Partida Rol por web

El examen no revela nada de interes en la sala, así que optais por  pasar a la siguiente, siguiendo el sentido de las agujas del reloj pasais a una nueva sala, en esta encontrais un banco situado al norte y al fondo de la sala un viejo escritorio, en medio de esta sala podeis ver un viejo brasero  y a su alrededor varios pares de hierros de marcaje.

De pronto, una sensación de humillación y de dolor os recorre como una ola seguido de un fuerte olor a carne quemada aunque no encontrais el origen de este olor, aunque tal y como ha venido las sensaciones y olores desaparecen dejandoos de nuevo ante una sala vacia aunque ahora percibiis como sí un ojo iracundo os estuvieran obvserbando...

Otra nueva sensación invadió su cuerpo, sumiéndole en un estado taciturno. Aquél lugar estaba rebosante de ecos, actos innombrables que habían tenido lugar allí y que permanecían en el tiempo. No era de extrañar que los espíritus, después de tantos horrores, hubieran permanecido atados, un destino sin duda peor que la muerte.

Esta vez, sin embargo, hizo acopio de fuerzas y, tras una plegaria a Pharasma para pedir que diera descanso a aquellas almas condenadas por toda la eternidad, se dirigió con pasos lentos, atento a todo, hacia el escritorio.

—Salid si queréis. Revisaré la mesa —informó al resto, antes de ponerse a ello. Quería ver si había algo de interés antes de seguir a la siguiente habitación.

Tras resistir la oleada de humillación y dolor entró en la sala para apoyar a Evoris, se le erizó el pelo ante la sensación de que les estaban observando. Recordando la sala anterior miró al techo y examinó la sala antes de adentrarse totalmente.

- Vayamos con cuidado para no ser pillados de nuevo por sorpresa, será mejor que cambiemos de estrategia y en las siguientes salas entremos Evoris y yo primero, con Diadam, Arachne y Eir cubriendo desde la puerta.

En el escritorio hay algunos papeles pero todos están tan carcomidos y destrozados que son completamente inútiles, tras comprobar que no hay nada malo tratas de abrir  algún cajos y este cede con demasiada facilidad hasta el punto que prácticamente se destroza en tus manos debido al deterioro, por suerte, no había nada, el cajón estaba vacio, tras un último vistazo  apra aseguraros que no os dejais nada vais a la siguiente habitación.

Qrochi observa la puerta y tras asegurarse que no hay nada que pueda suponer un peligro  para la seguridad del grupo decide abrir la puerta con cuidado, en esta sala podeis ver un montón de telas enmarañadas y comidas por las polilla debido al paso del tiempo que ocupan las diversas mesas  con sus respectivos bancos de trabajo, decenas de materiales de costura yacen tirados por el suelo, aunque quizás lo más llamativo de es el brazo de lo que parece ser un esqueleto humano que sobresale de un montón de telas manchadas que hay en una esquina al oeste de la habitación.

Al instante, un sonido desgarrador mezcla de rabia y dolor retumba en la sala  penetrando dolorosamente en vuestros oídos hasta que parecen que están a punto de sangrar por ellos, de pronto, un brazo fantasmagórico surge del mónton de telas de la esquina es como sí estuviera saliendo de alguna clase de agujero , del brazo le sigue una cabeza  femenina seguida de un torso hasta que finalmente  la silueta del fantasmas de una mujer  se eleva por encima del lugar.

En su dia se trató de una mujer hermosa aunque la muerte parece otorgarle también cierto atractivo, viste un vestido de color azul muy viejo pero hermoso, de hecho, gran parte de la criatura es azul incluyendo cabello, lagrimas que no dejan de manar de sus ojos también azules.

La criatura abre la boca y deja escapar otro grito desgarrador que os golpea inundándoos de emociones entre ellas la desesperación, el miedo y la impotancia.

---¿Quién osaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa entraaaaaaaaaaaaaaar en este lugar?- grita la figura femenina con tono melancólico y triste- Manifestaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar vuestras intencioneeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees

La primera reacción fue de sorpresa; era el primer espíritu que se manifestaba tan fuerte. Hasta el momento habían sido simple sensaciones, pero eso era algo más, aunque aún no sabía cuanto. Tras el primer chillido, desenvainó su arma, poniéndose en guardia. No iba a dejar que ningún espectro les tomara por sorpresa. Estaba listo para atacar a la primera cosa que apareciera o se moviera por allí, cuando se quedó paralizado al ver el origen de aquella situación.

