Partida Rol por web

| Calle |

Debía admitir que me gustaban los métodos que usaban. Exponerse porque humillaban a un elfo, a uno de los nuestros. Posiblemente otros lo verían un disparate. Yo no.
-¿Quién a sido el desgraciado?.-pregunté al saber que aún así el elfo murió.

Entonces Grey me entregó una carta y ni necesite leerla.

-Ya está a salvo.-les comuniqué.-Fui en su ayuda y lo encontré por el bosque, a punto de toparse con una tropa enemiga.-entonces miré a ambos, sabiendo que lo siguiente les sorprendería. Si es que no lo sabían ya.-Jack llevaba una carga muy pesada y valiosa. La elegida estaba con él, junto con una niña pequeña. Los tres se encuentran en nuestra ciudad, a salvo.-aquello último lo susurré, por seguridad. Nunca se sabe quién puede estar escuchando.-Debemos marcharnos cuanto antes. Este sitio es peligroso, se acerca una tropa enemiga.-no di explicaciones de como lo sabía.

| JUGADA MASTER |

Walgior, Grey y Markus mantenían una conversación de lo más entretenida a pesar del peligro que corrían allí. Markus ya lo había advertido y Walgior posteriormente. Aún así estaban perdiendo un tiempo muy valioso teniendo en cuenta que se acercaba una tropa enemiga. Para desgracia de los tres elfos, ésta ya había llegado a la ciudad. Walgior podía sentir sus presencias acercándose a gran velocidad. Probablemente no iban a pie como los soldados que se había encontrado en el bosque pero ya estaban demasiado cerca y antes de que pudiera hacer nada un grupo de jinetes montados a caballo apareció en la calle principal. Hicieron frenar bruscamente a los animales para observar la escena: tres elfos rodeados de soldados muertos. Sólo podían hacer una cosa en esa situación de modo que los soldados colocados en la primera línea de fuego cargaron sus arcos y las soltaron con violencia. Los arqueros eran cinco aproximadamente, mientras que tras ellos había una decena de soldados más esperando su turno. Parecían ansiosos de batalla y los elfos se habían convertido en sus blancos.

| Calle |

Tarde, demasiado tarde... Me giré sobre mis pies y ya estaban allí, con sus caballos. Las presencias las noté demasiado tarde, por culpa de que vinieran a galope nos impidió huir. De todos modos... ¿Huir? No podíamos dejarles así. Habían venido a morir...

Cuando lanzaron las flechas alcé ambas manos, para pararlas en el aire con mi mágia. Los muy estúpidos se verían atacados por sus propias flechas si todo salía bien.

-¡Detrás de mí!.-exclamé a Markus y Grey. Si el conjuro salía mal preferiría usarme como escudo. Aunque no fue necesario, ya que tres de las cinco flechas estaban en el aire. Los soldados enemigos se quedaron un momento atónitos, lo que me dio tiempo para levitar las otras dos, darles la vuelta a todas juntas (a la misma vez que mis manos giraban) y luego dar una especie de empujón en el aire, haciendo que las cinco flechas volasen contra los cinco arqueros, matandolos en el acto.

-¡Atacad!.-exclamé a mis compañeros, mientras mi espada rugía al ser desenvainada y alzada sobre mi cabeza. Corriendo hacia ellos.

| CALLE |

Habían pasado demasiado tiempo entretenidos allí, y lo inevitable había ocurrido. Les habían encontrado. Ahora no tendrían más remedio que pelear otra vez por sus vidas.

- Estupendo... -masculló Markus, cargando su arco una vez más.

