Partida Rol por web

Sophie seguía haciendo sus deducciones mucho más rápido que Riley.

Si tenemos en cuenta que Angela ha estado con nosotros prácticamente todo el tiempo desde que llegó, y que eso de los magos sombríos no es algo que la gente cuente alegremente, las posibilidades se reducen a los que estamos en esta sala y Hoglerruk. Habrá conocido más gente en Velen, pero no tiene cómo traerla deprisa, quizá se refiera a Mólor, o a Kerrigan, pero ella misma parecía sorprendida por la magia de este mundo, así que difícilmente sería maga de ningún tipo.

En cuanto a la elfa maleducada... Estoy empezando a entender algunas palabras de su lengua. Si nos hacemos con un 'diccionario', a lo mejor somos capaces de entenderla sin que ella lo sepa.

Darion hizo unos gestos de 'calma' con las manos, y se levantó de la silla para acercarse a Riley.

Shar... suele representarse de tres formas. Una de ellas es, efectivamente... una mujer con una túnica negra con capucha. Parecía serio. Llegó al lado del psiónico y le puso la mano en el hombro.

Parece usted muy alterado... La pregunta 'Porqué' venía implícita.

-Ya está hablando de su abuela oootra vez.-Puso los ojos en blanco y cuando Riley desvió hacia ella su frustración la noldor dio un par de pasos hacia él, enderezada cual larga era con el porte orgulloso de su raza.

-No sé qué lengua es ese cristiano que exiges pero empieza a plantearte el solventar esos sentimientos... criticables sobre tu abuela.-dijo con voz pausada de forma que cualquiera de los presentes pudiera entenderla. Estaba histérico como una mujer enrabietada pero dudaba que Riley tuviese pretextos naturales que disculpasen ese estallido.

Aunque el hecho de que el anciano se hubiese tomado con bastante calma tanto la sugerencia de Ángela como la posibilidad de que conociese a un usuario de la Urdimbre Sombría casi me hizo soltar un suspiro de alivio, lo cierto es que no pude evitar preocuparme con su último comentario. Que más adelante quisiese hablar con ella de ese “conocido” no era precisamente tranquilizante para mí.

Esperemos que Ángela pueda librarse de esa conversación- pensé, aunque dicho pensamiento, así como cualquier cosa que hubiese ido a hacer quedaron interrumpidos por el repentino estallido de Riley, el cual empezó a gritar a Osellë y a Ángela usando palabras y expresiones de las que apenas entendía la mitad, pero que a pesar de lo cual no me impidieron comprender el motivo de sus exabruptos. Y por si eso no fuera poco, luego se giró hacia donde estábamos el anciano y yo para hablar de Shar y sus representaciones.

Deberías tranquilizarte y pensar un poco en lugar de ponerte a gritar- le dije, esperando que la insinuación de Osellë sobre él y su tan mentada abuela no lo alterase todavía más -¿Qué es eso de una mujer pálida con túnica oscura?- le pregunté.

Hay-y-ya p-p-paz. 

Dijo Yaril·la, interponiéndose entre Oselle y Riley, y resultaba bastante irónico pedir paz, viniendo de una sacerdotisa del dios de la guerra. Si había estado tan callada, era por la vergüenza que le daba hablar de esa manera, tartamudeando como una boba, desde que Kerrigan le diese con semejante ataque psiónico.

La sacerdotisa había visto suficientes peleas de taberna para saber que normalmente comenzaban con ofensas y amenazas.

T-tú Señaló a Riley, llamándole "tú" por abreviar. No amm-me-menaces a los d-demm-ás Aquello no sería bueno para la  delicada convivencia del grupo. Y luego miró a Osellë, frunciendo el ceño. Y tú, d-de-deja a las f-f-fa-mmi-lias de los d-demás en p-paz. 
Parecía querer añadir mucho más a todo aquello, pero aún le costaba hilvanar las palabras.

