Partida Rol por web

"La crueldad senda deliciosa si se pudiese encontrar alguna clase que no hiciese verdadero daño."

ESCENA I: EL INTERROGATORIO
Lugar: El castillo Deverick
Una pequeña fortaleza en las abruptas laderas de una colina. Todos sois sacados de vuestras celdas con rapidez y llevados a una celda mas incomoda de paredes redondas con cadenas en las paredes donde os encadenan a pesar de vuestros intentos de que no sea asi... aunque la celda esta en los mas profundo del castillo, hay una pequeña ventana, casi una ranura en la pared frente a vosotros, que recorre todo el largo de la celda.

Se ven los primeros albores de la mañana y a medida que el dia avanza, un fijo rayo de luz solar acuchilla el polvoriento aire de la celda.
Al principio pasa muy porencima de vuestras cabezas, pero muy cerca el mediodia ha descendido varios centimetros.
Pasado el medio dia....

No entendía por qué la habían llevado a un lugar como ese y aún su cuerpo le pedía cosas que no le había pedido nunca. No sentía miedo pero si ansiedad, era como si poco a poco se fuera acostumbrado al nuevo ser que era. Miró a Alessandro y con baja voz le dijo:

-¿Qué cree que vayan a hacernos? Esto no pinta bien si es que somos lo que somos...-aguardo por su respuesta sin dejar de mirarle a los ojos, luego miró a los demás y sonrió, al menos no estaban solos.

Sus ojos se desviaron unos instantes al cuello del italiano y sonrió con cierta inocencia que parecía macabra en alguien como ella. Intentó zafar sus manos de aquel amarre pero no podía. No aún. Miró el rayo de luz y se preguntó qué pasaría cuando los tocara.

Durante todo el tiempo he estado callado, taciturno, intentando dejar la mente en blanco, pero el ajetreo y las voces de mis acompañantes no me dejan olvidarme de la precaria situación en la que hemos caído, cada vez más cercanos a la muerte.

Van a torturarnos —contesto a la mujer de pelo negro, cuyo nombre se me ha olvidado con todo el ajetreo, adelantándome a su enamorado—. Quieren que les contemos lo que se supone que sabemos acerca de esos demonios que nos han intentado matar, y no les gustará que no lo sepamos, así que nos torturarán, y cuando se den cuenta de que no sabemos nada, nos van a matar. Tan... —aprieto los dientes un momento, y acabo la frase con evidente rabia— simple como eso.

Tan fácilmente te libras, asesino, de mi venganza, y todo se vuelve tan absurdo...

¿Lo que parece que somos? ¿Qué parecemos? Prisioneros, mi señora.

 Cautiverio palabra que no parecia conocer Angriel hasta ese dia, ni siquiera cuando serbia a su señor en bretaña sentia que estaba atado. Pero ahora esas cadenas lo mantenian preso en aquella celda junto con el resto de aquellas pobre personas, que extraño era todo aun mientras su mente  parecia sumergida en tinieblas.

Si es asi... que triste destino nos toco hoy, me hubiese quedado en aquel hermoso bosque.

Terminaba diciendo el explorado mientras aquel rayo de luz llamaba apenas su atencion, de todas formas no por mucho tiempo ya que sentia sed y una ansiedad que lo sumergia en angustia. El no podia concentrarse y empesaba a sentir rabia, rabia mezcalda con impotencia mientras recordaba como aquella mujer jugo con el como un niño con su mascota.

Venderia mi alma al diablo por otra oportunidad

Terminaba diciendo al fin dejando caer su cabeza y el peso de su cuerpo siendo ya solo las cadenas quienes lo sujetaban, sus palabras eran ciertas en ese momento haria de todo por salir de alli y emprender la caza. Moveria cielo y tierra para encontrarla y desgarrar su cuerpo en canal, su sangre seria la que daria alivio a todo aquello...sangre, inconcientemente angriel deseaba sangre...

