Partida Rol por web

Las dos caras de la misma moneda

¿ La última partida ?

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13/06/2018, 14:10
Gerald

Salir de esa cueva no iba a ser una tarea fácil, desde que Tavik los empezó a conducir hacia sus pertenencias pudo notar la gran cantidad de enemigos que les iba tocar enfrentar si solo en la primera sala habían más de 20 y a esto sumarle ese tal Koraagshag que para qué uno de los 6 lo llame señor es porque debe ser el líder de estos impuros seres.

En la siguiente sala el horror, dolor, sufrimiento, agonía, desesperacion eran palpables, podía sentir todas esas energías de las almas en pena que allí rondaban. Ver la imagen de esa humanoide que seguramente seguía viva colgada como un animal mientras los acólitos se bañaban en su sangre le hizo perder la compostura y por poco arremete contra ellos pero uno de sus compañeros lo detuvo antes de cometer una imprudencia que les pudo haber costado la vida.

Mientras más profundo iban más flaqueaban sus esperanzas de salir con vida de ese lugar, sentía su cuerpo pesado por las energías malignas y lo que veían sus ojos le hacían poner la piel de gallina. Pese a no tener muchas esperanzas de ganar ni de poder completar su misión, su corazón latía con fuerza e inundaba de adrenalina su cuerpo de solo pensar ir tendria una muerte gloriosa, que sólo ellos tres harían temblar los cimientos de estos herejes y que al final del día muchos de ellos huirían y le tendrían más miedo al filo de su espada que a su mismo dios. 

El recorrido había terminado en la guarida de Draeligor quien parecía tener un poder descomunal, en el suelo se encontraba su equipo que al verlo no dudó ni un segundo en empezar a equipararlo.

Notas de juego

Mi arco está en el equipo? Y si está se encuentra roto o está arreglado?

DM: Tu equipo se encuentra en las mismas condiciones que lo dejaste.

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13/06/2018, 19:51
Damrod

No tenía palabras para describir los horrores que allí había presenciado, terribles y asombrosos al mismo tiempo. Sabía que Tavik les había guiado por aquellos pasillos sin ninguna clase de precaución porque confiaba en su poder, sabía que no tenían escapatoria ninguna; allí abajo no solo les habían demostrado que eran vulnerables, sino que con aquél paseo les querían mostrar otra cosa, algo mucho más perturbador, algo que hacía tambalear los cimientos de su propia voluntad: no podían vencer. Les habían derrotado cuando apenas habían rascado la superficie de aquél vil templo, pero perfectamente podían haberles dejado llegar hasta el mismo centro de la pura maldad que allí se asentaba, que habrían sido igualmente destrozados. La única diferencia entre la mujer que habían visto desangrándose en honor a Arioco y ellos es que ella ya había dado todo lo que podía.

¿Qué ocurrirá cuando nosotros cumplamos nuestro propósito? 

La sombría presencia del ser que les seguía, le atenazaba. La presión de la roca que había bajo sus pies, palpitando de oscuridad, le encogía el corazón. Su alma, debatiéndose entre el miedo y su lealtad a la Inquisición, amenazaba con desgarrarse en mil pedazos. Sobrevivir a aquello era una tarea imposible, no eran suficientes, no tenían la fuerza para aquello. Y aunque estaba dispuesto a morir por cumplir su misión, también dudaba de que hubiera siquiera un atisbo de luz en todo aquello. Vencer, parecía tan lejano como salir de allí con vida.

Cuando terminó de atarse la última cincha de su peto, cuando sus manos temblorosas sujetaron al fin sus armas y sus dedos acariciaron la suave madera de su arco, apenas se tenía en pie, las piernas flaqueaban y su mente permanecía ajena, embotada.

¿Qué podemos hacer nosotros ante semejante marea?

Los detalles de todos los lugares por los que habían pasado volaban por su mente en una ráfaga sucesión. Cada atroz descubrimiento que había hecho le golpeaba el pecho y le mareaba. Si se quedaba quieto un instante más, si no se movía, jamás volvería a hacerlo. Se dejaría capturar, se dejaría torturar y, al final, se convertiría en uno más de aquellos acólitos. El Caos, como un veneno insidioso en la sangre, se haría con el control. Pero no podía permitirlo...