Volvió a mirar a Riley. Sabía que no conocía casi nada de los dioses de Faerûn, por lo que su descripción de 'Shar', después de haber estado mencionándola podría no ser una coincidencia. Para una ferviente creyente en los dioses, aquello debía ser en su lugar una terrible consecuencia.

C-C-Calm-ma. Pidió al mutante, y señaló a Mólor, refiriéndose a su pregunta.

¡Pero si es él quien no deja en paz a su abuela! Todo el día yendo a un lado y a otro con la abuela en la boca, pobre mujer...

Por deferencia hacia la sacerdotisa y la compasión que le producía las secuelas que sufría Osellë se guardó sus pensamientos pero no podía ser la única que veía algo siniestro en la relación que Riley mantenía con la madre de su madre. Una cosa era el respeto y otra muy distinta era... lo que fuera que fuese eso. Cerró los ojos para no tener que verle la cara al tarado e inclinó la cabeza respetuosamente alzando ambas manos con las palmas hacia el frente en un claro "lo dejo estar" sin palabras.

Inspiro un momento a punto de contestar al anciano cuando la elfa se permite hacer un comentario sobre Whichita. Frunzo el ceño y me vuelvo hacia ella, pero rápidamente Mólor y Yaril·la se interponen.

- Lamento si tu pueblo ha perdido la sabiduría de sus ancestros, Osellë, hija de Fingolfin, nieta de Finwë - digo recordando cómo se presentó - pero en mi tierra es algo que aún apreciamos, pues sólo a través de ella podremos llegar a entender qué le ocurrió a nuestro mundo y si hay alguna oportunidad de arreglarlo.

Al menos, el haberme enfadado aún más con la noldo me ha hecho dejar de lado, en gran parte, el terror que me había producido mi visión. Me giro y asiento en dirección al mago y la mujer, que aún no se ha recuperado del ataque de Kerrigan.

- Esa... mujer de negro... - digo al fin respondiendo al Gran Maestre. - La vi mientras realizabas el ritual. Rodeada de la más profunda oscuridad, en un círculo con un aro púrpura.... No parecía amenazante, pero irradiaba un poder como nunca había sentido.

Me estremezco con un escalofrío y miro a Angela antes de girarme de nuevo hacia el anciano. - Ese Plano de la Sombra al que parece que se ha orientado su ritual, ¿por qué dijo que sus vibraciones parecen más orientadas a él? ¿Es algo habitual u ocurriría con cualquier vistante de otro, ehm, Multiverso? - Pregunto. A estas alturas, no creo que el hombre piense que yo he salido del pueblo de al lado, así que le planteo más opciones. - ¿Le serviría también mi sangre para comprobarlo?

Darion quedó mirando la discusión del grupo frunciendo el ceño. Estaban nerviosos, particularmente el hombre de los ojos blancos. Agradeció no tener que intervenir, ni que la cosa llegase a mayores. Riley describió de nuevo a la mujer el círculo negro con el borde púrpura, y su rostro cambió a preocupación.

Después, ofrece su propia sangre para hacer el ritual, lo que dio al mago, que dedujo fácilmente que aquél hombre era otro "viajero". Miró a todos, molesto porque le hubieran escondido que no había uno, si no dos de aquellos viajeros, y luego soltó el hombro de Riley, respondiendo. 

Acaba de describir el símbolo sagrado de Shar. Oscuridad profunda bordeada por un halo púrpura. Y la descripción de la mujer del centro no deja lugar a dudas: Era ella.

Como estaba previsto, el ritual 'quiso' fluir hacia el plano de origen de Angela DESDE el plano Astral, lo que esperaba nos llevase a ver su mundo, y evidentemente no es el Plano de la Sombra, lo que me lleva a pensar que, sea cual sea el 'hueco' por el que han llegado a ese multiverso, se accede desde ese Plano. Entonces, habría que realizar el ritual de nuevo, exactamente igual, a ver si obtenemos los mismos resultados.

No tengo forma de negar que su 'acceso' fuera por una grieta distinta, pero podríamos hacer la prueba si lo desea.

