Partida Rol por web

Escuché con atención lo que Makoto tenía que decir. Me dio la razón en cuanto a no ocultarnos ese tipo de cosas, aludiendo que era lo que estaba haciendo, obviando el detalle de que aquello había sucedido bastantes horas atrás. Mi esperanza de “salvar” a los “nuestros” estaba en encontrar a esa chica, pero parecían no compartir mi visión. Y es que de haber actuado de otra manera, puede que hubiéramos logrado contactar con ella.

Fruncí el ceño cuando dijo que volvería a hacerlo, dirigiendo una inmediata mirada a Ben, a quien como a mí seguro que aquella afirmación no le habría gustado nada. No conseguía entender del todo la forma que tenía Makoto de ver la situación, pero lo que no me cabía duda es que de sus intenciones habían sido buenas.

Pero para Ben esto no era suficiente, cosa que también comprendía. Estaría enfadado, confuso, pero seguramente, sobretodo decepcionado. Esperaba que las cosas se asentaran y ambos pudieran sentarse a hablar las cosas tranquilamente, en frío. Sin embargo, Rina no parecía de la misma opinión. Cuando Ben se negó a darle la mano a Makoto y esta intervino, no trató de conciliar en absoluto, todo lo contrario, animaba a su novio a aceptar aquello de ir cada cual por su lado.

Simplemente aparté la mirada, y es que era mejor seguir avanzando como todos querían. Así lo hicimos, en silencio por mi parte, apretando la mano de Ben de vez en cuando para sacarle de sus pensamientos y hacer que me mirara, una forma de recordarle que estaba ahí, con él.

Y entonces sucedió lo inesperado, y lo tan deseado. Alcanzamos el castillo, pero antes de ello nos encontramos con una hoguera, frente a la cual había una niña. No podía creérmelo, pero si, parecía ser ella.

¿Himiko?

Había crecido algo, y su look era diferente, no sabía si fruto del paso de los años o de su posible cambio de personalidad. Rina fue la primera en acercarse, preguntándole qué quemaba, y después Makoto la siguió, tras explicar cual era la habilidad de la ya no tan pequeña Himiko.

-No temas, es una niña muy cordial y educada. – dije a Victoria, consciente de que la información dada por Makoto podía resultar inquietante.

Entonces continué avanzando, tirando de Benjamin, y animando a Victoria a seguirmos. Puede que ella no fuera una de las que conocían a la niña, pero mostrarle mi confianza ante esta situación puede que fuera una manera de conseguir involucrar a la chica en toda esta locura.

Siguió al grupo, si alejarse mucho de ellos, pero a su ritmo y teniendo cuidado con las trampas. No prestó mucha atención a la "discusión" de Makoto y Ben, pero no pudo evitar fruncir los labios cuando escuchó "La ley de la selva". En la entrada del castillo, se encontraron una niña, que a Angelica no le daba buena impresión, asustaba un poco. Estaba quemando algo que olía fatal. 

Makoto, lejos de tranquilizar, contó que aquella chiquilla era una vampira, pero que "controlaba" su sed. -¿Qué demonios significa eso?- suspiró al ver como una avanzadilla se acercaba a la chica, que resultó que lo que estaba quemando era un cadáver de alguien que ya no le servía. Miró a los demás que estaban con ella, para ver sus reacciones. No sabía hasta que cierto punto el castillo podía ser seguro...

Erik caminaba en silencio tras el grupo, el frío y el largo camino se habían transformado en un buen sendero para pensar. Extrañaba su hogar, aquella descontrolada familia de amigos extranjeros, su trabajo, su cocina; y allí estaba junto a un grupo de desconocidos a los cual al parecer de mantener cercanía, existía un gran vacío. El primer indició había sido las amenazas de Kurt, luego el cambiante humor de Ben, la centralización de información de otros, el abrupto despertar de TJ para si y el silencio de Kat. - Menudo chiste del destino - pensaba un poco triste, que a pesar de estar con gente, se sentía solo.
Había logrado pasar las dificultades ambientales, y para su sorpresa alguien comentaba sobre un niña. - ¿Una niña? - dejo escapar su pensamiento. No imaginaba lo duro que podría ser la vida de un menor para sobrevivir en una situación como esta, cuando apenas ellos habían logrado soportar el primer día. Sin embargo el comentario subrealista de el vampirismo hicieron que una pequeña risa saliera de su boca manifestando la superación a la cual llegaba su mente y los nervios que imponían esto en el cocinero.
-¿Controlar su sed? ¿Podríamos asustarla? Es un puto vampiro - comento a la pasada superado por los comentario. Ellos pensaban desde su punto vista, ya tenían poderes, y eran raros o especiales o lo que fueran; pero no pensaban ni un poco en como se sentían aquellos que mantenían a raya aquel asunto de fantasía y se movilizaban por la supervivencia y la idea de volver a sus casas.

Katarzyna estaba un poco descolocada por los últimos acontencimientos, más sorprendida que asustada.  A pesar del pestilente olor, le agradó la visión del fuego, pues le hizo olvidar su fracaso de hace una hora.

