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Las crónicas de Hogwarts: No me olvides

LOCALIZACIÓN - SALA COMÚN DE GRYFFINDOR

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12/03/2022, 20:14
Directora

El grupo de Gryffindor, liderado por la prefecta, Amber Wolfs, empezó a subir las escaleras y continuó ascendiendo planta por planta, pasando junto a unas salas y otras. Había multitud de cuadros por el camino, algunos vacíos y otros con figuras que saludaban a los alumnos con vítores y aplausos en unos casos, y en otros con silbidos. Se notaba quienes eran de la misma casa y quiénes no.

 

-La Sala de Gryffindor se encuentra en la Torre Este, en la séptima planta -explicó Amber a los alumnos de primer curso -. Solo nosotros podemos entrar porque se necesita una contraseña para hacerlo. Las contraseñas se cambian cada semana, así que procurad no olvidarlas o la Dama Gorda no os permitirá la entrada.

 

Nolan miró inquisitivamente a la prefecta.

-¿La Dama Gorda? ¿Es que hay una señora gorda protegiendo la entrada?

Amber sonrió.

-Bueno, es un retrato y sí, se encarga de guardar la entrada.

Cuando llegasteis, visteis el retrato que había justo en la entrada, y todos os detuvisteis delante de ella.

-Oh, vaya, vaya. Nuevos alumnos. Estoy encantadísima de conoceros. 

Amber ni siquiera se molestó en responder. En lugar de eso, dijo directamente la contraseña.

"Rosquilla de lombrices"

-Está bien, pero yo de vosotros no las comería -dijo la Dama Gorda, mientras su retrato se abría, dando paso al interior de la Sala Común, a través de un agujero circular.

Cuando entrasteis, visteis que la habitación estaba llena de sillones esponjosos, mesas, y un tablón de anuncios en el que se colgaban noticias escolares, anuncios, lista de objetos perdidos, etc. También había una ventana que mira a los terrenos de la escuela y una gran chimenea que ocupaba gran parte de una pared. De la sala común también salían dos escaleras que ascendían hacia algún lugar desconocido. 

-Bienvenidos a la sala común de Gryffindor. Las de la izquierda son las escaleras del dormitorio de las chicas y las de la derecha, la de los chicos. Son exclusivas; no se puede ir a los que no corresponden.

Después de decir esto, todos los alumnos se dispersaron por la sala común, hablando entre ellos, aunque existía un tema bastante común en todas las conversaciones.

-Yo creo que no es seguro para los alumnos de primer curso. Son muy pequeños todavía.

-Otras veces se ha permitido, no sé por qué ahora no.

-Yo voy a presentarme para buscador.

-Y yo para bateador. A mi hermano siempre le doy unos golpes tan fuertes que se queda inconsciente durante un montón de tiempo.

Y es que el quidditch era algo demasiado popular como para que no llenara horas y horas de discusiones y también de conversaciones de todo tiempo.

Nolan también parecía emocionado al respecto. 

-Colt, Colt. ¿Tú te vas a presentar, verdad? Yo también. Espero que nos cojan a alguno de los dos. Me han dicho que hubo una vez, hace muchos años, que Gryffindor ganó un montón de años seguidos pero que desde entonces, es muy raro que repitan dos años consecutivos. Nadie lo ha hecho en treinta años. ¡¡Y el año pasado ganó Gryffindor!! Además, creo que han perdido un montón de jugadores, porque eran del último curso. ¡¡Hay que conseguirlo!!

Huck también se acercó a hablar con Nolan.

   

-Sí, hay que intentarlo al menos. Bueno, lo normal es que no entremos todos, pero seguro que alguno de nosotros sí. Además, para la posición de buscador hay que ser pequeño y está libre. Yo creo que sería mejor cazador.

Lavender, por su parte, se unió a la misma temática.

-Pues va a estar complicado, la verdad, porque yo también voy a presentarme. Seremos muchos para muy pocos puestos, y eso sin contar con que alguna chica se nos una también. ¿Cuántos puestos habrá libres?

Angeline, en cambio, se acercó a Luna y Úrsula. En realidad, todos estabais muy cerca unos de otros, pero al ver que los chicos hablaban entre ellos, se decantó por las chicas.

-Estos chicos siempre están hablando de quidditch. Yo la verdad es que no tengo demasiado interés. ¿Y vosotras?

Horace Fest también se acercó a las chicas.

-Bueno, yo tampoco estoy demasiado interesado. El quidditch está bien, pero no creo que tengamos mucho tiempo para practicarlo con todo lo que tendremos que estudiar.

Y mientras hablabais todos, Amber dijo una última cosa antes de subir a los dormitorios.

-Vuestras cosas están ya esperándoos arriba, junto a las camas. Las luces se apagarán automáticamente en cinco minutos, así que no os entretengáis mucho, gente, que mañana hay clase.

Poco a poco, la sala común fue despejándose y cada uno de vosotros, y los demás, dirigiendoos hacia vuestros dormitorios.

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13/03/2022, 21:28
Colton Derrick

Habían quedado en que les enseñaría a usar el tirachinas, aunque no sabía si Luna iba a estar cualificada. Los niños magos parecían saber de muchas cosas, pero las cosas básicas en la vida de un niño, las que no se podían saltar, como los tirachinas, las canicas, la comba... de eso no sabían nada.. y estaba casi seguro de que no sabrían nada ni de la play. Debía ser una vida súper triste y por un momento le dieron pena, pero es que Colton no se quedaba por mucho tiempo en un mismo lugar, idea o sentimiento.

Se despidió de Michael y volvió con su grupo, liderado por una chica que parecía tener problemas de alopecia y que parecía que les iba a guiar escaleras arriba. Miró a Luna y Úrsula con una sonrisa. A las chicas les iba a costar volver a subir escaleras, y, si era sincero, el también estaba un poco cargado de piernas, pero como saía que ellas lo llevarían peor les dijo

- Ánimo, que son menos de las que parecen. Además, mi madre dice que las escaleras son muy buenas para poner un buen culo, uno con el que puedes partir nueces... - Que Colton no lo entendía, porque para eso podías emplear una piedra, que debía ser más fácil que con el culo...pero si su madre lo decía debía ser por algo. Dejó de pensar en ello, porque había un montón de cuadros, ¡que hablaban!, y salían, y se iban a de un cuadro a otro, y les aplaudían.... y Colton se fijó en uno que molaba mucho, porque era un caballero medieval y se identificaba como Sir Cadogan. Colton se acercó y le dijo

- Hola señor, yo soy Sir Colton del chocogrial, encantado de conocerle. ¿Usted no sabrá nada de donde puedo encontrar el chocogrial, verdad?