Riley asintió, y el mago se puso de nuevo a preparar el ritual. Ésta vez tardaría menos, pues no todas las cosas que había hecho debían repetirse.

Al poco rato, volvía a estar todo listo, y el mago lanzó los mismos hechizos, que hacían que sintiese una conexión 'especial' con el mago. Qué raro... Murmuró Es como si tuviese dos sensaciones distintas a la vez... No le dio mayor importancia a lo que sentía proveniente de Riley y terminó los preparativos.

A diferencia de la anterior vez, tras el extraño hormigueo, en lugar de aparecer sombras parpadeantes, apareció, con relativa nitidez, un desierto de tierra seca y árida. El sol está comenzando a descender, pero se muestra inclemente sobre esas tierras abrasadas.

A pesar de la imagen borrosa, Angela reconocería inmediatamente el inconfundible perfil de un gran barco de guerra, para el resto... sería un extrañísimo castillo de metal. En los momentos de mayor nitidez, el destructor aparecía desvencijado y en un estado lamentable de oxidación y mantenimiento, mucho más allá de cualquier reparación posible, aunque el grueso metal había resistido al sol de aquél lugar durante como mínimo décadas. Cómo había llegado ese buque al medio de un desierto... Era imposible de saber.

Riley reconocería algo más en esa imagen. Reconocería su hogar. Vagando muy lejos y alejándose de los restos del buque, camina una figura familiar, un hombre adulto, calvo y con barba rubia que se cojeaba visiblemente, apoyándose en la tierra polvorienta con un viejo rifle. En un momento se detiene y mira alrededor, tan extrañado como sobresaltado.

 ¿Sophie? Pregunta, dudando seriamente ¿Riley? Mira alrededor una y otra vez, y luego niega para sí mismo. Me estoy volviendo loco... La imagen no parece mejorar, y el sonido tampoco, aquella conexión estaba exigiendo muchísimo del mago, y aquél estrés se reflejaba en Riley, quien hacía de comunicación de la energía mágica.

¡Thomas!

El ritmo de mi respiración se acelera al ver al USS Iowa. Los Yermos son un lugar inhóspito, sobre todo ahora que puedo compararlo con la riqueza de este mundo, pero son mi hogar. El lugar ha dado forma a mi caracter y a mi propio cuerpo, tal y como Ángela pudo comprobar al poco de conocernos. No hecho de menos las condiciones de vida en Iowa, pero sí a su gente. Sonrío al ver al cazador, miembro del consejo, aunque no me sorprende que sea él quien aparezca, pues siempre destacó por su capacidad para sentir otros seres vivos, capacidad que nos ha permitido sobrevivir en más de una ocasión al encontrar algún animal que cazar.

- ¡Thomas! Los Torstein atacaron a Sophie y se dirigían a Iowa. ¡Tienes que proteger a Alana y al resto! - digo en voz alta. - Algo me arrastró a otro mundo. Estamos intentando regresar... - digo rápidamente, sabiendo que no voy a poder mantener una comunicación durante mucho más tiempo.

Ahora no tengo tiempo para pensar qué puede significar que yo haya podido contactar con el Iowa mientras que Angela ha abierto un portal al mundo de sombras de Shar. Es algo que tendremos que discutir luego, aunque no estoy en condiciones para pensarlo en este momento.

Todo cobraba sentido al verlo con los propios ojos. El iris de Angela brillaba con la intensidad de la luz de aquel mundo desértico en el que casi podía notarse la desesperación. De poco servía que estuviese lejos de un plano de las sombras, prefería su propio mundo sin dudarlo. Casi es mejor así... se dijo como consuelo, pensando en que nadie podía ayudarla. Sin Jack ... sabía que blackwatch jamás vendría a buscarla, y si lo hacían, ¿no había riesgos de que aniquilasen a todos los presentes? Tal vez Shar también protegía, de alguna forma, aquel universo de otros universos que son más peligrosos, más voraces, mucho más prósperos. Con el de Riley no parecía haber necesidad. Era...terrible. Una desgracia. Una cricatriz.

