Partida Rol por web

Raúl casi se cae de su pequeña litera cuando escucha un disparo. De hecho la palabra "casi" sería una forma suave de decir que dio con su redonda cara en el suelo. Había pasado la noche leyendo un libro que había encontrado en su última incursión a las tiendas próximas. Drácula, de Bram Stoker, cuántas veces había renegado de ese tipo de lectura con sus amigos. "Dónde se ponga un buen libro de vampiros, ambientado en Mundo de Tinieblas que se quite todo lo demás" era la conclusión a la que llegaban siempre. Pero antes encendías el PC buscabas en que tienda online era más barato, o incluso en EBAY, y en 2 días lo tenías en casa, así de fácil. Las cosas habían cambiado, es complicado encontrar comida cuánto más literatura fantástica decente.

Se levantó del suelo, y rápidamente se puso las botas, esta mañana se había saltado el desayuno, "los cereales estarían los mismo de asquerosos a las 7 de la mañana que a las 12 del mediodía" fue su pensamiento la noche anterior antes de caer rendido. Nuevos disparos ocultaron el leve jadear del muchacho, estaba nervioso, agitado. No vio a nadie por los corredores, todos deberían de estar desayunando o ya habrían ido en busca de lo que provocó esos disparos. Tuvo que detenerse para atarse bien la bota izquierda. "Espero que todos estén a salvo" No le hacía gracia tener que desenvolverse solo en este mundo invadido por muertos vivientes. Siguió corriendo hasta el patio de la fortaleza, allí estaban todos. El viejo pegaba voces desde lo alto de las murallas. Habían cogido armas y se estaba introduciendo en las alcantarillas. Parece ser que todos estaban presentes, "Gracias a Dios" no era particularmente creyente y todo lo que había visto últimamente no ayudaba demasiado a afianzar su fe, aún así se enconmendaba de vez en cuando, más por costumbre que por verdadera fe.

Todos los compañeros estaban demasiado agitados, no sabía a quien dirigirse, Taylor había saltado a las alcantarillas hacía un momento. Su respiración estaba demasiado entrecortada, se ahogaba por el esfuerzo realizado, por lo que le costó bastante trabajo el articular una frase del tirón "Chicos ...  que está pasando?" fue lo que finalmente consiguió articular.

La situación era algo tensa y todo se sobrevino demasiado rápido. Marcelo salió corriendo hacia el almacén a por el bate de béisbol*. Los demás se arremolinaron cerca de la entrada de la alcantarilla menos Gerónimo que estaba más alejado atrayendo a los muertos lejos de allí. Y menos Taylor que saltó hacia el interior de la alcantarilla. 

Esto es para todos menos para Marcelo:

Desde arriba sólo se veía un pequeño tintineo de luces que parecían provenir de una linterna y una voz femenina que parecía que se intentase relacionar con la americana.

Bajaste rápidamente al alcantarillado y te topaste con una figura que portaba una linterna a unos 3 metros. Parecía recoger una especie de mochila y un rifle. Apenas podías ver ya que el haz de luz se dirigía hacia ti y este te impedía visión pero jurarías que el rifle ahora te apuntaba a ti.

- ¡(No entiendes) si no (algo que no entiendes) fuego! Di algo o (no lo entiendes) que disparo...

Taylor había visto a la mujer que había saltado dentro , asi que no la pilló por sorpresa. Aún así , la luz de la linterna era bastante molesta.

It's ok, it's ok. I´m friend! A-M-I-G-O - dijo con una mano tapandose los ojos para que la luz no la deslumbrase tanto.

La mujer bajó su arma mientras se terminaba de acomodar la mochila.

- Menos mal, si no llegas a hablar juro por Dios que te hubiese volado la cabeza. ¿Está por aquí el soldado Roberto Cal? - dijo en un perfecto inglés-.

- Necesito reunirme con él ahora mismo. Me han informado desde la base de Barcelona que estaría aquí.

Echó un rápido vistazo a su espalda.

- Tranquila, no se ha colado ninguno de esos muertos. Por una extraña razón no bajan.

La mujer te era extrañamente conocida aunque no conseguías saber de que.

La cara se me descuadró en puro terror. No podía ser… ¿de verdad se había metido ahí dentro con el riesgo de encontrarse a una marabunta de esa cosas de cara en un lugar tan estrecho y sin medios de huida?
 

-¡SACADLAS DE AHÍ YA MISMO Y BLOQUEEMOS ESO CUANTO ANTES!- fue una orden a voces de desesperación, no quería perder a nadie más. Ya quedábamos  más bien pocos como para ir reduciendo el número.

-Por favor que alguno me ayude con estos bidones para bloquear la entrada en cuanto las saquéis.-  Aun se notaba el pavor en su voz.

El esfuerzo de Susana por mover los bidones estaba siendo inútil para moverlos sola, pero no cesaba en su intento.

Me agaché y tendí la mano por la tapa abierta:

-¡Rápido, rápido! ¡Subid antes de que os alcancen esas cosas!

Y todo lo rápido que pude les fui subiendo a la superficie.

Marcelo llego corriendo y apresurado a la alcantarilla. Al oír los gritos de Susana se temió lo peor.

Al llegar se quedo observando e intento ayudar a mover el bidón... era demasiado pequeño, y no poseía la fuerza necesaria para, si quiera, ayudar.

