Oh! !ya esta usted aqui!...Traiganos tres Jagermeister y dos copas de Black Bush, acompañaré a nuestro Mayor con su bebida.
Espero Mayor, que no sea demasiado fuerte esa bebida para una mujer como yo...
Monsieur Saujènier, ¿como podemos saber la hora que es sin mirar ningún reloj? !Me tiene intrigadisima!
-Muffy tiene derecho por encima de todos los demás a entrar en este sitio, Madmoiselle Martin..en cuanto a ponerles lacitos...no niego que a veces me he sentido tentada..¿verdad, bocadito?-la duquesa acarició la cabeza del perro que aprovechó la ocasión para lamerle los dedos-pero se los quita enseguida, es muy rebelde...¡oh! ¡Excelente elección, jovencita, veo que su padre le ha educado bien...!-añadió aprobatoriamente-Traiga también un platito de agua para Muffy por favor, siempre le da sed a estas horas del día-añadió llamando al camarero que ya se iba. Luego tomó asiento y esperó pacientemente a que el inventor les contase tan interesantísima información.
Oh, non, non! Madmoiselle, s'il vous plaît, aunque robaré un trago de la copa de monsieur Van Klumming, preferiría mi copa de Châteauneuf-du-Pape. Y si es posible, la botella. Deben ustedes probar un sorbo de ese exilir, y no admitiré una negativa. Siempre estaría mejor acompañado con una buena comida, pero... ¿Pero qué es esto? ¡Ha traído de nuevo a su ladrido motorizado, madame! ¿Lacitos? Sacre bleu! ¡Espero que esta vez me de permita usted ponerle aquel collar que le preparé un día, ese que despedía vapor de color desde su nuca para responder a su llamado en caso de que no encontrara en la habitación dónde yace el animal! ¿Y qué me dice del bozal que convertía ladridos en algo parecido a las palabras? Oh, recuerdo el sobresalto del que fue presa. Excusez moi, pero Ladrido Motorizado tenía algunas cosas en mente que sí calificarían de obscenas frente a las damas. Entiendo que usted no haya querido saber nunca más de eso. Oh, sí, lo entiendo. Es una lástima, mon Aboiement Motorisé, ¡pero insistiré!
Oh, madame, madmoiselle, daré tiempo a les messieurs que arriesguen una idea o que manifiesten su falta de interés hacia la misma. A mí es que me parece muy interesante. ¡Pero rápido, el tiempo se escapa, el maldito tiempo!
Oh, por favor, Monsieur, nuestra raza averigua desde el albor de los tiempos qué momento del día rige. Porque hablar de "la hora que es", es hacerlo en términos estrictamente humanos. Claro que comprendo vuestra alegría al haber descubierto la manera solar de hacerlo, puesto que siempre es mucho más armónico y equilibrado hacerlo así que no mediante esos pequeños artilugios en los que algunos de sus compañeros de afición me consta que están trabajando...
Ah, el Whiskey! Perfecto. Y bien servido, debo añadir. Sin hielo, ni aditivos extraños. Debéis tener cuidado con el whiskey irlandés, mademoiselle. Tiene fuego en su interior, como la sangre de nuestra gente.
¡¡JAJAJAJA!! Monsieur Anaëron, no esperaba otra respuesta de usted. Creo que se ha aproximado con ello a la respuesta que esperaba darles. Pero aún esperaré uno más. ¿Monsieur Van Klumming, quiere arriesgar algo más preciso que lo de monsieur Anaëron?
¡Porr los dioses! Qué perro mas horrorro... digo encantadorr Lady Eleanorr. Su prresencia aquí demuestrra su alma generrosa y carritativa, pues sin duda lo encontrrasteis abandonado en algún suburrbio de baja estofa. Su fe... feliz carra muestrra que de cachorro sufrrió todo tipo de abusos. Incluso deshonestos me atrreverrerría a decirr. Mirre esos ojos glaucos, ojerrosos y rrodeados de bolsas. El daño en su pisque debe serr prrofundo. Algo que una lobotomía frrontal podrría solucionarr. Lady Eleanor, ¿no ha detectado tendencias homicidas y parranoides en su can?