Cinco arqueros eran algo preocupante, y no podrían confiar en la magia eternamente. Así que el elfo de pelo oscuro apuntó al primero de ellos directamente al corazón y dejó volar la saeta. Tenían que acabar rápidamente y salir de allí antes de que se les acumularan los problemas.

| JUGADA MASTER |

Los arqueros no habían dudado ni un solo segundo a la hora de atacar a los tres elfos. Habían apuntado rápidamente y habían descargado sus flechas. Sin embargo, por suerte para los elfos, Walgior tenía gran poder. Con su magia detuvo las flechas y aunque algunas cayeron al suelo volvió a unirlas todas para volver a lanzarlas hacia sus verdaderos dueños. Los cinco arqueros cayeron muertos después de que las flechas se incrustaran en sus cuerpos, atravesando la armadura. Los siguientes eran diez soldados que a pesar de montar en caballo no tenían arcos, sólo espadas. Eso era una ventaja para los elfos y Markus quiso aprovecharla. Lanzó una flecha tan potente que atravesó a un soldado de lado a lado. La flecha se incrustó tanto en su cuerpo que la punta había salido por su espalda. El soldado cayó al suelo, dejando libre otro caballo más. En total eran ya seis caballos los que habían sido liberados de sus jinetes, pero aún faltaban otros nueve más que no dudaron en desenvainar sus espadas y dirigirse a toda velocidad hacia los tres elfos. Uno de los soldados quiso atacar a Grey con un movimiento ágil de su espada, mientras que otros hacían lo mismo con Markus y Walgior.

| CALLE |

- Venga, por dios. ¿De verdad? ¿De dónde salen tantas tropas? Parecería que estuvieran esperando que nos movamos para salir a por nosotros. - Grey negó con la cabeza mientras las flechas volaban a su alrededor.

No había movido un pelo, y los primeros atacantes habían caído gracias a la magia de Walgior, aunque aún quedaban muchos más. El jóven elfo negó con la cabeza mientras se cruzaba de brazos y mostraba una verdadera cara de enfado. No podía creer como habían aparecido tantas tropas y además, después de demostrar sus habilidades dentro de la ciudad y ahora fuera, no entendía como era atacado solamente por uno sólo enemigo.

- Bueno, si no hay más remedio. -

Su espada salió de su vaína y se puso a flotar en el aire, mientras él con el rostro serio, la guíaba mentalmente manteniendo a raya a su enemigo.

- Resulta que estuvimos casi un año sin hacer nada y ahora en un par de horas haremos todo el ejercicio que no hicimos hasta ahora. - Expuso a sus amigos enarcando una ceja.

| Calle |

Conforme me estaba acercando al primer enemigo, este se adelantó a atacarme. Levanté mi espada, para bloquear su ataque. Si todo salía bien contratacaría ferozmente contra él, sin piedad alguna, alzando mi espada y dejandola caer con fuerza, sobre el cuello de aquel pobre desgraciado.

Después de aquella batalla, si todo salía bien, debíamos marchar cuanto antes. Nunca se sabe cuántos más podrían aparecer...

De reojo pude ver como Grey usaba su mágia, junto con la espada. Me sentía orgulloso.

| JUGADA MASTER |

Los elfos estaban luchando con gran maestría ante aquel pequeño ejército del Rey. A pesar de lo numerosos que eran en un principio habían sido reducidos y lo seguirían siendo, ya que Grey encantó su espada gracias a su fuerte poder. La espada comenzó a luchar en el aire contra la del jinete, que del asombro bajó la guardia y sufrió una herida mortal en el estómago. Cayó de su caballo y falleció poco después. El animal se movía de un lado a otro como si estuviera desorientado pues ya no había jinete que le guiara.
Walgior también tuvo suerte y bloqueó el ataque de su enemigo para después contraatacar. Lo hizo tan ferozmente que incrustó su espada en el cuerpo del soldado, atravesando hasta su armadura a pesar de su grosor. El soldado le miró con expresión de asombro y cayó al suelo. Ya quedaban dos enemigos menos. El resto parecía tener ganas de vengar a sus compañeros.

| CALLE |

Markus no pudo por menos que sonreírse ante la frase de Grey mientras cargaba el arco una vez más. Él habría preferido evitar la pelea, pero también era cierto que no le hacía gracia ver cómo se mataban elfos impunemente y ahora que estaban peleando, no podía negar que disfrutaba con ello.

- ¡Concéntrate en acabar con ellos! -exclamó-. Ya charlaremos luego... no vaya a ser que se te caiga la espada al suelo.

