Partida Rol por web

La Ultima Cena

Sin fe, sin razon

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04/05/2010, 01:05
Uriel Dimódica

Tomo sus manos y la separo un poco de mí. Dejándola aún en el suelo, me pongo en pie observándola constantemente.

"- No- respondo con sequedad absoluta".

Mis ojos escrutan su rostro. Hasta aquí ha llegado lo que puedo hacer por ella. No puedo perder todo lo que he forjado todos estos años: mi posición, mis obligaciones, el temor y respeto que despierta mi nombre. Bajo mi cara observando el suelo un momento y luego vuelvo a verla.

"- Lo siento Isabella, pero no puedo acceder a tal petición. Tengo una obligación que he de cumplir, un mandato divino... No puedo hacer tal cosa, no puedo ni quiero renunciar a ello- aclaro severamente".

Los recuerdos del carruaje regresan nuevamente. Sin embargo, ahora no hay éxtasis alguno, sino la rememoración de algo que necesariamente debe ser acallado para poder cumplir mis deseos.

Me acerco a la cama y tomo asiento. Con la mirada, busco mis pertenencias por la habitación sin una intención real de encontrarlas. Tan sólo trato de despejarme un momento. Es una noche un tanto extraña, se ha dado de una manera que realmente no esperaba.

"- La protección de mi parte la tendrás, Isabella... No debes preocuparte por ello- le aclaro un poco más tranquilo y amable-. Yo velaré por tu seguridad, mi niña... no voy a dejarte. Y el dinero, respecto a lo que mencionas, no es importante... a lo sumo realiza los diezmos o donaciones a la Iglesia, pues ella reza por tu alma- agrego".

Me levanto y camino hacia ella. Extiendo la mano para ayudarle a levantarse y le regalo una calida, aunque insegura, sonrisa.

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04/05/2010, 18:07
Isabella

No esperaba que dijera eso pero no lo demuestro en mi mirada mientras me habla  y me ayuda a levantarme del alfombrado suelo.

Vuestras ropas estan siendo lavadas para que podais ponerlas limpias y aseadas, que no tengan macula alguna si, se que estabas buscando, pero no vas a escapar, no desde que la he probado he elegido y seras mi chiquillo te guste o no.

Lo se padre, pero tambien debeis salvar mi alma pecadora y os ofreci ser mi confesor, espero que no lo rechaceis ahora y que me cuideis en mi casa en la capilla que tengo para mis rezos diarios.

Me levanto con cuidado y me siento en la cama y cubro mi rostro con mis manos mientras tomo contacto con las sombras de la habitacion y no dejo que la ira me domine pero es tan tentadora.

Tan fuerte es tu fe en Dios. TAN FUERTE Ni me doy cuenta que he alzado la voz, que las sombras me rodean y que le miro con mis colmillos sin importarme que me importa. Pues tu dios no te ayudara en este lugar, eres mio

Salto sobre el, es lo ultimo sera mio hoy y mañana si quiere morir lo hara por su propia mano.

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04/05/2010, 18:39
Uriel Dimódica

Sus ojos son diferentes, me intimidan más que confortarme. Ya no es igual al sentimiento que fluía en el carro... ahora es más... terrorífico.

Las plegarias de la joven no me inmutan. No hay forma que pudiese dar un paso a un costado, pues el destino me ha marcado como un servidor de la Iglesia. No importan los errores que haya cometido o los que cometeré, pues he realizado todo este tiempo un favorable trabajo en el nombre del Señor.

Nos sentamos en la cama. Sus sollozos son débiles al principio, pero después se transforman en iracundas respuestas que terminan por sobresaltarme. Su rostro ha cambiado, así como el lugar en que me encuentro. La mano de Lucifer parece haberle tocado. Es una hija del mismísimo Satanás... y me ha atrapado.

Observo los colmillos que surgen en su boca y me corro hacia atrás en la cama con el rostro cubierto por el pánico. Me aferro al crucifijo que llevo conmigo, pero ella se lanza sobre mí haciendo que lo arranque de mi cuello.

Trato de superar el miedo que me invade, la sensación de una presa que ha caído en las fauces de una bestia.

"- Mi fe es lo único que me queda. Dios es nuestro protector, es el que nos defiende, es el que me diferencia de una demonio como vos- le contesto con vos trémula pero seguro de mí mismo".

