Partida Rol por web

 Al atardecer un carruaje te espera y se lleva al castillo, en el patio hay tres hombres que estan hablando y una mujer que creias...

Ana, esta viva, alli, vestida, respirando, hablando, sobrevivio.

Aquello no podía estar pasando, la casa estaba en llamas no podía haber sobrevivido  al incendio pero allí estaba.

Realmente estaba sorprendido y alegre también, había pensado que aquella mujer que de alguna forma le había ayudado y le había cautivado si aquello podía ser aún seguía en este mundo ,desde luego no se lo podía creer.

Con paso lento, como con cuidado de que aquello solo fuera un sueño y temiendo despertar en cualquier momento se acerco y dijo.

-Buenas noches lady Anna,doy gracias al destino que se encuentre bien .

Me complace encontrarla aquí sana y salva después de lo ocurrido mi corazón llego en verdad a pararse desde  que pensé que no seguíais con vida..

 Porque me atrae la sangre,

• Por que ahora es tu alimento y te da vida, es la maldicion de cain

el dolor y miedo que me provoca la luz y el fuego.

• Por que ambos puede destruirte, es la misma maldicion de Cain

QUe clase de ser soy ,que dondes o maldiciones he ganado en el cambio como puedo enfrentarme  ala mujer que me casi mato,quien era el hombre que me salvo/convirtio,quien va a ir a el castillo,porque me invitan,que tengo que hacer alli,quien es el dueño del castillo,que paso con anna etc

1. Eres un vampiro
2. Nunca mas veras la luz del sol, nunca mas podras caminar a la luz del dia sin ser destruido
3. Deberas beber sangre para alimentarte y recordar lo que eres por la maldicion
4. La mujer que te mato es una noble entre los tuyos que es del clan Veantru,
5. El hombre que te salvo es un noble veantru, pero no te dicen su nombre, el mismo se te revelara
6. el dueño dle castillo es un noble humano que es eun ghoul para vosotros, un criado
7. Se te dira lo que tienes uqe hacer alli.
8. No conocen a ninguna Anna

 Me giro al oir la voz y clavo mi mirada.

Os hacia muerto, considerando que Lady Jadviga os desangro completamente, pero veo que no, que os han salvado y que estais en perfecto estado. Aunque... Me acerco mientras no le pierdo de vista.

Vampiro, asi que ya sois uno de los nuestros. Entonces mi señor os deseara ver, si habeis venido es por que debeis ser importante para él, de un modo u otro.

Hago un gesto para que me acompañes al interior de la fortaleza. ¿espero que hayais comido?

 Como bien podeis ver, no son muy duchos a hablar, es como si les hubieran comido la lengua. Solo dicen mentiras, tenemos que encontrar a sus creadores. 

Señalo a un rincon Como bestian, como animales se estan comportando. Una sonrisa recorre mi rostro ante su pregunta y asiento mientras me acerco a susurrarle al suyo

Pueden hablar, incluso si les dais un poco mas de sangre, para que se vuelvan mas serenos. La muerte es facil, podeis darles el descanso definitivo estacandoles con madera, decapitandoles despues o simplemente exponiendoles al sol. La estaca sola no les causa daño, solo aletarga. El sol, el fuego, el agua bendita solo daña, pero ese daño se puede reparar.

Quiero que hablen, en vuestra mano queda

Observo cómo se abre la puerta de la mazmorra, tampoco se si es real o no, así que le doy la misma importancia que al resto de cosas que están pasando a mi alrededor. Estoy empezando a dudar si estoy muerta o no, aunque Tulio dijo que no, que estábamos en un estado de no-muerte. ¿Es eso posible? Intento moverme, cuando descubro que sigo encadenada. Cierro los ojos, por lo menos dejaré de verles, aunque no dejaré de escuchar sus voces. No pueden ser reales, y si ellos no son reales, a lo mejor el resto tampoco lo es. Pero siento el frío hierro de los grilletes en mis muñecas, siento el Hambre que me consume, escucho otras voces superpuestas a las de ellos. ¿Más demonios? ¿Mäs ángeles? Quiero que termine esta pesadilla, no quiero sentir más este Hambre, pero mis ojos vuelven a abrirse para contemplar la espantosa escena que tengo delante de mí. No soy como ellos, no lo soy, no soy un animal. La vista se me aclara totalmente y por fin, puedo mirar a los que han entrado de nuevo, el hombre de antes, con otro. ¿Qué querrán?