Le guiñó el ojo al elfo rubio, aunque supuso que este estaba demasiado concentrado en la pelea como para verlo. Tensó la cuerda del arco y dejó volar una flecha más en dirección a un enemigo.

| Calle |

Todo estaba saliendo a la perfección. Ni nos habian tocada... aún. Escuché como mis compañeros se decian algo e hice una mueca de desagrado. Nunca se debe sobrevalorar al enemigo y relajarse.

Me acerqué a un enemigo, con tranquilidad, mientras que él se ponía en guardia, viendome llegar. Otros tres se avalanzaron sobre mi, pero mi vista estaba clavada en la del primero. Cuando aquellos tres soldados estaban lo suficientemente cerca, cerré los ojos un segundo, para acerles volar por los aires, alejandolos de mí y dejandome el campo libre.

Una vez cerca de mi enemigo bajé mi espada rápidamente, subiendola luego a más velocidad incluso, para asestarle una herida mortal, desde la entrepierna al cuello.

| JUGADA MASTER |

La lucha no había acabado aún, aunque parecía estar decantándose por uno de los bandos a pesar de la diferencia numérica. Markus volvió a hacer gala de su maestría con el arco y lanzó una flecha hacia otro de los enemigos, como había hecho anteriormente. Dio en el blanco y el soldado cayó al suelo llevándose una mano al pecho, concretamente al lugar donde se había clavado la flecha. Empezó a sangrar y se hizo un charco en el suelo, como pasaba con el resto de los cuerpos.
Walgior se vio rodeado por varios soldados pero les hizo volar por los aires con su poder. Le bastó con desearlo para que se hiciera realidad. Uno de los soldados se golpeó fuertemente la cabeza con una roca que había en el suelo y casi estuvo de perder la consciencia. Sin embargo, logró levantarse a pesar de lo mareado que estaba. Se tambaleaba de un lado a otro. Walgior estaba demasiado concentrado en su objetivo para darse cuenta de eso. El elfo luchó con el soldado hasta aprovechar un pequeño despiste por parte de éste, provocándole una herida que recorría todo su cuerpo. Éste no tuvo tiempo de hacer nada más, sólo de caer al suelo ya sin vida.
Ya sólo quedaban cinco enemigos y uno de ellos ya no podía defenderse. Los demás se armaron de valor y acudieron al encuentro de los tres elfos, cargando nuevamente con sus espadas, acompañando el movimiento de un grito desgarrador lleno de cólera.

| Calle |

- Estáis pensando en pequeño, mis amigos. Tenéis que pensar a lo grande sino, de aquí no saldremos ni en diez lunas. - Dijo Grey con una sonrisilla pícarona.

Aún así, el elfo seguía concentrado en su espada.

Se concentró tanto, que hizo que esta se dividiera en varias espadas y que cada una, fuera a por un enemigo distinto.

Se giró hacia sus amigos y volvió a sonreir.

- Así supongo que acabaremos más pronto. -

| Calle |

Solo quedaban cinco. De todos modos parecía que Grey lo tenía todo controlado para aniquilarlos, al menos a la mitad.

Saqué mi espada del cuerpo de aquel enemigo ya caido, y miré como le salía el plan al elfo, expectante. Un buen movimiento, sin duda. Ahora había que ver si era todo lo efectivo que él quería.

Esperaba irnos pronto de allí. No sabíamos si venían más y de todos modos quería volver a la ciudad a ver estaba ocurriendo con la elegida. Llamé a mi dragón, telepáticamente. Si algún soldado seguía vivo después del ataque de Grey, esperaba que mi dragón lo liquidase al llegar.