...No otra vez...

Si se quedaba ahí, todo habría sido en vano. Así que dio un paso al frente y asintió. Se aclaró la garganta, reunió saliva suficiente en su boca reseca y escupió al suelo mirando  a los ojos a aquél que decía ser uno de los Seis. Estaba preparado.

Es hora de ponernos en marcha.

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14/06/2018, 18:44
Director

Notáis el aire a vuestro alrededor enrarecido, al parecer conforme os habéis ido equipando, el sacerdote ha retrocedido ligeramente precavido por su seguridad al igual que el tumulario Draeligor, el resto de enemigos, los 8 zombies Ogros y las sombras siguen igual. Los que varían son los dos Ogros guardianes que con sus enormes lanzas apuntan ahora hacia vosotros amenazadoras por si intentáis entrar en su radio de acción. Del ser llamado Balcoth nada sabéis tras hacerse invisible anteriormente.

Ante vosotros ( sección 13 del mapa ) el eco del goteo en el agua desde las estalactitas sobre la charca se escucha en toda la caverna, la humedad es enorme en este lugar, más allá de vuestra posición solo el sonido del agua de la charca delata su extensión, al igual que la descripción realizada por el sacerdote Tavik, el resto debido a la oscuridad del lugar no deja que podáis ver más allá de la luz de las antorchas que han portado dos de los zombies del sacerdote. Si os internáis deberéis usar algún tipo de luz, aunque ello pueda hacer que el enemigo desconocido os pueda detectar con antelación.

Ponéis un pie en el agua de la charca y observáis que una ligera capa de agua pátina de agua recorre el pétreo suelo, enseguida os dáis cuenta que si hubiese un combate, el agua oculta las asperezas del suelo, lo que haría complicado el movimiento rápido sobre el. 

Ahora todo depende de vosotros....

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

DIA 13 

29 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 14:17(0) horas. Mediodía. Temperatura 18ºC-14ºC, Parcialmente nublado, Viento soplando hacia el Sureste a 13 km/hora.

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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15/06/2018, 12:40
Harold Strikväson

A cada paso, una nueva sala, y en cada sala, un nuevo horror. El sacerdote de los Seis les estaba llevando por el corazón de su fortaleza, la runa pulsante que los escritos de Lotcelan habían descrito. Harold no perdía detalle de nada, ni de la gente siendo sacrificada cruelmente ni de los guardias y enemigos, de las runas que había en las paredes y en el suelo. Podrían haberles rodeado y matado, podrían haberles sacrificado, podrían haberles vendado los ojos hasta el lugar al que iban. Pero no lo hicieron, y Harold sabía por qué. Todos los seguidores del Caos y el Mal eran iguales en su herejía, como malas hierbas en un campo. Pueden tener distintos colores y ser de especies distintas, pero al final son solo eso: hierbas, despreciables e insignificantes. 

Les enseñaban todo eso con intención de asustarles, de amedrentarles, de mostrarles lo poderosos que eran. En su orgullo, se creían intocables, creían que podían sembrar la duda en sus corazones. Y, en su orgullo, radicaba su error, porque les habían mostrado su fortaleza, les habían enseñado sus defensas y sus guardianes. Harold no había tenido manera de saber que las puertas interiores las guardaba un Hezrou, ni que la armadura de Draeligor (un simple tumulario venido a más) llevaba una runa de miedo inscrita. Pero ahora lo sabía y podía protegerse de ello. Cuando salieran de allí, sabía lo que tenía que preparar, y su orgullo sería la causa de su caída. Cuando el hielo santo de Aengrist congelara sus vidas y limpiara aquel lugar, volverían la cabeza y pensarían por un momento en sus errores antes de su condena eterna. 