Pero la presión de la fila hacia arriba era muy grande y no se pudo quedar de cháchara con el buen caballero. Siguieron subiendo, tenían que llegar a la séptima planta, que aquello ya empezaba a ser mucho, pero con los cuadros parlantes y con la novedad se podía llevar. Lo malo de vivir allí es que no podía entrar nadie más, y eso decía que nada de visitas, o eso entendía, así que le preguntó a su persona mágica de cabecera, Luna, a ver si estaba en lo cierto

- Entonces, ¿No podemos tener visitas?, ¿Y que pasa si nos olvidamos de la contraseña? y...bueno... ¿Está bien decir a las señoras gordas? Mi madre siempre me dice que es mejor usar otra palabra más amable, señora rellenita, señora hermosa....¿En el mundo mágico está bien llamar a alguien gordo por el morro?

Y estaba tan preocupado que ni se preocupó por lo raro que sonaba que hubiera una señora gorda custodiando la puerta, menos mal que Nolan rellenó la curiosidad, y le dijeron que la citada señora era un cuadro. Ciertamente la señora era hermosa, de esas que son capaces de comerse un jabalí entero, pero era simpática, así que la saludó y cuando pasaba le dijo

- Hola señora hermosa!! Gracias por dejarnos pasar!

No se imaginaba que la sala pudiera ser tan guay, sillones, mesas, y una super chimenea que era muy acogedora, aunque las habitaciones estaban separadas, lo que era una ventaja, porque si se te escapaba un pedo durmiendo no iba a ser un drama, que las chicas se ponían muy intensas con esas cosas, como si ellas no se los tiraran. Echó un vistazo a la ventana y al tablón de anuncios por si veía algo interesante.

La conversación empezó a girar sobre el quidditch, del que solo sabía que se jugaba en escobas voladoras. Las posiciones no le sonaban, no parecía haber delanteros, ni porteros, ni siquiera bases o pivots.. hacían bateadores, buscadores... y no sabía como se jugaría. Entonces Nolan le preguntó si se iba a presentar y se encogió de hombros, aunque finalmente una sonrisa contagiosa le iluminó el rostro.

- ¡Pues claro que me voy a presentar Nolan! Aunque la verdad es que no tengo ni idea de quidditch, ni conozco las posiciones, pero se me daba muy bien el fútbol así que si se parece un poco igual me apañe.... Además, que es volar, y si estoy en el equipo de quidditch igual me dejan tener una escoba propia.... - Por lo que parecía iba a ser un equipo muy malo, pero eso era mejor, porque entrar en un equipo muy pro era muy difícil. Asintió, chasqueó los dedos de la emoción y dijo - Pues claro que hay que conseguirlo, aunque primero me podríais contar como es, las posiciones, esas cosas.... y así yo puedo ver en lo que puedo ser mejor.
 

Huck creía que podría ser cazador, Lavender creía que iba a ser difícil, pero todos se presentaban y podían ser los que les quitaran el puesto. Colton no sabía tampoco el número de puestos libres. En un equipo de fútbol podían ser hasta 18, pero en quidditch no sabía si sería como en el fútbol americano que eran 99, o como uno de tenis que podían ser dos. Nolan sonrió, no agobiándose con esas cosas y dijo - Pues los que haya, intentaremos ocuparlos, y si no lo logramos no pasa nada, querrá decir que el equipo es más fuerte y ha cogido a los mejores jugadores. Yo lo tengo claro, si no consigo entrar voy a crear un grupo de hooligans para animar, me se un montón de canciones que he escuchado en el campo de fútbol....

Y entonces la rubia guapísima se acercó a Luna y Úrsula diciendo que no le interesaba el quidditch. Aquello era normal, ellas a veces no jugaban, pero les gustaban los chicos que gustaban..... Sacudió la cabeza. Se parecía a Maggie, y claro, como Maggie no le había hecho caso aun estaba escocido. No es que le gustara, es que le recordaba a Maggie, si...era eso... él era amiguísimo de Luna, Ivy y Úrsula y eso eran ya el triple de chicas de las que estaba acostumbrado.

Le dieron la señal de cinco minutos y se acercó a Úrsula y Luna y les dijo
-Nos vemos mañana, vale... Si tenéis miedo chillad y yo bajaré de mi habitación. Voy a ver si tortícolis está despierta y le pido los walkies a mamá. ¿Vamos Nolan? Nos van a quitar los mejores sitios...y yo digo que nada de literas, pero si hay, me pido arriba.

Colt y Nolan salieron hacia su cuarto y Colton le dijo - ¿Compartimos litera? Así podemos hacer cachondeo por las noches si no podemos dormirnos... pero antes, tengo que escribir una carta.

Dio un toque a la jaula de tortícolis, que estaba durmiendo, y la despertó
- Hola peque, sé que es tarde, pero eres un ave nocturna, así que no te quejes. ¿Me preguntaba si podrías llevarle una carta a mamá? ¿Sí? ¡Muchas gracias!

La lechuza no dijo ni mu, solo le miraba curiosa. Colton sacó un papel, una pluma y garabateó rápidamente

 

- Mamá, ya he llegado, esto mola mucho, se come muy bien, y el chocolate da saltos, ya te lo contaré. Necesito que me mandes las gomas de repuesto de los tirachinas, que se me ha roto y se nos ha colado un balón y no hay manera de bajarlo y los walkies de spiderman, que tengo dos amigas que están muy tristes y me gustaría que se pusieran más contentas. No puedo decir más porque en 2 minutos me apagan la luz.

Os quiero mucho

Colton

Pd: Papá, no te preocupes, en el mundo mágico no hay chocolate mejor que el tuyo.

Dio la carta a Tortícolis, abrió la ventana y la lanzó a la noche. La lechuza voló hacia un punto indeterminado de la noche y Colton se metió en su cama, feliz. Había sido un día muy largo, lleno de emociones, y mañana habrían más.

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14/03/2022, 21:12
Luna Ferlet

Durante todo el viaje en tren, en barca e incluso durante la cena, me había sentido acompañada. La separación de Ivy para ir cada una de nosotras a una casa diferente había sido difícil, pero la presencia de Colton y Úrsula había ayudado un montón a que no me sintiese sola.

Pero en cuanto comenzamos a alejarnos de los alumnos y las alumnas de las demás casas, volví a sentir esa sensación y no podía quitármela de encima. Nada más salir del salón, empezamos a subir escaleras y a pasar planta tras planta, entre saludos y reproches de la gente que estaba en los cuadros que había en todas las paredes. Hogwarts estaba plagado de ellos y todos parecían corresponder a gente que había formado parte del colegio en el pasado. Por sus palabras, no cabía ninguna duda de que los que habían pertenecido a Gryffindor eran los que nos vitoreaban y los de Slytherin, quienes se burlaban y nos despreciaban. Otros solo saludaban educadamente, por lo que deduje que eran de Hufflepuff o Ravenclaw.

Al pasar por delante de uno de los que nos silbaba, le saqué la lengua. No es que fuese a servir de mucho, pero se lo merecía.

