Partida Rol por web

Esto de registrar la cárcel cada vez me parece una peor idea- la idea de exponerse a que la hiriesen a ella o a sus compañeros (los que le importaban, en realidad) no le gustaba en absoluto. Eir expresó lo que ella estaba pensando en voz alta, así que no tuvo que advertir a la oráculo y al paladín de lo que les pasaría si se atrevían a dejarla sola.

Bien, ahora seguro que todos saben dónde nos encontramos- pensó en cuanto la puerta metálica tocó el suelo.  Una capilla en una cárcel… ¿a quién demonios iban a rezar todos estos imbéciles? Parecía que todo se basaba, por el momento, en investigar hasta que un fantasma decidiera darles algún susto o aparecieran criaturas que quisieran sesgar sus vidas.

-No hay problema- dijo a la idea de Qorchi. Prefería quedarse fuera realmente.

Viendo que Diadam se unía a su equipo de quejarse sobre algunas cosas, la bruja sonrió mientras se encogía de hombros. ¿Ves? Estamos mejor los tres solos- no era algo que fuese a pronunciaren voz alta por respeto al profesor. Además, en el fondo sabía que si habían sido elegidos por ese hombre algo bueno debían tener.

-¿Encontráis algo interesante?

El trio se interna en la capilla dejando a las mujeres en la puerta donde pueden observar el pequeño lugar sin meterse, Evoris comprueba que salvo las telarañas que cubrían el mueble haciéndolo casi invisible no tiene ninguna trampa así que se dispone a abrirlo…

…pero es interrumpido cuando 3 criaturas peludas que habían permanecido ocultas en el techo caen sobre los chicos, cada una en la cabeza, afortunadamente para Evoris y Diadam el susto hace que se las quiten de encima y puedan ver mejor a la criatura, se trata de una araña peluda de color negro y del tamaño de un gato grande, la de Evoris, furiosa por no haber cazado  a su presa, se lanza sobre el Inquisidor  dispuesta a clavarle sus afilados colmillos pero de nuevo es repelida por este sin problema.

Qrochi, sin embargo, no ha tenido tanta suerte y su araña clava sus colmillos en en hombro del cambiante que siente como sí le inyectasen fuego que comienza a debilitarlo levemente…

Dando un paso atrás, sorprendido por la malditas arañas, disparo una flecha, pero entre el susto y las prisas, ésta sale muy desviada

Maldita sea murmuro mientras comienzo a sacar otra flecha

Sorprendido, pero esperando siempre casi cualquier cosa, no me pilló con la guardia baja. Pudo retroceder a tiempo y rechazar los ataques de aquella araña hasta dos veces, una suerte que no tuvo Qorchi a mi lado. El cambiante, sin embargo, iba a tener que apañárselas solo durante un momento, mientras él lidiaba con su propia amenaza.

Evoris dio un paso atrás y, en cuanto puso distancia entre él y la criatura, golpeó con fuerza, intentando partir el dos al bicho y que no volviera a levantarse.

Eir permanece en el umbral junto con Arachne mientras los chicos del grupo se encargan del asunto, no se trata de un combate muy dificil, de hecho, Evori logra partir sin problemas al molesto insecto por la mitad mientras que Qorchi pese a la picadura se la logra zafar haciendola volar por los aires y de un puñetazo desmiembra al bicho.

El que no tiene tanta suerte es Diadam que trata de apuntar a la araña pero esta esquiva la flecha y se lanza sobre él pero vuelve a zafarse con facilidad de ella, la araña sisea furiosa pero parece empeñada en luchar hasta el final...

—Diadam, retrocede —dijo haciendo él mismo algo similar. Esperó a que el arquero diera un paso atrás ahora que tenía espacio, ya que la araña que había estaba muerta a manos de Qorchi, y entonces golpeó de nuevo con su glaive.

Haciendo caso a Evoris, todavía con el arco preparado, doy unos pasos hacia atrás preparándome por si me ataca

Buen golpe Evoris digo al ver cómo el inquisidor volvía a impactar sobre una de esas arañas

Con un corte limpio, Evoris acaba con la vida del aracnido que cae al suelo entre convulsiones  hasta que finalmente se queda inerte, de nuevo el silencio se adueña de la sala  aun así no bajais la guardia e inspeccionais todo de neuvo para evita sí hay más e aquellos seres.

Así que despues de comprobar de nuevo que no hay trampas, Evoris abre el armario que cede con un chirrido, en el encontrais un viejo pergamino, cinco viales de un liquido  transparente y un palo retorcido, Arachne hace un gesto con la mano y los objetos despiden un aura de magia divina, por desgracia, la mujer desconoce las propiedades de los objetos.

Vaya vaya, que sorpresas nos tenían guardada estas pequeñas cabronas peludas digo dándole una patada a uno de los cadáveres

¿Estás bien Qoorchi? miro la pequeña herida que le habían hecho y que parecía que le estaba afectando más de lo que debía

El veneno recorriendo su sangre le dejó como paralizado: Sí, no es grave ... aunque me siento un poco débil.

Miró alrededor, los cuerpos de las arañas yacían destripados en el suelo. La pequeña capilla sólo albergaba el armario, pero con un botín importante: ¿Alguna de las dos puede descifrar el pergamino?

—Será mejor guardar esto para más adelante, cuando estemos más tranquilos y podamos descubrir que hacen —dijo refiriéndose a los objetos encontrados.

Se giró hacia los otros y, con un suspiro, miró a Qorchi. Habían estado poco atentos y el cambiante lo había pagado; Aunque parecía una herida insignificante, era posible que las arañas tuvieran algún veneno, lo que explicaría la súbita debilidad del hombre.