Por fin, llegaron a la sala desde la que partirían, y allí estaba su equipo. Harold mantuvo el rostro pétreo, pero estuvo a punto de sonreír. Devolverles las armas a sus enemigos era su acto de necedad máxima, un clavo en la tapa de su ataúd. Harold avanzó sin responder a las palabras de Tavik, y minuciosamente comprobó todo su equipo, cerciorándose de que no había habido sabotajes o roturas, ni tampoco símbolos inscritos en él que pudieran desencadenar maldiciones. También se concentró y dibujó la runa de la revelación sobre ellos, detectando las auras mágicas que desprendían, por si habían encantado alguna pieza con alguna maldición. 

Cogió la espada, y la alzó a la altura de los ojos, aún envainada. La espada larga zumbaba en sus manos, como pidiendo ser usada, y su funda llena de marcas parecía brillar con un fulgor interno. La desenvainó con un movimiento fluido, y la sostuvo en sus manos, tocando el hielo azul que la componía, sintiendo su tranquilo frío en la piel, su delgado filo, restallando a la luz de la sala como un amanecer invernal. Mucho más afilada que un arma de metal corriente, era el instrumento de su Señor, su Juicio en la tierra. Era la perdición de los herejes, y así sería. Poco importaba Pyaray o Arioco, todos caerían al final. 

-Damrod, ayúdame con la armadura. 

Comenzó poniéndose las botas, las placas de las piernas, las grebas y el pesado traje acolchado que iba bajo el acero. El metal, mate y lleno de muescas y marcas, tenía un tacto tibio y reconfortante, el buen acero del Norte forjado por los mejores herreros. Finalmente, cuando todo su cuerpo estuvo ya embutido en el metal, protegido por la armadura que de tantos golpes mortales le había salvado, cogió los pesados guanteletes de acero y se los metió en los brazos, lentamente, notando el forro de piel en su interior, el tacto de cada uno de los dedos. Estas piezas tenían también marcas y rozaduras, pero esta vez se concentraban en los nudillos, y no era difícil ver que no eran por los golpes recibidos, sino por los dados. Cada una de las veces que había estrellado uno de aquellos guantes de acero en la cara de un infiel había quedado grabada, y ni él ni los demás podían olvidarla. Mientras abría y cerraba los puños y comprobaba la movilidad de su armadura, miró a sus enemigos, y allí lo vio. 

A pesar de todo el teatro, a pesar de toda la magia y su supuesta superioridad, se habían apartado, los ogros les apuntaban con sus lanzas largas, y se protegían unos a otros en el número de sus filas. A pesar de todo, les temían. Temían su poder, sabían que eran peligrosos. Allí, en el centro de su fortaleza, aún les temían. Eran la Inquisición, y ahora estaban donde debían estar: el centro, el corazón enemigo. No iban a fallar. 

Terminó de coger todo su equipo, y se puso su atavío de autoridad. Las ropas doradas y blancas, recorridas por líneas azules que formaban runas de vida y expulsión de los no muertos, brillaron débilmente a luz, como con poder contenido. No eran solo vestiduras sagradas que fortalecían el poder de su fe: eran un símbolo de su cargo, de su posición entre los Caballeros. Un símbolo de sus éxitos y sus misiones de exterminio terminadas. Allí, engrandecido por la imponente armadura, con la ropas hasta el suelo de un blanco prístino asomando por las junturas de las placas de acero, parecía más alto, más fuerte, más pleno. Su aura mágica, de Bien y Ley, lanzaba ondas a su alrededor como una piedra arrojada a un estanque. En el brazo se ató su escudo, fijado al antebrazo, y en la otra mano solo llevaba el puño cerrado, la espada aún envainada. 

Miró a sus compañeros, con sus ojos destellando azules por la determinación, por la energía mágica restaurada, y le puso una mano en el hombro a Damrod, una mano pesada como el deber, pero reconfortante como el deber cumplido. En sus nudillos, las marcas: cada golpe, un hereje destruido, cada rozadura, una oración.

-Vamos, compañeros. Nuestra Misión nos espera. 

Trazó en el aire la runa de la luz, y brilló limpia y clara mientras se adhería al guantelete. 

-Mi Señor es la luz, que disipa las tinieblas del mundo-dijo, y su guantelete brilló como una antorcha, azul como la luz del sol a través de una placa de hielo. 