- Una niña cordial y educada, vale  -  se había quedado un rato estancada en la respuesta de Eli ...
- Espera ... ¡¡ ¿Un qué? !!  -  casi gritó, cuando procesó la palabra "vampiro".

Aquella niña le había parecido muy confiable.  Incluso sabiendo su condición, Kat llegó a dar un paso hacia delante, como fascinada por aquello, aunque la prudencia ganó al impulso.

- Bueno, quizás si sea mejor que me quede aquí  -  dijo señalando a su jersey con manchas de sangre de ciervo.

- Venga, no me jodas - Murmuró al ver a la cría goticarra en pleno aquelarre. - Vaya tela, colega, vaya tela. - Si pensaba que el lagartijo y sus amigotes eran raros, esa chavala parecía sacada de un puto freakshow. Y ahí plantada en la nieve con su par de ovarios, quemando carne, como si sobrara. Que estaban todos tocados del ala era un hecho, no había mas que ver a Rina, pero eso, eso era cruzar una línea muy fina.

Iba a ponerse a voces sobre lo absurdo que le parecía aquella escena cuando Makoto reveló la naturaleza de la chavala. Enarcó una ceja con incredulidad. 

- Un vampiro. ¿En serio? ¿Os estáis riendo de nosotros? - Dejó caer el ciervo al suelo, estaba cansado de cargarlo. Se había pegado las dos últimas horas con el bicho a cuestas y no podía con su alma. Nadie se había ofrecido a echarle un cable y por orgullo propio no había pedido ayuda. Le dolía todo el cuerpo, desde el cuello hasta los pies. - No me jodáis. - Bufó - Un vampiro. Ole vuestros cojones.

- Mira, ¿Sabéis que? A la mierda. Es una vampira en pleno día, lo que digáis, pero yo me meto en el castillo este de mierda, que me estoy pelando de frío. - Miró a los otros, parecían preocupados en el mejor de los casos, asustados en el peor. - ¿Venís? - Sacudió la cabeza - Hacer lo que os de la gana.

hasta que T.J. no lo hubo mencionado,Mike no fue consciente del frío que tenía.

Makoto había dicho que aquella tal Himiko era un  "Vampiro", pero no estaba seguro si se refería al Vampiro tipo kárpatos o si bien se trataba del Jiang Shi asiático. Por si acaso, prefirió mostrarle sus respetos envolviendo su puño derecho con la palma izquierda, frente a él, e inclinándo su cuerpo sin perder de vista a la tal Himiko.

-Nín hǎo ma... (Saludo formal)

Tras exhalar una buena bocanada de vaho, se frotó los hombros desnudos con energía, tratando de entrar en calor.

-Sea como sea, yo no aguantaré mucho más aquí fuera...

TJ había tomado la iniciativa; sin dudas exponía un hecho claro, ninguno se quedaría más tiempo fuera por más criatura que allá.
- El pie, para entrar - comento en voz baja algo que todos parecían pensar.
Sin más que hacer, decir o pensar, con la dificultad del clima y la idea de protegerse del frio; sumado a un refugio con sus comodidades humanas, decidió adentrarse a las instalaciones de la construcción.
Pero antes se giro a Kat que aun llevaba su sweater - Tenlo mientras tengas frío, ya te imaginas donde encontrarme - comento a la joven

Erik y T.J. habían iniciado la marcha hacia las puertas del castillo, mientras Chen y varios más parecían inclinados a seguirles.  Con toda la escena de la vampiresa, le costó reaccionar a sus palabras, pero cuando iniciaron la marcha no dudó ni un solo instante:

¡Esperadme, chicos, voy con vosotros!  -  gritó conforme seguía al alemán y al americano.
Vamos chicos, entremos  -  invitó a los que aún quedaban en el lugar.

Durante ese instante en que vio a los dos chicos irse, comprendió que se sentía más segura si estaba con ellos, aunque se dirigieran a algún sitio más peligroso que el actual (cosa que podría ser el caso).  Tuvo que apremiar la marcha para ponerse a su par, pues con su paso corto le costaba seguirles el ritmo.

Frunció un poco los labios, la verdad es que iba a estar mejor ahí dentro que fuera con el frío que hacía. Puso los ojos en blanco al escuchar al bocas de T.J., que su manera de actuar le empezaba a parecer una patada en la boca del estómago. Aunque tenía sentido que actuase así, todos iban a su bola, él no iba a ser menos y ella tampoco... Así que siguió a Kat hasta dentro del castillo.

El grupo comienza a caminar por el bosque, el lugar estaba nevado y realmente costaba un poco caminar, pero no por ello era especialmente complicado. La nieve era molesta para el que no estuviera acostumbrado a caminar por ella o que no llevase el calzado adecuado, pero no impedía demasiado su avance.  Tras un par de horas comienzan a escuchar algo, parece ser agua o similar, pero un ligero olor llega a las fosas nasales de una de las hermanas, s el olor de las personas, el olor del sudor humano.

Tras algunos pasos pueden ver como no muy lejos de donde están hay un claro, tras unos pasos pueden verlo, son las aguas termales, están tranquilas aunque esa sensación de estar siendo vigilados no desaparecer y el olor, ese olor está mezclado con el de las termas