¿Estamos muertos?

Es mi única pregunta, en un susurro.

 Habia sucmbido a lo peor de mi, la bestia dominaba mis actos y como tal estaba saciando su sed de sangre... pero tampoco era una bestia idiota, su instinto salvaje me preservo de atacar a los que interrumpian mi alimento. Por lo menos por ahora solo me limitaba a llenar mi boca de vitae, pero no perdia detalle de lo que sucedia en la puerta de nuestra "jaula".

Un leve siseo es todo lo que sale de mi boca cuando escucho a los presentes en la entrada hablar entre ellos... mi comida es mi prioridad, sobrevivir es en todo lo que pienso en este instante... o por lo menos la bestia lo hace.

Definitivamente, me encontraba saciado. La sangre había eliminado mi voraz "hambre" pero ahora no me encontraba ha gusto conmigo mismo. Había matado a una persona... no, había devorado a una persona. ¿Podía haber echo algo más para resistirme? Creía que si, más no las tenía todas consigo...

¿Que quieres saber?- musito al fin. Poco más podía decir.

 Lo que veia era lo peor que podria imagiarse en realidad, pero Angriel mismo al sentir el aroma de la sangre sentia hambre pero tambien se sentia afortunado, el no cayo en desgracia como ellos a pesar de que en realidad, el no podia saber por cuanto tiempo.

Yo podria ser como ellos si no me cuido... pero al menos sabremos como defendernos.

Hablaba de pronto comprendiendo lo que le Hardstand, el les explicaba algo interesante y que se aplicaba a el mismo llegando a comprender algo importante, de verdad no podra ver mas un amanecer pero eso ya no importaba, lo unico importante es su caceria, su venganza absoluta antes de ver el sol nuevamente y asi desaparecer...

Hablara por nuestra mano, de eso no lo dude.

Terminaba diciendo adentrandose en esa sala mirandolos de a uno, habia uno que aun se alimentaba pero no les quitaban los ojos de encima, como undepredador buscando la oportunidad de asestar el golpe mortal. Luego estaba Diego Guzman, el hombre que buscaba tambien venganza y por fin podia comprenderlo... pero alli habia alguien mas que llamo su atencion.

Mi nuevo compañero es mas habil para las palabras, creo que es mejor que el realice las preguntas pertinentes... pero tranquilos, no les haremos daño.

Les decia fingiendo saber lo que era y que podia defenderse de cualquier cosa, pero el mismo seguia ignorando gran parte de lo que eran y por eso, la pregunta de aquella dama que parecia estar muy confundida, le atrajo su atencion.

Si... ciertamente nuestros corazones ya no laten, podemos existir sin respirar... nosotros estamos muertos....

-Si de alguna forma sobrevivi,aun tengo que amoldarme a mi nueva condicion.

Pues en realidad no me vendria nada mal alimentarme un poco,desde luego.

Aunque ciertamente me suena esa misma palabra como algo tan extraño y con una mezcla ciertamente extraña de placer y repugnancia.

A veces se paga un precio demasiado alto por la venganza,sabes Anna...

"¿Así que a eso se le denomina frenesí?... Tan interesante como abominable estado del ser", pienso mientras el noble contesta mis preguntas. Asiento con la cabeza ni bien Hardstand se retira y comienzo a recorrer con mi vista el lugar, deteniéndome con parsimonia sobre el rostro de cada uno de los presentes.

Una mujer, de delicados rasgos, murmura una pregunta, ignorando seguramente el estado de la situación. Cerca de ella, dos hombres parecen haber sucumbido a la lujuria de la sangre, algo que ya he experimentado con desagrado, pero que comprendo ahora resulta necesario.