| JUGADA MASTER |

Grey decidió acabar con los soldados cuanto antes pues corrían demasiado peligro en esa ciudad. La oscuridad les daba una ventaja de modo que a los habitantes les resultaría difícil ver sus rostros, pero los cadáveres llamarían la atención y algún habitante podía llamar a la guardia. Grey había hecho buena elección y su encantamiento funcionó a la perfección. De su espada salieron varias réplicas más, una para cada enemigo. Empezaron a luchar contra unas espadas que manejaba la magia y lo siguieron haciendo durante varios minutos... Sin embargo, el agotamiento del viaje parecía haber causado la bajada de defensas de los soldados pues pronto empezaron a cansarse y bajaron la guardia, siendo atravesados por las espadas encantadas. Algunos tuvieron una muerte lenta mientras se desangraban en el suelo, otros habían tenido la suerte de morir en el acto. Los caballos relincharon, como si agradecieran aquella libertad. Grey había conseguido acabar con todos los enemigos y ya no tenían por qué seguir en aquella ciudad.
El dragón de Walgior apareció en ese mismo instante aunque no se le requería para atacar a los soldados, pues ya estaban todos muertos. La siguiente duda que se les planteaba era cómo saldrían de Fletord lo más rápido posible. Si querían atravesar la muralla probablemente les tocaría volver a luchar contra los guardias que la custodiaban, pues nadie podía entrar o salir de la ciudad después de haber caído la noche.

| CALLE |

Markus respiró aliviado cuando el último de los enemigos cayó muerto, y guardó la última flecha que había preparado. Aquella pelea ya había durado demasiado.

- Bueno, al fin -dijo a Grey y Walgior-. Ahora, ¿cómo salimos tú y yo de aquí, Grey? Walgior podrá largarse volando en su dragón, pero nosotros tendremos que buscar otra manera. Una que no sea tan llamativa como intentar salir por la puerta principal.

Trató de pensar qué alternativas tenían. Otra lucha sería arriesgada y ya habían llamado bastante la atención. Markus sin duda prefería pasarse de prudente, y aunque para unos elfos aquellos combates pudieran resultar sencillos en principio, nunca se sabía cuándo las cosas podían ponerse difíciles.

| CALLE |

Grey chasquéo los dedos y todas las espadas mágicas desaparecieron instantáneamente. Y al mismo tiempo, la espada de Grey apareció en su vaina. Tal vez nunca había salido de allí. Se giró mientras se sacudía las manos y sonrió ante las palabras de su amigo.

Señaló con un ademán circular los caballos y volvió a sonreir.

- Nos han dejado caballos, Markus. Podemos viajar sin problemas. - Continuó. - Pero antes, enterremos a nuestro camarada como corresponde. -

| CALLE |

Markus observó las monturas, pero aunque Grey tenía razón en lo de que podrían viajar rápido, el elfo de pelo oscuro dudaba de que les fueran a dejar marcharse por las buenas después de la que habían organizado allí.

- Será mejor que nos llevemos el cadáver y nos marchemos ya -dijo-. Tendremos tiempo para enterrarlo tranquilamente cuando estemos lejos.

| Calle |

Guardé mi espada, contento con el último ataque de Grey. Comencé a pensar como salir de allí, a toda prisa y sigilosamente.

-El cadáver puede ir en el dragón, con alguien más, claro.-comenté, mirando mi hermoso dragón.- El que sea menos hábil con la mágia que se vaya montado en él, junto con el elfo muerto.- mi mirada se dirigió a Markus, no con ánimos de ofenderle, sino porque así pensaba. El era el menos agraciado con esa habilidad o así lo pensaba al menos.- Los otros dos harán que todos los caballos, menos dos, se vuelvan locos y relinchen, cerca de la puerta, llamando la atención de los guardias. En ese momento saldrían en dos caballos a toda prisa, sin darles tiempo de reaccionar.-entonces guardé silencio, mirando a ambos.-La mágia se usaría para intentar provocar unas alucinaciones a los guardias. Algo extra por si los caballos no fuese suficientes.

| JUGADA MASTER |

Los elfos habían llegado a la conclusión de que pasar más tiempo allí era peligroso y más aún con la cantidad de cadáveres que había apilados en el suelo de la calle principal. En cualquier momento algún habitante podía asomarse a su ventana y ver lo que había sucedido, llamando después a los guardias de la ciudad.
Walgior había ofrecido un plan ya que no estaban dispuestos a abandonar el cadáver del elfo junto con los enemigos. Tampoco podían permitirse el lujo de darle un digno funeral allí mismo, así que no les quedaba más remedio que llevárselo. Sin embargo debían apresurarse, pues el ruido del dragón podía haber alertado a más soldados.