La fuerza que demuestra es superior a la que jamás hubiese pensado. Tan frágil su cuerpo, su rostro, ahora parece un animal salvaje que me tiene acorralado. En mi mano mantengo el crucifijo y comienzo a girar la rosca que posee.

"- Expía tu pecados, aléjate de Satanás- le digo serenándome de a poco mientras cierro los ojos-. In nomine patris et filii et spiritus sancti- rezo repetidas veces, y le lanzo un poco del agua bendita que llevo, en el rostro".

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04/05/2010, 19:46
Isabella

Dios, Dios no existe en este lugar, no hay Dios. No es amoroso, es cruel por que me creo a mi y a los mios, por que nos maldijo.

El agua me golpea en el rostro, resbala hacia mis labios, los lamo con la punta de la lengua mientras gotas caen sobre su pecho, me inclino besando el crucifijo y lamiendo luego el pecho con mi lengua.

Deliciosa, pero no me hara nada, estas supercherias no son reales. Me encanta como os creeis todas las historias de viejas.

Acerco mis colmillos a su cuello mientras lo acaricio con la punta mientras mi piel roza la suya. La muerdo  clavo la punta mientras hilos de sangre salen de su interior mientras le sujeto contra la cama.

Mientras le araño, mientras su sangre recorre con finos hilos su piel mientras la lamo y la chupo.

Ultima oportunidad, solo di si, me tendras todas las noches...
le miro  a los ojos sera que no, me da lo mismo. Los negros tentaculos le aferran a la cama, mientras mi bata cae mostrando mi cuerpo perfecto mientras le miro y sonrio echando su rostro a un lado.
Disfrutalo, yo lo hare me inclino susurrando contra su oido  y clavo mis colmillos en su cuello bebiendo su vitae, su halito vital y mi alimento mientras le doy el placer mas incebible que pude experimentar siendo humano y mortal. Cuando le escucho gemir aflojo los tentaculos para que sus brazos sean libres mientras sigo para que deje de vivir y para que nazca como mi hijo.

Me separo mirandole y lamiendo su herida con lentitud y sensualidad. Usando su crucifijo me hago un corte en la aureola del seno para que sangre y se lo acerco a los labios para que pruebe el sabor de mi sangre, solo un par de gotas, pero el placer de notar como la toma para mi es, tan perfecto.

Tomalo mi pequeño, bebe de mi y toma tu nueva vida.

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04/05/2010, 19:52
Uriel Dimódica

Observo caer el agua en mi pecho. "¿Inútil?... ¿todo ha sido inútil?", cavilo mientras mi respiración se agita enormemente. La veo besar el crucifijo y lamer los restos del agua santa. Me muevo tratando de soltarme pero es imposible.

Su rostro se acerca. Siento su aliento cada vez más fuerte. Nuevamente una sensación de placer extremo me acoge. Pierdo noción del lugar, de lo que veo y siento. Me entrego a una tormenta adictiva que me produce un éxtasis sin igual. Sonrío un momento mientras siento flaquear mi cuerpo levemente. Escucho sus palabras, recobro de a momentos la cordura.

"- No... nunc... es igual qu... que en el carr...- exhalo sin poder concluir mis palabras".

Mis ojos se tuercen, no puedo moverme. Siento mucho miedo, pero no logro encontrarlo. El goce que me produce el momento aleja de mi cualquier otro sentir. Trato de tomar aire mientras percibo el deleite de su cuerpo en mí. Ya no hay presión en mis brazos, en mis piernas, pero es inútil pues no puedo ni deseo moverme. De nuevo, la oscuridad me tapa.

"¿Dónde estoy?... ¿Es ése el camino?... ¿Por qué me has dejado Señor? A mí, quien ha cumplido todos los mandatos, quien ha manchado sus manos y su mente con la sangre de muchos. A mí, que siempre fui fiel a la iglesia. ¿Esto es lo que valgo para vos? ¿Nada?", grito entre sueños.

Despierto. Tomo aire mientras mis ojos se abren de par en par, buscando acomodarse al lugar nuevamente. Siento mis labios húmedos, y al ver a Isabella observo el rastro de sangre que ha caído de su seno.