 Una lágrima estuvo a punto de escaparse entre las pestañas de Angela. Como en un profundo shock, no parpadeaba. Reconocía el barco y las amenazas anteriores valían de poco en su cabeza. Riley era un idiota, pero ella no le juzgaba por eso. No sólo era un usuario constante de micromachismos, era una persona salvaje, como un animal arrinconado que está dispuesto a perder lo que sea con tal de defenderse, o peor aún, de defender algo que importa de verdad, y no sólo su vida. Las amenazas no era el mejor método para trabajar con la doctora, y si llegaba a realizar algún movimiento en su contra la reacción estaba más que meditada. Saldría perdiendo con creces.

 En ese momento, no podía encararse, como había hecho su única compañera femenina, sólo tratar de comprender la clase de trauma que Riley estaba atravesando. Si era sensible, de alguna forma, a cosas que los demás ignoraban. Si tenía visión, tal vez su mutación estuviese afectando negativamente a su conducta. Necesitaba recabar más datos para saber si se trataba de una mutación maligna, de un desarrollo alterado de su física cerebral que conducía irremediablemente a episodios de locura esquizoide.

 En su estático comportamiento, terminaría por acercarse a Riley cuando interrumpir el ritual no fuese un peligro. Las palabras como una cascada de agua limpia se vertían con el mensaje claro de la esperanza y la preocupación por el prójimo:

 - Riley. - pronunció con un ápice de cariño maternal - ¿Te das cuenta? - susurró - si el mensaje llega... - significaba que podrían tener ventaja, que tenía más tiempo, que todo iría mejor a partir de ahora.

 Luego, si él lo permitía, estaría dispuesta a colocar su diestra sobre su hombro para mirarle a los ojos y asegurarse de que había soportado la visión y se encontraba física y psicológicamente estable. Actualmente, para Angela, lo más importante era la seguridad de sus compañeros, ella, si estaba allí por algo, era, sin duda, por eso.

 - ¿Cómo o....te encuentras?

Entraba dentro de sus posibilidades que reaccionase negativamente a esa aproximación, algo que haría preocuparse todavía más a la doctora que no podría pasar por alto el estado mental de su...¿paciente?

Thomas no tenia demasiado claro si tenia que mirar hacia alguna parte, así que terminó mirando al suelo.

¿Otro mundo? Venga, no me jodas, viejo. No era algo fácil de creer a la primera Los Torstein tienen el pozo. Iowa es historia, Riley. Wulf y Quinn se llevaron a algunos por delante antes de morir, pero no tuvimos noticias del punto de control, nos pillaron por sorpresa, del resto no sé nada,... eran un montón, tío, tuvimos que huir.

De nuevo volvió a mirar alrededor, se sentía idiota hablándole a la arena. Trae a Sophie, yo voy a ver a mi hermano en Rockhome, con suerte llegan más mutantes y cuando me recupere podemos preparar algo para devolvérsela. Te espero allí.

Las últimas palabras ya habían sido difíciles de entender, pero se había podido comprender el mensaje antes de que la ventana se cerrase.

A juzgar por la distancia a Iowa y el paso del mutante, Thomas llevaba unas cuantas horas caminando desde el ataque de los Torstein... Lo que era extraño, ya que en aquella tierra había pasado más de un mes.

El Maestre, agotado, fue sujetado por Varken antes de caer al suelo, y el cansancio de Riley no era mucho menor.

Arena en todas direcciones. Arena hasta donde alcanzaba la vista exceptuando el extraño amasijo de metal que parecía una fortaleza. Osellë podía comprender por qué Riley era un amargado soportable en dosis muy pequeñas al contemplar aquel lugar, no podía existir un lugar tan distinto del hogar de la noldo.

Fue testigo del desesperado aviso de Riley y de la devastadora respuesta del cojo que cruzaba el desierto así como del cansancio no solo físico de éste.

¿Qué es un mutante?

