Partida Rol por web

Turno II-20

Los guardas de camino alentaron a los conductores a no reducir el ritmo de los carromatos - ¡VAMOS, VAMOS, SEGUID AVANZANDO, NO PARÉIS! - Debían alcanzar cuanto antes la seguridad de una posta, aunque sabían que esta todavía se encontraba a bastante distancia y en el fondo de su ser dudaban de ser capaces de conseguirlo, toda vez que con la fuente de luz que llevaban eran un blanco relativamente fácil en la oscuridad de la noche.

Roderic era el que había recibido la lluvia de flechas y bastante tuvo con mantenerse encima del caballo como para decidirse hacer algo más. Buscó durante unos segundos calmar sus nervios antes de decidirse a actuar. El resto, salvo el enano que se internó en el bosque se pegó a los carromatos en busca de algo de protección.

Pasó un rato hasta que una nueva ronda de flechas, nuevamente todas fueron dirigidas hacia el noble middenheiniano, y nuevamente, la fortuna se alió con él, pues todas aterrizaron a su alrededor sin llegar a alcanzarle ni a él ni a su caballo.

Turno II-20

El enano se adentró rápidamente en el bosque al tiempo que escuchaba la voz de advertencia de Thorsten.

Rápidamente se dio cuenta de su error, la densa vegetación apenas le permitía avanzar, y poco a poco, hasta las luces de la caravana se iban alejando, por lo que si entre la vegetación ni siquiera era capaz de mantener el ritmo de la caravana, difícilmente podría dar con los atacantes, que de volver a ser hombres bestia, estos parecían ser capaces de moverse sin muchas dificultades por el espeso bosque, como había comprobado horas antes en los ataques previos.

Turno II-20

Maldije para mis adentros cuando la densidad del sotobosque empezó a hacer mella en mi velocidad de avance viendo como la oscuridad poco a poco se cernía sobre mi posición a medida que la caravana se alejaba. Sin duda morir acuchillado en la oscuridad sin saber siquiera quien atacaba no era la mejor de las muertes, mucho menos la esperada.

Resignado, cabreado y deseoso de que esos malnacidos y cobardes hombres bestia se mostraran para poder acabar con ellos en cuerpo a cuerpo... mi hacha se saciaría antes o después y, con ello, mi monumental enojo.

Sin más remedio, retomé la senda de la caravana y proseguí junto el resto*

Turno II-20

Maldito Enano, a la mínima había salido corriendo al bosque, por lo visto la caravana no tenia intención de parar en medio de la noche, cubriéndome entre los carromatos voy corriendo hacia la retaguardia por el lado donde hace unos instantes se encontraba Kurdrim mientras grito para intentar que me oiga, KURDRIM MALDITA SEA VUELVE, SEGUIMOS CAMINO, VEN O TE PERDEREMOS EN MITAD DE LA NOCHE, KURDRIM...

Turno II-20

Otra vez el caos!! La situación se complicaba de nuevo, otra emboscada de las criaturas. Con la fortuna de mi lado me pude librar de las flechas enemigas, no siempre iba a tener la misma suerte..., no había tregua, la caravana avanzó más rápido si cabe alentada por los guardas quizá con buen criterio. Debíamos salir del camino lo antes posible, seguramente habría más ataques como éste otra vez. Oigo a Zacarías en retaguardia llamando a Kurdrim, había decidido dar cuenta del ataque por sí solo. Maldita sea!! Le vamos a perder entre el bosque...

Sin pensarlo giro mi montura y me dirijo hacia retaguardia en busca del enano, Zacarías no paréis voy a por Kurdrim, luego intentaremos alcanzaros..., 

Turno II-21

La caravana proseguía su alocada marcha con la mayoría de sus guardianes buscando cobertura contra las andanadas de flechas que caían. Solo el enano había abandonado la estrecha formación para aventurarse dentro del bosque en la persecución de sus enemigos, aunque rápidamente se dio cuenta de la futilidad de su intención y retomó a la carrera el sendero para recuperar su posición dentro de la comitiva.