Angriel se apresura a contestarles a estas almas caídas, sacándolos levemente de la duda que les embarga. Ciertamente me da pena, tanto por ellos como por mí, pero es necesario cumplir la labor para la cual fui enviado.

"- Como bien ha dicho, existimos pero muertos estamos... eso es lo que el Señor ha previsto para nosotros- agrego ante las palabras de quien me acompaña-. ¿Desear saber?... no nosotros precisamente... es necesario que se nos vea como intermediarios. Pero si, su deber es respondernos, y más que un deber una forma de expiar levemente su tormento".

Camino un poco frente a los presentes, observando el lugar en el que se encuentran, en el que ahora estamos todos. La humedad me recuerda mis trabajos de antaño... no he olvidado mis servicios a la Santa Iglesia.

"- Será que, si el hombre malo mereciere se azotado, entonces el juez lo hará echar en tierra, y harále azotar delante de sí...- murmuro de espaldas y doy media vuelta-. La situación ha de ser muy simple, hijos míos. Por algún motivo han sido besados por Belcebú y ahora adolecen de tal manera... asesinando, bebiendo horrorosamente el icor de los mortales. Tan sólo deben contestar a una simple pregunta y sus grilletes serán liberados... un ínfima respuesta para ser libres...- les expreso con tranquilidad-. ¿Quiénes son y dónde se encuentran aquellos que han vuelto pútrida su alma, aquellos que los han convertido en lo que son? Contesten esa simple pregunta y el perdón caerá sobre ustedes- concluyo alzando mi rostro y sonriendo de modo afable".

Niego con la cabeza ante la pregunta del cura. 

Es una pregunta de la cual yo no tengo respuesta- comenta. Podía intentar engañarle, pero ¿de que serviría? Tendrían métodos para hacerles hablar y tarde o temprano, sabrían la verdad- desconozco el paradero de esos "seres" que nos han convertido. Puedes estar seguro que en el caso de saberlo lo diría gustoso. Aunque dudo mucho de que tu hubieses cumplido tu palabra de liberarnos.

Entonces estoy muerta, todos estamos muertos. No lo entiendo, no entiendo nada, observo la sangre a mi alrededor, los cuerpos que los otros han desgarrado. No, no soy un monstruo, no soy ese monstruo. El que me contaba Danka en voz baja. Vampyr. No. Me niego a creerlo. 

Dicen que no nos harán daño, pero mis brazos están entumecidos, y tengo sed, tanta sed que casi noto cómo eso tira de mí, pero no soy como ellos, no lo soy. Sacudo la cabeza. ¿Qué quieren de nosotros? ¿Saber? ¿Qué? Yo no se nada. Sólo se que quiero volver a casa, bañarme, cambiarme de ropa, beber agua fresca y...

Cállate, no es pecado pensar en eso, no lo es, Danka...

Necesito pensar con claridad. Miro al sacerdote.

No se nada, no se nada, quiero volver a casa... ¿por qué nos han hecho esto? ¿Por qué?

Mi susurro es quedo, casi para mí misma, pero se escucha perfectamente, para perderse entre los recovecos de las paredes de piedra. Les miro, fray Luis niega levemente con la cabeza, parece que no es la pregunta adecuada, o la respuesta adecuada, pero tampoco se ya qué es real y qué no lo es.

 Levantas la mirada y te ciegas por un segundo por la luz que ves, pero a medida que se va disipando puedes ver una imagen, de un hombre.

¿La verdad? ¿Cual es la verdad? Yo no lo se. Ahora se que si, que estoy muerta, pero a la vez sigo viva.

Callaos, los dos, no me digáis lo que tengo que hacer.

Miro al sacerdote, no puedo mirar al otro, al angel, ¿por qué nos hace preguntas que no sabemos responder? ¿Por qué?