Y, sin más, sabiendo que sus compañeros le seguían, le cubrían, marchó sin mirar atrás, al exterminio de los herejes del Tentáculo. 

Notas de juego

Compruebo bien todo el equipo y le lanzo un detectar magia por si hubiera algo raro. 

DM: Todo en su sitio y nada raro en el equipo

Digo lo de Damrod porque la armadura completa no te la puedes poner bien sin ayuda, tal y como dice en el manual. 

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15/06/2018, 17:35
Director

Ya cargados con vuestro equipo, las armaduras listas y la luz del guantelete de Harold preparado, os internáis en la húmeda caverna chapoteando al andar con cuidado por el encharcado suelo, así es al menos hasta llegar a una zona delante de Harold donde el agua es más profunda, al parecer desciende hasta la altura de la cintura, suficiente como para no tener que nadar pero malo para moverse rápido ya que vuestro equipo y armaduras pesan mucho en esta superficie. Tras vosotros todavía iluminados por la luz mágica están los seguidores del caos observando vuestro avance con caras serias.

( en el mapa en la línea de puntos discontinuados es donde el agua pasa de llegar a los tobillos a pasar hasta la cintura )

Avistar dif 18

- Tiradas (2)

Notas de juego

Harold luz en el guantelete (21:18)

DIA 13 

29 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 14:18(1) horas. Mediodía. Temperatura 18ºC-14ºC, Parcialmente nublado, Viento soplando hacia el Sureste a 13 km/hora.

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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15/06/2018, 19:09
Harold Strikväson
- Tiradas (1)

Notas de juego

La luz del guantelete dura 7 horas, hasta las 21:18.

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15/06/2018, 22:18
Gerald

Al terminar de equiparse nota como el semiorco da varios pasos atrás protegiéndose con sus ogros zombies quedando fuera de su alcance, inspecciona su espada y armadura para cerciorarse de que todo estuviera en orden sin embargo su arco seguía roto y pese a no servirle se lo lleva en honor al guerrero caído.

Antes de partir mira a Tavik y le dice en un tono seco mirándolo amenazadoramente necesitare un aro, el más grande que puedas tener tras esperar la respuesta se adelanta con sus compañeros.

Pelear con el agua llegándole a la cintura no era lo suyo, se sentía pesado, torpe y estar en esa situación no le gustaba para nada. Coloca su espada delante de él más como defensa que como ataque y avanza lo más rápido que puede para salir pronto de esa situación.

- Tiradas (1)

Notas de juego

si Tavik me da el arco o no, igual avanzó en defensa total.

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18/06/2018, 21:19
Harold Strikväson

Harold hizo una mueca, no le gustaba el agua, como a cualquiera que llevara armadura pesada. Echó de menos alguno de esos cristales que usaban los Caballeros del puerto, que volvían la armadura tan ligera como una túnica y permitían nadar con ella sin problema. Sin embargo, su determinación no flaqueó, al fin y al cabo, si se enfrentaban a adoradores de Pyaray, era evidente que antes o después habría agua. 

Se cubrió con el escudo como pudo y se concentró hacia delante, dibujando la runa de la Revelación. No quería caer en otra trampa mágica, si podía evitarlo. Una vez vio que no había nada mágico delante, avanzó con cuidado. 

Notas de juego

Master, pon el link al pyromancers para que podamos movernos xD

Lanzo un detectar magia hacia delante y si no detecto nada avanzo en defensa total. 

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19/06/2018, 10:37
Director

Avanzáis 15 pies y dejáis atrás la zona donde el agua os cubría solo hasta el tobillo, en esta nueva zona el agua llega ya hasta la cintura, el agua está fría y además el suelo es irregular con lo que hay que ir con cuidado.

Gerald con su aguda vista, ve en su zona de penumbra, al norte de la cueva, en la zona que se adentra en mitad de la gruta a un grupo de pequeñas ranas casi ocultadas del todo por el agua, las cuales al parecer no os quitan ojo de encima, ya que sus pupulas relucen con la luz mágica de Harold. Son un grupo de unos 6 ejemplares.

Harold detectas magia en la zona donde están las ranas, bajo el agua. Al parecere hay un foco reluciendo en esa zona.