Así fue como lo encontró Roderic, que abandonó su posición para ir en su búsqueda, volviendo a la carrera justo donde terminaba la luminosidad de la última lámpara de la última carreta.

La nueva descarga de flechas no se hizo esperar, en esta ocasión el blanco no fue el noble jinete, sino los dos guardas de caminos, que semiparapetados, no se vieron alcanzados por ninguno de los proyectiles, sin embargo, la mayoría de los proyectiles impactaron en los carromatos lo que levantó en forma de gritos varios el pánico y las alarmas de sus ocupantes.

Turno II-21

- ¡Apagad las lámparas! ¡Así somos un blanco perfecto! - dijo Thorsten - Si Kurdrim no es capaz de verlos, con las luces apagadas ellos tampoco deberían serán capaces de vernos a nosotros. - explicó tratando de dar así una mayor fuerza a sus palabras.

El humano seguía detrás de una carreta pendiente sobre todo de que el tiro de la de detrás no fuera a atropellarle.

Turno II-21

Por los pelos, pero al final apareció Kurdrim corriendo en la parte posterior de la caravana, respire aliviado de no haberle perdido, era y seria una pieza importante en los sucesos que nos tendrían que ocurrir en el futuro, aparte de que los lazos de compañerismo entre todos nosotros se iban haciendo mas fuertes, Kurdrim maldita sea, no nos vuelvas a dar otro susto, ya tendrás tiempo de partir cabezas en otro momento..., mientras avanzamos intento estar a cubierto entre los carros mientras escucho a Thorsten decir que apagásemos las lamparas, niego con la cabeza, si ya era difícil correr en la oscuridad de la noche con la poca luz de las lamparas, sin ellas podríamos tropezar o salirnos del camino...

Turno II-21

Los malditos matojos, árboles y plantas variadas hacían imposible mi incursión y no me quedó más remedio que volver sobre mis pasos recuperando el ritmo de la comitiva que se veía como un faro con todas aquellas lámparas bamboleándose de lado a lado. Si querían ser un buen blanco para los disparos de los atacantes sin duda lo estaban consiguiendo.

Miré de Zacarias, zalamero, cuando me dio la bienvenida a su manera; sonreí con cierta indiferencia

No verás más monedas de este enano, humano, por mucho que intentes ofrecerme consuelo... esas sucias ratas cobardes de entre los árboles no van a ser un buen desafío o ya estarían sobre nosotros... y hablando de eso...

Me acerqué a la primera lámpara y, de un fuerte soplido, la apague

Somos como un faro en mitad del mar, maldita sea- añadí molesto por seguir las indicaciones del mago -Haced caso al maldito mago

Turno II-22

Una nueva volea de flechas surgió de bosque en busca de los jinetes antes de que se apagaran todas las luces. En esta ocasión, a diferencia de las demás, una de las monturas recibió el impacto de una flecha en la pata, obligando a Leonard, su jinete a bajarse de ella.

La ausencia de visibilidad redujo considerablemente la velocidad de la marcha y durante cerca de un minuto, en la oscuridad de la noche solo se escuchaba el traquetear de los carros y las pisadas de las monturas.

Todos sabíais que esta situación no iba a durar mucho y que ibais a ser atacados de manera inminente, pero en vuestros músculos se acumulaba la tensión de cada segundo de espera.

De pronto escuchasteis el rugidos de distinta naturaleza que indicaban la inminente amenaza, escuchasteis también el sonido de la maleza al apartarse. Los enemigos estaban ahí pero no alcanzabais a verlos.

Turno II-22

Tras la larga espera, por fin ves aparecer de entre la espesura del bosque a los ansiados enemigos. Tu vista de momento solo te permite ver a 3 de ellos, pero estás convencido, por el ruido de su carga de que junto con ellos vienen muchos más. 

Dos de ellos acuden directamente hacia ti armados con lanza y escudo dispuestos a acabar con tu existencia.

