Partida Rol por web

La última noche (Disney Edition)

Mundo acuático

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12/11/2020, 19:32
Hada Azul

Prólogo

-¡AH!, ¡NO ES ESTO FANTÁSTICO MAUI!

-Navegar no es tan fácil, princesa. Es...

-Nivigir ni is tin ficil, princsi. ¡Agh!, ¡venga, ven, ayúdame!

El semidios chasqueó la lengua y fue a ayudar a su acompañante de aventuras.

-¿Y a dónde quieres ir, princesa?

-¡A pescar, a nadar, a ver mundo...!

-¡Eso está hecho!

La pequeña embarcación empezó a navegar con la ayuda de aquel dios. Para cuando se quisieron dar cuenta estaban demasiados lejos de la isla. Se encontraban en mar abierto.

-¿Nos hemos perdido, Maui?

-¡No digas tonterías!, estamos parados, buscando alimento... Oye... -señaló a un banco de peces- ¿ese pez no es diferente?

-A ver, déjame mirar.

Moana se acercó a su amigo y se inclinó para ver.

-¿Ese pez está llorando? 

El pequeño pez amarillo y azul empezó a nadar hasta la superficie. 

-P-podéis ay-ayudarme... Me he pe-perdido...

Se miraron boquiabiertos. Moana pellizcó la mejilla de Maui asombrada.

-¡NOS HA HABLADO! ¡MAUI!

-Es normal, en mi época los dioses hablaban con los huma...¡Ey, no me pegues!

La princesa se lanzó al mar y el pez se acercó a ella.

-No sé dónde está Ariel, creo que me he perdido. Estábamos nadando hasta que... no sé, acabé aquí. Lo único que recuerdo es que ella gritó mi nombre. No sé cómo he acabado, pero al parecer habemos varios peces que no estamos en nuestros respectivos hogares y la gente... La gente se está volviendo loca... 

En ese momento, otro pez apareció en escena. Se chocó con el amarillo.

-QUIERO IR A CASA, ¿CÓMO SE VUELVE A CASA? ¿QUIÉN ERES? 

Moana no entendía nada, mucho menos su compañero, quien miraba con extrañeza a los dos peces. 

-¿Puedes ayudarlos, Maui?

-Haré lo que pueda. -Con su bastón, tocó el suelo de madera de la barca e invocó algunas palabras en un antiguo hawaiano. El cielo se tornó gris, oscuro. Cambió el sentido de la corriente, así mismo, empezó a hacer un frío helado. 

-¡Maui!

El semidios, junto a uno de los dos peces desapareció del lugar.

-¡MAUI!

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16/11/2020, 11:06
Hada Azul

Prólogo

 

-Admirada tu serás si callada siempre estás. Sujeta bien tu lengua y triunfarás. -comentaba Úrsula, quien, por arte de magia, había sobrevivido en las profundidades del océano con una cicatriz en su vientre, obra de la gran impertinente Ariel, hija del tritón rey. 

Pasados unos veintinueve años, y tras los últimos acontecimientos, Úrsula se había enterado que Ariel había tenido una hija, la cual le hizo la vida imposible a su hermana Morgana, quien había decidido ser ayudante malévola de su hermana mayor. 

-¿Eso fue lo que le dijiste a esa impertinente princesita que ahora es... reina?

-Sí y fui más allá, como sabrás.

Entretanto, en el reino de la Atlántida, los acontecimientos sucedieron tal que así: a la muerte de su padre, el rey Tritón, y habiendo tenido sólo herederos la princesa Ariel, el rey le heredó su reino, con la única condición que si quería reinar, debía hacerlo en el mar y no en la tierra. Por lo que su nieta, Melody, de vez en cuando, se turnaba para pasar tiempo en el mar y en la tierra. Algo que... no le gustaba del todo. Ella quería decantarse por una sola vida: el mar, pero Ariel no le dejaba, debido a que allí arriba también tenía su familia. Debido al hechizo que le otorgó su abuelo en vida, Melody podía pasar por tiempo limitado en el mar, siempre bajo la supervisión de Ariel y hasta una cierta edad.

 

En las navidades del decimosexto cumpleaños de Melody, la familia tuvo la noticia de que Ariel se había quedado otra vez embarazada. Esta vez, de un niño. Por lo que el reino había quedado en regencia de Attina, la hermana mayor de Ariel. La noticia llegó hasta las profundidades del océano, en el Abismo, donde vivían las dos hermanas y brujas: Morgana y Úrsula. Aprovechando la ausencia de poder de aquella impertinente reina, volvieron al reino, escondidas, para seguir llevando su negocio cladenstino.

Fue entonces, en una de las visitas, cuando, nuevamente, Melody, quien parecía no haber escarmentado y ser igual que su madre en cuanto a carácter, decidida a darles una segunda oportunidad, volvió a las manos de las hermanas pulpoides.

-Vaya, vaya, vaya -comentaba Morgana ante la presencia de la joven princesa- mirad quién ha vuelto a mis brazos.

Tímidamente, Melody nada hacia el mostrador de la cueva, donde expone su situación:

-Quiero ser sirena para siempre, no quiero volver al mundo de los humanos... ¡Es horrible! ¡Mi vida está aquí!

-Al contrario que su madre. -Respondió Úrsula mientras se maquillaba. Muchacha, toda magia tiene un coste.

-¡Me da igual!, ¡yo quiero ser sirena para siempre!

Ambas hermanas se miraron y se sonrieron con una malicia no perceptible por la pequeña Melody. La hermana mayor, mandó a que la menor buscase la poción.

-Pobres almas en desgracia. Si tu quieres ser feliz entonces tienes que pagar.

-¡Pagar, pagar!

-La magia de bruja yo comienzo a convocar.

Las dos hermanas parecían estar divirtiéndose con la situación.

-A cambio quiero, tu dulce y melodiosa voz.

-¿Mi voz? -Melody se tocó la garganta, no podía darle aquello a Úrsula.

-No puedes cometer el mismo error, Úrsula. Le pediremos algo mejor.-susurró Morgana-. A cambio, nos dará el tridente de tu abuelo que ahora está en manos de tu tía.

-Pero... eso está mal.

-Más mal está lo que haces tú, niñita, no querer estar con tu familia y ese hermano que viene en camino. ¿Es que acaso no te sientes incomprendida en el mundo de los humanos? Si bien quieres ser sirena para toda la vida, un pacto has de pagar.

-Está bien, lo traeré.

-Y no nos mientras, que te estaremos vigilando y en cualquier momento... -rió Úrsula- puede que te ahogues en el mar.

A Melody se le erizó la piel. Firmó aquel acuerdo sin leer la letra pequeña, tal como en su día hizo su madre, y... se convirtió en sirena. 

-¡Esto es fantástico! -sonrió girando en sí-, ¡muchísimas gracias!

-Ahora, tráenos lo que nos pertenece.

 

Y así fue, Melody fue a palacio a por el tridente. Se las arregló para distraer a su tía y cogerlo sin que se percatara, sin embargo, al hacerlo, notó una temible energía que le recorría todo el cuerpo. Casi saliendo por la retaguardia de unas de las puertas del palacio, se encontró a Flounders, quien le preguntó que qué hacía con el tridente de Attina.

-No... pasa nada... Flounders.

-¿Te encuentras bien, Melody?

-No...

Terriblemente, una luz emanó del interior de la princesa, haciéndola desaparecer por completo. Sin embargo, la princesa no se llevaría solo a ella, sino a una de las dos hermanas... ¿A cuál?