Me retuerzo, mientras abro y cierro rápidamente mis ojos. Siento un calor, un vacío que corroe mi interior, que llega a quemar y lastimarme desde adentro. Siento la dulzura del líquido en mis labios, un sabor tan increíblemente delicioso como nunca he concebido.

Vuelvo a ver a la mujer que se poza sobre mí. Mis ojos se nublan y vuelven a la normalidad. Mis articulaciones crujen y vuelven a acomodarse. Noto un dolor profundo, una sensación de soledad y vaciamiento única. Siento hambre... un hambre inimaginable.

Levanto mi torso y me lanzo a su pecho, mordiéndolo y succionando cuanto puedo. El placer y el goce vuelven, pero no se comparan con lo que anteriormente sentí. Nada lo hará, pero el sabor que siento me reconforta. La miro de a momentos y sonrío, mientras continúo aferrado a ella como un niño.

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04/05/2010, 20:58
Isabella

Sonrio abrazandole contra mi mientras bebe, como un bebe, acunandolo como una amorosa madre. Entornando los ojos levemente antes de separarme unos milimetros cerrando la herida con mi pensamiento.

Acaricio su mejilla y le beso en los labios. SEparandome
 SEguro que tienes hambre, te traere un bocado para que te alimentes. Tal vez

Me llevo un dedo a los labios mordiendolo mirandolo mientras sonrio Si l sera un bocado delicioso para ti, la pequeña insolente es tu alimento.

Camino a un arcon cerrado y lo abro, haciendo un gesto para que se acerque. En el interior un bulto maniatado, una mujer, con ropas de novicia, llorosa y amordazada.

La he sacado para que te alimentes, toda tuya, pero una pequeña ayuda siempre sera util.
Con un pequeño alfiler hago una herida en su cuello lo suficientemente grande para que sangre y se deslice por su piel inundando el lugar con el olor de la vitae fresca. Me pongo a su espalda y le susurro abrazandole y besandole en el cuello. Tomala, su sangre es tuya, la sangre es la vida

Bienvenido a la novida mi hijo, mi amante, mi heredero. Bienvenido al clan Lasombra.

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04/05/2010, 21:14
Uriel Dimódica

Sus caricias me apaciguan y cortan una suerte de frío que comienzo a sentir cada vez más. Sus ojos ahora son tan irónicos como amables.

Ella me separa de sí y se aleja. Yo me acerco a uno de los muebles que sujeta, respondiendo a su llamado. Siento hambre, un hambre mortal y enloquecedor. Creo temblar de impaciencia y, sin embargo, mi cuerpo está totalmente quieto.

Doy un paso y otro, hasta que llego a la boca del arcón que Isabella sostiene sonriente. Adentro una mujer lucha desesperada al igual que lo había hecho yo hacía instantes. Pero eso no me importa, no puedo comprender por qué pero no importa. Solamente quiero saciarme, quiero calmar mi interior pues la sensación se torna insoportable.

Veo el hilo de sangre correr por el cuello de la novicia. Levanto la cabeza y aspiro, comenzando a percibir un olor perfecto. No me había dado cuenta en absoluto, pero al instante los aromas del lugar comienzan a concentrarse. Percibo todo, como nunca lo había hecho.

Giro mi rostro nuevamente. Detrás de mí, Isabella susurra dulces palabras a mi oído. Sonrío y me lanzo desesperado hacia la joven maniatada. Sin poder tolerar el aroma, sin poder aguantar más sin probar nuevamente ese dulce néctar, comienzo a succionar la herida repetidas veces. Voy notando en mí cómo se pacifica mi cuerpo, cómo comienzo a encontrar equilibrio, cómo satisfago la hambruna que antes tenía.

Y de repente, reparo en lo que estoy haciendo. Una sensación de horror me envuelve, pues no comprendo como puedo estar haciendo algo así. Me separo de la mujer que hasta entonces mordía, y caigo hacia atrás sentándome en el suelo. Rápidamente, me levanto separándome de mi dama, de Isabella.

"- ¿Qué diablos me has hecho? ¿Qué clase de abominación soy... en qué me he convertido?- grito con ira y al momento caigo arrodillado al suelo-. No me dejes Padre...- comienzo a susurrar entre sollozos, mientras pongo mi cabeza y manos en posición de rezo".