La mujer me acariciaba el cabello como hace madre cuando tengo alguna pesadilla, consigue calmarme, aunque sigo pensando que estoy muerta, y en el infierno, y no dejo de escuchar sus voces, no quiero abrir los ojos, seguro que están ahí, mirándome. No, no quiero enfrentarme a ellos ahora, no, ahora no. Danka, se que tenías razón, pero nunca he seguido tus consejos. Fray Juan, seré buena, si, y lo estudiaré todo, pero ahora necesito dormir, y descansar. ¿Por qué tengo tanta sed?

Me llevan a algún sitio, no me doy demasiada cuenta, pero si siente que mis manos están atadas, me molesta el hierro en ellas, mi piel es fina, demasiado fina, seguro que tengo cardenales, o peor, heridas, pero no quiero levantar la vista, no quiero abrir los ojos, porque estarán ahí. O estará el otro, y me volverá a hacer daño, si mantengo los ojos cerrados no me verá, seguro, y dejaré de sentir ese dolor que siento. Si dejo que mi cabello cubra mi cara, no se dará cuenta que soy yo y me dejará tranquila. Y ellos me dejarán tranquila, y podré volver a casa, y montar a caballo, y casarme, y tener muchos hijos y... 

De repente me doy cuenta, de nuevo, estoy muerta, y esto es el infierno. ¿Pero por qué tengo tanta sed?

A-agua...

 Encerrados como perros, así es como se encontraban. ¿Y todo por que? Porque al parecer, ahora eran monstruos... Había sido un error ir a ver a Giovanni, un verdadero y grave error. No servía para nada lamentarse ahora, eso lo sabe mejor que nadie, pero aún así... No había muchas esperanzas en volver a salir, al menos vivos.

Aunque las esperanzas para mi terminaron hace ya un tiempo- pienso. Todo desde el momento que la conocí y la perdí. Fue un momento fugaz, pero fue el mejor momento de su vida. Creyó oír su voz cuando se entregó, pero sabía que eso era imposible. Ella murió y nada más. 

A pesar de la situación, eso no significaba que iba a rendirme. No era tan fácil terminar conmigo. Al menos, lucharía hasta el final, como el guerrero que era. Lentamente alzo mi cabeza. Sorprendentemente, el cuello ha dejado de dolerme. Escucho los susurros de mis compañeros, y no puedo evitar, a pesar de las circunstancias, sonreír.

Tranquilizaos- digo- nos necesitan vivos-al menos de momento- para interrogarnos. Tal vez consigamos así ganar algo de tiempo y pensar alguna de manera de escapar.

Abro la puerta y entro, ha anochecido hace un rato, es de noche, es nuestra noche, ahora es cuando los intentara sonsacar lo que saben.

Lo siento, pero ahora el agua ya no te saciara, necesitas vitae doy un paso al frente saliendo de las sombras, un rastro de sangre recorre mi mejilla estuve llorando hasta que amanecio...

Mi señor, quiere respuestas y no puedo disuadirle, debeis contarle lo que sabeis. Sabra si le mentis y miro a Catherina, pobre niña, ha sufrido y seguira sufriendo en los proximos dias, años y siglos.

Hare que os traigan algo de comer, para que no desfallezcais. Una fugaz mirada a Diego, ahora es uno de nosotros, por él he llorado, por el he rogado sin resultado.

Estabamos siendo trasladados como esclavos... El viaje en la carreta y la amenaza constante no habian servido para hacerme pensar que estabamos "a salvo"... y mi sensacion de peligro incremento cuando nos encadenaron a todos en una celda por la cual entraba un destello de luz solar... que lentamente se iba acercando a nosotros.

