Partida Rol por web

La Ultima Cena

Sin fe, sin razon

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28/03/2010, 19:21
Director

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28/03/2010, 19:23
Director

Escena I: Traveler

Hace varias semanas recibiste la visita de un mensajero ricamente ataviado. Te llevaba una invitación perfumada para que asistieses a un sintuoso banquete en la mansión del señor Claudius Giovanni. Una invitación como ésta es un gran honor, que no puede ser desdeñada a la ligera, ni siquiera aunque provenga de alguien tan misterioso y de tan siniestra reputación como Claudius Giovanni.

Sentado en la penumbra de tu habitacion mientras piensas que hacer mientras tu cuerpo se revela una vez mas, pensando en la joven dama que habia en la ultima misa, en la misa de la noche que has dado. Sus sonrosadas mejillas, sus labios carnosos, sus pechos turgentes y sus manos...dios sus manos enredadas en su rosario...

Bajo toda esa ropa tiene que tener un cuerpo que haria pecar hasta al mas santo. Llaman a la puerta y al otro lado hay un criado ricamente vestido que te comina a que le acompañes para ver a su señor, se esta muriendo y desea confesion.

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28/03/2010, 19:41
Uriel Dimódica

Mis manos tapan mi rostro tratando de ocultar la vergüenza. Los pensamientos van y vienen. La carne, trémula al recordar el rubicundo y profano ser que devoto se lanzaba al regocijante rezo, me arrebata la poca entereza que aún me queda.

Siento las piernas flaquear y caigo de rodillas frente a la cama; instantáneamente rebusco debajo del camastro tratando de encontrar mi azote, el vehículo para la purificación de mi frágil existencia humana. Sin éxito, junto mis manos y apoyo mis codos en el lecho, dejando caer mi frente entre mis dedos.

"Perdóname Padre porque he pecado. Perdóname Altísimo por ser humano, por mi diaria imperfección, por mi gran ego, por la soberbia de mi corazón. Te pido perdón y también a la vida, tantos errores, tanto dolor causado. Cuanto tiempo perdido tratando de encontrar en mí lo que debí buscar en ti, en el verdadero amor, en tu amor...".

De repente mis ojos se abren. Un sonido me interrumpe y coarta la purificación de mi alma. "- Más vale que sea justificada esta interrupción- me digo a mí mismo por lo bajo mientras me levanto y comienzo a caminar hacia la puerta".

Abro el portal de mis aposentos y observo la figura de un hombre... "- Muy bien hijo, espere un momento aquí- le contesto luego de escuchar su súplica".

Vuelvo a introducirme en el cuarto y busco mi bolso. Ahí guardo lo necesario pues es cosa común la confesión para uno. Salgo nuevamente y exhorto al criado a que me guíe donde el hogar de su señor.

"- Me gustaría saber quién es el hermano que se ha encomendado a nuestro Señor Jesucristo y la Santa Iglesia en su viaje hacia el Padre... ¿podría sacarme esa duda, querido?- le pregunto al criado".

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28/03/2010, 22:24
Director

Padre, mi señor, Maese Condiettore, enfermo esta noche, arde en fiebre y los medicos dicen que no sobrevivira, su hermosa y piadosa hija os pide que por favor le acompañeis en sus ultimos momentos.

Pobre muchacha viene a visitarle despues de decidir profesar votos, ahora debera tomar esposo para darle la ultima alegria ese marchito cuerpo.

Hay un carruaje fuera con las ventanas cubiertas por cortinas. os llevare con el a la casa, la señorita Isabella os contara mas por el camino dice abriendo la puerta y mostrando una figura con un velo que cubre su pelo y rostro, con un vestido recatado y las manos blancas, perfectas enredadas en un rosario negro.

Pasad padre, no podemos perder tiempo murmura suavemente sin levantar el velo, solo la cabeza

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29/03/2010, 21:31
Uriel Dimódica

Mientras escucho atento las palabras del criado, camino junto a él por los pasillos que nos dejarán en las afueras del hospicio. Por mi cabeza resuena el nombre Condiettore y hago esfuerzos por hilvanar los lazos que lo unen con su aparente nobleza. Un servicio como el que he de mostrar ahora no es algo que ejerza en persona con normalidad.

A cada paso que damos las palabras brotan de mi acompañante cada vez con más prisa y torpeza. Parece encontrarse apenado en demasía por la situación y eso me dice mucho. Al parecer, ha de ser un hombre de gran confianza para su señor. Lo miro con tranquilidad y hago una perdida sonrisa.