A tu mente acuden los recuerdos de aquél combate, también en el Darkwald, aunque en una zona lejana a la que os encontrabais en aquellos momentos, en los que la Ordo Fidelis acudió en vuestro rescate cuando volvíais de recuperar la calavera.

Turno II-22

Parecía que la treta del mago había dado sus frutos, pues los proyectiles dejaron de llover sobre nuestra posición... aunque el respiro solo sirvió para que los enemigos prepararan una carga en toda regla al amparo de la oscuridad. Enseñé los dientes, satisfecho, en una mueca que de haberse podido ver bajo la trémula luz de la noche, habría espantado a más de uno 

Ahí vienen... ya iba siendo hora- dije mientras mecía, ligeramente, el hacha en las manos

Fue cuando observé solo a tres de ellos cuando enarqué una ceja, aunque rápidamente volví a mostrar mi demente sonrisa. Venían en oleadas, o eso parecía; justo lo que necesitaba para acabar con todos ellos... solo faltaba que se pusieran en hilera con el cuello al frente

Sin más que añadir y deseoso de ponerme a prueba, pues parecía que el resto poco o nada veían en aquella oscuridad, me situé de manera que pudiera cargar sobre el primer enemigo que se me pusiera a tiro... le daría una bienvenida que no olvidaría

Turno II-22

No se veía nada y no tenía miedo como el que albergaban aquellas criaturas en sus negros corazones, temor transformado en violencia y agresividad. No tener un mando me ponía los pelos de punta ni un mínimo de marcialidad, y la verdad que me sentía solo ante aquella creciente oscuridad eso no significaba que no me hubiera ganado mi apodo, y mucho menos tener la idea de correr en medio de la noche de un grupo de hombres bestias, me lo había ganado por oponerme al mal de aquellas criaturas en cualquiera de sus formas, mis pesamientos se juntaban unos tras de otros hasta el punto que no sabía lo que estaba pensando, aunque no dejaba de tener sentido para mí, una buena arenga me vino a la mente

-Por Sigmar por el Imperio!!- grite -Hombres de Sigmar!!, preparados para resistir las penurias de nuestro tiempo, preparados para dar muerte...- el resto de las palabras se perdieron ante el esfuerzo del combate, aquella iba a ser una larga noche y por más retos, pruebas y dificultades que llegarán en cada una seria un buen Sigmarita para conmigo y con los demás. Para dar caridad a los necesitados y fuego en mis ojos para los impuros.

Turno II-23

Apenas veíais nada y el ruido cada vez era más intenso, la caravana seguía avanzando y vosotros ibais pegado a los carromatos para no perderos. De pronto, desde la retaguardia sonó la voz del matador alertando de la presencia de unos enemigos que para vosotros todavía eran invisibles. Y el sacerdote, en vanguardia, alzó la voz tratando de insuflar el valor que el oscuro bosque trataba de arrebataros.

El rugido de Kurdrim sonó en la noche al lanzarse contra sus enemigos, marcando el inicio de la confrontación, casi delante de vosotros se materializaron las caras bestiales de las criaturas del caos, Zacarías dejó escapar el virote de su ballesta sobre el primero de sus enemigos, pero la sorpresa de la aparición y el tratar de evitar las dos mortíferas lanzas que se cernían sobre él le hicieron errar un disparo fácil.

Thorsten, también asediado por varios hombres bestia logró alcanzar al primero con su espada, mientras al igual que Zacarías, que estaba a su espalda, evitaba sendas lanzas que trataban de ensartarle.

De pronto, desde el pescante del tercer carruaje carruaje se hizo la luz. En la oscuridad de la noche la imagen de Wolfgang, el académico rico, emergió amenazadora rodeado por una corona de llamas, revelándose ante todos como un Magister de fuego reduciendo los efectos negativos de la falta de visibilidad.

Los guardas y sus monturas también reaccionaron a la carga de los hombres bestia atacándoles sin recibir, afortunadamente, ningún impacto claro.

El sonido de dos detonaciones consecutivas salieron desde la posición de Roderic acompañado de dos fogonazos, que impactaron de lleno en uno de sus enemigos y acabando con su vida.