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04/05/2010, 23:29
Isabella

Me rio y me arrodillo delante suyo poniendo mis manos sobre las suyas y obligando a que me mire a mis ojos.

Eres mi hijo, eres mas que un humano, eres superior. Ellos son los que te alimentaran, eres un vampyr, uno de los nietos de Cain eres el que dominara el mundo.
Morte ascendo recuerdalo y ahora tranquilizate.

Levantate, comportate como lo que eres y no te preocupes, tendras que hacer un cambio de vida, nada de luz diurna, y mas cosas que te contare.

Te convertire en obispo en cardenal, es rey si quieres, en el poder real tras un titere. Dominar naciones

me levanto y le abofeteo en el rostro Magister, levantate, se lo que debes ser un hombre. Me das pena, deberia hacer que te mataran si solo te quejas.

Pero de momento no te alimentaras mas, ni hoy, ni mañana, ni pasado, lo minimo hasta que aceptes esto.

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05/05/2010, 20:37
Uriel Dimódica

Observo de reojo arrodillarse junto a mí a Isabella. Su voz, más dura y fría, ha dejado de producirme ese placer que anteriormente me brindaba.

Trato de no reparar en sus palabras, aunque las escucho. Mi mente se eleva más allá. Rezo buscando la compañía de Dios, tratando de encontrar una respuesta, una salida a este pesar... a esta maldición que se ciñe sobre mí.

"¿Me has dejado? ¿Me has abandonado por completo? Qué fueron esos años que brindé a tu servicio, sino la entrega total de mi corazón al juicio divino. La entrega total a vos, mi Señor, que buscaba liberar el mundo de atrocidades como la que me ha aprisionado. Ahora no soy más que uno de esos demonios que tanto tiempo he tratado de purgar. ¿Qué diablos he hecho para merecer tan cruel destino? Dime qué hice... ¡ten el valor ahora para decírmelo! ¡La arrogancia que llevas, Señor, no es más que una prueba de tu insensata estupidez! ¿Esto es lo que has querido de mí? ¿Me dejarás envuelto por las sombras, maldito idiota? A mí, ejemplo para muchos que dentro de la Iglesia no han sabido seguir el correcto accionar... a mí que siempre he lanzado el yugo sobre los pecadores, sobre los infieles... ¿A mí me dejas?... Si esa es tu elección, yo haré la mía. Juro aquí, bajo la noche que me ha maldecido, que me convertiré en aquello que siempre me ordenaste perseguir... juro aquí que seré quien llevará en una mano el caos y en la otra la desesperación. ¡Vas a arrepentirte desde este día en haberme dado la espalda! Yo, Uriel Dimódica, así lo digo...".

La bofetada que Isabella me lanza me saca de mis cavilaciones. Mi cuerpo tiembla cubierto por la ira, un odio que hasta ahora jamás había mostrado, pero que siempre se ha movido dentro de mí y ha crecido con el tiempo.

La empujo y me levanto. Doy unos pasos hacia atrás, agachando mi cabeza y teniéndome con las paredes. Una sonrisa escapa de mi boca, y pasa a convertirse en una macabra carcajada que incluso podría aterrorizar al más duro.

"- Que sea un hombre, ¿me dices?... bruja- le contesto-. Pero si soy un asqueroso monstruo ahora- agrego con ironía, mientras una trémula risa aún resuena".

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06/05/2010, 17:55
Isabella

Le miro y niego...
Mas digno hijo de Malkav que de Lasombra, me he equivocado contigo. No mereces ni el esfuerzo para haberte traido hasta aqui.

Arqueo una ceja y sonrio para mi mientras la oscuridad me abraza y me acaricia como un amante sensual.

Vampyr, no bruja. Magister, yo...me rio mientras la sombra se vuelven tentaculos y sonrio para mi

Soy la que esta tras el poder en la ciudad, soy la que tiene a la mayoria de la nobleza bajo mi poder, y la que...deberias verlo...tengo una visita en cinco minutos de alguien al que conoces muy bien. Al Dux me encanta hacerle esperar cuando viene y...al cardenal mucho mas.