"- Tranquilo hijo, no hay necesidad de caer en sobresaltos y penas. Nuestro Padre nos allana el camino para acercarnos hacia él, y dichosos hemos de sentirnos al saber que nos espera para cuidarnos durante la eterna existencia en el paraíso- le digo para que se tranquilice y me acerco un poco hacia él-. Has obrado correcta y generosamente para con tu señor, y eso será recompensado por Dios. Llévale paz a tu alma, pues tu amo no debe temer nada ya... Jesús el Salvador guiará su camino hacia las puertas del Cielo".

Una vez fuera del lugar, me acerco hacia el carruaje y subo al encuentro de la dama. Asiento con la cabeza en respuesta a su saludo y me siento.

"- Hija mía... su criado me ha explicado lo sucedido, aunque me han quedado dudas debido a la presteza y lo ininteligible, en momentos, de sus palabras. Me gustaría que usted me contase con tranquilidad lo que sucede- le menciono-. Por cierto, albergo una duda en base a lo que he entendido- agrego-. Además de la confesión que debidamente necesita su padre, ¿desea usted mi bendición?- pregunto con duda mientras frunzo un poco el ceño".

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29/03/2010, 23:01
Isabella

Levanto el velo mostrandole mi rostro angelical mientras intento no hacer ningun gesto extraño, soy una buena cristiana.

Os lo agradezco padre, pero aun asi, es mi padre el que os necesita mucho mas que yo.

Mis manos abandonan mi regazo y se cogen a sus manos con un gesto de miedo, de desazon, de esperanza tal vez.

Estaba bien, perfecto, antes de que fuera a misa, al volver estaba tirado en el salon, junto al estudio ardiendo en fiebre. Nuestro señor no me lo puede arrebatar, es lo unico que me queda, renunciare a profesar mis  votos para poder hacerle feliz y casarme con un buen hombre que me eliga.

Mi perfume, rosas envuelve todo el lugar, saliendo desde mi interior, desde mis ropas para llegar a su nariz, para mostrarle lo que soy, mientras mi pecho sube y baja. El velo se desliza de mi pelo y descubre hasta mis pechos cubiertos hasta entonces, ocultos bajo el vestido ajustado al talle.

Me acerco y me abrazo Por favor, no dejeis que muera... mi aliento roza su mejilla y su lobulo mientras mi corazon sigue agitado.

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30/03/2010, 00:52
Uriel Dimódica

Observo anonadado la belleza de la muchacha. Su rostro, sus labios rubicundos que resaltan entre las luces que se cuelan en el carruaje. Muevo mi cabeza asintiendo por sus palabras sin poder emitir frase alguna.

Repentinamente, mi vista cae hacia mi regazo y observa sus jóvenes manos sobre las mías. Pasa un instante y otro mientras ella continua hablándome. Escucho lo que dice, que me habla sobre su padre y su pesar, pero no puedo apartar mi vista de sus tersas y suaves manos.

Alzo mi rostro con la boca abierta dispuesto a esputar unas palabras que pudiesen tranquilizarla, pero su rostro se manifiesta ante mi, tan cercano que puedo sentirlo rozándome. Mi boca permanece abierta y mis ojos comienzan a cerrarse paulatinamente ante el aroma que porta la joven. Aspiro levemente y empieza a vislumbrarse en mi mente, en mi imaginación, un campo de rosas rojas que cubre el suelo. En un claro, veo a Isabella recostada bajo la sombra de un árbol y custodiada por los rosales. Su cuerpo desnudo parece temblar en momentos por culpa de una leve brisa que lleva y trae el aroma de las flores, y unas ráfagas de luz del sol se filtran entre el follaje del árbol, iluminando sus ojos.

Instantáneamente salgo del letargo que produce mi imaginación cuando escucho las palabras de la doncella en mi oído. Siento el aroma de su perfume con más intensidad aún, y reparo en que se encuentra abrazándome y con su rostro pegado a un costado del mío. Giro mi cabeza para observarla y mi boca aún entreabierta me acompaña. Percibo su hálito rozar mi mejilla, lo cual vuelve mis movimientos aún más trémulos. Antes de poder verla, me detengo en seco. Noto un calor que me recorre, que envuelve mi estómago por completo.