Mientras subíamos, la prefecta nos explicó que la Sala Común de Gryffindor estaba en la Torre Este, en la séptima planta, por lo que todavía tardaríamos un buen rato en llegar. También nos dijo que para entrar, había que dar una contraseña o no podríamos hacerlo. Supongo que así, los miembros de las demás casas no podrían entrar aunque quisieran. Eso significaba… que Ivy no podría venir a verme, y suponía que seguramente, yo tampoco podría ir a verla a ella.

La verdad es que ya estaba cansada de tantas escaleras, pero era lo que tocaba. Colt dijo algo acerca del culo y de las nueces, pero no entendí muy bien a qué se refería.

-No sé si son menos, Colt, pero espero que no tengamos que volver mucho a la Sala Común –le dije, sin dejar de subir.

Mientras continuábamos el camino, Colton se detuvo delante del cuadro de un caballero mediaval. El caballero pareció animarse en cuanto lo oyó. Pero en un lugar como aquel, quién sabía si iba a tomarse a mal lo que le acababa de decir.

-Colt, no es conveniente hablar con cuadros desconocidos. Todo el mundo sabe eso.

En realidad, no todo el mundo sabía eso, pero mis mamás siempre me decían queno hablase con desconocidos, y eso incluía a los cuadros, ¿no?

La prefecta habló también de una “Dama Gorda”, aunque no entendía a qué se refería. Nolan le preguntó, hablando también por mí y seguramente por alguno más de los que éramos nuevo, y cuando llegamos arriba del todo, lo entendimos. Era un retrato; un retrato mágico, claro, con una mujer bastante obesa, aunque muy educada, eso sí,  porque nos saludó y todo. Pero la prefecta ni siquiera le respondió, sino que en lugar de eso dijo una cosa que me pareció asquerosa. Entonces lo comprendí.

Era la contraseña.

-Si se te olvida la contraseña será mejor que te pegues a alguien que la recuerde o no entrarás nunca –le dije a Colt, esforzándome por recordar la que ya conocíamos.

Rosquilla de lombrices, rosquilla de lombrices

Después de pronunciarla, se había abierto una especie de agujero por el que entrar a la casa común, así que empezamos a caminar hacia el interior y mientras lo hacíamos, me incliné hacia Úrsula y Colton.

-Ya podían haber escogido una contraseña menos asquerosa. Solo con pensarlo me dan ganas de vomitar –les dije en voz baja.

Pero una vez dentro, lo de la contraseña perdió importante. La sala común tenía un aspecto muy acogedor y el fuego que estaba encendido había hecho que hiciese un poco más de calor que en el resto del castillo.

La verdad es que estaba muy bien.

-¡Ooooh, es genial! –exclamé, mirando en todas direcciones, y sintiendo que había merecido la pena subir todos aquellos escalones para llegar hasta allí. Seguía pensando que esperaba no tener que hacer aquel recorrido más de una vez al día, pero eso no quitaba que el lugar me pareciese guay.

La prefecta nos dio las últimas instrucciones mientras todos avanzábamos por la sala, los que ya la conocían porque eran de cursos superiores, para hablar entre ellos y sentarse, y los demás para verlo todo. Por lo visto, había dormitorios de chicos y de chicas, y los de las chicas estaban a la izquierda. Tenía que recordar eso también. No me extrañaba en absoluto que estuviesen separados, porque los chicos siempre intentaban entrar en el de las chicas, no sabía muy bien por qué. Mis mamás no me lo habían querido explicar.

Después, empezaron a formarse algunos corrillos, pero noté que la mayoría de ellos hablaban de lo mismo.

Quidditch.

Era como si no existiese otra cosa en el mundo.

Los chicos se acercaron para hablar entre ellos, sobre todo Colton, en quien aquello había despertado nuevas esperanzas por alcanzar grandes cotas de diversión. Me alegraba por él.

Por otro lado,Úrsula y yo nos quedamos un poco aparte. Menos mal que aquella chica rubia que habíamos conocido en la mesa, se acercó a nosotras, junto con otro de los chicos, que no recordaba cómo se llamaba.

-Sí, la verdad. Ha sido decir “quidditch” y parece como si ya no existiese nada más importante. Y creo que ha habido tantas cosas nuevas en este primer día que es lo que menos debería llamar la atención –comenté.

Estábamos hablando relajadamente, cuando la prefecta volvió a elevar la voz para decirnos que debíamos irnos a acostar, dado que al día siguiente… ¡¡ya empezaban las clases!!

Yo no lo había pensado, pero la verdad era que si mañana íbamos a comenzar con el colegio en sí mismo, sí que había que irse a dormir. Fue decirnos aquello, y me puse nerviosa como no lo había estado antes.

-¿Habéis oído? ¡Las clases empiezan mañana! ¡Yo creía que serían dentro de unos cuantos días! ¡¡Qué nervios!! Solo con pensarlo ya estoy temblando. Tengo que ir a ver si está todo en mi baúl, si tengo las libretas ordenadas y los libros… ay, y también si Edwina había llegado bien. ¿Dónde estará Edwina?

De pronto me había puesto casi histérica. Con tanto ajetreo, me había olvidado de ella.

Colton se acercó en ese momento a despedirse.

-Claro. Que descanséis bien –le dije, aunque eso de chillar si teníamos miedo… tampoco es que fuésemos unas mosquitas muertas -. Colt, no exageres. Solo vamos a dormir, no a visitar el bosque prohibido.

Me arrepentí de haber dicho eso casi enseguida porque Colton era capaz de salir en mitad de la noche precisamente para hacer eso y mucho más.

-E-era una broma, ¿eh, Colt? ¡Ni se te ocurra salir de la Sala Común! ¿Vale? Lo que tienes que hacer es descansar y… eso, ve a ver a Tortícolis, y yo iré a ver a Edwina. ¿Vamos, Úrsula?

 

Cuando subimos a nuestros dormitorios, allí estaba efectivamente mi baúl… y también Edwina en su jaula.

-¡Edwina! –exclamé, mientras corría hacia ella. Sabía que había una lechucería porque mis mamás me lo habían dicho, pero también que quizás no le apeteciese estar allí. Desde luego, para ella tenía que haber sido también agotador, así que contuve las ganas que tenía de escribir otra carta y mandarla con ella.

Le di un par de dulces lechucines a Edwina, la acaricié un poco y le dejé la puerta abierta.

-Si quieres ir a la lechucería puedes hacerlo, Edwina, pero mejor mañana. Hoy quédate aquí calentita, ¿de acuerdo? –le dije.

Después, abrí mi baúl y saqué el pijama. Me sentía muy extraña en aquel lugar. Todavía no parecía que aquel fuese mi lugar aunque estaba convencida de que no tardaría demasiado.

-Supongo que dentro de unos días nos sentiremos como en casa pero ahora es un poco raro. Preferiría estar en mi casa. ¿Y tú, Úrsula?

