Partida Rol por web

Ben miro desafiante a su hermano. Por una vez en su vida se habia atrevido a hacer lo que queria realmente y no lo que todos esperaban de él como hijo de cantinero. Su hermano estaria en shock por eso y porque de repente se habria dado cuenta de que sin su hermano pequeño al que siempre denigraba no seria capaz de llevar el saloon. Que mucha risa y mucha tonteria, pero como hombre de negocios no es que fuera un lince.

Acercándose a un palmo de su hermano le sususrró Padre no va a saber nada de esto, porque no se lo va a decir. Esta es mi oportunidad de salir de Carver, y tu me vas a ayudar a hacerlo. Padre aun tardará 2 semanas en volver y cuando lo haga espera encontrar los números del bar perfectamente explicados. Cuando vuelva en unos dias ya haré el trabajo que tu no habrás hecho, pero hasta entonces te las vas a apañar tu solito. Tomatelo como unas vacaciones de tu "inutil hermano".

Tras eso le sonrio y se fue con la botella a servir mesas, que es lo que debe hacer el gestor de un saloon en vez de estar ahi en la barra todo el dia.

Almedia se percató rápidamente de que los ojos de Earl no hacían demasiado contacto con los suyos. Hizo ademán de colocarse la blusa sin demasiado empeño y siguió la conversación. 

- Arizona... eso está lejísimos..... ¿pasarán cerca de Tucson? Unos feligreses me hablaron de la misión de San Xavier del Bac hace unas semanas. Vista la falta que hago en este pueblo quizás el señor me haya hecho encontrarme con ustedes con ese objetivo. Quizás pudiera acompañarles para darles apoyo espiritual en su misión...

-"Apoyo espiritual" bonitas palabras pensé.
Levante la mirada al techo del Saloon y luego fijé la mirada en la botella de whisky.
Si ya era duro lidiar con las reses y los nuevos vaqueros, escuchar la palabrería de una mujer iba a ser un auténtico quebradero de cabeza. Casi preferiría beberme todos los días una botella de whisky. Quizás así, tendría el apoyo espiritual necesario y requerido por un vaquero en medio de la llanura.
-"Jefe, con los vaqueros de la lista tenemos a suficientes hombres." me dirijí a él sin importarme mucho por los motivos de la mujer por entrometerse en asuntos de hombres.

Almedia se giró rápidamente hacia el señor Scott al escucharle entrometerse en la conversación. 
Ya se había dado cuenta de que desde que entró en el Saloon no hacía más que mirarla desaprobatoriamente. No quería quedarse en Carver y los comentarios de Scott le estaban poniendo nerviosa. Quizás por la tensión del momento, quizás por que su cara le recordaba en a la del dueño del salón de El Paso, se giró violentamente y dirigió a él.

Caballero, si usted es uno de los hombres de esa lista es fácil darse cuenta de que al menos falta medio más para hacer un número entero. Métase en sus asuntos y deje los de Dios para quien los comprende. 

Le lanzó una mirada desafiante - He tratado con muchos como tú. Mejor que no juegues - Le quiso decir con la mirada

- Ya me cobraré el favor, John, no te quepa duda, ya me lo cobraré - Dijo con una enigmática sonrisa. Cogió el vaso de whisky que le había servido, tocó con el culo el borde del vaso del tuerto y lo vació de un trago, limpiándose la boca con la manga. Llenó otro vaso para él y esperó que John acabara el suyo para llenarlo también.

- ¡A tu salud, viejo zorro! ¡Qué cojones! - Alzó un poco más la voz, para qu le oyeran en todo el Álamo - ¡ Y a la salud de las esas putas dos mil vacas y de los cabrones que las vamos a llevar hasta la puta Arizona! ¡Y de la mujer esa, que parece tener el coño mas grande y mejor puesto que tu las pelotas! - Dijo alzando el vaso hacia el vaquero que no hacía mas que lloriquear y quejarse como una nena - Si vas a estar así todo el puto camino hasta Grear Valley, lo mismo no llegas, ¡medio hombre! - Estalló en una serie de groseras carcajadas, palmeando la barra con tanta fuerza que a punto estuvo de tirar la botella a la que les habían invitado.

-"Afortunadamente para usted, Señora. Yo no estoy en esta lista" le dije sonriendo. [/b]-"Y desafortunadamente para tí, aprendiz de vaquero. Yo llevo la lista."[/b] respondí introduciendola en el bolsillo de mi chaqueta.
Volví mi rostro hacia la botella y llené dos vasos. Uno para la señora y otro para el aprendiz de vaquero.
-"Si van a acompañarnos....créanme que los necesitarán" les dije a ambos antes de acariciar mi revólver.

- Mis disculpas por la confusión - contestó Almedia cogiendo el vaso de whisky - No consideré la posibilidad de que usted fuera una de las dos mil cabezas de ganado - y se bebió el vaso de un trago. 

- ¿Entonces quién es el que manda en la expedición? - preguntó a Tillis 

-Harry. Hazme un favor ¡Cállate! Cuando quiera tu opinión te la pediré.- respondió a su subordinado mientras gotas de saliva le salpicaban con la imprecación. Llevaba un rato silencioso mientras sopesaba a aquella extraña mujer. A continuación retomó su conversación con su interlocutora con suma atención. –Señorita. ¿Responde eso a su pregunta?