No era tan pródiga en atenciones como Angela quien pese a su juventud parecía extender alrededor de ella un manto de maternal afecto y protección... que estaba fuera de lugar. Aquella preocupación en vez de ofrecer un apoyo era  casi un insulto hacia cualquier guerrero, un menosprecio al sacrificio de otros que habían sido mentados dejando claro su óbito; invitaba a refugiarse y a llorar dolorosamente en vez de a sobreponerse y actuar.

Dio un paso más para alejarse y se mantuvo en silencio.

-No vamos a poder forzar más al anciano.-miró a Mól, quizá él tuviese una alternativa para no hostigar las mermadas fuerzas del Gran Maestre.

Sumido en mis pensamientos, pensé sobre lo que tanto Riley como en anciano decían. En primer lugar, el hecho de que Riley hubiese “visto” a Shar no era para nada tranquilizador, y desde luego me hacía reafirmarme en mi idea de no usar magia mientras el Plano de la Sombra estuviese accesible. Por otro, si tanto Ángela como Riley habían cruzado a este mundo a través de dicho plano, era de suponer que todos lo habíamos hecho… lo cual tal vez explicaba cómo incluso mi mundo, completamente aislado en teoría, se había visto afectado.

Debió ser por mi culpa- me dije, pensando en mi naturaleza antes de volver a centrar mi atención en lo que hacía el anciano, que parecía estar a punto de completar el ritual… el cual, en esta ocasión, a diferencia de la anterior, tras el extraño hormigueo, mostró, en lugar de sombras, la imagen de un gran desierto con una inmensa construcción de ¿metal? en la lejanía. A juzga por la reacción de este, aquel debía ser el mundo originario de Riley.

Si, deberíamos dejarle descansar- dije al escuchar a Osellë y percatarme del estado del anciano, consciente del agotamiento que suponía un uso de magia excesivo… aunque también aprovechando la oportunidad para poder irnos y hablar de lo que habíamos averiguado sin que el anciano ni nadie nos escuchase.

Varken coge a Darion y lo va llevando a la silla, aunque cuando lo sienta, teme que se le vaya a caer al suelo, y se las apaña para dejarlo como si se hubiera quedado dormido en el escritorio, con las manos bajo la cabeza.

Este sí que va a levantarse con un buen dolor de cabeza. Revisó su estado de consciencia. Éste está noqueado... podemos hablar con tranquilidad.

El HUD había dado lecturas extrañas cuando Angela hizo de canalizadora, y de nuevo comenzó a autodiagnosticarse errores. También detectó señales de campos electromagnéticos e incluso radiaciones inocuas cuando se vislumbró el plano de la Sombra.

Al realizarlo Riley, esas mediciones fueron mucho más extrañas e intensas. Tanto para Angela como para el HUD, aquella serie de interferencias y detecciones son un misterio, como para otros inventores del pasado lo fueron aquellas cosas que se toparon por sorpresa en sus investigaciones.

Sin embargo, ha empezado a aparecer un patrón, que debería poder repetirse.
El mismo patrón que se notó cuando llegó a aquél mundo (Aunque a pequeña escala) es el mismo que el que ha notado ahora su equipo de sensores: Campos electromagnéticos y radiaciones en unos intervalos similares. Tal vez tenga que ver con el cambio dimensional.

Sophie guarda un largo silencio antes de responder. El mutante puede notar tristeza y culpabilidad en la niña.

Lo siento. Dijo. Si no hubiera intentado troncar mi destino, tal vez habrían habido suficientes defensores en Iowa. Tal vez no habríais tenido a gente buscándome, o simplemente, habríais estado lo bastante atentos al suroeste.

Quizá podamos volver usando este portal que ha abierto el anciano, aunque a juzgar por su resistencia ante tan solo un 'ojo'... y una boca y una oreja, dudo que pudiera hacerlo. Habrá que preguntarle cuando despierte.