La mujer había sido —y era pese a las circunstancias— hermosa, pero sabía que la belleza nada tenía que ver con la verdadera naturaleza de las personas (o fantasmas); no, lo que le bloqueó fue ver sus lágrimas, la tristeza que emanaba, una pena inabarcable, infinita. No detectó en esa criatura hostilidad, sino simple lamento y el terror de su existencia.

—Nosotros...eh... —Carraspeó, recobrando la compostura—. Perdón. Estamos aquí por dos motivos. El primero, impedir que unos nigromantes utilicen este lugar "encantado" para sus perversos fines; el segundo, si podemos, descubrir que ocurrió realmente aquí, y liberar a las almas que quedaron atrapadas.

No solo era peligroso el lugar, como estaban comprobando, sino que purificarlo evitaría que la gente como La Vía Susurrante se aprovechara del corrupto poder allí contenido. Y por supuesto, no menos importante, como seguidor de Pharasma, no podía dejar las cosas como estaban; los muertos deberían encontrar siempre su descanso, lo contrario era una abominación.

—¿Quién eres? —preguntó indeciso.

---Soy Vesorianna Hawkraw, esposa del Guardian de la prisión  cuyo sacrificio impidió el motin de la carcel- aulla la mujer lamentandose- Desconozco  de que nigromantes hablais  pero debeis  marcharos lo antes posible de este maldito lugar antes de que caiga la noche es el momento en la que los espiritus de las almas malvadas se manifiestan para acabar con todo ser desgraciado que se hay quedado...- La mujer de pronto se pone a llorar de manera desconsolada al tiempo que os invade una sensación de profunda tristeza y angustia, sin duda producida por la presencia del ser.

Llegas a la conclusión de.....que es un fantasma

Qorchi se quedó en silencio, el fantasma de la mujer parecía tranquila por el momento y Evoris estaba consiguiendo que contestara a las preguntas. Sin embargo miró de reojo a Eir esperando que la oráculo pudiera mediar.

Asintió, relajándose un poco y soltando parte de la presión sobre su arma. Aquél espíritu parecía amigable de momento, y podría ser la primera —puede que única— oportunidad de conseguir información real sobre lo que enfrentaban en aquél lugar.

—Tranquila, tranquila —dije apartando una mano del fauchard y levantándola, en señal de calma; a lo mejor decir eso a alguien nervioso no era lo más adecuado y le podía causar más ansiedad, pero era un fantasma, así que poco sabía él de que reacciones tenían—. Cuéntanos más. ¿Qué ocurrió realmente aquí? ¿Y quienes son esas almas malvadas?

Reconociendo a la mujer como un fantasma, y que no parecía querer dañarnos, me relaje como había hecho Qorchi, dejando que Evoris siguiera con el peso de la conversación, aunque de vez en cuando participaba un poco en la conversación.

¿y qué te pasó a tí para quedarte atrapada entre todas esas almas? al verla derrumbarse y comenzar a llorar, tenía claro que algo terrible la había pasado, y que quizás ayudara el que nos lo contara.

---Lo ocurrido...lo ocurrido....- murmura la mujer más ausente que otra cosa-Fue mi culpa... mi marido y yo viviamos en los terrenos de la carcel, en una casita que se nos habia asignado por su posición de jefe....una noche...mi marido no se presentó a cenar....tras horas de espera, decidí  entrar en la carcel para averiguar lo que habia pasado y fue cuando supe del motín, mi marido  estaba en la planta subterránea donde se encierran a los presos más violentos y salvajes, mi marido habia activado el desplome de emergencia para evitar que los de abajo pudieran subir y escapar y él junto con algunos soldados quedaron atrapados a bajo dejando como única via de escape el montacargas que hay en el Ala este, al entrar en la carcel esta estaba vacia y escuche los gritos....

La mujer se pone a llorar y de nuevo la sensación de dolor y angustia os invade.