Súbitamente reparo en que he caído presa de mi propia debilidad. "No es momento, no puedo, no ahora", me digo mientras experimento, al sentir mis genitales, que mi virilidad a actuado a expensas mías. Tuerzo mi cara para observarla y tomo con mis manos sus hombros, apartándola de mí y depositándola en su asiento.

"- Hija...- comienzo a decirle mientras mi pecho se mueve espasmódicamente-. No he querido faltarle el respeto con mi brusquedad..., pero entienda que un hombre... de fe como yo no puede andar... teniendo contactos tan privados con damas- le digo entrecortadamente producto de mi respiración-. Sin importar si son tan delicadas y bellas como usted- agrego sonriendo".

Me quedo observándola un momento, tratando de recobrar la compostura, y llevo mis manos hacia mi ropa, alisándola un poco. "- Querida, no te preocupes por nada. Dios es grande y su sabiduría es eterna. A través de la fe lo salvaremos... sólo reza hija mía y la paz llegará tanto a ti como a tu padre- le expreso para tranquilizarla".

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30/03/2010, 18:41
Isabella

Le miro mientras una lagrima se desliza por mi mejilla, callendo por mi barbilla sobre mi regazo

Tengo fe padre, pero no se si Nuestro señor la tendra en mi y escuchara mis rezos. Le prometi que solo seria suya, que tomaria votos...pero ahora no puedo. ¿me perdonara?

arrugo mi vestido mientras sigo bajando la mira al suelo del carruaje.
Padre quiero confesion, he tenido pensamientos poco puros, he soñado con hombres que... me sonrojo sin levantar la mirada...Me hacian cosas que no aprobaria nuestro señor.

LE ha castigado por ello, por mis pensamientos, por lo que he deseado al ver a alguien. Soy una pecadora padre, deberiais castigarme susurro mientras niego y levanto la mirada con los labios temblando.

¿que me aconsejais? tengo miedo, miedo de perder a mi padre, de...mis ojos inundados en lagrimas mientras mi cuerpo me pide que salga corriendo gritando.

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06/04/2010, 06:04
Uriel Dimódica

Escucho sus voz sin inmutarme. Al oír sus palabras sobre su promesa inconclusa, sobre sus votos, arrugo un poco la frente en disgusto por enterarme de tal cosa. Sin embargo, la observo y continúo observándola, y no puedo lograr enfadarme con ella. Su rostro comienza a empaparse en lágrimas y yo sólo la veo desde mi asiento.

Tomo aire para no perder la calma nuevamente y acerco mis brazos hacia ella. Tomo una de sus manos con una de las mías y luego hago lo mismo con la otra. Las junto haciendo que las frescas y delicadas palmas de la muchacha se unan y luego me voy hacia atrás, a la posición en la que me encontraba anteriormente.

"- Vuelvo a repetirte hija... ése es el mejor consejo que puede uno darte. Ora mi niña, ora y expía tu pena- le digo señalando sus manos que se encuentran en posición de rezo-. Cierto es que has cometido un grave error al traicionar a la Iglesia y Nuestro Señor abandonando tus votos... cierto es que eres una pecadora de mente y que debes redimir tu mal. Pero, querida, Dios no castigaría jamás de esta manera a tu padre por lo que has hecho... no lo castigaría así por pecados que no fuesen... suyos... mi niña- menciono observándola fijamente".

Siento cómo una dicotomía se cierne en mi interior, luchando entre el placer que me suscita la joven y el deber para con mi fe. La miro entre las sombras del carro... presiento que mis últimas palabras no han sido de su agrado, pero no podría jamás retractarme.

Saco de entre mis ropas el crucifijo que siempre porto y comienzo a acariciarlo. Eso siempre me ha dado la tranquilidad que necesito, en todo momento y todo lugar. Al mismo tiempo, miro hacia mi compañera con una leve sonrisa en mis labios.

"- Signorina, no debe atormentarse por lo que me dice... yo no podría jamás castigarla. El hombre es un ser imperfecto y nuestro trabajo es lograr la perfección de manos del Señor. Pero hay algo que Dios jamás podría obviar, algo muy fuerte y bueno, y eso es el amor y respeto que tiene por su padre... eso es suficiente para perdonar los errores que ha cometido- expreso mientras observo como reacciona a mis nuevas palabras".