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

Harold luz en el guantelete (21:18)

DIA 13 

29 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 14:18(2) horas. Mediodía. Temperatura 18ºC-14ºC, Parcialmente nublado, Viento soplando hacia el Sureste a 13 km/hora.

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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19/06/2018, 11:44
Harold Strikväson

Aunque, después de la experiencia con las ranas gigantes al entrar en la cueva, no le apeteciera mucho volver a enfrentarse a ellas, el foco mágico que había detectado era algo que había que investigar. Estando en medio de la zona de las ranas, criaturas no inteligentes, dudaba que se tratase de una trampa, ya que las propias criaturas podrían haberla activado. Era probable que fuese un objeto o algo por el estilo, así que merecía la pena ir a comprobarlo. 

Avanzó hasta quedar cerca de la primera de las ranas, con el escudo alzado, y comprobó la zona. 

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=231102

Muevo ahí en defensa total y tanteo con el pie a ver si en la zona de las ranas hay más o menos profundidad. 

DM: Si, esta zona está más elevada, aquí de nuevo el agua solo cubre hasta el tobillo, al acercarte las ranas se mueven todas a la vez.

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19/06/2018, 11:53
Director

Cualquier movimiento rápido o combate en la zona de agua hace que se tenga que tirar equilibrio cd 12, un fallo de 8-11 signifca que se pierde el equilibrio y no se puede mover este asalto, se puede atacar pero se pierde la bonificación a la ca por la pérdida de destreza, un fallo de 1-7 implica caerse al suelo 

Tumbado: el personaje yace en el suelo. Sufre un -4 de penalización a las tiradas de ataque cuerpo a cuerpo y la única arma a distancia que es capaz de usar con eficacia es la ballesta, la cual usa sin penalización. Sus oponentes reciben un +4 a los ataques cuerpo a cuerpo pero un -4 a los ataques a distancia. Levantarse es una acción equivalente a moverse.

 

Asalto 1

Harold 13

Ranas asesinas 12

Gerald 3

- Tiradas (1)

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

Rana asesina ca 15

Harold luz en el guantelete (21:18)

DIA 13 

29 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 14:18(3) horas. Mediodía. Temperatura 18ºC-14ºC, Parcialmente nublado, Viento soplando hacia el Sureste a 13 km/hora.

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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19/06/2018, 12:02
Harold Strikväson

El pie de Harold se encontró con que el suelo subía, por suerte, y al ver los ojillos maliciosos de las ranas dispuestos a atacar de inmediato, no perdió el tiempo, y saltó hacia delante, saliendo del agua y sintiendo de nuevo sus piernas libres. Retiró el escudo de su posición de defensa y lanzó un tajo brutal a la primera rana. El arma silbó el aire, Harold podía sentir el regocijo al volver a blandir su propia espada, el hielo santo del Glaciar, y la magia que contenía parecía zumbar de gozo al volver a ser usada. 

- Tiradas (4)

Notas de juego

Harold 13

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=231104

Muevo 5' saliendo de la zona profunda y ataco a la rana 5, haciendo 15 de daño (suponiendo que le dé con 25)

(Nota: todo este turno suponiendo que veo a las ranas en actitud hostil)

Rana asesina 5 ca 15 27pv-15: 12pv

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19/06/2018, 19:36
Rana gigante ( Pequeña )

La pequeña rana tras ser herida falla su intento de morder la dura pierna de Harold, a su derecha otra de las ranas salta con ímpetu abriendo la boca y enseñando unos afilados dientes, el salto es prodigioso y más si añadimos que consigue traspasar la armadura del brazo y rasgar con uno de sus colmillos una de las venas del clérigo produciendo un ligero río de color rojo que baja por su cuerpo. Otra más salta desde mayor distancia mordiendo de nuevo al inquisidor. Otras dos ranas nadan hasta rodear al clérigo fallando sus ataques, la sexta y última rana se acerca nadando.