Oh, perro me estoy desviando de la converrsación. Herr Saujènierr, en cuanto a la horra, solo sé que es la horra de tomarr un licorr y tal vez un piscolabis. Así me lo indican mis ciclos cirrcadianos y mi estómago rrugiente. Eso sí, agrradecerría algo más sustancioso que esos sandwiches de pepinillo a los que los ingleses parrecen tan aficionados. Lo cierrto es que las cucurrbitáceas no me resultan especialmente atrractivas al paladarr. Nada como una buena salchicha de Frrankfurrt parra alimentarr el cuerrpo y el espírritu. ¿No están ustedes de acuerrdo?
-¿Abandonado en un suburbio?-mientras la duquesa acercaba al perro a la mesa para que bebiese miró al prusiano con incredulidad-mi querido Herr Klumming el pedigree de Muffy es de la más alta gradación. Tanto su madre como su padre son dignos ejemplares de su especie, con noble sangre corriendo por sus venas..el mismísimo embajador francés me lo regaló hará cinco años por mi cumpleaños...-explicó mirando al hombre como si se hubiera vuelto loco-en cuanto a su afición por abrir cráneos, me lo tomaré como una broma, pues nadie en su sano juicio podría de verdad plantearse hacer una cosa así a una cosita tan bonita, es usted muy chistoso señor-agregó riendo de tal forma que su generoso pecho pareció que iba a salirse por el escote.
Machine sainte, madame! Ni una lobotomía podría hacerle perder a usted el buen humor, estoy seguro. ¿Qué podría querer decir eso, monsieur Van Klumming? Desprovéase el asunto de connotaciones trascendentes, aunque la trascendencia sin duda es lo que todo bien científico gusta alcanzar. ¡La suya propia! ¿Qué es la trascendencia, al fin de cuentas? ¿Lo sabe usted, monsieur Anaëron? ¿Puede darnos una visión menos humanizada de nuestros propios conceptos? Es increíble cómo puede usted usar un lenguaje que está tan lejano a las raíces de sus sentimientos. ¡Pero al fin de cuentas estamos aquí todos hablando inglés, y bien que mis orígenes están con las raíces romances! Aunque quizás, sí, podría decirse que un romance fue la raíz de mi vida. O no. Ya tendré ocasión de hacer esa pregunta en algún momento, sí, lo sé. ¿Qué opinas tú, Aboiement Motorisé?
Oh, en ocasiones me olvido que ya no tienes tu bozal. No se imagina las interesantísimas conversaciones que hemos mantenido, madame. ¿No estaría dispuesta a permitir que se lo vuelva a poner, un pequeño rato...?
Madmoiselle, ya que todos han dado su opinión en el asunto, me corresponde a mí dar la mía. Lo cierto es que messieurs no estaban tan errados como podrían suponer sus opiniones totalmente contrarias. Me explicaré. Hay una cantidad de formas de saber qué hora es con sólo mirar esta habitación en concreto, sin dirigir la vista hacia la cantidad de relojes que hay en las paredes: algunas son menos exactas que otras, ¡pero son maneras al fin de cuentas!
Comencemos por la que monsieur Anaëron ha señalado, con tanto tino. ¿Ve, madame, la ubicación de su propio asiento? A sus espaldas, el sol se pone perdiendo su luz. La pequeña mesa que tiene frente a usted es el único punto de referencia con el que contamos, suponga que representan las tres de la tarde. ¿Ve cómo su sombra baila moviéndose hacia un lado? Oh, no se preocupe por la densa amplitud, mon erreur! Es la sombra del respaldo de su sillón. Piensen ustedes que madame es el centro de un círculo perfecto. La mesa son las tres de la tarde. ¡Su sombra está entre la mesa, y acercándose lentamente a la línea horizontal en la que se encuentra madame! Una pequeña división con los dedos les permitirá sacar qué hora es. Yo arriesgo las cinco y veintiséis minutos con siete segundos, o quizás cinco, pero ya no importa porque ahora son siete, oh, no, nueve, diez, once...