Una pena que escaparas en Roma, que no te fijaras en la novicia que todas las noches iba a la capilla a rezar y oir tu misa. Que no te fijaras en la mujer del final de tu iglesia y de que muchos de los que capturabas para la inquisicion eran, como decirlo, demasiado faciles de atrapar

 

Sonrio cinicamente mientras me acerco y dejo que le acaricien la piel ERes mi hijo te guste o no, y eres lo que te hemos preparado desde tu nacimiento

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07/05/2010, 09:33
Uriel Dimódica

"- ¿Malkav, Lasombra?... deja de decir estupideces, mujer- le grito-. Estoy harto de ti y de esto que me has dado, de tus sarcasmos y acertijos. No lo elegí...- empiezo a decir pero se entrecorta la frase y al momento caigo al suelo".

Mis rodillas golpean al bajar y mi cuerpo se mueve hacia adelante. Los puños, cerrados y apretados a más no poder, terminan por frenarme. De la ira que hacía instantes se había escapado de mí, ahora sólo queda la congoja. Trato de llorar para relajarme un poco, pero no hay gota que caiga de mis ojos. Emito un grito ahogado, esforzándome por hacerlo, pero pareciese como si el cuerpo no responda, como si no pueda percibir mis sentimientos de manera plena, como si... no tuviese alma.

Abro mis ojos de par en par ante las palabras de Isabella. Mi espíritu, por precario que ahora fuese, se ha derrumbado por completo. "Augusto... eres... tu sabes de...", cavilo en silencio mientras observo anonadado el suelo.

Me paro y trato de erguirme, aunque la voluntad me ha abandonado por completo. Mi rostro apunta en dirección a Isabella, pero a ella ni siquiera la observo. Mi vista está en blanco, perdida entre las formas de las paredes, entre los poros que allí se encuentran, entre la tierra que allí ha de alojarse. Simplemente veo nada, pues mi atención es totalmente nula.

Camino un paso. El pie se deja caer pesadamente en el piso. Doy otro, y otro, y continúo. Paso junto a la mujer que hasta ahora me hablaba. La miro de reojo y sigo hacia la cama. Me lanzo en ella, dejando caer todo mi cuerpo. El pesar es demasiado... necesito acomodar mis ideas, replantear mi existencia.

"- Ve a Babilonia, vampireza- le digo a Isabella-. Tus clientes te esperan...".

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07/05/2010, 20:34
Isabella

Tus acciones son lo que te han convertido en lo que eres, no creeras que has sido alzado tan alto por tus propios medios, algunos hemos ayudado bastante.

Demasiada informacion en tan poco tiempo pero eso a mi me encanta si lo supera sera digno de nuestro clan sino simplemente le matare.

Me siento a su lado en la cama y le acario el pelo amorosamente mientras chasqueo la lengua.

Uriel, son mis criados, pueden esperar, la politica siempre puede esperar en una noche como esta. Yo he esperado una eternidad por ti, he esperado para que vinieras a mi en toda mi larga vida.
Mira lo que te he dado una nueva vida, un lugar donde poder comenzar de nuevo un mundo nuevo y...me tienes a mi. Hay poder, hay riqueza, mira la hermosura de la noche, mira lo que te he dado y no llores, la sangre no se debe derramar de ninguna manera.
Mi casa ahora es tu casa, puedes moverte por ella con total libertad, pero no puedes salir de sus limites, no de momento. Mis criados te atenderan con total premura en lo que les pidas. Te traeran tus ropas ahora

Me levanto de la cama y le beso en el pelo. No tardare es lo unico que digo antes de ponerme algo por encima mas recatado, bueno solo lo suficiente antes de marchare de la habitacion y dejarle solo.

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09/05/2010, 13:43
Uriel Dimódica

Las palabras de la dama, dulces y venenosas por igual, vuelven a atraparme, a tratar de embelezarme. Llevo ambas manos a mis sienes. Sus palabras demuestran su irónica y torcida moral, su placer al verme en el estado en el que me encuentro. Y yo simplemente soy un cachorro con el que juega.

"¿Mis propios medios? ¿A dónde fueron a parar tantos años de dedicación ferviente e ininterrumpida? No puedo sino creerle... sabe de mí todo, sabe donde he estado, que he hecho, que he dejado de hacer. Todo mi poder, toda mi grandeza, han sido solamente una farsa. No ha habido mano del señor en ningún momento, sino hilos de los que ella, como titiritera, ha ido tirando".