Me quité la ropa, la dejé bien doblada encima de la cama y después me puse el pijama. Me habría gustado darme una ducha o un baño, pero de pronto me había dado cuenta de lo cansada que estaba, así que podría esperar un día más.

Las demás niñas de la casa hablaban entre ellas, porque se conocían, salvo aquella Angeline.

-Oye, Angeline. ¿Tu familia también era de Gryffindor? –le pregunté, por saber algo más de ella.

Lo cierto es que a pesar del cansancio, estaba nerviosa por todo lo que había vivido aquel día y también por lo que nos esperaría mañana.

¿Qué clases tendríamos?

Lo normal es que me sintiese emocionada, pero también estaba asustada. ¿Sería… muy difícil todo? ¿Serían duros los profesores?

-Bueno, a la cama. Buenas noches, chicas –me despedí, metiéndome bajo las sábanas -. Buenas noches, Edwina.

Lo último que recuerdo es que me volví hacia la ventana pensando en Ivy. ¿Cómo estaría ella? Seguro que bien; nerviosa, como nosotras, pero bien, porque estaba en la casa que ella quería.

Buenas noches, Ivy. Qué duermas bien.

Y tras decir aquello, me quedé profundamente dormida.

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16/03/2022, 11:45
Úrsula Galloway

-¡En la séptima planta!-bufó alarmada Úrsula-Me dijeron que iba a aprender magia, no a hacer gimnasia…

Y es que a la pequeña no le gustaba mucho el tema del ejercicio físico, no se le daba nada bien y, después de tener que subir todas las escaleras hasta el colegio, le decían que su dormitorio estaba en la séptima planta del castillo. La iban a matar a subir escalones antes siquiera de poder aprender a decir su primer truco de magia. Miró a Colt, Luna y Nolan y se encogió de hombros, resoplando-Pues solo pienso subir a dormir, una vez al día, no más… ¿partir nueces con el culo? –preguntó sorprendida a Colt, pensativa e imaginándose el proceso-No sé yo… las veo muy duras como para poder abrirlas con el culo por más que suba escalones. Me uno a Luna, no subiré demasiado, esto está muuuuuy alto. ¡Venga va! Que nos separamos del resto. Por cierto-le agarró la manga a Colt y tiró de él para hacerle su siguiente pregunta-Quiero que me expliques que es eso del chocogrial. ¿Es como las ranas de chocolate del tren? Me suena a las pelis de Indiana Jones pero no se que tiene que ver con el chocolate.

Subir las escaleras fue más entretenido de lo que pensaba. ¡Los cuadros eran como si los que salían en ellos estuvieran vivos! La pequeña miraba fascinada retrato tras retrato viendo como aquellas “personas” hablaban y se relacionaban con ellos como si fueran uno más, pero no se animaba a hablarles aunque sí que saludó a un par de los que los animaban a seguir subiendo con su mano y les arrugó el ceño a más de uno de los que les silbaban con antipatía-¡Jolín! No teníamos bastante con Cagondra, encima también alguno de los cuadros son estúpidos-¿En serio, Luna? ¿No se puede hablar con cuadros desconocidos? ¡No lo sabía! Pero, ¿son peligrosos? ¡Colt, apúntate esto también!-otra cosa mágica que aprender. Colt y ella iban resoplando detrás del resto, ¡cuantas cosas para ponerse al día!

De repente todos se pararon y Úrsula levantó la cabeza. ¡Se habían terminado los escalones! Y era cierto, había una señora gorda en un cuadro enorme delante.

-¡Buagggg! Rosquilla de lombrices… ¡que asco! -miró a la chica que les acompañaba y después a la mujer del cuadro-¡Estoy de acuerdo con usted! Yo no pienso probar eso si es que hay en este colegio-Se quedó con la boca abierta cuando el cuadro se movió dejando paso a una sala enorme a la que se llegaba a través de un agujero circular en la pared-¡Oh! Siiiii, ¡que sitio más chulo!-exclamó mirando a Luna que tenía la misma cara de boba sorpresa que debía tener ella en aquel mismo momento.

Entró siguiendo al resto de sus amigos y observó la sala de su casa. Andurreó lentamente mirando alrededor, con una sonrisa tonta en su cara-¡Es bonita!¡Y muy acogedora!-Sí, le gustaba para vivir, allí podía sentirse como en casa.

Se volvió hacia su prefecta para preguntarle una gran duda que le surgió, levantó la mano para pedir permiso para hablar, como hacía en su colegio-Disculpe pero, ¿y si necesito decirle algo a Colt y está en su dormitorio? ¿Cómo lo hago? Si es urgente, me refiero, porque si no sé que puedo esperar.

Después de que su duda fuera resuelta toda la gente se expandió por la sala hablando y reconociendo el lugar. Hasta ella y Luna se acercaron Angeline y Horace. Recibió a ambos con una enorme sonrisa, le encantaba hacer nuevos amigos y, como era algo que no podía hacer con frecuencia, más disfrutaba de ver lo fácil que era hacerlos allí, y más cuando parecían simpáticos como Luna, Ivy y Michael-Ufff, supongo que será como el futbol pero a nivel mágico, ¿no?. A mi no me llama además de que me dan miedo las alturas, aunque… no sé, nunca he volado con una escoba. Si veo que es seguro a lo mejor me acaba gustando mucho pero es un deporte y no soy buena en ninguno. De hecho seguro que mañana me salen agujetas de subir los escalones. ¡Odio la gimnasia! Y estoy segura de que tendremos millones de cosas interesantes que hacer aquí, aparte de estudiar-miró a Horace y le brillaron los ojos, llenos de curiosidad y promesa de encontrar respuestas a muchas preguntas-no nos vamos a aburrir, ¡estoy segura! Pero si, seguro que tenemos que estudiar mucho, yo por lo menos y Colt también, no sabemos nada de este mundo y tenemos que aprender mucho más que los que sí sabéis. Solo en palabras nuevas yo ya llevo una lista interminable, ¡no voy a tener neuronas para aprenderlas todas!

Cuando Amber le dijo que en cinco minutos se apagarían las luces, refunfuñó de nuevo-¡Ufff! ¡Cómo en casa!-No podría quedarse en aquel salón todo el tiempo que quisiera. Pero bueno, estaba acostumbrada, al fin y al cabo las costumbres allí eran parecidas a las de casa, no todo iba a ser cambio. Agarró a Luna de su mano para tranquilizarla, había pasado de cero a cien en un instante-Arriba, junto a la que será tu cama según ha dicho Amber. Ya subimos, venga.

-No te preocupes, estaremos las dos, no nos pasará nada. Sed buenos…-le dijo a Colt y a Nolan con una sonrisa divertida cuando se acercaron a desearle buenas noches. Más peligro tenían los dos chicos que ellas dos-¡Vale! A ver si te los mandan rápido y estamos comunicados. ¡Buenas noches, chicos! ¡Vamos arriba Luna! ¡Vamos, Angeline-animó a las dos chicas a correr hacia el dormitorio como habían hecho los chicos-Quiero teneros a las dos cerca, pero mucho me temo que nos han colocado ya las cosas y vamos a tener camas reservadas ya para cada una, ¡espero que caigamos cerquita!