Por otra parte... he estado pensando que esta tierra nos ofrece muchas posibilidades. Tanto conocimientos, como equipo, como... la posibilidad de devolverme a la vida, o incluso, si damos a Iowa por perdida... medrar aquí. Se notó un breve silencio. ¿Lo has pensado? Objetivamente, y dado que solo tenemos la certeza de la supervivencia de Thomas, y que los Torstein no hacen prisioneros entre los mutantes, quizá podamos tener una vida mejor en este mundo que en la Tierra.

"Iowa es historia".

Nunca he llorado. No por ser más duro que cualquier otro, sino porque la fisiología de mi gente se ha adaptado al desierto de forma que cualquier desperdicio de líquido ha sido completamente minimizado. Si no fuera por eso, sé que ahora mismo tendría los ojos completamente cubiertos de lágrimas. En vez de eso, siento un terrible nudo en la garganta y una sensación en el estómago que está cerca de hacerme vomitar.

Caigo de rodillas al suelo, agotado. Pero el cansancio físico y mental por el esfuerzo que ha requerido el ritual no tiene ni punto de comparación con el agotamiento anímico que me ha supuesto la revelación de Thomas. Wulf es...era... uno de nuestros mejores guerreros mientras que Quing, el único humano no mutado de Iowa, siempre había sido de gran utilidad para buscar aliados. Dos amigos, no dos hermanos a los que nunca volvería a ver. Y no sabía qué había sido del resto. Annie y Linda estaban con Quing y conmigo en Iowa cuando vine a parar a este mundo, así que sus posibilidades son escasas. Tal vez, si Annie consiguió escapar, sus poderes le permitan sobrevivir en el desierto durante una larga temporada. Tal vez...

La adrenalina generada por el odio que siento ahora mismo hacia los Torstein me da fuerzas para levantarme. Siento dolor en las mandíbulas al darme cuenta de que las estoy apretando demasiado y las uñas clavadas en las palmas de mis manos me desvelan que mis puños están igualmente cerrados.

- Yo... - digo con voz ronca mirando a mis compañeros. - Necesito estar solo...

Sin más explicaciones me doy la vuelta y me dirijo hacia el exterior.

Camino en silencio, forzándome a no pensar para no darle ninguna respuesta a Sophie, y llego al patio de la inmensa biblioteca. Inspiro el extraño aire, húmedo y lleno del olor a mar al que, pese a todo, aún no me he acostumbrado. Sin decir nada, cierro el puño una vez más y golpeo la pared de roca del alcázar.

- Van a morir todos - digo en voz alta. - Voy a acabar con los Torstein, Sophie. Pagarán por lo que le han hecho a nuestra gente.

Doy otro puñetazo a la piedra, intentando paliar el dolor de mi corazón con otro más físico, más manejable. Noto cómo la sangre empieza a correr por mis nudillos manchados de polvo y sal.

No es culpa tuya que esos bastardos existan, Sophie. Ni que atacasen Iowa... De todas formas, no podemos cambiar lo que ya hemos hecho, así que no merece la pena lamentarse. Me quedo parado un momento, mirando mis nudillos con la piel abierta y la pequeña mancha de sangre en la piedra de la pared.

¿O sí podemos? pienso de repente, hilando con mi razonamiento anterior. Sophie, tú entiendes más de estas cosas: ¿sería posible abrir ese portal antes de que todo esto ocurriera? Avisar a la gente de Iowa, hacer que todos estuvieran preparados o que se hubieran escondido... Salvar la vida a Quing y Wulf... y a todos los demás. ¿Quién dice que el tiempo tenga que funcionar de la misma forma si estamos en otro plano? Más aún, en otro Multiverso.

Me doy la vuelta y apoyo mi espalda en la pared. Poco a poco me dejo caer hasta sentarme en el suelo. La adrenalina te puede mantener en tensión durante un rato, pero después sus efectos te dejan incluso más agotado que antes y no tengo la cabeza suficientemente despejada como para tratar ahora estos temas metafísicos.