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18/04/2010, 22:08
Isabella

Sonrio mientras le miro a los ojos mientras mis labios esbozan una debil sonrisa de gratitud

Padre, pero aun asi...si mis pecados han llegado a rozarle, no quiero nada mas que recibir mi justo castigo el que me imponga un siervo de Dios.

Es lo mas perfecto al Señor que hay entre nosotros.

Mi mano va hacia el crucifijo que tiene en las manos y lo acaricio con las yemas con suavidad mientras por error tambien rozan su piel, sonrojandome y apartandola.

Nuestro señor os escuche y le salve. Pero...me gustaria que fuerais mi confesor personal, se que puedo confiar en vos lo suficiente como para que mi alma sea salvada.

Me echo hacia atras a mi asiento mientras la cinta que cierra mi corpiño se rompe, demasiada tension y se afloja, cubro con un pico de la capa esperando que no haya visto nada, que no crea que intento algo que no debo con el.

 

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19/04/2010, 19:53
Uriel Dimódica

Sonrío tenuemente ante sus palabras y asiento con seriedad. Me agrada sobremanera su forma y respeto para dirigírseme, aunque me obnubila en cierta medida su belleza.

Observo como acerca su mano y toca mi crucifijo. Percibo el calor de sus manos y como, por accidente, terminan en las mías. La miro sin cambiar el semblante y sonrío ante su reacción. Ya me siento más tranquilo conmigo y mis sentidos, por lo que no me afecta tal situación.

Repentinamente, un accidente hace que sus pechos se suelten, a lo que ella atina rápidamente a cubrirse. Por mi frente comienza a correr una helada gota de sudor y siento en mi pecho las palpitaciones cada vez más fuertes. Nuevamente me abstraigo de mí, y la veo ensueños... desnuda, en el carro, iluminados sus pezones por la escasa luz lunar. Tomo aire y cierro los ojos, al momento que trago saliva y vuelvo a abrirlos. Todo ha pasado, fue sólo un traspié, algo que me resultó más rápido aunque no más fácil afrontar.

Mi cabeza comienza a moverse sobre sí misma y me remuerde por dentro. Me siento un Adán afectado por la tentación, y frente a mi una suave, joven y deliciosa manzana que me insita a morderla. Me pongo algo más tieso y ubico mis ideas... ya ha pasado, es necesario reflexionar.

"- Ese es mi trabajo querida, esa mi misión. Estoy para escuchar tus palabras y liberar tu alma- le contesto, despejando mi cabeza un poco-. Cuéntame hija, háblame sobre tus pesares, sobre tus pecados...".

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19/04/2010, 21:13
Isabella

Creo que algo ha pasado por que, aflojo mi mano, mientras dejo que se revele algo de mi blanca piel cuando me pide que le cuente mis pecados.

Miro al suelo avergonzada.  Padre yo...titubeo mientras me muerdo el labio inferior.
Deseo lo que no puede ser mio, a un hombre que nunca podra tomarme como esposa pues ha echo votos. En mis pensamientos me castiga, me azota, me golpea antes de tomarme con brutalidad, de hacerme suya. De llenarme de él.
Ese hombre no tiene rostro pues si lo tuviera haria lo posible para que no se acercara en mi camino.

Un bache en la carretera y salto cayendo sobre el mirandole desde una posicion mas baja...

Tomadme aqui y ahora padre, tomadme y hacedme vuestra...

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19/04/2010, 21:19
Uriel Dimódica

Observo cómo la prenda que la cubre comienza a correrse. Detrás de ésta, su blanquecina piel asoma, más sugerente que nunca.

Me corro de mi asiento un poco hacia adelante, luego que asiente a mi oferta de confesión. Su voz parece trémula, llena de remordimiento. Sus ojos, que deberían ser joviales, se cubren de un misticismo que me atrapa y hace que comience a sudar nuevamente. Acerco mi rostro y la escucho, y sus palabras comienzan a incomodarme.

"- Hija...- le contesto-. Tu...- alcanzo a decirle y un movimiento brusco la deja postrada ante mi".

De sus labios salen palabras que me atormentan y atrapan. Ya no hay salida para mí, su voz me ha endulzado a tal punto que mi ser se vuelve trémulo. Caigo arrodillado junto a ella y nuestros rostros quedan a una ínfima distancia. Mi mano izquierda cae sin control sobre su cintura, sujetando su abdomen, mientras que la otra cae con desenfreno involuntario sobre su nalga, la cual comienza a apretar como si actuara sola.