-En cuanto a su misión… Apoyo espiritual… -Arrastraba las palabras mientras las sopesaba.- Nunca es tarde para abrazar al señor. –Era imposible que el matiz irónico pasara desapercibido-. También pasaremos por pueblos y algún fuerte. No nos importará que nos acompañes hasta alguno de esos pueblos. Mañana al amanecer partimos–A continuación se llevó un par de dedos al sombrero a modo de reverencia y se dirigió al exterior seguido por sus hombres.

En el exterior de ‘El Álamo’ aguardaban las monturas. El jefe parecía de inusual buen humor lo que provocaba recelo y sospecha en sus dos acompañantes, aquello era demasiado raro en aquel desgraciado más no tuvieron que esperar mucho para saber la respuesta:

-Jajaja esto está saliendo mejor de lo esperado, escolta y coños.- Y sin decir mucho más clavó las espuelas en su caballo

La charla con Ed estaba siendo bastante amena, a pesar de los modales de ese tipo la estaba pasando bien. Me tomé mi vaso de un trago y se lo extendí para que lo llenara otra vez, acto seguido Ed hizo un brindis y yo lo seguí entusiasmado.- ¡Salud! ¡Por las mujeres, el dinero y las pistolas! Me tomé con gusto el whiskey y puse mi atención en la señora. No pude contener la risa ante el comentario que le hizo al vaquero. Esa señora si que los tiene bien puestos. Pensé. Sería divertido ver como otros trataban de molestarla y como los acababa con sus comentarios. 

Me levanté del taburete y le pase la botella a Ed.- Te dejo lo que queda de whiskey Ed, ya tendremos la revancha a nuestro duelo. Miré a la botella.- Otro día. Me incline hacia él y le dije al oído.- Después me gustaría proponerte algo, algo que llenara los bolsillos de ambos. Después llamé al encargado del lugar. -¡Muchacho! ¡Muchacho! Di un golpe en la barra para que me hiciera caso. ¡Hey!Puede que mañana comience tu primer día de aventurero pero por hoy eres el encargado de servir a tus clientes, así que no me hagas arrepentirme de darte esas monedas y dame una buena habitación para descansar. 

Entrecerró los ojos y sonrió con codicia cuando el bueno y viejo One le tentó con un posible negocio del que saldrían ambos beneficiados. Ese viejo zorro le gustaba cada vez más y tenía que reconocer que se había equivocado con él. No era un puto tuerto con un palo de escoba metido por el culo sino un tipo muy, muy listo. Tan delincuente como él pero mucho más fino. Un tipo que se esforzaba por mantener las apariencias que él no tenía y ganarse a la gente para no levantar sospechas.

- Puto John... Has picado mi curiosidad - Respondió entre dientes antes de darle un trago al whiskey y agarrar la botella que le había dejado One.

- Eh, zagal, que sean dos habitaciones - Exigió con la voz ronca por el alcohol - Y mándame una puta dentro de una hora o así, que si mañana tengo que madrugar quiero descargar esta noche, si no mañana me levantaré con los huevos tan llenos que tendré que follarme lo primero que se me cruce.

La noche avanzó más para unos que para otros. El recién llegado Earl B. Tillis apareció como un vendaval acompañado de sus secuaces y se marchó con la misma intensidad, dejando un cadáver atrás. En el Saloon quedaron el resto de los parroquianos acompañados de un heterogéneo grupo de forasteros, gran parte de ellos se habían inscrito para aquella misión que prometía dejarles con una cantidad nada desdeñable en los bolsillos.

Los más salvajes McCallister y One empezaron con gran tensión y con la ayuda de varias botellas se tornó su relación en amistad, varias copas después abandonaron el lugar compartiendo una económica habitación en el Saloon.

Otra pareja de jóvenes pasó desapercibidos. No tenían la presencia arrolladora que tenían otros, estaban allí para firmar y en algún momento posterior no estaban. ¿Se habían marchado? ¿Dónde durmieron? Preguntas que la gente se habría hecho de haberse acordado de su presencia.

Almedia fue la última en llegar, una monja que había optado por abandonar la clausura buscando un lugar donde poder enseñar la palabra de Dios. Extrañamente Tilles desoyó a uno de sus hombres y consintió en que les acompañase. Fue la última inquilina de 'El Álamo'.

Cuando finalmente todos se marcharon Ben empezó a recoger su macuto a escondidas de su hermano. El desgraciado no parecía estar por la labor de dejarle marcharse y convenía prevenir antes que curar.

Nadie supo que fue de Bill Valance. Cualquier testigo que le preguntases te diría que le vio en una timba a altas horas de la madrugada. Pero de repente no estaba por ningún lugar, los rumores no tardaron en aparecer, el más común hablaba de que ofendió a alguien y tuvo que poner tierra por medio. Otros hablaban de una venganza por la timba anterior. La teoría más extendida es que tuvo la mala fortuna de caérsele un as y aquello se resolvió con una cuerda. Carver no compartía el escarmiento del alquitrán y las plumas. La historia nunca se sabrá y las habladurías son siempre una parte de la historia válida.