Al llegar al dormitorio miró alrededor buscando a su lechuza, la que aún no tenía nombre-¡Allí está mi lechuza! ¡Esa debe ser mi cama! ¿Cuál es la vuestra?-preguntó mientras corría hacia la suya y se tiraba en plancha en ella. Se quedó mirando al techo, probando el colchón. Era cómodo. Se puso boca abajo y miró a Luna, en la cama de al lado cuando le preguntó-Es bastante raro… es la primera vez que salgo de casa-se había quedado pensativa, apoyando su barbilla en sus brazos cruzados y mirando a su nueva amiga-Pero, ¿sabes qué? Es raro y a la vez no. Creo que es porque estáis vosotros. Colt, Ivy, Nolan, tú… siento que sois mis amigos y no estoy sola. Pensé que iba a estarlo y eso me asustaba. Cuando conocía a Colt ya cambió un poco eso y, ahora, es más como siempre, no se… echo de menos todo pero tengo mucha ilusión por todo lo que está pasando. Es algo nuevo para mi. Es la primera vez que salgo de casa y que estoy con gente nueva. Y me gusta. Quiero aprender un montón y quiero hacerlo con vosotros. Me mola. ¿Qué es una… lechueso? Lo que le has dicho a Edwina. Lo mismo mi lechuza también quiere ir a ese sitio con ella, ¿crees que se llevarán bien?

Se levantó y fue a su maleta de donde cogió el pijama nuevo que le había comprado Mary y se lo puso, lanzándose al interior de la cama en un plisplas-Eso, ¿tú eres muggle como yo y Colt o ya sabes de magia y estas cosas como el resto?-le preguntó a Angeline-¿Qué animal has traído tu?

Miró a su lechuza, pensado en su nombre. Tenía un par de ideas, pero aún quería pensar más. Un nombre era para siempre.

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16/03/2022, 12:00
Directora

Era un nuevo día. Después de pasar la primera noche en Hogwarts, todo se sentía extraño y diferente. Pero había ocurrido; no era un sueño; estabais allí de verdad y acababais de despertaros en los dormitorios de la sala de vuestra casa, que para vuestra sorpresa, no eran nada fríos ni húmedos, en comparación con el resto del lugar.

Os preguntasteis qué era lo que os había hecho levantaros, cuando visteis unas pequeñas manos agitando las sábanas y oísteis pasos moviéndose en la oscuridad.

Al encender las lámparas de las mesitas de noche, apenas os dio tiempo a ver como una buena cantidad de pequeños seres corrían de un lado a otro de la sala, hasta desaparecer a través de la puerta.

Eran elfos domésticos, los elfos del castillo, que estaban asegurándose de que os despertabais.

Alguno de vosotros miró la hora. Las siete de la mañana. Muy pronto para algunos, sobre todo después de lo agotador que había sido el viaje del día anterior.

¿Cuándo empezarían las clases?

En el dormitorio de los chicos, todos empezaron a desperezarse.

  

-Ah, esto no puede ser bueno -dijo Huck, mientras se estiraba -. Debería estar prohibido despertar a alguien tan temprano.

-Deberían dejarnos dormir toda la mañana. ¡Ayer tuvimos un día muy difícil! -se quejó Nolan.

-Si les importásemos nos nos habrían hecho subir todas esas escaleras -apuntilló Lavender.

En uno de los laterales de los dormitorios estaba la puerta que conducía hacia los aseos y las duchas, hacia la cual poco a poco se iban dirigiendo todos los chicos.

En el dormitorio de las chicas, ocurrió algo similar. También para la mayoría le estaba resultando difícil ponerse en marcha, pero como no había otra, era lo que todas estaban haciendo.

Angeline se estaba levantando y preparando para coger sus cosas y dirigirse a los aseos, con mucha lentitud. Costaba moverse aquella mañana, después del día tan ajetreado que habíais tenido. La noche antes, ella, Luna y Úrsula habían estado hablando un poco y la joven había dicho que su padre era de Gryffindor pero su madre, en cambio, era muggle. Entre las tres parecíais reunir buena parte de las variaciones posibles, pero el caso era que estabais todas en la misma casa. Angeline no había traído ningún animal, pero es que a veces sentía que no se llevaba bien con ellos.

Luna le explicó a Úrsula que la lechucería era un lugar en el que tenían y guardaban a las lechuzas y que allí podían quedarse tanto las que ellos llevaban como las del colegio. Era una buena alternativa a tenerlas en el dormitorio y así también estaban acompañadas.

Todos fuisteis levantadoos y pasando por los aseos, después os vestisteis y finalmente, os dirigisteis hacia la sala común, en donde había algo colocado en una zona de la pared preparada para poner mensajes.

Era el horario de las clases.

Los desayunos se hacían de siete y media a nueve, por lo que disponíais de mucho más tiempo del que habíais pensado, no solo para tomar algo, sino también para prepararos antes de las clases. Aquel primer día, por ejemplo, había tres clases, y dos de ellas eran compartidas con los miembros de otra casa, Hufflepuff... y Slytherin, algo que volvía a suceder en dos ocasiones más a lo largo de la semana.

Eso era algo inesperado, puesto que nadie había pensado que tuvieseis que compartir el tiempo con otras clases, y significaba que aquellos que conocíais a gente de otras casas... quizás pudieseis coincidir más de lo que esperabais.

Notas de juego

Podéis escribir aquí, en el hilo principal, o mitad y mitad, como queráis. El próximo es en el principal y ya decidimos las clases que damos.

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17/03/2022, 10:55
Colton Derrick

El tirón en la manga le distrajo de la observación de los cuadros. Siguió con la vista la tela de su túnica hasta que localizó la propietaria de la mano zarandeadora: Úrsula. Abrió mucho los ojos como si estuviera rebelando un secreto que no debía ser dicho y le hizo gestos para que bajara la voz. Se acercó a ella y le dijo - Hay mucha gente, ya te lo contaré, pero es mejor que las ranas de chocolate... es una búsqueda.... una búsqueda sagrada, como Indiana Jones, sí, algo así, pero shhht, es un secreto....

Y siguieron subiendo escalones y disfrutando de los cuadros, y entonces Luna le dice que es de mala educación hablar con cuadros desconocidos. A Úrsula eso también le parecía raro, pero se veía que era algo de educación. Colton miró a Luna y le preguntó - ¿Y si no hablas con los cuadros como van a pasar a ser cuadros conocidos?

Igual había que esperar a que te los presentaran, pero él no era de los pacientes. Daba igual, pronto otro estímulo nuevo llegó, y otro, y otro más, en un aluvión de cosas nuevas alucinantes. La señora gorda les dejó pasar y Luna le dijo que si no recordaba la contraseña esperara a alguien que si se la supiera.