¿Venir a este mundo? Pienso, repitiendo su propuesta. No es la primera vez que me lo dices... Por un lado abandonaríamos nuestras raíces y no tengo muy claro el efecto que nuestro conocimiento pueda tener en este mundo. Por otro, evidentemente, aquí la vida es infinitamente más fácil que en Iowa...  Respiro con fuerza y frunzo instintivamente el ceño al recordar que Iowa ya no está... que en los Yermos. Pero me temo que ese es un problema que deberíamos consultar con nuestra gente y, seguramente, también con Yaril·la o alguien de este mundo.

No estoy segura de que eso pueda hacerse. Tal vez sí se pueda volver al pasado, pero tampoco estoy tan enterada de esas sutilezas metafísicas.

En cuanto a los yermos...

Verás, Riley... Morir te hace ver las cosas de otra manera. Y no estoy segura de que si volviésemos a casa, en este tiempo o en el pasado, pudiéramos siquiera traérnoslos de vuelta aquí. Tal vez quedaríamos atrapados de nuevo en los Yermos. Tal vez muera de nuevo si regreso. Tal vez no, pero muramos por culpa de los Torstein, o los humanos nos den la espalda... O nos utilicen para recuperar el pozo, y nos den la patada después. Eso contando con que hayan más supervivientes aparte de Thomas, que, dicho sea de paso, tiene familia en Rockhome.

Allí todo es incertidumbre, y la muerte está demasiado presente y los libros demasiado ausentes para mi gusto. Dejó una breve pausa. Me refería a quedarnos aquí. Quizá pueda recuperar mi cuerpo, o tal vez no, pero desconozco las probabilidades de que todo lo que el honor y la venganza te empujan a hacer salga bien. 

A veces las emociones pueden no dejarnos ver el camino que realmente nos conviene, amigo. Al menos piénsalo...

 - Todo apunta a que será una cuestión de agotamiento - reflexioné en voz alta al ver al anciano. No pasé por alto que Riley la había ignorado por completo. Estaba más que claro que para él no era más que un medio para alcanzar un fin, una especie de herramienta que podía estar siendo utilizada por un enemigo que acababa de ganarse. Era muy extraño que Mol y Osëlle no fuesen esa clase de enemigos, aunque, a merced de como los trataba, parecía que ellos habían decidido tolerar sus conductas todo este tiempo más que deberse a un trato agradable por parte del mutante.

 Entendía que la situación era desfavorable, el mensaje sólo serviría para atormentar más a ese fragmentado ser humano.

 No sonreí, pero traté de verlo con optimismo. De otra forma, acabaría rindiéndose. 

 Jeh. ¿Ha llegado la caballería? Se hubiese echado a reír entre dientes recordando a la novata, ahora entendía mejor como debió sentirse la primera vez que combatieron a null sector.

 - Me quedaré cuidando de él hasta que despierte. - propuso, liberándolos de aquella responsabilidad - Tal vez podais aprovechar para encontrar algo en la biblioteca. - era conveniente que el maestre estuviese fuera de juego, estaban en un lugar apropiado para encontrar lectura "delicada" sobre lo que les interesaba.

 - Me gustaría hablaros a los dos sobre mi relación con Sarah cuando tengamos un momento. - añadió con naturalidad. - Quizás eso explique las últimas palabras de Riley y podamos trazar un mejor plan que exterminar todo lo que nos parece una amenaza.

 Algo que habitualmente funcionaba muy bien en la mente de "guerreros", confiaba en que al menos Mol había demostrado ser más listo, con un sentido de la estrategia por encima del "disparar primero, preguntar después", propio de las personas curiosas, propio de igual forma, de aquellas personas por encima de la media. Osellë...era algo tan diferente que le costaba empatizar con ella, hasta que no peleasen de nuevo juntas, era difícil que consiguiesen llevarse lo suficientemente bien, con confianza. Le recordaba a Jesse. Si, podría ser, salvo por el lobo y el revolver. 

 - En cuanto el maestre despierte iré a buscaros. ¿Os parece bien? - ofreció al grupo nuevamente sin ánimo de imponerse.