--- Conseguí averiguar la verdad acerca de mi marido y les pedi...les pedi que organizaran un rescate, que todavia seguian vivos pero se negaron, se lo supliqué muchas veces pero ellos...no quisieron y..y...me puse nerviosa....- la mujer aulla de nuevo sintiendo el dolor desgarrador que ella sentia en eso mismo mientras lloraba- Yo lo mate...¡¡¡MATE A MI MARIDO!!! Conseguí esquivar a los guardias y accionar el freno de la plataforma que se precipitó hacia el foso...pensé que sí bajaba lo suficiente mi marido podria saltar en ella y elevarla pero.... la plataforma se descontroló y cayó aplastándolo...lo...lo mate....

---Me quedé conmocionada y los soldados me llevaron aqui para que no pusiera en peligro a nadie más ni a mi misma y me encerraros.... traté de derribar la puerta pero no podia....luego llegó el humo...noté que me asfixiaba y...estaba así- digo señalandose a si misma- Estamos todos atrapados aqui... los prisioneros que perecieron y los guardias...todas las noches sentia los llantos de  mi marido que provenian de abajo y yo...no puedo hacer nada por él.... tambien sentia los espíritus malignos, habian 5 muy poderosos pero la presencia de mi marido los mantenia encerrados, incluso muerto él seguia haciendo de carcelero....pero ahora se ha ido....

Esta vez sentiis como la soledad y la tristeza os invaden hasta el punto que teneis ganas de llorar.

---Vienieron hace semanas, unos forasteros inquietantes...- sigue la mujer algo más calmada-llevaban capas negra y hablaban en susurros y empezaron a hacer alguna clase de magia alrededor del edificio e inscribian runas en las paredes, creo que no querian que lo vieran, hace cosa de una semana, atraparon a un hombre anciano junto con otra persona y mataron al anciano, un hombre que parecia el lider, usó una magia asquerosa contra este....incluso despues de muerto ellos...destrozaron la cabeza del anciano y luego hicieron caer una de las gárgolas de piedra....

---Y esa misma noche acabaron el ritual...no sé lo que hicieron, no los vi, pero recuerdo la sensación... una tormenta horrible sin viento que me helaba la piel y casi me desgarra el alma...y cuando pasó mi marido habia desaparecido....y desde entonces no he sentido su presencia....

---Lo único que se ahora es que los espíritus malginos se han ido haciendose más poderosos, hubieran escapado pero mi presencia ha evitado que lo hagan...por ahora... no soy tan poderosa como mi marido puesto que solo mi resolución de evitar que el sacrificio de mi marido sea en vano....pero me estan debilitando y mi poder decrece cada vez más permitiendo que su influencia pueda extenderse más allá de las carcel...

No era de extrañar que aquella mujer viviera en un lamento constante. Lo ocurrido había sido una verdadera desgracia, y la culpabilidad debía de corroerla por dentro. Solo el amor y su fuerza de voluntad la mantenían ahí, y al parecer era la causa de que aquellos espíritus malvados —debían de ser los famosos prisioneros de los que habían oído ya varias veces— no hubieran escapado. ¿Era eso lo que quería la Vía? Si su intención era fortaleces a los fantasmas de la prisión para que sembraran el caos, parecía que ya lo habían conseguido, o estaban a punto. ¿Pero por qué, con qué fin?

Suspiró. Intentar desentrañar la maraña de secretos de una organización como aquella era una pérdida de tiempo. Saberlo estaba bien, pero entenderlo era algo fuera de su alcance. Sin embargo, acabaría por descubrirlo. Buscaría y encontraría a los nigromantes, les sonsacaría la verdad y, después, les haría pagar por todos sus actos —jugar con los muertos, asesinar a Lorrimor, y a saber que otras vilezas—, hasta que no quedara ni uno.

Empero, lo primero era ofrecer la paz que merecía aquella alma maltrecha que tenían frente a ellos, para lo cual debían acabar con los problemas allí. Es lo que habría querido el Profesor, y es lo que harían.

—Nosotros nos ocuparemos de esos cinco espectros, y luego podrás descansar, sabiendo que has cumplido con tu marido. Seguro que él está ahora en un lugar mejor, y podrás reunirte con él. Pero nos sería de gran ayuda si pudieras decirnos algo sobre a los que nos enfrentamos; si tuvieras alguna información, o supieras como detenerles... Lo que sea, estará bien.