Rosquilla con matices, Loquilla con varices, Horquilla con narices....eso... Horquilla con narices...

Ya la tenía, y cuando Luna y Úrsula expresaron que aquello daba asco las miró sin comprender muy bien donde podía estar lo asqueroso de una horquilla y unas narices. Entraron en la sala común y flipó, muchísisimo con todo lo que allí había y la posibilidad de gastar bromas: Cojines pedorros, polvos pica pica, bombas fétidas... Iba a molar mucho. Otros chicos se le acercaron y empezaron a hablar de quidditch mientras las chicas hablaban de cosas misteriosas de chicas. Le pareció escuchar que hablaban de clases y de ordenar cosas y sonrió cuando le pareció escuchar a Úrsula preguntando como podría hablar con él si pasaba algo durante la noche. Con ese ánimo se acercó a las chicas para decirles que chillaran si necesitaban algo y entonces se llevó un planchazo. Él pensaba que lo normal sería que unas chicas, fuera de casa, después de lo de la chica del tren igual tuvieran miedo así que cuando le dijeron que estaba exagerando y que no se iban al bosque oscuro abrió la boca un poco y se puso rojo. Bajó la mirada y dijo

- Sí, sí, claro.... descansar.... claro... un exagerado....sí....- No se lo había esperado de Luna, pero ya era el segundo guantazo que le daba en un día, primero con Ivy y ahora...- Úrsula le dijo que no se preocupara y que se portara bien, eso le hizo rescatar parte de su sonrisa traviesa para decir - Yo siempre me porto bien, no sé porque lo dices...- y le guiñó un ojo mientras se iba. No iban a haber walkies para todos, pero Luna a veces se pasaba mucho con él, y quería estar comunicado con Úrsula, pero igual estaba siendo demasiado protector, igual tenía que hacer caso del toque que le había dado Luna y relajarse. Subió a la habitación con Nolan y se pusieron de compañeros de cama. Hablaron un ratito de quidditch y Nolan le intentó explicar sobre las posiciones, pero no le quedó muy claro, el guardián parecía ser un portero, los cazadores delanteros, los golpeadores parecían centrales pataderos, pero el buscador no tenía ningún sentido para él. Se durmió al minuto de acabar de hablar, agotado de la extenuante experiencia y al día siguiente le costó levantarse de la cama más de lo habitual. En lugar del salto que solía dar le costó como 30 segundos salir de la cama, era tan mullidita, estaba tan calentito, las manos que le estaban moviendo para que se despertara eran tan tiernas. ¡LAS MANOS! Colton dio un salto y gritó

- ¡¡Nos atacan los furbys!! ¡¡Defcon 1!! ¡¡Defcon 1!!

Pero no, no eran furbys tampoco, eran elfos, elfos domésticos. Colton los miró con ojo crítico mientras desaparecían atareados y bufó. Aquello no molaba nada, no tenían arcos ni nada, él se imaginaba un elfo como Legolas, no como una mezcla de un furby con un orco. Pasado el susto inicial miró la hora y vio que eran las 7 y bufó

- Jopé, si todavía es muy pronto....- Asintió a lo dicho por Nolan y dijo - Y tendrían que traernos el desayuno a la cama, porque la verdad, yo empiezo a tener hambre....- y rió ante el comentario de Lavender - Pero tío, que son solo escaleras, además, ahora son de bajada, estará chupado. - Dio un último estirón, se dio unas palmaditas en la cabeza para animarse y dijo - Vamos, a la ducha, ánimo, que hoy es el primer día de clase y seguro que nos enseñan algo para teletransportarnos y que no haya que subir escaleras.

Se dirigió a las duchas con su habitual energía y salió sin peinarse, porque él sabía que era una pérdida de tiempo, su pelo tenía vida propia y se ponía como quería. Se cambió la túnica y, sobre todo, la ropa interior que su madre siempre le decía que se la cambiara por si había algún accidente. Acabó súper rápido de arreglarse, porque era un chico y claro, los chicos no se fijan mucho en esas cosas, así que tenía la túnica un poco arrugada, la corbata torcida y su pelo tenía vida propia, y como le sobró tiempo miró el horario de clases. Había clases con Slytherin, y allí vería a Ivy, pero no parecía que hubieran con Ravenclaw... pero sí que aparecía más de una vez a lo largo de la semana. Se iban a ver, y en el desayuno, si comían rápido tenían un montón de tiempo para ellos, molaba, molaba mucho. En cuanto vio aparecer a Nolan y Lavender les metió prisa

- Vamos tardones, se habrá acabado el buffet del desayuno a este paso. Es inútil esperar a las chicas, ellas estarán haciendo lo que hacen en el baño cuando van juntas, y siempre tardan más. - Se encogió de hombros. No sabía que hacían pero siempre salían más guapas de lo que habían entrado, aquello si que era magia - Además, hay que pillarles sitio. ¿Hacemos la mochila para no tener que subir? - Pero luego miró el tamaño de los librazos y negó con la cabeza, prefería volver a subir que arrastrar todo aquello a desayunar, caldero, libros, pergaminos, nada, él subiría de nuevo - Yo creo que mejor subir otra vez, y por una rana de chocolate soy capaz de subir a por lo vuestro también.... Para que no digáis que soy mal amigo. Veeeeeeeenga, que nos quedamos sin sitio para desayunar. Espero que tengan nesquik....

Y es que los magos tenían muchas cosas guays, pero no tenían plays, móviles, tablets, así que igual tampoco tenían nesquik. Miró por la ventana. Tortícolis todavía no había vuelto con el encargo, debía haberse perdido por la noche, o cualquier cosa... Empezaba a preocuparse, no sabía como funcionaban las lechuzas, no sabía si ya debería haber vuelto, si no.... esperaría un día más y si no volvía daría la voz de alarma.

Con esas preocupaciones bajó a desayunar, tratando de rellenar con chocolate cualquier amago de culpa por haberla mandado tan tarde, tan oscuro y tan lejos.

 

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18/03/2022, 19:46
Luna Ferlet

No sé lo que me despertó, pero lo primero que vi cuando abrí los ojos fue la jaula de mi Edwina, que estaba con los ojos muy abiertos, ululando. Era como si la pobrecilla me hubiese estado esperando para empezar a llamar mi atención.

-Buenos días, Edwina. ¿Has dormido bien? Yo… estupendamente –le dije, estirándome. Entonces miré a mi alrededor y me di cuenta de que ya había bastante movimiento. Algunas de las alumnas de otros cursos ya habían empezado a moverse y entraban y salían de los aseos. Demasiado movimiento para mí, después de un día tan laaargo y agotador como el que habíamos tenido. Si lo pensaba bien, la verdad era que nos habían sucedido un montón de cosas, aunque lo más importante había sido conocer a mis compañeros de viaje, a Úrsula, que estaba allí, conmigo, pero también a los demás. Allí tumbada me di cuenta de que aunque Colton y Nolan estuviesen también en Gryffindor, y fuese a ver todos los días a Ivy y a Michael, Úrsula iba a ser mi compañera de verdad; ella y Angeline.