¿Por qué? Ya os lo he dicho, no se nada, no se nada... sólo se que... era una cena, nos invitó, Lord Giovanni, ya se lo dijo a padre fray Luis, que tiene una reputación extraña, pero... Muevo la cabeza a un lado y a otro, negando, ¿cómo podíamos saberlo? La sangre... eso era lo que querían, nuestra sangre, corderos para el sacrificio. Mi mirada baja al suelo, donde no puedo ver la sangre que ahora también hay en lasp aredes, en el suelo, en todos los sitios, que hace que sienta ese tirón dentro de mí, esa sed que aún tengo. ¿Soy una pecadora? ¿Lo soy? Los destellos de lo que vi y lo que sentí vuelven a mí, no quiero recordar eso, no quiero creerlo, ¿qué era? Es la primera vez que salgo de casa sola, la primera vez, y ahora... ya no me queda nada, nada... ella, esa bruja me hizo algo, me... no lo se, no recuerdo apenas nada, sangre, sangre por todos los sitios, sangre de un animal, sangre nuestra, sangre mía, corre entre mis dedos y no la puedo parar, duele, duele tanto que quiero irme, pero no puedo moverme, no puedo hacer nada. Sus ojos, sus ojos azules me miran fijamente. ¿Qué me ha hecho? ¿Por qué? ¿Por qué?

Mantengo la mirada baja, mientras susurro lo que recuerdo, no recuerdo nombres, no recuerdo nada, sólo la sangre que cae por mis piernas, la ropa desgarrada, los gritos, mis gritos, y luego la dulce muerte, que no es tal, las espadas, los hombres que nos llevan, la mujer que me trata bien, que me acaricia el cabello mientras viajamos, y este lugar, la Sed... una silenciosa lágrima rueda por mi mejilla. Si estoy muerta ya no podré tener hijos, nunca.

Mi sed se saciaba y la bestia que dominaba mis actos retrocedia a cada segundo dejandome una vez mas como director de mi propio ser. Las palabras del padre me llegaban una a una mientras intentaba hacer funcionar mi raciocinio, poco a poco las imagenes de lo que habia sucedido volvian a mi mente. La cena en la mansion Giovanni, los invitados peculiares, la "charla" con Sire Wenceslas... y luego... el horror.

La pregunta del padre no tenia sentido, nosotros estabamos malditos por culpa de esos seres y aun asi pensaban que habiamos confabulado junto a ellos... eso era una blasfemia, pero no podia hacer nada para rectificar mi nombre en este momento. Nada, mas que confiar en que la verdad traeria luz a este malentendido.

-No conozco el paradero de la bestia que me hizo caer en esta desgracia... pero con dios como mi testigo si llego a saberlo no habra fuerza de la naturaleza que pudiera detenerme en mi venganza. Padre... soy un caballero de las ultimas cruzadas, quiero creer que la palabra de un guerrero de dios aun significa algo...

Todavia no me erguia sobre mis pies, estaba arrodillado ante la presa que acababa de saciar mi sed. Mientras mas lo pensaba, mas contradictorio era mi discurso... habia acabado con una vida para beber su esencia, y aun asi me hacia llamar guerrero de dios... Solo esperaba que un hombre santo como el Padre que teniamos delante pudiese comprender mi situacion actual... y quizas, liberarme de esta terrible maldicion.

 Angriel escuchaba con atencion mientras ellos hablaban, aunque eran pocos quienes ademas de verlos usaron sus labios para expresar palabras. PEro a pesar de que ellos decian no saber nada de aquellos que los obligaron a cambiar, el no dudaba de que dijeran la verdad ya que seguramente llegaron alli de la misma forma que el.

Tranquilos, no hay Dios que resguarde ya nuestra palabra y a pesar de eso, tampoco hemos pecado ya que no pedimos esto. Pero hablare por ustedes ya que les creo, estoy seguro que no mienten ya que no me extrañaria que llegaran de la misma forma que yo lo hice... ignorando lo que el destino nos preparo.

Habalaba con calma pero aun asi el no bajo su espada, aquel hombre menciono que algunos de ellos fueron consumidos por la lujuria de la sangre, el mismo empezaba a tener demasiada sed pero aun mantenia cordura en su mente, debia mantenerse cuerdo si deseaba la misma venganza que Alessandro buscaba.