No sabia por que... pero esa luz me daba pavor... El sol, quien durante toda mi vida fue mi compañero en batallas y viajes, ahora me producia una especie de terror que no podia explicar. Escuche las palabras de Milena y estas en conjunto con todo lo sucedido acrecentaban mis miedos mas y mas... Nunca habia dado una moneda de cobre por las habladurias y supersticiones de las que hablaban los campesinos... pero esto cada vez se parecia mas y mas a las historias que contaban... sobre criaturas que chupan sangre para sobrevivir... y que se esconden de la luz del sol.... ellos los llamaban.. Vampiros. Sera eso lo que Milena queria decir sin palabras... seria eso en lo que nos habiamos convertido...

Apenas podia mantener la mirada de Milena, y Fernando Esparza habia aprovechado para contestarle en la ausencia de mi voz. Tras las palabras suyas y de los demas que nos acompañaban en aquella incomoda posicion, no pude hacer mas que suspirar... no tenia respuestas... ni palabras de aliento.. ni siquiera una sonrisa falsa con la que intentar traer tranquilidad a los ojos de la dama. Simplemente me limite a negar con la cabeza y bajar la mirada.

Que dios se apiade de nuestras almas...

Cuando toda esperanza se disolvia en el aire, vi como una mujer entraba por la puerta de aquel calabozo. La habia visto antes, estaba con Diego en la posada donde nos hospedamos. Acaso nos estaban observando desde antes... habra sido casualidad su encuentro con Diego... o ambos sabian lo que iba a suceder?

 Alguien entra. No puedo ver quien es, la oscuridad me lo impide, pero esa voz... es una voz que he oído hace ya tiempo, una voz hermosa, una voz que creí perdida y que ahora, en estas extrañas circunstancias vuelvo a escuchar. 

No puede ser- pienso- ella esta muerta. Esta MUERTA.

Pero sabes que no es así, y para confirmar tus pensamientos la figura da un paso al frente y puedes ver su rostro: bello como el primer día que la viste. Es ella... Anna.

Pensé... - no se que decir- pensé que habías... muerto- es lo único que puedo decir. Pero no se si me oye... o no se si quiere oírme. 

No hables más ¿de que serviría?- agacho la cabeza- ella está viva, eso es lo importante.

Pero, en el fondo te gustaría que te devolviese la mirada, aunque solo fuese un instante. Eso te ayudaría a sobrellevar todo esto. Tu condición, y lo que te queda de vida.

 Escuchaba lo que lo rodeaba sin decir nada, de nada servia hablar ya que pronto sus captores entrarian a reclamar respuestas que no tenian. Incluso si descubriera porque aun vivia sentia algo extraño en su interior, su respiracion no era igual y no comprendia que podia ser diferente... expiremntando solo se alarmaba mas porque parecia que podia contener el aliento mas que antes...mucho mas.

Que somos?...

Terminaba preguntando mientras sus manos se cerraban con fuerza, no estaba ya seguro de ser un humano debido aquellas diferencias que sentia en su cuerpo, una sed que lo agobiaba dos agujeros en su cuello que ya no estaban como si jamas hubieran existido, la capacidad de aguantar hasta el absurdo la respiracion.

Estoy dolorido tras el no muy cómodo "paseo" y lo abrupto del recibimiento además de las cadenas. Estoy dolorido, pero sobre todo tengo Sed. Es una sensación extraña, no parece... natural.

- Mucho me temo Milena, me parece que los tratamientos de respeto resultarían ridículos en una situación como esta, que Fernando tenga razón. Somos sus prisioneros y estamos a su disposición; pero no podríamos haber sino muerto luchando contra ellos asique estamos en la única situación posible.

Al escuchar el comentario de Angriel, esbozo una sonrisa diabólica:

-¿Vender tu alma al diablo, compañero?... - susurro- ¿Crees que aún tienes algo que vender?