Así que al final, no estaría sola y tendría a unas buenas compañeras para estudiar y hacer las cosas, aunque después procurase ver a Ivy siempre que pudiera.

Estaba dándole vueltas a todo aquello y terminando de desperezarme cuando me di cuenta de lo que me había despertado. Eran unos pequeños seres que caminaban con prisa por los dormitorios, casi como si quisieran pasar desaparecidos, aunque no me costó demasiado darme cuenta de lo que eran.

-¡Elfos domésticos! Vaya, creo que nunca había visto uno tan de cerca –comenté, mirando hacia Úrsula, que también estaba despertándose -. En mi casa nunca hemos tenido uno pero es que eso de que haya alguien para hacerlo todo… bueno, no creo que esté muy bien.

Me di cuenta de que Úrsula puso una cara rara, así que se lo expliqué.

-Los elfos domésticos son… pues eso, elfos, y algunas casas con dinero los tienen para que les sirvan, les hagan la comida, lave la ropa y esas cosas. Aquí en Hogwarts tengo entendido que hay muchos para limpiar y preparar la comida y todo eso. Yo no tengo ninguno, ni tampoco es que me apetezca, la verdad. Por eso nunca había visto tantos y tan de cerca.

Angeline también estaba levantándose y cogiendo sus cosas mientras yo hablaba, preparándose para ponerse en marcha. La noche anterior habíamos hablado acerca de nuestros orígenes, así que poco a poco íbamos conociéndonos un poco más.

Yo me puse en pie y empecé a rebuscar en mi baúl la ropa que me iba a poner, una toalla, mi cepillo para el pelo… y ese tipo de cosas. No había tiempo que perder.

Sin embargo, al oír el ulular de Edwina me di cuenta de que la pobre no podía quedarse allí todo el día. La lechucería estaba precisamente para eso, para que pudieran volar y estar con los suyos, estirar las alas y sentirse a sus anchas. Sabía que tendría que mandarle una carta a mis mamás, pero lo haría por la tarde, explicándoles qué tal me había ido el primer día de clases.

-No te preocupes, Edwina, ahora te saco. Ve a la lechucería y descansa allí cuando hayas comido algo, ¿de acuerdo? –le dije, dejando la toalla y mi neceser encima de la mesa y cogiendo la jaula para llevármela cerca de una de las ventanas. Cuando llegué, abrí su puerta y la ventana más próxima y esperé a que volase a través de ella. Después, me acerqué a mi cama para dejar la jaula en el suelo y recoger las cosas. Todavía quedaban muchas cosas por hacer… y tenía mucha hambre.

Los aseos estaban geniales. Suponía que había más fuera de la sala común, pero estaba claro que nosotras necesitábamos unos allí, como todo el mundo en sus dormitorios, supuse. Diez minutos más tarde, estaba fuera, con el cabello mojado, pero lista para vestirme.

-Lo primero que tengo que aprender es a hacer un hechizo que nos seque el pelo en un abrir y cerrar de ojos. Mis mamás saben hacerlo pero aquí no están ellas así que tendré que investigar por mi cuenta –dije, mientras intentaba desenredármelo un poco antes de recogérmelo. Era un tostón y me di cuenta de que no resultaba nada cómodo, sobre todo cuando lo comparaba con la magia que hacía mi mamá, que sabía colocármelo a la perfección agitando la varita con un suave movimiento de muñeca.

Me daba envidia.

A ver si no tardaba mucho en poder hacerlo.

La verdad es que hacerlo con prisas tampoco es que ayudase mucho, pero es que no sabía de cuánto tiempo dispondríamos. Si los elfos nos habían despertado a esa hora, debía ser porque así podíamos desayunar y después ir a clase sin agobios, pero quién podía asegurarlo.

-Digo yo que alguien nos dirá a qué hora empiezan las clases y lo que tenemos, ¿no? Porque ahora mismo no sabemos nada. Tenemos todos los libros pero ¿cómo vamos a saber cuáles coger y cuáles no?

Hablaba sobre todo para mí, porque estaba nerviosa. No había nada como saber lo que te esperaba para sentirte un poquito más segura, pero como aún no nos lo había dicho nadie, pues no podía estar tranquila.

Cuando estuve lista, esperé a que terminasen Angeline y Úrsula y bajamos a la sala común.  Esperaba encontrarme con Nolan y Colton, pero cuando llegamos, no los vi por ninguan parte. Sí que me fijé en que ya  había bastante gente abajo y casi todos estaban pendientes del tablón de anuncios de la pared. La noche anterior no me pareció que hubiese nada en él pero ahora sí que parecían haber colocado algo, así que me acerqué… y entonces comprendí a qué se debía tanta excitación.

Eran los horarios de clase.

-Úrsula, Angeline, son los horarios. Venid, deprisa –les dije, acercándome más para poder verlo mejor, nerviosa por lo que nos esperaba. Sabía las asignaturas que tendríamos por los libros, pero poco más. Ahora estaba interesada también en el orden en que las daríamos y sobre todo, lo que tendríamos en aquel primer día.

El primer día seguro que era el más importante de todos.

Las clases empezaban un poco más tarde, por lo que tendríamos bastante tiempo para desayunar. Eso significaba que también podría hablar con Ivy sobre cómo había pasado aquella primera noche.

¡Buena noticia!

Pero había también más cosas interesantes, sobre todo que compartíamos clase de pociones y vuelo con Slytherin, de Transformaciones con Ravenclaw y de Herbología con Hufflepuff. Vamos que al final, iba a coincidir tres días con Ivy y uno con Michael, lo que no estaba nada mal.

Eso me hizo dar unos pocos saltitos de alegría, mientras sentía que las cosas mejoraban a cada momento. No es que estuviera mal, la verdad, pero como al final Ivy y yo habíamos terminado en casas diferentes, no podía dejar de sentirme algo triste. Úrsula era genial, y Colton, incluso el travieso de Nolan, y Angeline parecía muy simpática, pero Ivy era… Ivy, y poder coincidir con ella me animó mucho. Era genial poder pasar más tiempo juntas, no solo fuera de las clases sino también en algunas de ellas.

-Bueno, voy a apuntármelo para que no se me olvide nada –dije, dándome cuenta de que no tenía las cosas, así que corrí arriba para coger los libros de pociones, encantamientos e historia de la magia, pergaminos y lápices, y bajé a toda prisa para copiar el horario con todo lujo de detalles, las clases y también las aulas, que venían indicadas más abajo.

Después de echar un buen rato anotándolo todo, esperé a que las demás hiciesen lo mismo.