-Mm veo otras gentes en este lugar quiene sson sabeis algo de ellos ,invitados tambien Ana??

"- Interesante acusación. Genera ello, por su naturaleza, una deleznable frase- contesto al hombre-. No voy a permitirle que me falte el respeto a mí... señor. De ahora en adelante, le recomiendo cuidar su lengua pues los infortunios aprecian un incorrecto accionar como el que ha tenido- agrego con voz tranquila y observo a la mujer que habla".

Comienzo a caminar hacia la dama. Su rostro pareciera guardar tantas penurias que es imposible no sentir lástima y remordimiento por ella. Pero aún así, la angustia remarca un bello rostro, de ojos profundos y paradójicamente tranquilos, iguales que los de un inocente niño. Miro hacia mi compañero un momento, frenándome, y vuelvo a ver a la señorita que ahora se encuentra junto a mí, balbuceando, lanzando palabras y más palabras, llegando a confundirme.

"- No sé si eres una pecadora, mi niña... eso has de decírmelo con tu propia boca. Y me extrañas, me desconciertas, pues me has dicho que no sabes nada y, sin embargo, haces mención de un Lord Giovanni y un Fray Luís, de una cena, de ¿ella?- le expreso con un susurro contenedor-. ¿Qué me dices de esa cena que Lord Giovanni ha efectuado?... ¿los que se encuentran aquí también han asistido a esa cena, hija? Tu rostro me da paz y sé que has de estar frustrada, dolida, desconcertada, pero no puedo ayudarte si no me ayudas, ¿lo entiendes?... necesito que hables de todos los que nombras, de todo lo que ha sucedido- le expreso de manera amistosa".

La voz del hombre que se alimentaba me interrumpe. Se muestra esbelto, de buen porte y finos rasgos. Me decanto en no dudar de su palabra pero, ¿qué hace aquí un cruzado?

"- Un servidor que ha luchado contra los otomanos sin duda es alguien respetable. ¿Así que ha prestado su espada y corazón a Dios y al Rey Segismundo?... desdichada derrota he de decir, pero valiente accionar- le expreso al caballero-. Sin embargo, necesito que me explique en dónde le han hecho esto... le solicito a usted que me confíe sinceramente todo lo que sepa. ¿Dónde, repito, le han hecho esto?, ¿a quiénes ha visto o con quiénes ha hablado por última vez?... ¿conoce al Lord que la señorita ha mencionado? Sus palabras serán un acto de fidelidad y justicia... tengo fe en usted, confíe en mí y hábleme de su desdicha... el acto que ha cometido ahora -le digo observando el cadáver- no podrá limpiarse con facilidad, pero colabore en lo que le pido y la gracia estará cada vez más cerca suyo".

Camino hacia el centro del cuarto, donde primeramente me hallaba. Sus palabras no parecen ocultar verdad, pero demuestran resentimiento. Algo entendible por la situación, pero también algo que no necesito ahora. Angriel les habla tratando de tranquilizarlos, pero algo en sus palabras me molesta.

"- Tenga cuidado hombre, porque Dios si se encuentra presente aquí y siempre habrá de resguardarnos. No ha sido el primero y no serás el último a quien el Señor ponga a prueba su fe. No admitiré una herejía tal, así que modere sus palabras- le expreso, demostrándome algo irritado".

Miro a los que han hablado, con cierto pesar en el rostro. Llevo mis manos hacia atrás, donde se sujetan y se apoyan en mi espalda.

"- Si aseguran no tener respuestas para mis primeras preguntas, ahora he hecho otras a las que pueden responder. E imagino que no necesitaré hacer otras para que supongan que han de hablarme sobre todo, cualquier cosa- afirmo con voz seca y dura-. No admitiré más faltas de respeto... he sido amable con ustedes, no quiero que menosprecien la forma en que los estoy tratando- agrego sonriente".

Un sonido se escucha, una voz. Un hombre se muestra, vocifera, pero no me es conocido. El nombre que dice hace que mi ceño se frunza.

"- ¿Anna?... ¿Qué hace la señorita Valerius aquí?- pregunto con seriedad".