Abro mi boca y unos sonidos incoherentes se presentan. Siento su respiración en mis labios y la agitación de todo su cuerpo en mis manos. La sujeto con más fuerza aún y voy acercando su cuerpo hasta que entramos totalmente en contacto, hasta que prácticamente cae sobre mí. Una mueca, casi una sonrisa, se dibuja en mi boca.

"- Amén- le digo lascivamente, al momento que muerdo sus labios y comienzo a besarla".

Mis brazos comienzan a moverse con presteza, yendo de sus senos hacia su cuello, y de sus piernas nuevamente a sus nalgas. Mi boca se mueve con desenfreno, besando y mordisqueando sus labios, sus mejillas, oídos y cuello...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ya que estamos, hago la tirada igual XD.

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20/04/2010, 00:09
Isabella

Su aliento, sus labios, su cuerpo...caliente, calido, todo mio en este momento en este lugar.
Pecadora es la palabra que cruza mi mente. Pecadora, lasciva, sucubo...pero es mio, solo mio.

Una sonrisa recorre mis labios mientras los besa mientras intento que su sotana se abra para que pueda tomarme, mi cuerpo anhela sentirle anhela probarle...
Mis labios van a su cuello mientras le muerdo la piel, mientras se la chupo, mientras algo mas primario sale de mi interior, algo mas que el simple deseo me domina.

Muerdo su piel, su sabor me invade,su textura, su simple...alma podria decirse que saboreo su alma. Es un lugar como otro cualquiera y sus manos, que recorren mi cuerpo, me dicen que ha estado con otras mujeres que las ha tomado como me ha tomado a mi, como me tomara todas las noches a partir de esta noche, como dejare que disfrute de mi...

Es la comunion de dos cuerpos, la union, Adan y Eva, no, no soy Eva, soy Lilith, soy su primera mujer soy la lasciva cortesana, la puta que se acuesta con reyes y papas, soy...magister.

Amen susurro mientras gimo entrecortadamente por sus besos y caricias.

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21/04/2010, 00:12
Uriel Dimódica

La siento gemir y mi humana excitación crece y crece sin parangón. Mis manos comienzan a humedecerse al igual que el resto de mi cuerpo, y vuelvo a sentir más y más gemidos. Su rostro parece rubicundo y extasiado; no puedo detener mi acometida, continúo besándola en sus mejillas, sus labios, su cuello, su pecho.

No puedo contener más mi deseo y paso de los besos a los mordiscos. Paso mi lengua por su temblorosa piel y aprieto cada vez más su cuerpo. Sin poder contenerme, tomo con mis manos su vestido y comienzo a bajarle las mangas, y hago lo mismo con la fascina que cubre sus senos. Preso de mi libido, empiezo a morder sus pezones y lamerlos, pasando mi rostro de a momentos y volviendo a besarlos.

El éxtasis me atrapa en un vórtice de placer desmedido. Ya no hay Edén alguno, sino el carro que nos cubre y la luz tenue que nos deja en la penumbra y el regocijo pleno. Paso mis labios por todo su cuerpo desnudo y llevo mis manos a sus piernas. Comienzo a tomar su vestido y subirlo de a poco, mientras me entretengo lamiendo su cuello y orejas.

Soportar el calor que cubre mi viril existencia se transforma en una tarea herculina. Levanto salvajemente lo que queda de su vestido y bajo su culote para dejar la joven y suave piel al descubierto. Mis manos parecen endemoniadas, manejadas como títeres de una abominación que me ha poseído. Una de ellas se mantiene en sus pechos acompañada de mi lengua y la otra baja a su entrepierna, comenzando a frotar el paraíso que con ahínco deseo explorar.

Sin dejar de complacer su pecadora excitación, comienzo a correrme la sotana y bajar mis pantalones, dejando mi miembro al descubierto. Comienzo a rozar su vulva con mi falo, y acaricio los vellos del monte que Venus decidió bautizar.

Mi descontrol se hace completo. Muerdo sus labios con un salvajismo atroz, aunque sin dañarla. La tomo de sus nalgas y la levanto un poco para traerla hacia mi.

"- Ven aquí mi niña- le susurro al oído sonriendo, en un estadío de lascivia y cinismo que no me detengo a comprender".