Una idea surgió de la cabeza de Marcelo, puede que una gran idea para él, pero puede que mala para los demás, aunque desde luego él no se paró a pensar acerca de si a los demás les gustaría o no.

Rápido y veloz se dirigió al garaje, dejándole el bate a Raúl, ''tú sabes donde darles'' fue lo único que le dio tiempo a decir antes de salir corriendo. El joven y rellenito Raúl había contado alguna que otra vez el secreto para eliminarlos, pero Marcelo estaba lo suficientemente pendiente para decirle ''Si'', ''Ajam'' de vez en cuando, aunque ahora sabe que debía haber prestado atención.

LLegó al garaje y se montó en el ford fiesta y lo arrancó, con un suave movimiento y un buen juego de pies, realizó una salida que ni el mismísimo Fernando Alonso podría haber llevado acabo, al menos eso es lo que pensó él, pero era por la adrenalina y la mezcla de emociones. Se dirigió a la tapa de la alcantarilla y frenó antes de llegar, gritando dijo:

- ¡Podríamos atascar la alcantarilla con la rueda del coche! ¡este trasto pesará una tonelada! Se notaba que Marcelo estaba algo agitado y nervioso... él nunca llamaría trasto a uno de sus vehículos

Vale Marcelo a mi señal dale gas al vehiculo y atranca la alcantarilla.!! le grite a Marcelo mientras no dejaba de mirar como Roberto sacaba a las personas de las alcantarillas, en cuanto viera los cuerpos salidos, le daria la señal a Marcelo. Me rebentaba no poder hacer mas, pero la alcantarilla tampoco era tan grande como par que le pudiera ayudar. Por ahora esto era lo mas que podia hacer.

Por fín alguien a quien entendía!

- Robert? El chico ese tan guapo con uniforme? Sí, ese era el que dijo que nos metiesemos por aqui, o eso creí entender. No sé por qué no bajan... Mira, ahí está - dijo indicando la mano que tendian desde la entrada de la alcantarilla.

Al ver la mano de Roberto asomando por la entrada de la alcantarilla, exclamó:

- Here it's save, we are ok, no zombies!... TODO BUENO!

La luz se acercó al agujero que dejaba la tapa de la alcantarilla. Taylor subió primera y fue ayudada por Roberto para subir. Tras ella una mujer de cabellos rubios, con uniforme militar, un rifle como el de Roberto y una gran mochila escalaba con soltura la escalerilla y de un golpe subió hasta el nivel del suelo.

Marcelo vino como un loco con el coche y rápidamente, tras poner la tapa la misma mujer, la salida o entrada estaba sellada.

La mujer se giró hacia la posición de Roberto y levantó la mano a modo de saludo militar.

- Sargento Núñez. ¿Usted es Roberto Cal, no es cierto? Me han enviado desde un refugio cercano para hablar contigo sobre algo importante. ¿Dónde podemos estar a solas?

Su voz era distante y fría y apenas se notaba en ella que acababa de perder a dos compañeros. Tras fijaros detenidamente en ella os dísteis cuenta de que la conocíais. Era la piloto del otro helicóptero.

La verdad, no me esperaba encontrarme a la sargento aquí desde el incidente. En ese momento tenía muchas preguntas pero mejor sería reservarlas como ella dice, estando a solas. Todavía con el rifle en la mano le indiqué el camino:

-Allí mismo, en la sala de radio. Vosotros si podéis intentad arreglar el desastre del coche. Si sigue la entrada tapada nos será muy dificil salir a buscar recursos.

Y ambos nos dirigimos hacia la sala de radio.

LLegó al garaje y se montó en el ford fiesta y lo arrancó, con un suave movimiento y un buen juego de pies, realizó una salida que ni el mismísimo Fernando Alonso podría haber llevado acabo, al menos eso es lo que pensó él, pero era por la adrenalina y la mezcla de emociones. Se dirigió a la tapa de la alcantarilla

Vale chicos no es momento para quedarse quietos! les dijo mientras Rberto se marcha.
Apartad el coche, ahi que limpiar esto para que podamos volver a entrar en la alcantarilla!

Desde la muralla tengo una vision general de la escena. Taylor habia vuelto a la superficie y parecia ilesa. La mujer que habia entrado en la alcantarilla tambien parecia estar bien.

Con alivio, bajo de la muralla tras echar un ultimo vistazo al exterior. Tardaran dias en volver a estar tan calmados como antes. Y alguien tendra que bloquear esa alcantarilla... Mientras bajo, Marcelo ha colocado un coche sobre la tapa de la alcantarilla, espero que provisionalmente.

Una vez abajo, escucho a Lidia pedir ayuda para limpiar la alcantarilla. Si hay algo ahi abajo, estara intranquilo. Si esperasemos unas pocas horas, quiza seria mas facil. Por otro lado, en unas pocas horas podrian entrar mas. Miro la alcantarilla con un gesto torcido.

Normalmente no pensaria en hacer algo asi, pero ya que se ha presentado la oportunidad de tener a unos pocos de estos seres en un espacio reducido, podriamos intentar capturar a alguno con vid... Sin neutralizar. Termino temeroso. Insinuar que estaban vivos podria haber causado molestias en el grupo.

¿Os parece factible? ¿Tenemos alguna cuerda o... algo, alguna idea? Miro alternativamente a Lidia y a Marcelo.