Ella habla, me dice algo, esas palabras creo que son reales, pero no puedo estar segura, porque estoy muerta, mi piel está fría, no respiro, pero tengo sed. ¿Qué es esa vitae? Nunca había escuchado ese nombre. No, no, no digas eso, Danka, sólo era una cena, un viaje corto, quiero agua, dame agua, por favor, Danka, dame agua. Abro los ojos y miro hacia delante. Por favor, Danka, tengo sed. Vuelvo a cerrar los ojos y dejo caer la cabeza en mi pecho, da igual lo que le pida, lo que le ruegue, es sólo un demonio que me está torturando, porque estoy muerta y esto es el infierno. Siento ganas de llorar, y las lágrimas empiezan a salir de mis ojos, no las veo, pero seguro que son rojas, como antes, no se cuando, antes, entreabro los ojos, para mirar, si, caen sobre mi vestido, y son rojas. Grito. Estoy muerta ¿verdad? ¿VERDAD?

Angriel luego de guardar algo de silencio miraba a Tulio, sus palabras y su sonrisa perturbadora le indicaba que realmente algo no iba bien, el parecia saber lo que pasaba o al menos debia suponerlo debido a sus conocimientos.

Acaso sabe usted lo que somos?...preciento que ya no soy el mismo...

Pero ya no habia tiempo para preguntar mas, pronto aquel que los interrogaria estaria alli o tal vez su cuerpo defallesca debido a esa agonizante sed. Solo le quedaba soportar lo suficiente para saber si ese hombre, que a pesar de todo sonreia, sabia realmente porque no murieron en aquel banquete.

Me ha visto, me giro y me acerco parandome para mirarle. Acaricio su mejilla, con una debil sonrisa.

No estoy muerta, no puedo morir, hace mucho...la historia que te conte, era la mia, yo era la novia... Diego no voy a dejar que te pase nada te lo prometo.

me giro a la pequeña y niego limpiandola las lagrimas mientras la abrazo. Su mente se ha roto, el espejo esta quebrado, hija de Malkav

Ya no hay agua lo siento, ya no habra agua que pueda saciar tu sed. Tranquilizate, todo saldra bien...

Me giro al cazador y asiento Si,se que sois, sois hijos de Cain, sois vampyr. Cada uno de un clan distinto, con distintos poderes. Vuestros creadores, sires, os arrebataron la vida y os dieron la no muerte para...no lo sabemos eso debereis decirselo.
Si ayudais a mi señor, os dejara ser libres, no os quiere para nada y yo os protegere.
Os doy mi palabra y la palabra de una princesa entre los mios es ley.

Doy un paso atras y hago una leve revenrencia Permitid que me presente Anna Valerius de Ravnos, princesa de los gitanos

Cuando soy sacado a la fuerza de mi celda la bestia que ahora habita en mi se agita intentando salir, me siento débil y extraño, tengo sed, una sed como no la había sentido nunca, cuanto más pienso en ella más sed tengo.

Siento los impulsos primitivos de un animal, atacar a mis captores con uñas y dientes, saltar sobre ellos y...- Señor ¿qué me sucede? ¿qué demonios está pasando?.

Cuando nos vuelven a encadenar me percato de la luz del sol que poco a poco va llenando la sala, debería sentirme reconfortado pero en lugar de eso siento inquietud, podría decir miedo, me siento como un animal asustado por algo pero que no sabe que es.

Escucho hablar a la mujer, Anna Valerius - ¿vampyr? - consigo decir - ¿vampiros?, ¿los demonios de la noche?... ¿entonces la sed que siento, que me quema es sed de... de... - no consigo acabar la pregunta. En mi torturada mente se van y vienen las historias que de niños todos hemos escuchado sobre esos seres de la noche que se alzaban de sus tumbas y atacaban a las personas para robarles la sangre y a los que el Señor les negó volver a ver la luz del - Oh no - pienso mientras rápidamente miro el haz solar que se filtra en la celda...

Cansado y desanimado, dejo hablar a los demás, y vuelvo a intentar meterme en mi propio mundo, con no muy buenos resultados, que se frustran por completo cuando entra la tal Anna Valerius. Siento como si se me fueran a escapar los ojos de la cabeza cuando dice que nos han matado y nos han dado algo que llama "no vida".