- Tiradas (12)

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

Harold ca 23, 63pv -9-1 ( -2pv/asalto hemorragia ) -5

leve herida en el antebrazo -1d2pv 2p/hemorragia

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19/06/2018, 21:04
Gerald

Caminar con el agua hasta la cintura era muy complicado y a eso sumándole el peso de la armadura y deforme lecho del lago hacía que con cada paso corriera el peligro de resbalar y caer como una piedra. Un poco más adelante logra ver el reflejo de unos ojos que no los perdían de vista y que sin lugar a dudas eran como las ranas que habían matado anteriormente.

Gerald le toca el hombro a Harold y le señala mostrándole los ojos de los anfibios y después de recitar unas palabras este sale disparado contra ellas pero el semigigante no era tan ágil como su compañero y antes de poder llegar a apoyarlo las ranas ya lo habían flanqueado.

Cuando está por llegar levanta la espada por encima de los hombros dejándola caer sobre la primera que ve y a pesar de dejarle una cortada profunda no logra arrebatarle la vida al animal.

- Tiradas (4)

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

Rana 3 ca15, 27pv-24: 3pv

No logro ver el mapa ando desde el cel, muévanme donde mejor convenga 

Daño 16+8=24

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20/06/2018, 11:28
Harold Strikväson
- Tiradas (3)

Notas de juego

Asalto 2

Joder, cómo pegan las cabronas xD

Putas pifias, 2 asaltos que pierdo. 

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20/06/2018, 11:34
Director

Asalto 2

Damrod 20

Harold 13 ( sin poder atacar hasta asalto 4 )

Ranas asesinas 12

Gerald 3

Notas de juego

http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_i...

Rana 3 ca15, 27pv-24: 3pv

Rana asesina 5 ca 15 27pv-15: 12pv

Harold luz en el guantelete (21:18) ca 23, 63pv -9-1 ( -2pv/asalto hemorragia ) -5-2: 46pv

leve herida en el antebrazo 2p/hemorragia

DIA 13 

29 de Noviembre del año 209 desde la creación del Imperio a las 14:18(3) horas. Mediodía. Temperatura 18ºC-14ºC, Parcialmente nublado, Viento soplando hacia el Sureste a 13 km/hora.

Amanece a las 07:41, Anochece a las 18:17

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20/06/2018, 11:40
Rana gigante ( Pequeña )

Las ranas rodean al herido Harold, el dolor del brazo le hace fallar su ataque, tiene que intentar controlar el dolor o no podrá seguir atacando, la sangre desciende imparable por su brazo hasta caer al lago, a su alrededor el agua comienza a teñirse de rojo. Gerald es atacado por una de las ranas, pero consigue bloquear su boca llena de dientes.

- Tiradas (2)
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20/06/2018, 11:55
Harold Strikväson

Notas de juego

Master, las ranas 3 y 5 están flanqueándome por lo que tienen un +2 a dar. Siguen sin darme aun así, pero para que conste xD

DM: ok, lo vi después de realizar las tiradas. Gracias.

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20/06/2018, 20:12
Gerald

El suelo resbaladizo hizo su trabajo haciendo caer al semigigante cuando intentaba mantenerse en pie, duro unos pocos segundos sunerguido pero al salir y tomar aire nuevamente se da cuenta dos de las tres ranas en frente de él estaban flotando inertes sobre el agua, no tuvo que voltear para saber quién era el responsable así que siguió caminando para acercarse a Harold confiando en que Damros derribara a la que aún estaba en su camino.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Aunque me haya caído aún tengo el ataque con el -4? correcto

Puedo usar la accion de movimiento restante a levantarme o me toca el otro turno? acción ataque + acción levantarse : acción completa. Recuerda que tendrán ataques de oportunidad.

Cualquier movimiento rápido o combate en la zona de agua hace que se tenga que tirar equilibrio cd 12, un fallo de 8-11 signifca que se pierde el equilibrio y no se puede mover este asalto, se puede atacar pero se pierde la bonificación a la ca por la pérdida de destreza, un fallo de 1-7 implica caerse al suelo 

Tumbado: el personaje yace en el suelo. Sufre un -4 de penalización a las tiradas de ataque cuerpo a cuerpo y la única arma a distancia que es capaz de usar con eficacia es la ballesta, la cual usa sin penalización. Sus oponentes reciben un +4 a los ataques cuerpo a cuerpo pero un -4 a los ataques a distancia. Levantarse es una acción equivalente a moverse.