-...- Sin decir palabra, me acerque a la mujer, paso a paso, hasta colocarme frente a ella, mirando directamente aquellos ojos vacíos de vida y llenos de desesperación, y extendí mis brazos. Abarcando y abrazándola, o al menos, haciendo un gesto de esto, intentando no romper la ilusión traspasando mi corpórea carne a través de su incorpórea forma.-Vengaremos tu marido, destruiremos los cinco espíritus, los mortales encapuchados que usaron su magia para desvanecer tu marido y me asegurare que te re-encuentres con tu cónyuge al Otro Lado.- Prometí, de acuerdo en Evoris en esto.- Pero quiero que entiendas algo, no fue tu culpa, hiciste lo que pudiste, lo que creíste mejor, si quieres culpar alguien, hazlo sobre esta cárcel que ha maldecido en vida a todos aquellos que pisaron sobre su suelo y solo traído tragedia. Si vas odiar alguien, odia aquellos que incluso después perder tu vida han hecho de tu existencia un infierno. Si desesperas, sueña con un futuro mejor, un futuro donde te reunirás con tu amado. Y si tienes que sufrir, agonizar y llorar para proteger lo que tu marido comenzó, descarga en mi tu condena, tanto como necesites.- Apreté mis puños, hincando mis uñas hasta derramar sangre del mismo color que mis lagrimas negras, llorando con una mirada cargada de ira y rencor. ¨Padre, yo ...¨.- Juro por mi sangre que te liberare de esta condena y que cuando termine, no quedara piedra de esta condenada cárcel que pueda dañar o atar a ninguna alma inocente jamas.

---Gracias por vuestras palabras, mortales-dice la mujer sonriendo tristemente- Sin duda vuestras palabras son ciertas y espero de todo corazón que lo consigáis, pero la tarea no será sencilla hay muchos espíritus malignos, pero sin duda hay cinco que son la principal causa de lo que está ocurriendo aquí…

La mujer se gira hacia el inquisidor y te contempla largamente.

---Son cinco…El Padre Charlatán, El Salpicador, El Flautista de Malamarisma, El Merodeador de Aguasmusgo y el Decapitador… eran los presos más notorios que había en el momento de la tragedia, desde aquí siento su presencia, dos en el piso de arriba y tres abajo, en el subsuelo…

---El Padre Charlatán no era un asesino, pero cometió actos blasfemos que varias iglesias exigieron la pena máxima, se trataba de un hombre que afirmaba ser un sacerdote de diversas fes y usaba esa Fe para estafar a la gente con falsos milagros y curas, fue llamado así debido a que después de que una de sus estafas fuera descubierta y sus cómplices sczarni asesinaran a media docena de soldados en un intento de impedir que escapase….

---El Decapitador era…un “hombre”, sí se puede tener humanidad haciendo tales actos…que se escondía en los lugares más insospechados acechando a sus víctimas, cuando esta estaba sola salía de este para decapitarla con su hacha….

---El Merodeador era un enano de gran renombre que un día descubrió la infidelidad de su esposa la mató a martillazos, avergonzado, el enano pensó que sí lograba reconstruir el cráneo de su mujer esta volvería a la vida, por desgracia, no pudo encontrar el último pedazo así que se dedicó a matar a personas para encontrar el pedazo correcto, mató a 20 personas antes de que lo atraparan cuando intentaba matar a la hija de un noble de Varno.

---El Flautista era un bardo que se dedicaba a envenenar a victimas con polvo de liche en las comidas para luego dejar que sus estirgies mascotas las matasen desangrándolas, solía acecharlos entonando una melodía fúnebre….

