Partida Rol por web

­Ah, se ha marchado- Arachne ya se esperaba el peor escenario posible después de todo lo que había vivido desde que llegó aquí. De hecho ella misma se había planteado en algún momento abandonarlo todo, pero su promesa con el profesor era demasiado fuerte. Tenía que honrarlo y asegurar que su hija estaría a salvo.

Al día siguiente, el grupo logró saber gracias a Kendra que la tabla de ouija que tenían era un artefacto mágico real, y por lo tanto, peligroso. Miró instintivamente a Eir, alguien que tenía curiosidad por todo lo oculto, y esperó que no se le ocurriera decir ninguna locura. También fueron informados de una nueva letra en el lugar donde había aparecido la anterior.

Vigilar por las noches…- su cara quiso decir que eso no le hacía nada de gracia. Precisamente ella, quien podía ver en la oscuridad y la conocía lo bastante bien, sabía que era una mala idea exponerse de esa forma.  Cuando se pusieron a hablar del arsenal y de utilizar la ouija, Arachne estuvo en silencio tratando de saber las opiniones del grupo al completo.

-Usarlo es peligroso, pero quizá sea necesario en algún momento. Pero desde luego debe de utilizarlo alguien con cabeza y coraje- suspiró y se preparó para ir a comprar el pergamino junto a los demás. Si lo estudiaba podría aprenderse el conjuro. Y teniendo muy claro las preguntas que queremos hacer. Y sobre lo de las guardias… somos un número impar. O hacemos guardia de tres y dos, o nada. Nadie puede vigilar en solitario ante un enemigo tan fuerte.

Durante la compra, Arachne se mostró educada pese a que la atendió un hombre. Por suerte para ese viejo mago, su interés por la magia era más poderoso que su asco hacia el sexo masculino en general. Eso sí, no iba a tratar de averiguar información charlando con él porque eso ya terminaría de ponerla de mal humor.

Una vez realizada la compras, más en vista de futuro que para otra cosa, mire al resto

¿Sabría usted si esto tiene alguna utilidad? digo sacando los cetros y mostrándoselos al mago

Con esa información, salimos de nuevo y nos dirigimos hacia las ruinas nuevamente

El hombre toma el cetro y lo observa con ojo critico.

---Es un cetro solar- dice devolviendolo- sí lo golpeais en la punta prenderá una llama  durante varias horas, son de un solo uso, pero duran bastante.

Tras esta información volveis a la antigua prisión, como siempre esta permanece tan siniestra como el dia anterior así que volveis a internaros en el mortifere edificio, tras entrar sin muchos incidentes volveis a encontraros en la sala donde habian cuatro puertas, el despecho se encontraba en la de la izquierda aunque ya habias visto todo de momento ( o eso creeis) de momento puesto que la última puerta que quedaba era simplemente un lavabo, las puertas de la derecha llevaban a una puerta cerrada y en otra habia una sala donde apareció aquella esfera que daba frio,la única que parecia una incognita en estos momentos era la que conducia al norte.

Con varias salas ya exploradas, aún tenían unas cuantas opciones: atravesar la sala fría para ver que había al otro lado —se habían dejado una puerta allí—, continuar hacia el norte, internándose en las ruinas, o explorar las portezuelas de la izquierda, una en cada extremo del pasillo.

—Probemos por la primera de la izquierda hoy —sugirió al resto, acercándose a ella para echar un vistazo.

Descansados aunque sin ideas nuevas, volvían a estar en el edificio donde le habían confinado...y donde habían matado al profesor Lorrimor. El lugar no había cambiado ni se notaba que algo o alguien hubiera estado por allí en su ausencia, lo cuál no les aportaba pistas de por dónde seguir.

- Me parece bien, pero si tenemos que regresar intentemos llevarnos la caja fuerte esta vez.

Total, cualquier opción puede ser buena, o mala. Tenemos que investigar todo esto, así que vayamos por ahí. asiento a Evoris, esperando para avanzar.

Un cetro solar…- eso era interesante, mucho mejor que llevar una antorcha. Para ella tampoco era un problema porque veía perfectamente en la oscuridad desde que tenía memoria, pero sus compañeros no tenían la misma capacidad.

El grupo acabó regresando a la prisión, algo más descansados y con la intención de seguir investigando la cárcel. Arachne no sabía si había mucho más que hacer allí puesto que los peligros habían demostrado estar por encima de todos ellos. Ya dentro, Evoris propuso empezar a investigar por la izquierda. La bruja se encogió de hombros.

-Como queráis. Aun así, hoy no podemos perder todo el día investigando si luego queremos hacer guardias nocturnas. Dicho esto, se preparó para que los demás entraran y luego seguirlos. Desde luego no pensaba adentrarse en primer lugar.

La izquierda no tiene mucho más que mostrar salvo lo que  visteis el dia anterior así que optáis por  escoger la puerta norte y tomar la primera puerta de la izquierda.