Presiono mis manos con fuerza en mi cabeza, y comienzo a morder mis labios, lastimándolos un poco. Ahogo el grito que desea salir disparado. Ya es inútil, ya es tarde.

Ella se despide y sólo la miro. Su andar, sensual, majestuoso, diabólico, no hacen más que enfadarme más. Sale de la habitación.

Espero un momento hasta que traen mis ropas. Ordeno que se retiren con prisa y comienzo a vestirme. Me acerco al espejo para ver mi aspecto... nada. Cierro los ojos, la pena me invade nuevamente.

Levanto mi rostro y me yergo. No puedo caer así, no puedo dejarme vencer, no puedo convertirme en la basura que ahora soy. Así es como ella lo desea, y así es como responderé. Si esta etapa ha llegado a mí, por algo ha sido. Y voy a averiguarlo.

Tomo el crucifijo que se encuentra enredado entre las sábanas. Lo miro un momento y mi boca esboza una mueca de fastidio. "Te maldije una vez, te maldigo nuevamente... me has dejado sólo... y no ahora, sino desde el principio. Bastardo", digo en silencio.

Lanzo el crucifijo con fuerza contra la pared y no me detengo a ver que ha sido de él. Me acerco a la puerta, la abro. Salgo fuera de la habitación. "Ahora veremos... ¿dónde estarán... el comedor, el hall, alguna sala especial de reunión, el sótano?", lucubro mientras camino.

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09/05/2010, 15:00
Director

Sales al pasillo, obviamente algo te ha echo para que no te veas reflejado en el espejo, tal vez sea verdad algunas cosas que dicen pero tal vez solo sea que ese espejo no esta bien bruñido. Sales y escuchas una carrera por el pasillo y como una niña viene corriendo con un vestido blanco perseguida por un par de doncellas con otro vestido en las manos que tropieza contigo.
Te mira y sonrie

Hola, tu debes ser el...se calla mirandote ¿sacerdote? mama no me dijo que serias sacerdote. Si me dejas tengo que esconderme, no quiero ponerme ese vestido, no me gusta pero ellas no lo comprenden y no me hacen caso asi que tengo que encontrar a mi mama.¿Sabes donde esta?

Las doncellas se acercan mientras la llaman Señorita Maria, espere, no puede ir con ese vestido por la casa, este es mucho mas bonito. Padre por favor no dejeis que se marche.

Te mira con ojitos mientras se esconde detras tuyo para marcharse. Lo que has podido apreciar es que la casa es muy, muy lujosa y todo es carisimo, no hay ningun espejo en ninguna pared, si hay cuadros, bastante parecidos a la realidad, pero nada mas, nada donde reflejarse, el suelo esta hasta cubierto por pieles o algo parecido para que no se pueda reflejar en el marmol nada. Parece uqe todo lo ha tenido estudiado.

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09/05/2010, 15:14
Uriel Dimódica

"- Si... Provincial Dimódica, o simplemente Padre- le contesto a la niña".

"No puedo creerlo. ¿Tan nefasto ser eres, Isabella? Es sólo una pequeña, un joven corderito. ¿Cómo puede ser que no exista ápice alguno de moral en vos?", pienso al ver a la muchachita.

Observo a las mujeres que se acercan presurosas. Sonrío, pues la traviesa actitud de María me trae un poco de alegría. Al parecer no es lo que su madre, si es que Isabella lo es.

Me giro para verla y me agacho para quedar a su altura.

"- No deberías preocupar a tus doncellas. Apuesto a que esa sonrisa se vería aún más espléndida si usases el vestido que ellas desean darte- le digo-. ¿A Isabella es a quien buscas? ¿Es ella tu madre?- le pregunto-".

Miro por sobre mi hombro para percatarme que las doncellas aún no se encuentran cerca.

"- Si quieres, puedes acompañarme y mostrarme la casa. Así puedo ayudarte a buscar a tu madre- le susurro antes que las mujeres lleguen".

"Aunque tenga que usarla, voy a encontrarte, mujer. Esto no será nada comparado a lo que le has hecho, demonio", lucubro mientras observo a María.

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09/05/2010, 17:46
Director

SE rie mientras te mira. Haciendo una reverencia.

