Partida Rol por web

La última noche (Disney Edition)

Mundo princesas

Cargando editor
12/11/2020, 15:37
Hada Azul

Prólogo:

 

En el reino del rey Stefan se estaba conmemorando una fiesta entorno a la figura de la primera criatura que el rey y la reina habían engendrado. Allí, las tres hadas, la nobleza y los reyes, estaban festejando el nacimiento de la recién nacida, quien tendría por nombre: Aurora. En el preciso momento que las hadas estaban regalándoles sus bendiciones, un estallido verdoso apareció en la Corte. Se trataba nada más y nada menos que de Maléfica, una antigua bruja desterrada de la Corte.

-Vaya, vaya. Que reunión tan relumbrante, rey Stefan. La realeza, la nobleza, la aristocracia, la alta sociedad y… que pintoresco, hasta la plebe. Francamente, me sentí bastante dolida al no recibir una invitación. Cielos, que situación tan violenta. Para que veáis que no albergo ningún rencor, yo también quiero hacerle un regalo a la niña. -Realizó una breve pausa y empezó a caminar por la sala bajo la atenta mirada de todos los presentes, quienes se encontraban entre curiosos y atemorizados, pues bien sabían la fama de aquella bruja. Oídme bien todos. La princesa crecerá llena de gracia y bella y cuantos la conozcan la amaran, pero antes de que se ponga el sol en su decimosexto cumpleaños se pinchará el dedo con la punta de una aguja de una rueca y caerá en un sueño tan profundo como la muerte, un sueño tan profundo del que jamás despertará...

Temeroso por las bendiciones que aquel ser le estaba dando a su hija, el rey intentó detenerla, al menos, suplicándole:

-Maléfica, no lo hagas, te lo suplico...

-Me gusta que supliques, repítelo. -Se giró hacia la gente-.A la princesa le concedo poder despertar de su sueño mortal, pero solo con un beso de amor verdadero. ¡El hechizo perdurará hasta el fin de los tiempos, ningún poder terrenal podrá cambiarlo! JAJAJA.

 

Y desapareció usando su magia como el hielo al derretirse.

Cargando editor
12/11/2020, 18:03
Hada Azul

Prólogo:

Los príncipes se hallaban volando mientras el Genio y Mono estaban en el palacio descansando después de todo un día.

-¡Diez mil años te darán un calambre en el cuello! Así que, Mono, no te quejes de que estamos aquí trabajando para Al.

El mono lo miró con indiferencia, pues sabía que el Genio de la antigua lámpara iba a hacer algunos de sus numeritos. Contestó algo en su lenguaje.

-No, no. Eso está mal. No la he vuelto a ver desde aquel día. Supongo que estará en el mercado. 

El genio se refería a una mujer que llevaba viendo desde hacía tiempo. Al parecer, era una joven morena, de complexión gruesa y dotada de una gran inteligencia. En esos momentos, la alfombra aterrizó con los príncipes.

-Buenas noches, mi apuesto príncipe.

-Duerme bien, princesa, iré contigo cuando termine algunas de mis funciones.

Los príncipes se despidieron y Jazmín regresó a la alcoba.

-Hola, mi viejo amigo, ¿qué tal?

El genio saludó al príncipe con melancolía. -No la he vuelto a ver. No soy un humano ... soy azulesco.

-Pero... eso no ha sido nunca un impedimento.

Genio movió la cabeza y forzó una amarga media sonrisa. Era muy tarde y a parte no se encontraba bien del todo. Lo que parecía achacar a un mal de amores empezó a ser más grave.

-¿Genio?

El ente divino empezó a ser translúcido.

-¿Estás usando tu magia?

-No...no. -Miró sus manos, casi desaparecidas, y luego a su amigo con una lágrima. Me voy, Al, me voy.

-Genio, voy a… voy a echarte de menos.

-Yo también, Al. No importa lo que digan, siempre serás un príncipe para mí. 

Y desapareció como el humo de un cigarrillo. 

Cargando editor
12/11/2020, 19:10
Hada Azul

Prólogo:

Los príncipes parecían estar divirtiéndose en una de las galerías del palacio. La hermanastra menor de Cenicienta, Anastasia, se encontraba observando la escena con cierta tristeza. ¿Por qué ella no era digna de un final feliz?

-Sé lo que estás pensando. -La voz de su madre le provocó un leve sobresalto. Tú podrías ser ella si no fueras tan ingenua.

-Pero...

-Eres estúpida. ¡Estúpida, estúpida! 

-Cenicienta nos ha permitido estar aquí, nos ha perdonado...

