

Don Diego, ¿qué es todo esto?

Pregunto a la persona que me ha demostrado que tiene el sentido del honor más alto.

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22/10/2009, 14:09
Emmanuel Salcedo

Me sorprendo al ver la reacción del mayordomo, no es que haya sido desproporcionada, he visto castigos peores, pero por lo general el castigo se hace pagar cuando no están los invitados delante salvo los casos de insubordinaciones y demás...

No dejo de darle vueltas a la situación - Parece que nuestro anfitrión no conoce las normas más elementales de protocolo y educación, tendría que haber una sala de recepción donde aguardar mientras duran los preparativos o hay algún imprevisto, deberíamos estar sentados y cómodos, no en un pasillo mohoso sin iluminación en el que apenas entramos los invitados, y sobre todo, no me parece el trato más correcto para las damas - pienso mientras miro a señoritas que nos acompañan.

Dejo escapar un leve suspiro - Espero que las respuestas a los interrogantes que todos nos hacemos compensen un poco esto -

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22/10/2009, 14:30
Fernando Esparza

No puedo sino fruncir el ceño ante la actuación del mayordomo. Aún teniendo en cuenta que las convenciones habituales son mucho menos tolerantes para con la servidumbre de lo que a mí me gustaría, me sorprende que haya castigado al cochero de esa manera por llegar pronto y delante de todos. No obstante, soy lo suficientemente educado como para no decir absolutamente nada hasta que tanto Roderigo y Lothar desaparecen del lugar.

Miro hacia Tulio, Caterina y Don Diego, alzando las cejas en una expresión de sorpresa, y secundando con ese mismo gesto la pregunta de la señora Doamnei.

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22/10/2009, 16:45
Milena Kozlov

Escuché las palabras de Alessandro, su sonrisa me hizo poner los pies en la tierra. Quizás no había estado en muchos lugares así pero era verdad que tampoco era el fin del mundo y que éramos muchos como para dejarnos asustar por un sitio así; al menos intentaba convencerme de eso, sin lograrlo mucho. Esbocé una sonrisa al dueño de aquellas palabras para instantes después mirar hacia donde se abría la puerta. No sabía si era mejor que se hubiera quedado cerrada, al ver el castigo impuesto al criado por llegar temprano. Además, se supone que nos esperaban desde tiempo atrás ¿por qué se tardaban de más con los preparativos?

Inconscientemente me acerqué un poco más a Alessandro, de un costado para no entorpecer sus movimientos en caso de ser necesario pues noté la mano de Merethor en su espada. Luego vi al soldado, no íbamos a ir a ningún lado al parecer y sonreí con nerviosismo a Salcedo. Todos teníamos la misma sensación aparentemente y peor, todos parecíamos querer largarnos de allí cuanto antes. Respiré profundo luego de borrar la sonrisa regalada a Salcedo pero sin dejar de mirarle a los ojos porque al menos los señores parecían mucho más tranquilos que nosotras. Me tomé ambas manos, sentía una especie de frío como la que se sentía en las bodegas de vino de mi palacete.

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22/10/2009, 19:36
Tulio

La escena que monta el mayordomo con el cochero me resulta bastante exagerada, pero nada que no hubiera visto antes. Parece que a mis compañeros les desagrada sobremanera esa manera de tratar a los sirvientes. Me pregunto como los tratarán en las casas de los nobles señoritas que me acompañan, y no sus doncellas y criadas, sino más bien los mozos de cuadra.

Al mirar alrededor y ver las caras de sorpresa, desasosiego y ¿miedo? de mis compañeros, no puedo evitar sonreir para mis adentros. No es una sonrisa de alegría, ni de desesperación; es simplemente una sonrisa. Es un gesto que suelo hacer con frecuencia, demasiada para algunos, y en momento que no se suelen brindar a ello según la opinión de muchos. Conozco que suele molestar, pero no la puedo evitar al verles como ovejas en un redil. De todos modos, la sonrisa es una sombra fugaz en mi rostro.

-Bueno, parece que esperábamos un recibimiento un poco más cálido. Acerca de las razones de la invitación del señor Giovanni... -me quedo un instante pensativo, tratando de recordar el nombre del explorador.-...¿Angriel? creo adivinar que tan sólo las conoce él. De todas formas estoy seguro de que, una velada que comienza así, promete ser bastante misteriosa.-digo y espero unos segundos antes de añadir.

-Lo cual, no tiene porqué ser necesariamente bueno...