Me llamo Maria Magdalena Comin, encantada de conoceros padre asiente mientras la hablas con una sonrisa infantil. Si, mi madre se llama Isabella, es muy guapa y dulce y...me ha regalado hoy un cachorrito de perro, es precioso de color blanco.

Es que ese vestido no me gusta es un regalo de mi abuelo y mi abuelo es muy...viejo y feo. No quiero ponermelo quiere que vaya a un convento y no quiero. las doncellas se han parado y os estan mirando, parece que no van a hacer nada por acercarse.

Claro que le puedo enseñar la casa, es enorme y me pierdo a veces, pero mama se ocupa siempre de encontrarme y de contarme luego un cuento para irme a dormir.

Su mano es calida, es humana, la niña aun es humana, muy humana. En este piso estan las habitaciones, la suya es la que hay junto a la mia, pero no esta en ella ya habia ido antes, asi que me imagino que esta abajo puede que en la biblioteca se encoje de hombros y se lleva la mano a la boca para contener un bostezo y frotarse los ojos

Tengo sueño pero quiero que me cuente un cuento antes de dormir.

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10/05/2010, 07:52
Uriel Dimódica

"¿María Magdalena?... increíble. No quiero pensar el motivo por el cual ha bautizado a esta criatura con esos nombres, pero la razón ha de enmarcarse en su macabro e irónico... humor", pienso al hablarme la niña.

Escucho sus palabras con atención. Sus ojos son cálidos y su sonrisa encantadora. No podría creer jamás que un monstruo, como el que ahora soy, se esconda detrás de ese rubicundo rostro.

Al mencionar la pequeña a su abuelo, cruza por mi mente la idea de que éste ha de ser con seguridad un demonio al igual que Isabella. De otro modo, no podría comprender el desprecio que la niña hace al regalo, ni el hecho de que haya mencionado la vejez y fealdad que el hombre tiene. Sin embargo, dejo de preocuparme de ello al momento en que menciona la posibilidad de que su madre se encuentre en la biblioteca. "Así que puede que ahí sea donde te encuentras con tus... clientes. Necesito verlo con mis propios ojos, necesito ser testigo de que él está aquí", lucubro.

Toco la mano de María y me doy cuenta que posee el calor que hace no mucho tiempo yo tenía. "Es... una niña, es realmente humana", pienso con agrado cual si fuese un suspiro. Le sonrío al darme cuenta de ello, y frente a su petición, y me levanto mirando de reojo a las criadas.

"- Está bien, querida- le contesto a María mientras continúo observando a las mujeres-. Te contaré un cuento... Pero promete acostarte y ser más amable con las jóvenes- agrego señalando a las doncellas y me giro para verlas de frente-. Yo me haré cargo ahora. Ella descansará en su cuarto... pueden retirarse- expreso con seriedad".

Llegan a mi mente las palabras que Isabella me había dicho. "Si lo criados acatarán las cosas que yo diga, este es un buen momento para probarlo", me digo. Tomo nuevamente a María de la mano, y le hago una seña para que me guíe a su cuarto.

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10/05/2010, 16:47
Director

Las criadas te miran y hacen una reverencia  marchandose con el vestido en sus brazos mientras hablan entre ellas.

Gracias padre os lo agradezco mucho pero quiero ver a mi madre y que me de un beso. Luego podeis contarme el cuento si quereis, pero ella sabe por donde vamos. Es un cuento muy bonito sobre princesas y caballeros y principes.

SE rie mientras tira de tu mano y baja las escaleras de marmol bellamente pulidas donde ves que solo se refleja ella, no hay nada tuyo, no te ves, ni la sombra.

Te lleva a la puerta de la biblioteca, doble hoja de color negro absolutamente cerrada con los pomos dorados, sencillos pero obviamente muy caros. Al otro lado escuchas que esta hablando y...cierras los ojos al escuchar la voz masculina, la reconoces esta alli, no querias reconocerlo pero esta alli hablando con ella y diciendola que ...¿aun no era el momento? un golpe y como es despedido de alli, las puertas se abren y le ves alli con sus ropas mirandote a los ojos, carraspea mientras pasa a tu lado con un Buenas noches.
la niña se separa de ti y entra corriendo abrazandose a ella y besandola en la mejilla con una risa cristalina. La toma entre sus brazos y se sienta en una silla, si no supieras que se un vampiro casi te pareceria humana esa escena una madre amorosa que esta regañando a su hija por no querer ir a descansar.