La madre abofeteó a su hija sin pensárselo ni un segundo. Aquello no le había gustado para nada.

-Desaparece de mi vida, estúpida. ¡FUERA! ¡SÓLO TE PEDÍ COGER LA VARITA MÁGICA! ESTÚPIDA, FUERA.

Lady Anastasia, dolorida ante el gesto de su madre, se marchó de la escena, dejando a los príncipes con sus fantasías de pareja feliz y a su madre más víbora que nunca. 

 

 

-¿Por qué es tan cruel conmigo? -Preguntó a la nada.. ¿Por qué no puedo tener lo que tiene Ceni? 

Como si fuera arte de magia, alguien se había compadecido de la pobre Anastasia. Dejó de llorar, sin percatarse de lo que estaba ocurriendo, maldiciendo, jurando que jamás se convertiría en Cenicienta, sino que sería mejor, encontraría algo mejor. Sería egoísta y miraría por sí misma.

 

Y es que, el hada madrina, quien se había compadecido de la pobre joven, le había hecho un enorme favor. La cosa es que... su varita estaba defectuosa y tanto ella ,como Anastasia, acabaron en el mismo lugar.

-Tus deseos son órdenes.

Y aquel destello la trasportó a un lugar mejor.

 

 

Cargando editor
12/11/2020, 19:55
Hada Azul

Prólogo:

-Princesa, ante vos se encuentra la reina Elsa de Arendelle. -Comentaba el guardia presentando a la joven reina que había llegado a la corte por motivos diplomáticos.

-Encantada de conocerla. -Sonrió, aunque la observó con curiosidad. Aquella mujer no había contraído matrimonio y estaba reinando sin ningún hombre a su vera. ¿Cómo lo había hecho? Mi nombre es...

-Mérida, lo sé, lo conozco princesa. 

Ambas mujeres se miraron curiosidad y tras aquel mini encuentro, la reina se alejó para hablar con los reyes acerca de una extraña magia que emanaba de Escocia y que estaba provocando ciertas desapariciones en los diferentes reinos. Lo curioso es que ambas se conocían ya cuando eran pequeñas. Pues el rey de Arendelle era amigo íntimo de la reina. Tras el suceso de la muerte de los reyes y el causante de Elsa hacia su hermana Ana, las princesas, por aquel entonces, fueron separadas y la relación se enfrió como el hielo de Elsa, pero debido a las extrañas circunstancias que asolaban en los reinos, Elsa de Arendelle había dejado atrás el pasado, necesitando la mano ayuda de los reinos vecinos.

El caso es que, habiendo medio finalizado la reunión, tras un descanso, Elsa le propuso a Mérida que le enseñase el reino y el famoso bosque que la pequeña pelirroja solía llevar cuando aún eran unas crías. Ambas cabalgaron en sus respectivos caballos y pararon en un punto concreto.

-Entonces, Elsa, ¿a qué se debe esa extraña magia?

-No lo sé, Mérida, pero esa fuerza emana de aquí. ¿Podrías invocar el fuego fatuo?

-No tengo... no tengo poderes como tú. -Dijo casi en un susurro.

-No me avergüenzo de ellos, de hecho... te mostraré. ¿Te acuerdas cuando de pequeña venías a Arendelle? Ahora Anna está comprometida y -mientras hablaba abría la palma de su mano mostrándole su poder nuevamente-, posiblemente se case. ¿Sabes? Creo que ella está mejor capacitada para reinar que yo. Yo no quiero la corona, Mérida, soy como tú. Un alma libre. Somos... iguales, muy iguales.

Mérida miró a la joven. En ese aspecto eran iguales. Mérida no aceptó -y por de momento se lo habían respetado-, casarse.  Sin más miramientos e interrupciones avanzaron con ayuda de los fuegos fatuos hacia bosque adentro, donde hacía años había una casa de una anciana, de la que no estaba ya.

-Voy a invocar la magia.

-¿Estás segura Elsa?

 

-Siento el poder. Quiero que te alejes, ¿de acuerdo? Puede ser peligroso.

Elsa empezó a jugar con su poder, a concentrarse, a pelearse con los elementos. La fuerza que allí emanaba del lugar era muchísimo más fuerte de la que antes había visto. 

-Elsa, no...¡para!

-¡Atrás, Mérida, atrás!

Sin querer, como ya había pasado con Anna, al intentar parar a su amiga, provocó que una ráfaga de hielo fuera hacia ella.

-¡¡MÉRIDA!!, Mérida, no...

Pero esta vez, no la había convertido en un trozo de hielo sin más. Había dejado una escultura en la que el alma de la princesa no se encontraba.

-¿Qué...qué he hecho?