Edit: gastó mis dos acciones para levantarme y acercarme a las ranas que amenazan a Harold.

 

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21/06/2018, 11:59
Damrod

Aún permanecía perdido en el pasado y luchando contra sus miedos más profundos cuando echaron a andar. Ni siquiera el frío del agua que primero se coló por sus botas y, después, le llegó hasta la cintura, logró sacarle del todo de aquellos terribles pensamientos a los que daba vueltas y vueltas. Caminaba de manera autómata, siguiendo a sus compañeros mientras, por simple instinto, mantenía sus armas lejos del agua y preparadas para luchar. Pero aunque su cuerpo estaba allí, su mente no, y cuando el combate comenzó, Damrod aún tardó en darse cuenta.

Con la mirada vacía, dirigió su atención hacia delante, hacia aquellas ranas que habían saltado de la nada —o al menos él no las había visto— y contra las que ahora luchaban. Sus amigos estaban en problemas, heridos, rodeados, superados. El fuego volvió a arder en sus ojos. Tenía que volver a ser quien era.

Asalto 1. http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=231292

Dio un solo paso para afianzarse en el resbaladizo lecho de aquél estanque, afianzando su posición mientras alzaba el arco y tensaba la cuerda con una flecha ya en la mano. La primera saeta cortó el aire, voló hacia el batracio que tenía más cerca, y le atravesó de lado a lado, haciéndole caer al instante. La dos siguientes fueron contra la siguiente en la fila. Una de las saetas, desviada, cayó al agua, inofensiva, mientras que la otra se clavó en la correosa carne de la criatura.

Sonrió, pero no había tiempo que perder.

Asalto 2. http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=231293

Dio otro paso, con determinación, seguro, y volvió a disparar. Esta vez, el anfibio que había sobrevivido a su anterior ataque no pudo hacer nada. La flecha le rajó el estómago en su camino, haciéndola que la criatura cayera boca arriba con los ojos en blanco y las tripas fuera. Después, se giró levemente y volvió a soltar dos saetas, una tras otra, dirigidas contra otra de las que amenazaban a Harold.

No era suficiente.

Asalto 3.

Esta vez no se movió, no era necesario. La primera flecha aniquiló a una de las alimañas. La segunda saeta, hirió a otro de los animales. La tercera, esta vez, no salió del arco. El sudor de su frente por semejante esfuerzo se deslizó hasta su ojo, haciendo que le escociera y tuviera que limpiárselo antes de hacer nada más.

- Tiradas (23)

Notas de juego

Perdón gente. El sábado pasado me caí por la tarde, el domingo fui a Urgencias porque me dolía el pie bastante, me acabé tirando medio día allí (¡viva la sanidad!) y éstos últimos días pues he estado reposando y sin meterme desde el ordenador. Y se me pasó avisar. Pero bueno, ya ando por aquí y me pongo al día. Aunque no pretendo que se cambie lo que ya han hecho los bichos, hago mis turnos desde el asalto 1. Y ya que gano en iniciativa, hago el asalto 3 para que ya se quede ahí tras la acción de Gerald.

Asalto 1.

Acción gratuita: Paso de 5' hacia delante.
Asalto completo: Disparo rápido. Rana 3 (12 de daño) muere; Rana 2 (8 de daño).

Asalto 2.

Acción gratuita: Paso de 5' hacia delante. 
Asalto completo: Disparo rápido. Rana 2 (18 de daño + ¡Casi lo destripas! [16+5 de crítico]: -1d2pv, 1as/atontado y ganas un +2 en el siguiente asalto) muere; Rana 5 (8 de daño).

Asalto 3.

Asalto completo: Disparo rápido. Rana 5 (8 de daño) muere; Rana 6 (7 de daño); pifia (El sudor se introduce en tu ojo, prefieres no atacar).

 

Resumen:

-8 flechas.
Ranas 2, 3 y 5 muertas.
Mapa.