Uriel, pasa, veo que has conocido a mi hija. A la luz de mis ojos

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13/05/2010, 06:51
Uriel Dimódica

"- Interesante- susurro al ver el actuar de las doncellas y sonrío".

Observo a ambas retirarse hasta que reparo en María, en que está hablándome. Sus ojos son tan inocentes... no comprendo el motivo por el cual ese monstruo adoptaría a una niña para tenerla consigo. La imagen de la novicia apresada en el arcón vuelve a mi mente, pero trato de apartarla con rapidez pues ni siquiera quiero imaginar algo así.

"- Por nada hija... ahora busquemos a tu madre para que pueda darte ese beso y así descanses- le contesto y siento cómo una suerte de escalofrío me recorre".

Nuevamente las imágenes, los recientes sucesos. Un beso, sólo eso... y ahora una maldición. Jamás creí que la justicia sería tan cruel al momento de pagar un pecado... la tentación de probarla y haber muerto en el intento.

La niña comenzó a arrastrarme por los pasillos. Bajé mi vista al descender por las escaleras, notando la falta de mi reflejo y la presencia del de María. "Al parecer olvidaste poner alfombras en las escalinatas... ¿Mi sombra? Eso que de manera terrorífica le acariciaba en la habitación no era la mismísima oscuridad de su alma, sino que era...", entrecruzo en mi mente pero me detengo al frenar en la oscura puerta de la biblioteca.

Mis ojos se abren, mi espíritu cae. Siento esa voz, ese timbre particular que he escuchado desde hace años. El sonido del habla de aquel con el cual he mantenido miles de charlas, discusiones, consejos. Aquel que fue mi mentor, mi maestro más querido. "No era el momento... ¿Cómo que no era el momento?... ¡Vos también los habías planeado!", grito en mi interior.

Las puertas se abren, el hombre pasa frente a mí como si yo fuese un mero extraño. Adentro, María se encuentra con su madre y se abraza. La sonrisa de la pequeña podría aplacar la ira de cualquier bestia, salvo la mía. Ni siquiera esa sonrisa podría adormecer el odio que siento.

La voz y el rostro irónico, malévolo, petulante, sádico, de Isabella me invita a estallar. Me llama y sólo atino a verla de un modo perdido, sin terminar de comprender lo que ha sucedido. Mis ojos se envuelven en un fuego capaz de destruir los cimientos del averno. Salgo corriendo rápidamente.

Alcanzo al hombre que acaba salir de la habitación, antes que se retire, antes que no pueda tal vez volver a verlo. Lo miro con un desprecio sin igual, un desprecio que ni siquiera he tenido por los condenados que más de una vez he llevado a la hoguera.

Mi ira emerge nuevamente, aquella que había despertado en la alcoba y que ahora afloraba sin frenos. Siento un dolor en mi labios, como si fuese una punción, como si estuviese clavándolos con algo. Tomo de las ropas al que está frente a mí expectante a mis palabras, y lo sujeto del pecho con furia. Acerco mi rostro al suyo y mi boca se abre. Muerdo mi dientes con fuerza tratando de aguantar el enojo... mis colmillos están ahí, fundidos con el resto de la dentadura.

"- ¡Qué demonios era eso!... ¿No era momento de qué? ¿De qué?- le ordeno a gritos en el rostro mientras lo sujeto cada vez con más fuerza y comienzo a levantarlo apenas el suelo".

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13/05/2010, 17:14
Director

Un carraspeo a tus espaldas mientras Augusto suda como un cerdo y tiembla por lo que esta viendo.

Eso te lo puedo contar yo, si todos lo sabemos. El viejo te iba a vender a alguien de otro clan y te iba a convertir en su paso a ese clan pidiendote que luego le abrazaras para poder protegerte.

Isabella fue mas rapida y eso no le ha gustado. Sueltale o tendras las manos manchadas de mas sangre de la que has bebido esta noche y esa niña se llevara una decepcion.

Una mujer de pelo negro y ropas coloridas pasa a vuestro lado y pone su mano sobre la tuya. Sueltale y vuelve dentro, tengo que hablar contigo y con tu sire.

Una leve sonrisa mientras te mira con sus ojos azules