Esta revela una gran ala de la prisión con varios pasillos que se bifurcan en más ramificaciones así que antes de entrar en las salas optáis por reconocer un poco el terreno  y buscar posibles amenazas, así que empezáis a bordear el ala  sin entrar por ninguna de las puertas que os van apareciendo, de vez en cuando el sonido del viento  os sobresalta aunque no era de extrañar dado la experiencia del dia anterior…

Finalmente tras recorrer el ala os dais cuenta que hace una especie de “C”  que os deja en la parte superior del pasillo, en total habías contado un total de nueve puertas, es decir, nueve salas la cuestión era….¿por cual empezareis? No habéis detectado ningún rastro maligno ni mágico en el lugar pero aquella prisión podía guardar muchas sorpresas….y algunas puede que mortales….

Recorrieron aquella ala sin problema, descubriendo una buena cantidad de nuevas puertas que no sabían a donde iban, ni que amenazas aguardarían a los vivos; aunque no había presencias malignas ni mágicas, los espíritus atrapados en aquél edificio podían actor acto de presencia de repente, o ni siquiera atender a los métodos habituales de reconocimiento. Poder detectar a los muertos a voluntad, en cambio, habría sido muy útil allí.

Fuera como fuera, lo que podían hacer estaba hecho, y no había que darle más vueltas, sino ir un paso más allá y comenzar la exploración real. Tras haber examinado todo el pasillo, se decantó por empezar por las puertas del centro, así que él mismo se acercó a una de ellas y, tras un pequeño hechizo que amplió sus sentidos, revisó la puerta.

Allí no parecía haber nada, así que no perdió el tiempo y, directamente, abrió la puerta, preparado para todo.

Desde detrás del inquisidor, tensé el arco preparado por si algo salía al abrir la puerta. En este sitio no podíamos fiarnos de nada, a pesar de la tranquilidad reinante.

Eir conjuro su armadura de huesos y saco su lucero del alba, colocando detrás del inquisidor y al lado de sus amigos.

-Ni si es ocurra morir aquí, o me encargare yo misma de mataros .- Dije con determinación, en un ligero tono de humor.

Abres a puerta que cede con facilidad, de hecho, cuando está entreabierta escucháis un crujido y la puerta se desprende de sus gozones y cae provocando un estrepito metálico, sin duda el tiempo a hecho mella en su soporte que no ha podido soportar el peso de la puerta….¿o habrá sido otra cosa?.

La sal en la que entráis se trata de una pequeña capilla hay unos cuantos bancos podridos que miran hacia la pared del norte donde se puede ver un altar y un pequeño armario, en la pared tras el altar veis un símbolo, una espiral blanca, tanto Eir como Diadam reconocen el símbolo perteneciente a Pharasma.

Todo el lugar está cubierto por tupidas telas de araña que gobiernan todo ya que no podéis moveros sin tener que apartar alguna.

Al entrar en la sala, y visto que se trataba de una capilla a Pharasma, miro a mi alrededor se hace raro ver en un lugar como este una capilla. Seguramente al principio tuviera sentido, pero después de todo lo que ha pasado digo quedándome un momento en silencio aunque bien visto, debería de estar reluciente y repleta de almas

Según hablo, me acerco un poco, dejando que sean los que mejores habilidades tienen, los que vayan primero en busca de trampas u otros peligros. Con el arco a punto, vigilo según voy dando pasos lentamente.

Suspiró, no reconociendo el símbolo en un principio, y luego avergonzándose de ello. Por supuesto, por muy deteriorado que estuviera, aquella espiral blanca era inconfundible, la marca de Pharasma. Antes de seguir avanzando o decir nada, dedicó una oración a la diosa, buscando su guía. Luego miró de soslayo a Diadam, frunciendo el ceño.

—Mejor no hacer bromas —dijo con seriedad.

Tras el comentario, se adelantó, apartando las telarañas, para avanzar con cuidado e inspeccionar la sala, antes de acercarse al armario y, tras una nueva y rápida plegaria, asegurar que no tenía ninguna trampa y abrirlo.

Ensimismado en los pensamientos de cómo llevarse la caja fuerte de allí, Qorchi no fue consciente de que sus compañeros avanzaban por el pasillo hasta una de las puertas centrales de la nueva zona. El ruido de la puerta al caer al suelo le devolvió a la realidad y se unió al resto para explorar lo que parecía una capilla de Pharasma según decían las dos mujeres.

- Espera, dijo a Diadam, yo entraré con Evoris y vosotros nos cubrís desde fuera.

Las telarañas parecían ser el presagio de artrópodos que hubieran anidado en la zona, así que se asumió su forma animal y entró con cuidado en la habitación.

Asiento a Qoochi, dejándole pasar mientras seguía con el arco

Algún día tendria que quitarse ese palo que tienes metido en el culo digo girándome hacia Eir y Arachne guiñándoles un ojo