-Está muy bien, ¿verdad? Hoy tenemos Encantamientos, que seguro que está genial, Historia de la Magia, que suena un poco rollo, y Pociones, esa seguro que va a encantarme. Por la tarde, Defensa contra las Artes Oscuras y esta noche, de madrugada, Astronomía. Eso sí que va a ser raro. ¿No es muy tarde para dar clases? Supongo que será para poder ver bien el cielo. No sé, seguramente tendré muchísimo sueño. Yo no soy de trasnochar demasiado.

Quizás los demás estuviesen acostumbrados a quedarse hasta muy tarde pero en mi caso, el día que más lo había hecho fue cuando Ivy vino a mi casa. Entonces sí que estuvimos hablando durante un montón de horas.

No vi a Colton ni a Nolan, por lo que supuse que ya habrían bajado a desayunar. Los chicos solían ser muy rápidos con esas cosas y siempre les gustaba ir muy deprisa a todos los sitios. ¡¡Seguro que ni siquiera habían copiado el horario!! ¡¡Estos chicos!!

Le había prometido a Ivy que cuidaría de Nolan, pero estaba por ver si se dejaba cuidar, si no hacía todo lo posible por escabullirse. Nolan y Colton podían ser peor que un terremoto, así que habría que vigilarles de cerca.

-¿Estáis listas? Pues entonces venga, bajemos a desayunar. Estoy hambrienta.

Y tengo ganas de ver a los demás.

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19/03/2022, 17:51
Úrsula Galloway

Fue consciente de algo de movimiento a su alrededor y de lo cansadísima que se sentía sin abrir los ojos siquiera-Uffff deja de dar vueltas por el dormitorio Ashley… ¡estoy cansada! Seguro que es muy temprano…

Se arrebujó en las sábanas y se las echó por encima de la cabeza un segundo después para evitar que la terminaran de despertar. Solo quería seguir durmiendo.

-Buenos días, Edwina. ¿Has dormido bien?- escuchó a su lado. Y no era Ashley quien había dicho eso.

Úrsula abrió los dos ojos como platos y el sueño se evaporó en un plisplas cuando los recuerdos volvieron como una avalancha de nieve. Saltó como si le hubieran pinchado en el culo y se quedó sentada en la cama mirando a su alrededor con cara tonta, reconociendo donde estaba y cerciorándose de que todo lo que la rodeaba y todo lo que recordaba, era real.

-¡Jope! Es cierto, ¡no ha sido un sueño!-susurró mientras miraba al resto de las chicas y a algo que se movía cerca de ella, entre las camas, y que no sabía qué era porque era muy pequeño para ser otra niña. Luna, en la cama de al lado, fue la que la vio con cara de circunstancias y le explicó lo que era aquel ser.

-¿Algo así como si fuera un esclavo?-miró sorprendido primero a Luna y después a un elfo que pasaba cerca de ella-Yo pensaba que eso solo existía en las pelis… Por cierto… ¡Buenos días! -la saludó sin moverse de la cama aún, observando lo que ella hacía. Por que ella sabía y ahora tenía que fijarse en ella y en los demás para aprender cosas del mundo mágico-¿Estará mi lechuza bien en ese sitio también? ¿Sabrá volver aquí? Es que yo no le he enseñado nada-se levantó de la cama y cogió la jaula de su lechuza, imitando a Luna y abriéndole la puerta para que volara-Pórtate bien. Pégate a Edwina y que te enseñe ella también a ti. Y vuelve, ¿vale? Que has costado muy cara y, como te pierda, Mary me va a castigar de lo lindo-vio como echaba a volar y resopló. Como no volviera se la iba a cargar, estaba segura, pero no iba a dejarla allí aburrida todo el día y Edwina todo el día zancajeando por ahí con otras lechuzas, no era justo.

Cogió sus cosas para la ducha y fue a la par que Luna. De hecho, ella estaba acostumbrada a hacerlo más rápido por que su baño era compartido y no podían entretenerse, así que le sobró tiempo y ya había terminado cuando vio que Luna tenía problemas con su pelo-Deja que te ayude. El mío es ondulado, loco, no vale la pena cepillármelo porque nunca se queda liso. Pero nunca se me enreda demasiado…-le fue contando mientras la ayudaba con los nudos-¿En serio hay un truco para secar el pelo? Eso mola. Hacer cosas normales más fáciles, mola. ¿Hay algo para que la cama se haga sola?¿Para limpiar el polvo?¿Para fregar los platos? Supongo que ahora en el desayuno nos dirán algo. Somos de primero, no tenemos ni idea, sobre todo lo que somos muggles que no sabemos ni hacer la o con un canuto, como dice mi madre. No te preocupes, además, siempre habrá alguien de nuestra misma casa a quien preguntar o a la chica que nos trajo anoche aquí. Y, muy muy muy a las malas. Si nos quedamos en el salón del desayuno cuando empiecen las clases ya que digo que alguien nos verá y nos llevará a donde toque-dijo con una sonrisa llena de suficiencia, porque eso sí que ella lo sabía. A los niños pequeños siempre les andaban vigilando para que no metieran la gamba y ellas allí y ahora eran las pequeñas.

-¡Lista! Yo creo que ya no te queda ningún nudo. ¿Bajamos a desayunar? ¡Angeline! Estamos listas, ¿tu también? ¿bajamos ya?-llamó a su otra amiga a gritos ahora que ellas dos estaban listas para bajar.

Bajaron las tres a la sala común, ella cerrando la pequeña comitiva y siguió las indicaciones de Luna, acercándose al tablón de anuncios que todos miraban. Lo leyó todo por encima y, solo entonces, volvió de nuevo a lo que les tocaba ese día. Comenzó a sonreír, feliz por algo de lo que estaba leyendo en aquel calendario-Entonces es verdad. No hay gimnasia, ni mates. Y solo hay clases divertidas. Incluso historia de la magia tiene que estar bien, porque ahí seguro que nos enseñan cosas que ya sabéis lo que sabéis de este mundo, pero los muggles como Colt y yo desconocemos. Pero es cierto lo del horario, es diferente la que yo tenía en el otro cole. Opino como tu, es demasiado tarde tener una clase a esas horas pero, la verdad, ¡mooooola salir de noche a ver las estrellas y que eso sea una clase! -exclamó, ilusionada- A mi me gustan todas, pero esa de lucha contra las artes oscuras suena interesante, tiene pinta de ser para aprender a luchar contra los malos. Ahí tendremos que aprender de verdad porque hay magos malos como ese que se comentó en el tren, el de la chica… ¡Dame dos minutos que subo a por los libros de las clases de hoy! ¿Tú los has cogido Angeline? ¡Voyyy! No tardoooo. Por cierto, ¿los chicos han bajado? Nos van a hacer falta esos walkies de Colt ya.

Y salió disparada de nuevo al dormitorio donde preparó la mochila con los libros de las asignaturas de ese dia y un par de cosas más que consideró que necesitaría antes de bajar las tres niñas a desayunar.