¿Qué quieres decir con "no vida"? ¿Cómo que nos arrebataron la vida? ¿Se supone que no estamos vivos? —pregunto, con una renovada fuerza, más guiada por la histeria y el miedo que por ningún tipo de ánimo vital.

Levanto de nuevo la vista, a la mujer, mi grito se pierde, un momento, sólo un momento, me está secando las mejillas. No, no, es sangre, todo es sangre, todo es rojo, estamos en el infierno, estamos muertos, ¿agua? Mis susurros son para ella, pero se escuchan claramente. Intento aclarar mi cabeza, sacar todas las voces, diferenciar lo que es real de lo que no, quizás lo consiga, pero no lo tengo claro. Calla, callate, no quiero seguir escuchándote, a tí tampoco, no es culpa mía, nada es culpa mía, es esa bruja, si, todo es culpa de esa bruja, la que me hechizó, y me hizo ver eso, esa bruja, no se que me ha hecho, no lo se, tengo sed, tengo sed, mucha sed.

Miro a mi alrededor, evitando sus miradas, ¿que es este sitio? Parece una celda. Yo creí que el infierno tenía fuego y demonios. Y que te torturarían toda la eternidad. Escucho voces a mi alrededor, hay más gente, creo, no diferencio si son como yo o si son como ellos. Y me da igual. Es lo que tiene la muerte. Ah, eso es, escucho la última voz, hablando de muerte. Claro, ellos también están muertos, y estamos todos en el infierno. Calla, Danka, ahora no, ahora no necesito eso, no, no puedes peinarme, espera, espera. Mi mirada se fija en la persona que habla, me suena, de... ¿la cena? Parece que hace mil años cuando estaba desayunando en la posada, él estaba. Pero puede ser como ellos, no como yo. No se distinguir eso, me da igual.

Chillo de nuevo cuando me doy cuenta que estoy muerta, que todos estamos muertos, y que estamos en el infierno. Y que tengo sed, mucha sed, tanta que mi mente deja de pensar en otra cosa.

 Las palabras de Tulio habian hecho mella en Angriel, pero fueron las palabras de esa mujer gitana la que terminaron de romperlo. Todo habia terminado para el ya que se habia vuelto algo que sus antepasados parecian luchar en contra, mediante rituales que se suponia que fortalecia a la naturaleza... pero esas tradiciones el no las honraba porque no creia en ellas del todo.

Pero a pesar de que era una bestia mas peligrosa que un cazador que honraba sus alimentos, aun tenia la oportunidad de realizar un ultimo acto de valentia en contra de aquella mujer que lo convirtio en aquello. El diria todo lo que sabia y saldria de alli, parecia que la mujer cumplia sus promesas por lo que decidio confiar una vez mas.

Yo ahora solo existo para la venganza,  dire todo lo que paso desde mi punto de vista. Como seguro haran mis compañeros de celda, pero deseo a cambio la posibilidad de matar a Lady dimitra con mis propias manos.

Terminaba diciendo luego de observar y escuchar a quienes lo rodeaban, todo indicaba tambien que esa mujer era el cadaver por el cual Diego se habia entrtegado a la venganza. Algo gracioso en verdad, porque el le aconsejaba no hacerlo y ahora, era el quien deseaba con toda su voluntad reclamar venganza.

Recibo las palabras de Anna como una confirmación de mis peores temores. Al escuchar su presentación, ¿princesa de los gitanos? la miro fijamente a los ojos:

- Encantado, aunque resulta una lástima que nos encontremos en esta situación.-digo dirigiéndome a Anna.- Me parece que colaboraremos, no sólo porque no nos quede más remedio -comento con una cáustica sonrisa.

Sino porque me parece que ninguno de nosotros profesamos demasiado aprecio por nuestros... sires. -pronuncio esta última palabra con desprecio.