Turno II-23

Por fin había pasado lo que todos esperamos hace rato, el asalto de los hombres bestias había venido precedido por la advertencia de Kurdrim, pero aun así gracias a la oscuridad solo los vimos cuando los teníamos encima, sin apenas tiempo a reaccionar disparo mi ballesta errando el tiro mientras intento esquivar ambas lanzas, sin mas tiempo para pensar dejo mi ballesta para hacerles frente con espada y escudo.

Turno II-23

Thorsten literalmente alucinó al ver a un magister de su orden manifestar su poder y durante un instante se vio tentado a hacer uso del suyo, sin embargo sabía que hacerlo podía suponer precisamente lo contrario, ser expulsado de la orden, así que apretó los dientes y utilizó sus espadas para defenderse de la mejor manera posible de la lluvia de ataques que estaba por llegar.

Turno II-23

El mago de fuego conjuró los vientos de la magia a su alrededor mientras su voz se alzaba en la noche. La muerte en forma de llamas empezó a surgir de sus manos alcanzando a sus enemigos. El primero en caer carbonizado fue uno de los hombres bestia que acosaban a Thorsten, luego los dos que estaban encima de Zacarías se consumieron delante de sus ojos lenando sus fosas nasales del nauseabundo olor a pelo quemado. 

Acto seguido, dos de los enemigos que acosaban a Ulrike, que estaba en vanguardia rompieron a arder en llamas pereciendo casi al momento.

Los caballos relincharon y si ya de por sí el ruido del combate era atronador las llamas y el olor volvieron la escena espeluznante. 

Turno II-23

¡Nos sorprendieron de nuevo estas criaturas del infierno!, todo el convoy se encontraba infestado. Como si de una aparición se tratase surgieron ante mi tres de ellas. Logré abatir a una disparando a quemarropa, aún quedaban dos más. Sin tiempo de estrategias saco mi espada y me dispongo a la lucha...,

- ¡pero qué demonios! - exclamé al ver, por el rabillo del ojo, cómo varias de ellas arden o caen fulminadas.

- ¿De dónde viene esa magia? - pensó. Daba igual, sea de quien fuera era bienvenida, ahora lo primero era el combate.

Turno II-23

El combate no se hizo esperar y tan pronto vi a los hombres bestia caí sobre ellos cual meteoro, hiriendo de gravedad al primero de ellos y haciendo que, por la sorpresa, los otros dos erraran sus golpes sobre mí. Riendo como un niño enano al recibir su primera jarra de cerveza alcé nuevamente a Filo Argénteo para golpear cuando un tremendo fogonazo a mi izquierdo me hizo desviar ligeramente la mirada, apenas unos segundos.

Parece que el maldito mago ha mejorado notablemente sus habilidades- murmuré entre sorprendido y enojado, pensando que era Thorsten el artífice de semejante espectáculo de magia

Sin dar más importancia al asunto me dispuse a rematar la faena, golpeando nuevamente al enemigo herido antes de dedicarme al resto

Turno II-23

La situacion solo podia ... que diablos importaba -VENID A MI!!, yo os purificare con el ...- las palabras se perdieron en medio de la noche, mientras varios fogonazos  encendieron el lugar para desgracia en este caso de los hombres bestia, Sigmar estaba con nosotros, vaya que si lo estaba, aquella mirada de reojo me suposo un razguno en la cabeza, pero habia parado en hueso duro, autentico hueso cabezon sigmarita mucho les quedaba por rajas antes de que perdiera mis fuerzas. Utilice aquel odio natural a las criaturas caoticas, para quitarme a uno de encima volteando mi martillo por delante de su cabeza, antes de intentar un ataque en el flanco de la cabeza de su companero. -AArrrrHHHGGGG!!!...- era el momento, y teniamos fuego nada podia fallar -Ahora hermanos, que no quede ...NADAAA!!- dije como un poseso perdido en el fragor de la batalla junto a mi martillo y un martilleante dolor de cabeza., que sonaba ironico pero me hacia apretar los dientes en una muestra de odio.