¡Pero la realidad es otra, mes amis! ¡La realidad se acerca a lo que messieurs han dicho! La hora varía según quién la pida. Oh, sí, ¡la hora depende de quien la observe! Mi reloj en París tenía la caja del péndulo llena de agua, la resistencia dividía en dos el paso del tiempo, ¡y mis días tenían cuarenta y ocho horas! Para monsieur Anaëron, la resistencia de su raza en la sangre debe dividir el paso del tiempo en cuatro, cinco veces, ¡y si él pide la hora, la hora será cinco o cuatro veces menor a la que pediría madmoiselle! Y lo mismo monsieur Van Klumming, puede saber la hora midiendo sólo los síntomas de su cuerpo. ¡Menudo reloj que es el cuerpo humano, mes amis! ¡Hora de la cena, hora del sueño, hora de la vigilia, hora de la vida, l'heure de mourir...! Pero las alteraciones propias de su cuerpo, con todo respeto monsieur homme de science, le llevarán a saber la hora sólo parcialmente. El reloj del cuerpo es un reloj mucho más fuerte, permanente y estable que cualquier otro, ¡incluso responde a los cambios del flujo del tiempo, cosa que no hace ningún reloj! Pero hay que saber corregir sus imprecisiones, como monsieur Van Klumming debe saber muy bien.
En resumen, mes amis, pueden saber la hora midiendo el grado de nitidez de los objetos que observan en esta habitación. La graduación que va convirtiendo al espectro del color al gris es una escala inmutable y perfecta, pero se necesita práctica. También pueden saber la hora basándose en rutinas, ¡por ejemplo que ya caerá el sol, pero aún no ha aparecido el mayordomo a encender el gran candelabro como siempre lo hace a las cinco y treinta! ¡Oh, y aquí lo tenemos a él!
Mes amis, son las cinco y treinta en punto de la tarde. ¡Ahí tenemos la campanada! ¡¡JAJAJAJA!!
¡Oh, necesito mi copa de vino!
... y yo, otro personaje, por Dios.
Plas, plas, plas, plas
Le aplaudo. Es usted un verrdaderro científico, Herr Saujènierr y todo un filósofo, porr añadidurra. Veo difícil aburrirrse en su prresencia y compañía. Un poderroso intelecto le asiste, sumado una imparrable verrborrea que se me hacen muy gratas y... ¿cómo se dice en inglés? ¿Dicharracherra? Sí, eso dicharracherra. Perro prrocedamos a aspectos más mundanos. Veo que todos tenemos nuestrras copas, llenas de nuestros licorres favorritos. Brrindemos porr nuestrra salud. Chin, chin.
Ciertamente habéis dado un extenso paseo por las orillas del tiempo, mon cher professeur, aunque me pierdo con todos esos apuntes que lo circunscriben a extraños mecanismos de agua, o de cuerda. ¡Por la Secreta Puerta!, ¡qué pobre manera de describir el eterno ciclo! No, prefiero los comentarios que habéis hecho acerca de las sombras en esta estancia, o los equilibrios verbales jugando a equívocos con la fisiología del organismo, o la rutinas. Sí, acertado juego, sin duda.
En fin, como dice Herr Von Klumming, levantemos nuestras copas, y bebamos. Ahora que tenemos tiempo...
PLAS! PLAS! PLAS! (el director aplaude entusiasmado)
Magnífico!
Mi más sinceras felicitaciones a todos. ¡Habéis logrado comenzar la partida antes de que ésta empezara!
Jajajajajaja.