La dejo caer despacio mientras acomodo mi pene, y siento la divina humedad de su interior recorrerme. La tomo de los hombros y presiono, para buscar ese placer que otras veces he encontrado. La siento mía, inmaculada, carne angelical, perfección de la creación de los cielos. La observo mientras muevo su pelvis y me lanzo a sus pechos nuevamente, ahogado por una embriaguez que con gozo me corroe.

Notas de juego

Espero no haberme desubicado, jeje. Si es así, mis disculpas.

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03/05/2010, 18:52
Isabella

Seda, eso es lo que es mi cuerpo para su tacto, eso es lo que es mi roce para su sensacion eso es lo que sere mientras toma mi cuerpo mientras lo hace suyo.
Hija de Lilith es lo que soy, provocadora, seductora y tomadora de lo que deberia ser prohibido, pero aun asi.

Sonrio mientras su cuerpo se une al mio y lo toma, lo hace completamente suyo como...el desea que sea con una pequeña ayuda.

Si padre, vuestra niña esta aqui. le susurro antes de que entre en mi, de que arquee la espalda para recibirle mientras mi cuerpo destila los jugos que haran que sea mucho mas placentero para el.

Gimo con los ojos entrecerrados mientras su rostro se hunde en mis pechos mientras su respiracion esta en mi piel, mientras sonrio para mi alzandolo la cara y besandole los labios hundiendo mi lengua en su boca.

Soy una pecadora padre, pero, no tanto como vos. Un solo pensamiento antes de besar su cuello antes de lamerlo y antes de abrazarle con fuerza para que no pueda separarse. Mis colmillos crecen y le muerdo en el cuello para beber.
La sangre de un sacerdote es tan apetecible y mas si es un hombre tan pecaminoso, cae por la comisura de mis labios mientras sigo bebiendo subcionando su vida haciendola mia, dandole mas placer del que sentiria con otra cosa, arrebatandole todo mientras queda entre mis brazos como una muñeca, se para el carruaje y se abre la puerta.

Llevale dentro a la habitacion, que preparen mi baño. Digo sin mirar al cochero mientras me separo los labios aun con mis colmillos en mi dentadura lamiendo la herida para cerrarla y luego me chupo los labios con la lengua

Nos veremos ahora padre susurro a su oido con un tono lascivo mordiendosela. Me arreglo el vestido poniendome la capa y saliendo mirando a los criados que hay alli ,le llevaran a la habitacion y eso es lo unico que me importa, le he elegido bien.

Dejo la capa en el suelo mientra me voy quitando el vestido y subiendo las escaleras de marmol blanco hacia mi dormitorio donde me aseare y donde le recibire adecuadamente.

Desnudo en mi cama, mientras le observo, con mi bata roja como la sangre que es vida y una copa en mis manos, me acerco y le beso en los labios separandome chupandole el inferior.

 

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03/05/2010, 19:19
Uriel Dimódica

Los gemidos nos inundan. Me lanzo a un baile desenfrenado que mantiene nuestros cuerpos unidos. Su piel... siento esa piel y enloquezco por demás. No puedo entender el por qué, sólo me lanzo a esa necesidad imperiosa de tenerla, de hacerla mía.

Su voz resuena en mis oídos y no puedo hacer más que excitarme y cumplir mi cometido. Siento su cuerpo moverse, siento su juventud y feminidad encontrarme, siento su besos y caricias.

De pronto el éxtasis, la sublime percepción del paraíso. Mis sentidos su obnubilan, se pierden en un torbellino de percepciones incomprensibles. Gritos ahogados se escapan de mí. No comprendo el placer que siento, un placer que jamás en mi vida había sentido. Pero no me importa en absoluto, pues creo ver el cielo y el infierno al mismo tiempo, creo nadar en nubes de un placer adictivo. Y sin entender nuevamente un por qué, la oscuridad absoluta.

El calor me abraza. Comprendo que no me encuentro en el carruaje pero no donde estoy. Trato de abrir los ojos y se me dificulta, y vuelvo a intentarlo aunque con parsimonia. Termino rindiéndome ante la calidez de las sábanas que me tapan. Vuelvo a dormirme.

La presión en mis labios hace que despierte asustado. "Sigo aquí... no fue un sueño o mi imaginación", pienso. Miro a un costado y observo la figura de una mujer a mi lado. Recorro su cuerpo con mi vista hasta llegar a su rostro.

"- ¿Isabella?- pregunto confuso al verle la cara".