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23/10/2009, 01:48
Alessandro Vespucci

La desagradable escena que se sucedio cuando se abrio la tan ansiada puerta me dejo en claro que algo no andaba bien, mas aun cuando nos dejaron en el mismo lugar de antes y ahora con un soldado haciendo guardia. El gesto del mayordomo Lothar me habia parecido bastante sospechoso y la inquietud de todos los presentes no hacia mas que aumentar mi desconfianza. Una sonrisa ironica por parte de Tulio, y el pedido de explicaciones por parte de la señorita Doamnei no hacian mas que intentar limar algo de la tension que se sentia en el aire.

Instintivamente tome la empuñadura de mi arma, pero luego relaje el gesto haciendo como que solo estaba recostando mi mano sobre ella. Aunque quisiera tampoco podria hacer mucho en aquella situacion ya que pondira en peligro a las damas presentes, y sobre todo a Milena. Camine unos pasos hasta ponerme entre ella y el soldado, haciendolo parecer algo completamente natural. La volvi a mirar a los ojos, y luego a los demas que tenia cerca. Notando los nervios de Milena, y como se habia tomado las manos como si tuviese frio le dije suavemente.

-Hay que mantener la calma, debo decir que no me gusto para nada la manera en la que el mayordomo trato a nuestro cochero. Pero este no es el momento ni el lugar para presentar mi queja. Esperemos a entrar en el banquete donde espero halla un ambiente algo mas acogedor.

Tras mis palabras escucho los comentarios de Tulio, el parecia estar diviertiendose con la situacion... o por lo menos eso intentaba aparentar.

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29/10/2009, 18:30
Tulio

Al observar al resto de invitados unos cerca de otros, como para tratar de protegerse de algún miedo invisible que habita en este a su parecer inquietante lugar, no puedo evitar sonreír de nuevo.

Con las manos cruzadas a la espalda, me pongo a dar la vuelta por la habitación. Me acerco a las velas que me asombran por su cuidado diseño.

- Parece que nuestro anfitrión tiene un gusto exquisito.-comento mientras lo observo.- Sólo he visto unas parecidas en Venezia... preciosa ciudad, por cierto.

Trato de animar un poco a mis compañeros y mantener una conversación, después de todo, estamos en el recibidor de la casa de nuestro anfitrión; no en una celda en lo más hondo de un terrible castillo, no creo que debamos estar asustados como corderillos.

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29/10/2009, 18:58
Fernando Esparza

La espera y sobre todo el absoluto silencio por parte del anfitrión acaba por inquietarme.

Bueno... gusto... según como se mire... -pienso, haciendo una mueca visible.

¿Venecia? Nunca he estado, he oído que son muchas islas unidas por puentes, y que el agua corre por cada esquina de la ciudad. ¿Es tan bonita como se cuenta? -me rindo a los intentos de hablar de bagatelas de Tulio, quizás así el tiempo pase más rápidamente.

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30/10/2009, 19:41
Angriel Merethor

Angriel mantenia un rostro inexpresivo mientras caminaba por aquel salon buscando otras puertas como posibles lugares donde pudiera desempeñarse mejor con su arma, la situacion de aquel mayordomo y la actitud que tenia le daba la sensacion de que algo muy malo sucederia.

Pero aquel lugar era muy particular, ni siquiera en la casa del señor feudal al que servia habian tales lujos, tal vez ese gusto para decorar la sala que tenia  el señor Giovanni era compartido por el gusto de elejir a sus sirvientes. Cada paso que daba trataba de alejar los malos pensamientos para luego decidir distraerse en prestar atencion sobre la conversacion que estaban teniendo algunos de los otros invitados.

Y aunque le causaba curiosidad sobre la ciudad de Venecia el no tenia nada que decir, la verdad el tampoco habia visto aquella ciudad pero le gustaria mucho dirigirse alli cuando terminara aquel banquete y averiguar con que razon un señor tan importante invitaria a personas tan diferentes a su casa.

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31/10/2009, 11:35
Pedro de Medina

La escena que mis ojos presenciaron no era para nada agradable, no conocía el porque de aquel castigo pero me pareció una barbaridad hacerlo delante de los invitados. El mayordomo me ofrecía una desconfianza terrible además de dejarnos en una sala con un soldado que como tuviese las pulgas del mayordomo seria mejor estarse quieto.

 -Alguien sabe, ¿Por que tarda tanto el señor Giovanni?, vista esta escena creo que la noche será demasiado larga- Digo mirando al resto de invitados.