---El último de ellos…el Salpicador…..era un profesor de antroponomástica era un gran erudito hasta que un incidente con un súcubo convirtió sus estudios en una obsesión y estableció que el poder de un nombre y lo que sucedía al nombre cuando la persona moría estaban relacionados, así que dedicaba a acechar a sus victimas escribiendo cada noche una letra con sangre o viceras hasta completarlo, era entonces cuando acudía para matarla de una forma sanguinaria o con alguna trampa ingeniosa…

---Estos son los cinco presos más poderosos, tened cuidado, sí eran peligrosos en vida ahora con la muerte pueden ser incluso más, no sé sí tendréis la fuerza necesaria para derrotarlos, aunque…- dice reflexiva- …quizás sí usáis sus objetos personales contra ellos tengáis alguna posibilidad, pero cuidado, esos objetos están muy vinculados con la impía esencia de sus portadores…. Pero la destrucción de los de sus espíritus no será definitiva, volverán, aunque sí destruís a alguno puedo tratar de hacer que no “resucite” pero solo durante un periodo limitado de tiempo para acabar definitivamente con todo y traer la paz a este lugar necesito que me traigáis el símbolo del domino de mi marido y con el…

La mujer no continua pues suelta un lamento de dolor, aunque esta vez no os afecta, pero podéis ver como el cuerpo de la mujer parece tratar de desintegrarse durante varios segundos hasta que finalmente vuelve a la normalidad.

---El Salpicador…-susurra-está erosionando mi esencia…mi nombre…en algún lugar…con cada letra mi esencia se fragmenta y con ella mi poder…debéis daros prisa…aún hay tiempo, pero no mucho…no os lancéis a lo loco por mi….

Observó conmovido como Eir actuba, como infundía en la mujer ánimo, coraje, esperanza. La joven podía decir estar maldita, pero a sus ojos, ese poder era una bendición usada correctamente. Y ella... Se alegraba de que Lorrimor la hubiera salvado, de que hubiera cuidado de aquella cría que había llegado un día a punto de morir. La mujer en la que se había convertido era digna de respeto y admiración, con un enorme corazón lleno de bondad y luz, por mucho que su sangre fuera negra.

También escuchó al espíritu, guardián por decisión propia, y que ahora hablaba con una nueva seguridad. Si, sería difícil, pero podrían hacerlo. Destruirían a los cinco presos cuyas almas habían quedado vinculadas, eso les debilitaría y permitiría a Vesorianna recuperar parte de su poder, lo suficiente para llevarle el símbolo de su marido y acabar con aquella maldición.

—¿Dónde están...?

La pregunta murió en sus labios al escuchar el alarido. Preocupado, tenso, aguardó unos instantes, hasta que todo pareció volver a su lugar. Al escuchar la explicación, supo por donde empezar.

—Creo que El Salpicador ha logrado salir de la prisión o poseer a alguien. —Miró a sus compañeros—. ¿Las letras que han estado apareciendo en la estatua del pueblo? Debe de ser él. Si esta noche pillamos al culpable, creo que habremos dado el primer golpe a esos espectros asesinos.

Y no debían olvidar los objetos. Tal vez les dieran alguna ventaja.

—¿Dónde están las pertenencias de esos hombres? —preguntó, esta vez si, volviendo a dirigirse al fantasma.

La historia de la mujer y el relato de la naturaleza de esos cuatro asesinos hizo que nuestra determinación aumentara. Sin duda habían sido ellos causantes de la muerte del profesor, aunque quizás, con su muerte, haya dado paso a la posibilidad de que libremos al mundo del mal que supone la mera continuidad de esos espíritus y de la vía susurrante.

 dos en el piso de arriba y tres abajo, en el subsuelo…

Cuando Evoris preguntó, recordé las palabras de la mujer ¿los que estaban en el piso de arriba eran el salpicador y el padre charlatán? ¿es allí donde podremos encontrar sus pertenencias?

Mientras hablaba, intentaba recordar todas las palabras de la mujer  

mi marido habia activado el desplome de emergencia para evitar que los de abajo pudieran subir y escapar y él junto con algunos soldados quedaron atrapados a bajo dejando como única via de escape el montacargas que hay en el Ala este

Si el símbolo lo llevaba tu marido, estará abajo, donde quedó atrapado ¿no? 

El pelo de Qorchi se erizó cuando escuchó a Vesorianna contar la materialización nocturna de los espíritus malvados, él había pasado días siendo absorbido por esos fantasmas y abstraído en ese recuerdo casi se pierde la historia de las principales entidades malignas. Estaba de acuerdo con Evoris en que las letras de la estatua del pueblo podían ser obra del Salpicador, deberían hacer guardia esa noche, pero antes necesitaban su objeto para derrotarle definitivamente.

Como esperaba, Eir se mostró vehemente en su discurso y él asintió conforme con la mujer.