Su rostro ha dejado de parecerme angelical como lo fue en el carruaje. La veo sonreír y en su mueca percibo algo extraño. Más aún, mi cabeza trabaja con rapidez sin poder hilvanar sucesos, lo que me genera una suerte de rechazo tanto al lugar en el que me encuentro como a la muchacha.

La miro fijamente. Mi respiración se agita cada vez más por la inseguridad que siento. Sin embargo, mantengo mi dureza y levanto mi rostro.

"- ¿Qué demonios ha pasado? ¿Dónde me has traído... bruja?- le pregunto despectiva y judiciativamente".

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03/05/2010, 21:58
Isabella

Sonrio mientras le miro a los ojos
No me mires asi padre, simplemente te desmayaste despues de hacer algo demasiado pecaminoso para algunos pero placentero para otros.

Suspiro mientras sigo mostrando la imagen angelical aunque algo me dice que no servira de mucho. Esta es mi habitacion, los criados no diran nada, cuando te desmayaste tuve miedo que fuera un castigo del cielo por no ser una buena hija y cristiana por haber seducido a uno  de sus siervos.

Tuve tanto miedo de perderos...tal vez si sea un poco bruja. replico mientras no me separo del lecho mostrando insinuante mis pechos bajo la bata.
Ningun espejo en la habitacion, nada que pueda delatarme y el suelo cubierto de alfombras para que no digan nada y nada sea observado.
Mi padre ha muerto, parece que mientras veniamos, se quedo dormido y...ahora estoy sola, nadie me va a ... caigo desmayada sobre la alfombra con la respiracion pesada.

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03/05/2010, 22:54
Uriel Dimódica

"¿Desmayarme?... ¿por qué me he desmayado?", cavilo en mi cabeza. Jamás me había sucedido algo como eso en una situación en la que he estado con una mujer. Mi rostro cambia de la dureza a una tranquilidad y comprensión.

Escucho sus palabras, su cautela al albergarme aquí. En mi mente comienzan a encontrarse diferente pensamientos. Sé que es lo que deberé hacer luego que esto pase, pero no deseo hacerlo. Ella muestra su sonrisa ante mí de nuevo y yo me esfuerzo por no perderme en mis alucinaciones. Es preciosa, tanto y más que las flores que cubren los prados en primavera.

"- Disculpa mi brusquedad, mi niña. Gracias por tu preocupación- le digo con gesto amable-. Y no te atormentes... no eres una mala cristiana. Como te dije, ambos somos humanos... y como tales, somos imperfectos- agrego esbozando una sonrisa".

Mis ojos buscan los suyos un momento y luego bajo mi rostro. Observo las sábanas de seda que cubren la cama y luego giro mi vista a la delicada bata que cubre el cuerpo de la muchacha. Mi mirada comienza a seguir la línea de su figura y me detengo en sus pechos. Las imágenes del carruaje vuelven a mi mente y trato de dispersarlas. Ella me habla de su temor, de su padre que por desgracia ha fallecido, pero yo simplemente me quedo admirándole.

Repentinamente, sus palabras se entrecortan y observo cómo comienza su cuerpo a caer. Mis ojos se abren de par en par, mi cara se llena de confusión. La joven cae en el suelo y yo me lanzo tras ella, saliendo de la cama y poniéndome a su lado.

"- ¡Isabella! ¿Isabella te encuentras bien?- pregunto con fuerza y preocupación, mientras palmeo su rostro".

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04/05/2010, 00:22
Isabella

Me llevo la mano a la frente mientras intento levantarme y niego
No lo se, puede que no haya comido suficiente o cualquier otra cosa. Siento preocuparos tanto en tan poco tiempo.

Tomo su mano en la mia y la aprieto esta fria
Abrazame tengo frio, mucho frio y miedo
Vale si es una mentira pero estoy jugando a ser una dama en peligro y completamente perdida en este mundo de hombres.

¿Me ayudareis?¿me protegereis? todo el dinero que me ha dejado mi padre lo usare para ayudaros a vos tambien a ser mas de lo que sois...

Es la hora de probar si caera en algo mas.
Yo, mi dinero, mis titulos y lo que sea necesario.  Cierro los ojos para contener las lagrimas fingidas.

los contactos de mi familia en Roma, pro favor no me dejes como me ha dejado él. no era adecuado para ser mi hijo pero tu si lo seras si respondes adecuadamente.