Es más, voy a aprovechar el brindis y la escena que se ha montado en el club, con todas esas conversaciones sobre el tiempo, lobotomías y la casta de Muffy para enlazar desde ahí con la trama de la partida.
Porque.. querréis algo de trama, ¿no?
Jajajajajaja.
La duquesa escuchó atentamente toda la disertación del inventor mientras acariaba el perro que finalmente había optado por echarse una siesta en su amplio regazo. Menudo rollo que está soltando pensó cuando tanta palabra la hizo aburrirse y distraerse del hilo argumental principal. Eso sí, nada en su actitud traicionó sus pensamientos y cuando hubo acabado aplaudió como la que más haciendo que Muffy se despertase y sobresaltado lanzase un ladrido.
-Monsieur Saujènier...es usted un genio, sin ninguna duda. Tiene que venir a tomar el té los jueves a mi mansión. Conozco un par de científicos a los que les encantará conocerle...-comentó en tono dicharachero.
es lo que piensa mi pj eh??? como jugadora me uno al aplauso general...si sin escena hemos empezado asi esto promete mucho xDDD
Querido Jacques, aquí traen su Châteauneuf-du-Pape. ¿Todos tenemos nuestra bebida verdad? Si, asi me gusta. Así que con el nivel de grises...curioso, curioso...
Lady Eleanor, ¿esa proposición del té es a lo que usted se refiere con ser mostrar más discrección en cierto aspectos?
Con una sonrisa suave Anne le guiñó un ojo a la mujer y levantó su copa llena con el licor recomendado por el Mayor...
¿Quien va a realizar el brindis? Preferiria no hacerlo yo, porque tal vez Lady Eleanor me riñera...
Merci, merci beaucoup mes amis. ¡Ya he hablado tanto que sólo quiero tomar de este exquisito elixir de madmoiselle! Oh, écrous saints, ¡se ve magnífico! ¿Habrá un duelo de guante por quién sea el que realice el brindis? ¡¡JAJAJAJA!!
Un aplauso para todos nosotros. Haremos de esto algo extremadamente memorable si seguimos así XDDDD
¿Rrealizarr el brrindis? ¿Y chi chin qué es? ¿Un saludo en rruso? Dejémonos de tonterrías y eufemismos rridículos. No necesitamos larrgas perrorratas. El prropio Herr Saujènierr ha rrenunciado a tal honorr, cuando su lengua ha demostrrado tenerr vida prropia, algo que en las lides amorrosas segurro le es de grran utilidad. Interrprretando esto de forma literral y metafórríca. Así que si nadie se opone, crreo que con un ¡Salud!, vamos apañados.
Salud pues! Alcemos nuestras copas con ese deseo, y que este brindis sea el puente entre nosotros, seres tan diversos y, sin embargo, unidos!
Y, si me permiten, les dejo un brindis irlandés, como no. De mi compatriota Jonathan Swift: May we live all the days of our life!!!
!Salud! Y secundo su brindis tambien Mayor, !totalmente de acuerdo! Gran frase...muy grande, si.
!Y por ustedes cuatro y por este Club! Y por mi, !por supuesto!
Ummm este licor es fuerte, !pero no esta nada mal! Enhorabuena por la elección Mayor.
Os paso ya a la escena de juego: "Una noche cualquiera..."
Dejadme que cuelgue el post inicial y trasladamos la acción allí.
Saludos.
Damas y caballeros, sepan ustedes que este ente etéreo que les observa, esta voz de la conciencia que les vigila y les controla, no ha intervenido aún en la partida por que su presencia es por completo fútil e innecesaria. Eso sí, les leo con ansia y gozo.
:-D
¡Ustedes solitos se las están apañando requetebién para que la cosa esté más que interesante!
Pero sepan que no andan abandonados. En cuanto sea necesario intervendré.
Saludos!!
He editado la última frase para que se amolde a tu intervención, señor director.
Tal y como está quedando por el momento la historia, hay que hacer todos los esfuerzos posibles para que no queden flecos. ;)