—¿Crees que puedes continuar? Si es así, sigamos. Y estemos preparados.

Por continuar por donde estaban, salió de esa habitación y eligió la más cercana, en concreto la que estaba en frente. Como anteriormente, buscó la guía de Pharasma y, con su bendición, comenzó a revisar la puerta antes de abrir.

Espero a ver si finalmente Qoorchi podía seguir, o habría que atenderle. Lo cierto es que su cara era un poema, pero no tenía clara la dureza de su especie.

- Si, sigamos - dijo con convicción - se me pasará en un rato. Salió tras Evoris y cuando examinó la puerta estuvo atento por si él mismo descubría algo.

-No. Nada de se me pasara un rato.- Dije cortante mientras me acerca al mastodonte de hombre, o el hombre de mastodonte de hombre, según se viera.- Ya bastante estamos arriesgando nuestras vidas, para ignorar que un insecto acaba de inyectarte algo que bien podría convertir tus venas en algo peor que lo que yo vomito cada mañana.- Dije mientras conjuraba un hechizo de detectar veneno y me centraba en analizar que había dentro del cuerpo de mi compañero.- Así que estate quieto por unos segundos, y déjame hacer mi trabajo.

Eir examina el cuerpo de Qrochi y su hechizo revela unas lineas negras que se extienden por parte del pecho, espalda y brazo como sí fueran telarañas,Eir detecta que el veneno tiene un efecto sedante para debilitar fisicamente al enemigo y que no tenga fuerzas para resistirse mientras las arañas matan a su victima.

Afortunadamente, la gran constitución del hombre bestia ha logrado detener el veneno por completo aunque ya ha logrado hacer parte de su efecto mermando sus fuerzas ligerametne, por suerte, al ser un animal pequeño el veneno desaparecerá de su organismo al cabo de unas horas sí las cosas fueran muy mal.

Evoris escucha con atención al otro lado de la puerta y no escucha nada, así que con sumo cuidado abre la perta, esta se abre sin caerse como la última vez, al entrais podeis ver que se trata de una saa sencilla, llena de bancos en las paredes, todo el suelo está lleno de cuerdas podridas y cadenas oxidadas por lo demas no veis nada...

Cuando entra Eir está tiene que pararse un segundo  puesto que de pronto un mar de sensaciones la hacen tambalearse, de hecho puede oir claramente unos sollozos  debiles y el tintineo de cadenas a la vez de como su cuerpo se siente indefenso y acorralado, sus manos caen pesadamente juntas tambien como sí de pronto hubieran colocado en ellas unos grilletes pesados...hasta que todas esas sensaciones pasan subitamente dejandola ilesa ( emocionalmetne) aunque algo perturbada...

La tensión se hizo patente en el ambiente, no por la sala, sino por Eir. Evoris la miró preocupado cuando de repente se puso rígida. Fue un instante, pero suficiente para que de una zancada se colocara a su lado y la sostuviera.

—¿Estás bien? —preguntó, inquieto.

Al contrario que el veneno de la araña, aquello le preocupaba de verdad; cuando la causa de un mal era desconocida, el peligro era mayor, y también la indefensión ante éste. Tardó un momento en soltarla, cuando afirmó que se le había pasado, pero no se quitó el disgusto completamente. ¿Qué más sorpresas y momentos desagradables les esperaban en ese lugar maldito? Había cosas contra las que era difícil luchar.

—Echemos un vistazo rápido (aunque no creo que encontremos nada) y salgamos de esta sala; no me gusta, diría que es una cárcel, pero sabemos que a los reclusos los tenían abajo. Supongo que aquí meterían alguno que estuvieran interrogando o sería la primera habitación en la que les meterían antes de internarles definitivamente. No me gusta la sensación.

Al igual que Evoris miro preocupado a Eir, consciente de que tenía como un sexto sentido, o más bien, como una conexión con otros planos que no llegaba a comprender. Quizás hubiera detectado algo, o algo hubiera intentado ponerse en contacto con ella. No sabía que podía ser, aunque al menos no parecía haberla hecho daño alguno, al menos físicamente.

Démonos prisa. Si no hay nada digo siguiendo los consejos del inquisidor mientras miraba con él la sala esto es ciertamente inquietante comento sin dirigir a nadie en particular

Cuando Evoris llamo mi atención, tarde unos buenos segundos en abrir la boca, mirándole a el y los demás con el brillo de duda de alguien que no sabe si habla a una ilusión o una persona.

-Si, estoy bien, pero ellos no.- Dije frotándome las muñecas, aun pudiendo notar el metal devorando y enrojeciendo mi carne.- Este lugar emana sufrimiento y miedo, ahí donde vamos, solo puedo notar desesperación. Este no es un lugar de rehabilitación, es un lugar para morir en vida.- Solté un suspiro y me volví sobre mis pasos.- Lo siento, mi intentos de mala poesía no deben ser de ayuda en estos momentos, si me permitís esperare fuera con Arachne. Y Qorchi, se que un grandullón como tu puede con el veneno de una araña diminuta, pero si te encuentras peor, no dudes en decírmelo.- Dije dando una palmadita en el hombro del mastodonte, antes de huir de la sala y del doloroso recuerdo ajeno que ahora seria mio de por vida.

- Es extraña esta construcción y la historia que guarda, dijo mirando la sala en la que estaban. Vamos abriendo puertas, pero no tengo claro que vayamos avanzando en nuestro cometido - levantó una de la cuerdas para mirar debajo sin muchas ganas.

- Me ha debilitado un poco y si puedes hacer algo lo agradeceré, pero si es magia de un solo uso quizás es mejor reservarla por si encontramos algo peor - respondió a Eir cuando ésta salía.